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Chapter 7 - batalla de vida o muerte

Esteban apretó los dientes y empujó a la cucaracha con su cuerpo y golpeó a una de las hormigas, abriendo así un caminó para las mujeres.

"¡¡Rápido huyan!!" Gritó Esteban.

Las dos mujeres dudaron.

"¡¡¡Rápido!!!

Pero el grito de Esteban las saco de su estupor y salieron corriendo.

Con las dos mujeres fuera de la habitación, Esteban suspiró aliviado.

Ahora solo tenía que encontrar una forma de salir también ya que las hormigas ya se habían levantado y obstruido el paso.

Sin embargo antes de que siquiera pudiera pensar algo, sintió como una gran fuerza lo expulsaba con gran fuerza.

El perchero en su mano salió volando mientras el se estrellaba con fuerza contra la pared de madera.

Kukk

Esteban se retorcío en la agonía tratando de tocar su espalda adolorida, pero solo le dió una oportunidad para que una hormiga se le abalanzará.

Pero la hormiga pasó a su costado por centímetros y se estrelló con la pared, haciendo un gran agujero.

Hisssssssss

Esteban tomó un gran sopló de aire frío, sintió que si esa hormiga lo golpeará lo dejaría medio muerto, si no es que lo mata instantáneamente al golpearlo en un lugar letal.

La hormiga salió del agujero y movió la cabeza a todos lados, cuando miró a su dirección lo dudo dos veces y volvió a correr en su dirección, pero volvió a fallar esta vez por una distancia más grande, incluso golpeó a la cucaracha y la dejo de espaldas.

La cucaracha movió las patas alocadamente, pero no pudo levantarse.

Está simple escena envío un corto circuito al cerebro de Esteban. La hormiga no tenía buena vista y la cucaracha no podía levantarse de espaldas.

Eran insectos... Solo que eran gigantes.

Esteban agarró el pedazo de perchero que había soltado hace poco, lo sostuvo con sus dos manos y gritó.

"¡¡Vengan!! ¡Les mostraré el poder de la humanidad!"

Las hormigas parecieron escucharlo ya que las dos lo embistieron al mismo tiempo. Esteban saltó a un lado y esquivó a una de las hormigas, pero la otra si le dió de llenó, mandando lo a volar contra la pared.

"¡Maldición!" Esteban escupió sangre. Siento como sus encías seguían sangrando y su brazo derecho colgaba a un lado sin poder moverlo. "Yo y mi bocota."

Las dos hormigas los rodearon en una esquina. No tenía salidas y lo más probable es que moriría allí, pero Esteban no pudo evitar sonreír.

No sé sentía como aquella vez en el puente, sentía que había seguido sus deseos y si muere por eso no se arrepiente.

"Vengan." Esteban susurró. Su postura era recta y sin miedo, su mirada era firme e inquebrantable, con una agudeza que nunca antes había mostrado.

Las hormigas corrieron en su dirección. La primera en llegar fue recibida por la punta del perchero en uno de sus ojos, pero aún así lo estampó contra la pared.

Esteban apretó los dientes del dolor, pero no perdió la concentración. La otra hormiga ya estaba prácticamente encima de él. Levantó su único brazo útil y bloqueó las intimidantes tenazas en la cabeza de la hormiga.

"Arrrrrrrrrrrrrgggggggggggggg" Esteban estampó su cabeza con la de la hormiga con irá.

Su cabeza comenzó a chorrear sangre y una aterradora raja se abrió en su frente, pero no sé detuvo. Arremetió con su rodilla y se alternó entre rodillasos y cabezasos.

"¡¡¡Arrrrgggggggghhh muere!!! Grito entre sus golpes Esteban.

La hormiga por su parte estaba prácticamente imperturbable. Esteban no había podido hacerle ningún daño.

La desesperación estaba empezando a carcomer su corazón, pero no sé rindió. Aún cuando vio que la otra hormiga estaba ya a unos pocos metros de el, aún cuando sabía que era su final. Solo quería llevarse una de ellas con el.

Argggggghhh

Cuando Esteban pensó que era su fin... Vio como un puño cubierto en llamas golpeó de lleno a la hormiga entrante.

La hormiga voló como una muñeca de trapo y quedó incrustada en un pedazo de madera saliente.

Esteban aún no podía creer que era la misma hormiga con la que había estado peleando.

