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Chapter 23 - CAPITULO 5: BATALLA INFERNAL EN LAS TIERRAS DE LA REINA

Un viejo letrero que decía Queens retumbaba ante el sonido de las tropas del Rey Oscuro al marchar hacia donde se encontraban los invasores, sus carros que no eran llevados por caballos y se encontraban blindados avanzaban con una espantosa lentitud como si fuese un gran terror que se acercaban a ellos dispuestos a masacrarlos sin piedad alguna. Aquellas tropas no llevaban armaduras consigo; pero si varios ropajes extravagantes, muchos tenían sus cabezas afeitadas con una sola cresta gigantesca de pelo que se encontraba parada y peinada como si fuesen filosas púas. Las tropas llevaban consigo sacos hechos de cuero negro, hombreras hechas más para un deporte que para la guerra, pantalones vaqueros de distintos colores que iban entre el negro, blanco y azul grisáceo. Los gritos de batalla de aquellas tropas infernales inquietaron a los hombres de Colt; pero ella, mirando con ira, ordenó:

- ¡Formación de batalla!- colocándose todos en un enorme conjunto con sus escudos cubriéndose los unos a los otros en todos los ángulos posibles como si fuese una enorme oruga, las tropas de Colt avanzaron a donde se encontraban sus enemigos

- ¡Miren que idiotas!- rió uno de los hombres del Rey Oscuro- se ocultan de nuestros tanques con sus escuditos de cartón

- Probémosles cuan efectivos son ante nuestras armas- le sugirió su compañero apuntándolos con un arma de fuego de apariencia moderna, era como un fusil en miniatura que podía disparar más de una sola bala

El tronar de los fusiles de aquellos soldados hizo un gran daño en la primera línea de Colt; pero, como ella imaginó, en un momento dado tuvieron que recargar y ese fue el momento perfecto para gritar:

- ¡ATAQUEN!- al dar la orden, todos los hombres de Colt dejaron la formación y avanzaron sin piedad sobre sus enemigos quienes habían terminado de cargar; pero era demasiado tarde para apuntar

Los arqueros y jabalineros de Colt dispararon antes de que sus enemigos tuviesen la oportunidad de defenderse. Varias flechas cayeron sobre la yugular del hombre que sostenía aquel rifle moderno. Los lanceros atravesaron a los otros sin piedad, quienes tenían las jabalinas incrustadas en sus hombros, pechos o brazos. Las espadas cortaban cuellos, brazos y piernas sin tener mucha resistencia. Sin aquellas armas modernas, aquellos hombres no eran nada mientras que Colt junto a sus tropas podían ser más que eso sin sus espadas o lanzas. Ella siempre le decía a sus pequeñas que nunca dieran por hecho sus poderes, que no dependieran totalmente de ellos porque el día que los perdiesen se verían indefensas ante el enemigo. Todo tipo de combate, todo tipo de estrategia y todo tipo de defensa era útil. El combate cuerpo a cuerpo, con espadas y con armas de largo alcance eran igual de importantes a la hora de sobrevivir de lo que eran sus poderes.

También les dijo una gran verdad: "Nunca dependan de la suerte, ustedes deben de hacer su propia suerte. Las acciones que ocurran a su alrededor jamás deben ser atribuidas al factor suerte sino a sus propios meritos. Si ganan una batalla, o esta misma guerra, entonces que sea porque ustedes mismas pelearon con todas sus habilidades, fuesen las de nacimiento o adquiridas tras el entrenamiento y que esa batalla haya sido ganada por su astucia, su prudencia y sus propias previsiones; pero jamás porque tuvieron suerte" con un tono de mayor autoridad, Colt les sugirió "un buen guerrero siempre considerara a la suerte como un aliado; pero los verdaderos guerreros, los verdaderos sobrevivientes, la consideraran como un insulto a su grandeza. Yo no tuve suerte al salir de mi cautiverio, no fue la mano de los dioses o del dios hebreo quien me sacó de allí ¡Fue mi fortaleza, mi tenacidad y mis verdaderas habilidades cuando había perdido todos mis poderes de nacimiento quienes me sacaron de allí! ¡Fui yo quien se sacó de allí y quien fabricó su propia suerte como así también su propio destino! La suerte es para los débiles hijas y no hay ninguna victoria si dependen de ella, al contrario, si ustedes tuviesen que depender de ella entonces la verdadera victoria sería para su enemigo porque de otro modo nunca habría sido vencido".

Con una risa despectiva, Colt, le dijo al malherido enemigo que se había reído haría un minuto atrás de sus armas creyéndose superior por aquellos rifles:

- Si, ya pude ver la efectividad de sus armas- alzando su espada, viendo como su enemigo se intentaba proteger el cuerpo con sus brazos, añadió- ahora déjame mostrarte cuan efectiva es mi espada de cartón

Con un solo y violento impulso, Colt, lo atravesó.

Los carros modernos tenían cañones en sus techos con los cuales lanzaban enormes cantidades de agua que herían a los arqueros, aunque no los mataran. Colt se acercó a donde estaba la puerta de entrada del carro y, de un solo tirón, la abrió tirándola lo más lejos posible. Con su espada atravesó el cuello del conductor quien disparó a su pecho; pero erró debido a que ella ya lo había adivinado. Las demás tropas enemigas comenzaron a replegarse, retirándose lentamente. Ellos aun disparaban sus armas de fuego; pero lo usaban como un medio de defensa para la huida antes que un ataque. Para cuando la primera hora de aquel fatídico día había terminado, todas las tierras de la reina ya no le pertenecían al Rey Oscuro ni tampoco al Señor de York, ahora eran territorio de la gran nación de Stanio y una parte más del extenso imperio de Chirapon.

Por algún motivo, a Colt, le estaba gustando mucho ese sueño.