El camino se hizo bastante largo. Primero, por la lenta velocidad del vehículo debido a cualquier imprevisto que pudiera surgir en el viaje. Teníamos que estar pendientes en todo momento de alguna potencial criatura que apareciera. Además, nos encontramos con un socavón que tuvimos que cercar. No podía descartar un escenario parecido al que experimenté con mis propios ojos el otro día cuando salí de expedición.
Segundo, como consecuencia directa de lo anterior el ambiente que había entre mis compañeros no era de lo mejor. Seguían pensando en que toda esta idea era una misión suicida y que no deberían arriesgar sus vidas por un completo desconocido. Bueno, si estuviera en su lugar probablemente pensaría de una forma similar así que no los culpo. Como resultado el aire en el vehículo era tenso y preferí no decir nada a menos que fuera necesario.
[¿Y qué te hace tan especial para que tengamos que escoltarte todo el camino hasta acá?] dijo el capitán.
[...]
[¿Qué sucede? ¿Te comió la lengua un ratón acaso?]
[Sucede que derroté a un par de esas bestias a las cuales sus armas no le hacen ni cosquillas. ¿Feliz?]
[Si, claro. Debió ser sólo un golpe de suerte la que te ayudó a matar a ese felino en medio de la ciudad. Si nos encontramos con otra no esperes volver a contarlo]
[Si quiere podría acelerar un poquito más, de esa manera no llegaremos mañana y podríamos evitar esa situación, ¿no le parece?] respondí ya empezando a acabarse mi paciencia.
[¿¡Qué crees que le dices al capitán!?]
[¡Será mejor que consideres tu tono, joven!]
Añadieron los otros 2. He aguantado sus menosprecios a mi persona por varios minutos. Ya estaba considerando en que me dejaran aquí y seguir el trayecto restante a pie.
[Solo digo la verdad. ¿O ustedes aportaron algo en el último ataque a nuestro hogar?]
[Bueno...]
Hasta ahí quedó el discurso del cabo, sin nada más que agregar. Apuesto que ni siquiera estuvo en el centro cuando nos invadió la bestia.
[No esperas que crea que la fuente de toda esa destrucción se deba a un animal salvaje, eso no tiene sentido. Estuve encargado de limpiar los escombros, no hay forma de que eso no fuera obra de alguna arma explosiva] añadió el sargento.
[Lamento informarle que así fue]
[¡Deja de mentir chico!]
[Silencio sargento, yo estuve ahí. Pude ver con mis propios ojos lo que esos seres son capaces. ¿Cuantas vidas inocentes se perdieron? ¡Maldición! Si hubiera podido salvarla...]
[Capitán...]
Parece que a diferencia de ellos 2 él sabe a lo que nos enfrentamos. El debió atestiguar de primera mano lo feroces y peligrosos que pueden llegar a ser estos enemigos, solo basta un instante para comprender la amenaza que esos monstruos presentan.
[Olvidenlo, eso quedó en el pasado. Para la próxima estaremos preparados, esperemos que llegue la oportunidad de que nos muestres tus habilidades, héroe]
Decidí no comentar más al respecto cambiando mi mirada hacia la ventana.
Me percaté que habíamos apurado el paso un poco, por lo visto tomó en consideración mi comentario. En todo caso debo estar preparado por cualquier cosa que pueda pasar. Se que llegando el momento dependerá de mi si terminamos vivos o muertos.
Para nuestra suerte habíamos pasado la mitad de la ruta sin tener ninguna novedad. Sólo quedaban unos pocos kilómetros hasta llegar a nuestro destino, ya podía observarse nuevamente los rastros de urbanización.
Pude ver algunos vehículos destrozados por la carretera, unas cuantas manchas de sangre que probablemente pertenecían a cuerpos humanos que habrían sido presas de alguna criatura y hasta un camión dado vuelta que nos impedía seguir, por lo que tuvimos que hacer un leve desvío. A pesar de todo eso mantuvimos la calma y continuamos con nuestro viaje, de seguro todos estábamos aliviados de no encontrar a ninguno de los causantes de todos esos destrozos.