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Chapter 18 - CAPITULO 17: UNA DIFÍCIL DECISIÓN

El sol iluminaba el desierto y las sombras estaban desapareciendo de a poco, Ramón sabía que el medio día estaba por llegar; pero Colt todavía no regresaba de su misión. Dándole una mirada al viejo reloj de madera que aun marcaba la hora a pesar de tener un agujero de bala en su costado derecho, comprobó que la manecilla estaba dando en el centro y su amiga pequeña se encontraba casi al lado, eran las 11:50 de la mañana. Colt no volvería, era hora de largarse de allí cuanto antes.

Bajando por las escaleras, el pequeño Jimmy sostenía todavía el cuchillo y su rostro palideció al ver los cadáveres que se encontraban todavía en el suelo con marcas de disparos en sus cabezas, cuerpo y demás miembros. La sangre manchaba toda la habitación al punto de que su olor nauseabundo estaba comenzando a atraer a las moscas. Aun con ese terror en su interior, Jimmy, se acercó a Ramón sin soltar el cuchillo ni en un solo momento.

- ¿Donde esta Colt?- fue lo primero que preguntó al verlo- ¿Acaso ella esta… esta?

- No lo sé pequeño- le respondió Ramón tratando, inútilmente, de tranquilizarlo- lo último que supe de ella fue que partió a Hope Town para enfrentar al gobernador

- ¡¿Y dejaste que fuera ella sola?!- exclamó Jimmy furioso- ¿Qué clase de hombre eres? ¡Tengo que ir a ayudarla!

- ¡Espera pequeño!- le pidió Ramón sosteniendo con rapidez su brazo- ella misma me pidió que me quedara aquí a cuidarte y me dijo que si no volvía para medio día te llevara conmigo a un lugar donde pudiesen cuidarte mejor, ella se preocupa mucho por ti

- ¡¿Y tú no te preocuparías por mí y por ella?!- le preguntó Jimmy forcejeando logrando soltarse del agarre de Ramón- ¿O acaso me dejarías aquí solo con todos estos cadáveres si ella no te hubiese pedido que te quedaras a cuidarme?

- No- le contestó Ramón sin siquiera dudarlo- puedo no apegarme mucho con las demás personas, en especial niños, tras lo sucedido con mi nieta; pero jamás dejaría a un pequeñito indefenso abandonado a su suerte y bajo la amenaza de esas lacras humanas, antes moriría defendiéndote que abandonándote

Las palabras de Ramón eran demasiado honestas como para tomarlas como un engaño y aun un niño inocente e ingenuo, como Jimmy, podía percibir la sinceridad de Ramón en su tono de voz. Bajando la cabeza, largando unos sollozos, le preguntó:

- ¿Qué hora es?

- Es casi medio día- le contestó Ramón acariciando su cabeza como si fuese un cachorrito- lo siento pequeño

- La quería mucho ¿sabías?- sollozó Jimmy- nunca se lo dije; pero me recordaba un poco a mi mamá

- Si, lo sé pequeño y estoy seguro de que ella también lo sabía- le habló Ramón con cariño- pero ahora debemos de partir

- ¿A dónde?- le preguntó Jimmy mirándolo con ojos lagrimosos

- No lo sé pequeño, aun no lo sé- fue la única respuesta que le dio. Muy en el fondo quería decirle que irían a una casa donde lo tratarían con todo el cariño del mundo, que crecería feliz al lado de una familia que lo amaría con todo su corazón; pero ya había visto el rostro de la humanidad muchos años en el pasado, durante la guerra civil, y la realidad era que el pequeño siempre debería velar por sí mismo con el pasar del tiempo hasta convertirse en un hombre, Colt le dijo que lo llevase a un lugar donde supiera que el pequeño seria contenido; pero él no sabía si ese lugar existía siquiera, con un tono de voz más profundo añadió- vamos muchacho, es hora de marchar

- Si- asintió Jimmy, no había caso en ir a ayudar a Colt en ese momento, lo más probable era que ella se encontrase muerta; pero tampoco sabía si quería partir de su hogar, aquella casa era lo único que conocía a la perfección en todo el mundo y no deseaba dejarla, de corazón que no deseaba en lo absoluto irse

Ambos estaban saliendo de la casa cuando, a lo lejos, se oyó un relincho y Jimmy vio hacia el horizonte con una mezcla de horror, esperanza y, finalmente, alivio junto a una gran alegría al ver como Colt se acercaba galopando con lentitud a donde estaba la casa, se encontraba herida; pero todavía estaba viva. Corriendo con una enorme sonrisa mientras las lágrimas caían al suelo sin siquiera tocar sus mejillas, Jimmy, Gritó:

- ¡COLT!

