[¡No le hagas nada!] un grito de la lejanía me sorprendió, era esa chica.
¿Qué hace aquí? Le dije que se quedara en casa.
Se acercó corriendo y se puso entre la bestia y yo.
[... huye] creí alcanzar a decir. A estas alturas no estaba seguro de si podía siquiera hablar.
[¡No lo ataques! ¡Atrás demonio!] gritó en su dirección. El se quedó quieto mirándonos, sorprendido por su aparición repentina.
No, vete. Debo hacer algo, tengo encontrar la forma de hacerlo. Mi cuerpo está inmóvil, lágrimas de color rojizo inundan mis ojos y cambian mi percepción de los alrededores. Estiro mi mano intentando aferrarme a la leve vida que me queda. Pero solo hay tierra.
Repentinamente sentí un leve ardor en mi frente. Ella se había dado vuelta y me abrazó fuertemente la cabeza. Un extraño calor recorrió todo mi cuerpo.
[...] ya era incapaz de decir alguna palabra.
[¡Por favor! ¡No lo mates a él también!] decía mientras lloraba.
Lentamente mis fuerzas regresaban, mis dolores se quedaban atrás y mis heridas se curaban milagrosamente.
¿Cómo puede ser? Una luz tenue apareció de su pecho. Un hermoso cristal en forma de diamante de un color cian colgaba de su cuello, este emitía un brillo que resonaba conmigo y parecía sanarme. Ya veo, ella también es una elegida de la luz.
Estoy recuperándome poco a poco, no debo desaprovechar esta oportunidad. Ahora puedo hacerle frente. El esfuerzo de esta chica no será en vano. Ya me ha salvado 2 veces, ¡Necesito devolverle el favor!
Sin darme cuenta en mi mano izquierda tenía agarrada una extraña forma, como si fuera pequeña piedra. Al intentar analizarla con el tacto a través de mi guante esta pareció desintegrarse. ¿Puede ser? No tengo tiempo que perder. La criatura perdió la paciencia y se nos acercó con la clara intención de acabar con ambos.
Toqué suavemente la mejilla de la niña y limpié sus lágrimas.
[Gracias, has vuelto a salvarme] dije mientras sollozaba en silencio. Me puse de pie y la aparté a un lado. [Esta vez no te defraudaré]
Me acerqué corriendo a la bestia para alejarla de ella lo más posible.
El demonio rápidamente se dispuso a atacarme con su garra.
Dentro de mi mano izquierda sentí un brillo nuevo. Esta es la luz de una nueva esperanza, un nuevo camino que me llevará al triunfo. El resplandor llena por completo mi pulgar y todo mi cuerpo se llena de una extraña sensación.
Esquivo fácilmente el ataque y me da la oportunidad de contraatacar con un fuerte puñetazo a su cara. Este exclama de dolor y lo hace retroceder unos pasos hacia atrás. Su mirada demuestra la sorpresa de mi ágil movimiento de recién. Yo igual estoy sorprendido.
Reviso nuevamente mi guante y confirmo que la luz contenida en mi pulgar sigue activa. Mi cuerpo se siente muy ligero, me da la confianza para seguir adelante.
Esta vez me toca a mi, voy hacia él con una actitud decidida. El empieza a girar para golpearme con su cola pero yo salto y pisando su pecho logré ganar la altura suficiente para pasar por encima cayendo sobre su cabeza y proporcionándole un golpe con mi mano. El impacto más el rechazo parece haberle causado mucho daño, casi perdiendo el equilibrio.
Ahora se ve muy enojado. Se acercó a mi y con gran velocidad me intenta rasguñar con sus garras, sin embargo consigo contorsionar mi cuerpo y sin problemas me hice a un lado. Mi enemigo no se rindió y da un giro para atacar con su cola, cosa que vuelvo a evadir. Enfurecido sigue zarpazo tras otro sin conseguir siquiera tocarme.
Esta nueva habilidad me ha dado la capacidad para poder moverme con extrema facilidad, como si mi destreza motriz hubiera culminado en los mayores niveles posibles y me permitiera mover mis músculos a sus límites, reaccionando inmediatamente a manera de que lo pienso, quizás hasta el punto de considerar que no son movimientos posibles para un ser humano.
Después de constantes intentos la bestia ya se veía cansada, por lo que aproveché una apertura en sus ataques para golpearlo directamente en una pierna. Cuando empezó a perder el balance me apresuré a darle un puñetazo en la espalda, de esta manera cayó tendido al piso.
Me coloqué sobre él aplastando su cuerpo para provocarlo, llamando de vuelta al torbellino de luz. En el se asoma la familiar empuñadura que remuevo para enterrar mi espada en el cuerpo de la criatura, este lanza un rugido producto de la herida.
[Jaque mate, demonio] dije mientras terminaba de acumular la energía en mi dedo índice apuntando directamente hacia su cabeza a tan sólo unos pocos centímetros de distancia.
La lagartija tenía una mirada irritada pero luego pude ver una expresión de resignación. De todas las criaturas que he encontrado esta ha sido la más peculiar hasta el momento, casi puedo sentir la agonía que debe experimentar en este instante al saber que encontró un oponente que finalmente acabará con su vida.
Aun así no hay tiempo para dudar. De un disparo que emana desde la punta de mi dedo termino por matarlo. Su cadáver empieza a desintegrarse poco a poco.
[¿Lo mataste?]
[Así es. No fue tarea sencilla, te debo otro favor]
[No es nada, en serio...]
La chica se acerca lentamente a mi lado y contempla el escenario conmigo. Nos quedamos unos segundos en silencio.
[Vamos a casa] le digo estirando mi mano, ella asiente con su cabeza y la toma con firmeza.