Un par de horas más tarde.
El capitán termina su reunión con el líder de esta ciudad. Al parecer tenían otra misión además de escoltarme y esa era contactar con las personas restantes en este lugar, intercambiar información y asegurar una colaboración entre ambos. No es mala idea después de todo, lo mejor que hacer en este escenario es tener más aliados y mantenerse juntos.
Nos informaron que debido a los ataques que ocurrieron en el primer día los habitantes entraron en pánico y se encuentran habitando en el centro en refugios, iglesias y edificios grandes, viviendo en comunidad para ayudarse los unos a los otros.
Concluido los trámites nos juntamos los 4 que habíamos llegado a la ciudad.
[Como pensaba, ellos también recibieron el mensaje encriptado] dijo el capitán para la sorpresa de todos.
No fuimos los únicos en escuchar la transmisión, eso quiere decir que el mensaje estaba destinado a todos los que pudieran. A todos los "elegidos por la luz". Puede que yo sea uno de ellos, y por lo visto no soy el único.
[Ya veo. Entonces no perderé más tiempo] respondí mientras me ponía de pie. [Gracias por traerme hasta aquí. Ustedes deben regresar e informar a casa lo que ha pasado]
[Pero, ¿estarás bien tu sólo?]
[No se preocupen por mi, ya vieron lo que puedo hacer, ¿no? Soy más resistente de lo que aparento]
[Eres un tipo rudo, o eso es lo que pretendes ser. Con esa actitud de seguro estarás bien, te deseo suerte en tu viaje y que regreses en una pieza]
Los 3 militares me miraron seriamente y me dieron un saludo. Ahora sus rostros tienen una sonrisa cálida. Es extraño que aunque sólo hayan pasado unas cuantas horas desde que nos conocimos ahora parece que me hemos ganado una confianza tan grande, como si nos conociéramos de toda la vida.
Yo me doy la vuelta y me despido con mi mano. En mi camino se encuentra el señor del kunai como si hubiera estado esperándome.
[¿Ya te vas chico?]
[Si. Es mejor que lo haga lo más pronto posible]
[Tienes razón. Es una pena que no pueda acompañarte, no puedo simplemente abandonar este lugar y dejarlo sin protección]
[Lo sé, por eso no te lo he pedido. Aun así me gustaría que acompañaras a esos 3 de vuelta, no sé si tengan el valor de volver por su cuenta luego de lo que han presenciado]
[Ok, es el favor de un amigo después de todo. ¿Cómo podría decirle que no?] dijo con una sonrisa.
[Muchas gracias, aunque ¿seguro que no hay problema? ¿No será peligroso dejar esta ciudad sin su protector?]
[Descuida, hay un par más como yo que lo mantendrán a salvo. Te garantizo que en tu hogar existirán otros que todavía no han despertado su potencial]
Sería muy egoísta de mi parte pensar que fui el único en recibir estos poderes, me deja un poco tranquilo saber que haya alguien más encargado capaz de proteger a los demás.
[No lo había pensado, espero que así sea. Oye, una pequeña duda]
[Claro, dime lo que sea]
[¿Por qué te refieres a nosotros como usuarios de la luz? ¿De dónde sacaste este término?]
[Ah eso. Un niño me llamó de esa manera cuando me vio en acción. Suena genial, ¿no?]
[... supongo que si. En fin, gracias nuevamente]
[Suerte en tu viaje. Estaré rezando por ti] dijo estirando su mano.
[A ti también] respondí tomándola de vuelta.
El se acercó dándome un abrazo y susurrándome algo al oído. Luego se dio media vuelta y se alejó. Yo retomé mi camino.
Saliendo de la ciudad me dirigí al norte, hacia la capital. Lamentablemente no pudieron facilitarme un vehículo debido a la falta de combustible. Se aprecia que se hayan preocupado tanto de todas formas.
Empezando mi larga caminata compruebo la mochila que me pasaron antes de salir. Varias botellas con agua y unos cuantos snacks me mantendrán a salvo del hambre y la sed por unos días. Junto con ello una pequeña carpa y saco de dormir que me permitirán pasar las noches con una cierta comodidad. Finalmente en mi cintura está un pequeño banano en el que tengo un poco de comida a mano.
Me tardaría normalmente unos 3 días caminando sin parar para llegar a mi destino, aunque tomando en cuenta que desconozco lo que me espera en aquel camino no puedo ser tan optimista. Espero que una semana sea más que suficiente.
Me coloco la mochila en mi espalda y empiezo a caminar recordando las últimas palabras que me dijo el señor del kunai.
"Ten cuidado con el hombre con capucha. Parece que es como nosotros, pero algo sobre él no me da buena espina"
Desconozco a que se refiere con eso, de todas formas tendré precaución. Si él es un elegido también deberá dirigirse a la capital. Debo apresurarme, el resto de personas puede estar en peligro.