Colt se bajó del caballo, con mucho esfuerzo, y se agachó abriendo sus brazos, Jimmy llegó a ella y la abrazó con todas sus fuerzas. Levantándose del suelo, Colt, también lo abrazó con fuerzas cargándolo con sus heridos brazos. Ramón observó con incredulidad como alguien podía mantenerse todavía en pie con semejantes heridas; pero se alegró de verla y pudo observar algo mas, algo que el pequeño Jimmy no había notado, quizás ella tampoco lo notaba, Colt quería mucho al niño, como si fuese su madre, sonriendo supo qué futuro le podía esperar a Jimmy: uno muy interesante donde no tendría, necesariamente, que velar por sí mismo.

Acercándose a Ramón con el pequeño aun en brazos, le dijo:

- Aun no es medio día- mirando el reloj a la distancia con las manecillas juntas en el centro, añadió- ahora lo es

- Si señora- sonrió Ramón

Mirando al pequeño y notando cuan malherida se encontraba, Colt sugirió:

- Volvamos a casa

Los tres se adentraron a ese hogar por una hora más para buscar ropa nueva y curar las heridas de Colt.

. . .

La decisión estaba tomada y no había sido una fácil. Muy en el fondo de su corazón no quería irse; pero aquella casa llena de cadáveres, malos recuerdos y una gran tristeza ya no era su hogar, por otro lado le gustaba mucho la idea de acompañar a Colt al siguiente pueblo para ayudarla a continuar con su pelea contra Saavedra. Ramón se haría cargo de sus caballos; pero, tristemente, debían tomar caminos separados.

Llevando un poncho junto a una camisa azul con unos pantalones vaqueros negros, Colt se subió a su caballo que se encontraba más descansado que cuando llegó a la casa de Jimmy, el pequeño se subió delante de ella dispuesto a partir.

- Supongo que le darás un buen uso a esos caballos ¿verdad Ramón?- le preguntó Colt sonriendo

- Supones bien vata- sonrió Ramón subiéndose a su propio caballo mientras llevaba con una mano una soga que enlazaba al resto de los equinos

- Entonces será hasta la próxima- se despidió Colt comenzando su galope

- Hasta la próxima Colt- sonrió Ramón continuando su propio camino

- ¡Adiós!- se despidió Jimmy sonriendo

Ambos jinetes se separaron y Colt siguió cabalgando junto al pequeño a quien quería como si fuese su propio hijo. Mientras cabalgaban hacia el siguiente pueblo, Jimmy, miró hacia atrás y vio como su casa se iba alejando hasta convertirse en un pequeño punto invisible en medio de la llanura.

- Siempre debes ver hacia adelante Jim- le aconsejó Colt con una sonrisa maternal- nunca hacia atrás, lo que importa es el presente y el futuro; pero el pasado jamás

- ¿Por qué, Colt?- le preguntó Jimmy sorprendido

- Porque por mucho que ese pasado haya sido lindo o malo, es una atadura que a la larga no te permite avanzar, como si fuese una vieja herida- mirando el horizonte con una nostálgica tristeza que se combinaba con la alegría de tener al pequeño a su lado añadió- una vieja, confusa y tierna herida que debe sanar para fortalecer nuestro cuerpo y continuar adelante

- ¿A dónde vamos ahora Colt?- le volvió a preguntar Jimmy, Colt le respondió

- Al horizonte, donde queda el siguiente pueblo, tenemos mucho trabajo que hacer- le contestó Colt sonriéndole

- ¡Sí!- afirmó Jimmy devolviéndole la sonrisa

Madre e hijo continuaron camino hacia el horizonte a donde se encontraba el ocaso mientras sentían su mutuo cariño.