Entonces... yo era algo así como "el elegido" solo que elegido para ser sacrificado. Después de las explicaciones de la mujer saqué mis piernas por las barras de la jaula... ¿Enserio tenía un título tan importante como "Campeón" y tenía tanta libertad como un perrito recién adopado? Mi tristeza llegó a tal punto que hasta una de las captoras se acercó, una la cual tenía un vestido color verde suave y un sombrero de gran tamaño, fácilmente podría decirse que ella era una especie de mago, un healer o algo capaz de usar magia. Una vez enfrente mía se puso a verme. Hasta darme un pequeño susto por lo que dijo.
X: "¡Inútil! Muéstrame tu estado~. Cierto... solo dí 'Aparece estado'"
"¿Aparece estado?"
Pregunté antes de que una pantalla apareciera frente a mi. Aparecían algunas cosas que entendí bastante rápido. Otras que no. Según yo mis estadísticas eran... ¿buenas?
Fuerza Física: 10
Agilidad: 20
Inteligencia: 90
Puntos de maná: 10/10
Vitalidad: 100/100
Habilidades Naturales: -
Habilidades Obtenidas: -
Habilidades Legendarias: -
Clase: -
Especialización: -
Raza: Humano
"¿Esto?"
Pregunté mientras que todas miraban... Con rostros de sorpresa. Aún así, esos rostros se desaparecieron entre risas, risas fuertes que uno no podría siquiera cubrir tapando sus oídos. Una de ellas, quien se notaba era dentro de todo la más 'débil' se acercó.
"Aparece estado"
Dijo con total seguridad.
Fuerza Física: 91.250
Agilidad: 100.000
Inteligencia: 75
Puntos de maná: 1000/1000
Vitalidad: 460.500/460.500
Habilidades Naturales: Uno con la sombra; Indetectable; Mano firme; Castigadora.
Habilidades Obtenidas: Intercambio de lugar; Ilusiones mayores; Maestra de armas cortas; Etc
Habilidades Legendarias: Jamás más lenta que el adversario.
Clase: Asesina
Especialización: Velocista.
Raza: Humana Prodigiosa. (+200% experiencia)
En ese instante pude notar un sudor bastante frío. Poco a poco pude ver estado tras estado... La fuerza más grande superaba el millón, la agilidad el medio millón, la inteligencia de aquella maga con vestido verde me hacía parecer una anémona... Simplemente no había punto de comparación. Y en ese instante hice lo que mi corazón de protagonista me dijo que hiciera... Temblar, temblar y acostarme para descansar aunque los comentarios estuvieran doliendo como puntas atravesando mi corazón... Acaso yo merecía ser llamado "¿Campeón?".