"¿Estás bien?" Preguntó Jeison rodeado en llamas amarillas.

"¿Te parezco bien?" Respondió Esteban al levantar su brazo aún atrapado en las tenazas de la hormiga.

Jajajaja

Jeison se rió a carcajadas, tomo ambas tenazas con sus manos llameantes y las separó con facilidad. Agarró la hormiga por su cabeza con una llave de dos brazos y se encendió a si mismo en llamas.

La hormiga se retorcío y retorcío antes de quedar completamente quieta y negra.

Jeison soltó la hormiga y le dió la mano.

"¡Vamos!"

"Tch. Haces ver mi batalla a muerte como ridícula." Esteban se quejo. "Al menos por algo de esfuerzo, que no parezca tan fácil "

Jajajaja

Jeison solo rio en respuesta.

Esteban agarró su mano y se apoyo en su hombro caminando con dirección de la salida, en el camino se encontraron a la cucaracha aún de espaldas y suspiró de alivio.

Esa cucaracha si que seria difícil de matar.

Cuando llegaron a la puerta ya había varias patrullas de policías y una ambulancia que habían llegado, además de unos vecinos chismosos.

"Jajaja justo a tiempo. ¿Que haríamos sin ustedes policías?" Se burlo Esteban.

"Cállate y ven acá." Jeison lo arrastró en dirección de la ambulancia dónde una enfermera en sus 25 años empezó a tratarlo.

"¡Oh por dios! ¿Que te paso?" La enfermera exclamó mientras sus manos comenzaban a brillar con un color verde.

Toque curativo

"No es nada. Solo me golpeé con la puerta." Respondió Esteban seriamente.

Pffffffff

Jeison no pudo evitar reír al pensar que ese era la misma escusa barata que ponían todas las mujeres que sufrían de violencia doméstica.

"No te rías bastardo. Esa puerta en verdad era formidable, es un enemigo que nunca olvidaré."

Jajajajajajaja

Jeison ya no pudo controlarse y rodó en el suelo riendo. Incluso la enfermera se reía mientras lo trataba.

Las cosas se resolvieron muy rápidamente.

Esteban había estado muy curioso sobre esos insectos gigantes, que el sepa nunca había escuchado de algo como eso había sucedido antes.

Resulta que hoy era el cumpleaños número 15 de la niña que salvó. Al despertar por primera vez no pudo controlar su poder y lo uso sin querer.

Su poder le permitía controlar el tamaño de las cosas. Las hormigas y la cucaracha eran lo insectos que accidentalmente engrandeció.

Fiuuu

Esteban silbó impresionado, ese era un poder muy bueno.

Los policías entraron a la casa y mataron a la cucaracha con la hormiga que aún vivía después de estar atravesada.

Esteban por otra parte tardo media hora en ser tratado por completo y aún lo dejo adolorido, pero al menos sus brazos funcionaban bien y su frente estaba como nueva, solo que con un gran rojo en el.

Los policías lo regañaron por actuar precipitadamente aún sabiendo que no tenía un superpoder. Pero también lo elogiaron por su valentía. Le ofrecieron llevarlo a su casa pero se negó, sus padres lo matarían si se enteraran de todo.

La madre e hija lloraron agradecidas hacia el. Le aseguraron que siempre era bienvenido a su casa, a lo que Esteban asintió con una sonrisa.

Se ofrecieron a darle dinero pero lo rechazó.

La policía por su parte y sin informarle nada le dieron varios créditos.

Todo se resolvió tan rápido que solo unos minutos después Esteban y Jeison se encontraban de nuevo de camino a casa.

Parece que el descontrol por despertar no era tan infrecuente.

"Oye Jeison."

"¿Si?"

"Eres muy fuerte."

"No lo Soy fuerte." Respondió inmediatamente. "No lo soy."

"Para mí lo eres." Dijo Esteban. "¿Sabias que hoy también es mi cumpleaños número 15?"

Jeison lo miro con curiosidad.

"Tengo miedo Jeison. Miedo de lastimar a mi familia con mi despertar." Dijo Esteban. " Quiero pedirte un favor."

"Ok."

"Un no he dicho nada." Exclamó Esteban.

"Ya me lo imagino." Sonrió Jeison. " ¿Y dónde vives?"

"Sígueme."