Ya habiéndome recuperado quise salir a estirar mis piernas, además tenía que agradecerle al hombre que me mantuvo en estasis por tantos días. Al preguntar por su paradero me dijeron que tras recuperar la salud y salir del estado de peligro este desapareció. Me pregunto donde se habrá metido, espero tener una oportunidad de verlo en el futuro.
Saliendo del edificio observé una cara conocida que se nos acercaba.
[¡Asriel! Así que estás despierto, que bueno]
[Leah, también me alegro de verte en una pieza. ¿Qué te pasó luego de la última vez?]
[Otros miembros de la revolución vinieron y me recogieron, gracias a ti me pude retirar del frente sin conflictos. Después se esparció la voz de que habías derrotado a Victor. No creía que fueras capaz de hacerlo; digo, ¡me enorgullece verte salir victorioso!]
[... no me tenías ninguna fe, ¿eh?]
[Jaja, dejemos eso en el pasado. ¿Y quién es la que se esconde detrás de ti?]
No me había percatado de ese detalle, una pequeña mano que me abrazaba por la cintura desde mi espalda intentando ocultar su presencia. Se me olvidó que en si María es bien tímida al hablar con extraños, me sorprende lo cercanos que nos hemos hecho en tan poco tiempo.
[Ella es mi amiga María, estaremos juntos a partir de ahora. Ella es Leah, me ayudó cuando llegué a la capital a escapar de un montón de raritos]
[Eso último no era necesario... bueno si, locos es quedarse corto]
[... encantada] agregó María con un leve movimiento de cabeza.
[Asriel, no sabía que te gustaban las más jóvenes. Viéndola de cerca puedo decir que tienes buen ojo. Aun así, ¿no es solo una niña?]
[Leah, no te hagas ideas raras. Solo-]
[¡N, no soy una niña! ¡Ya tengo 15 años! Se que soy bajita, pero no por eso...]
Su valentía alcanzó a durar solo ese instante. Cuando se dio cuenta que la estábamos mirando fijamente sorprendidos por su repentino grito volvió a esconderse detrás de mi ocultando su cara en mi espalda.
No sabía que podía llegar a ser tan adorable. Decidido, la protegeré con mi vida. Mantener su pureza ha de ser mi prioridad por el resto de mis días.
[... ja, ¡jajaja! Perdona María, no pretendía ofenderte de esa manera. Si recuerdo bien tú fuiste quien se la pasó curando a Asriel por días sin descanso, ¿verdad?]
[... si, esa fui yo]
[Wow, es una tarea digna de alabo. Sin tu ayuda este hombre estaría muerto, más vale que le devuelvas el favor Asriel]
[Por supuesto que lo tengo en mente. Dudo que llegue el día en que sea capaz de hacer algo por ella al mismo nivel... en todo caso, he prometido entregarle mi vida. Seré su caballero que la protegerá de cualquier amenaza que aparezca]
[Asriel...]
Sentí como su pequeña mano me apretó un poco más fuerte por la espalda. ¿Quizás mis palabras le hicieron sentir vergüenza?
[Oh, bien dicho. No sabía que podías ser un galán]
[Déjate de bromas. Más importante, sobre nuestra situación...]
[Lo se, ese tal John me explicó los detalles. No te preocupes, mis labios están sellados. Nadie de este lugar esparcirá ningún detalle sobre ustedes, especialmente las habilidades de tu amiga, te lo prometo]
[Gracias, lo aprecio]
[Entonces, ¿qué pretenden hacer de ahora en adelante?]
Los 3 nos fuimos a otro lado y nos sentamos a conversar, ahí pasé a explicarle nuestros planes para el futuro.