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Chapter 18 - Veneno

El celo en un omega era distinto al de otros géneros, durante una semana perdían ante el deseo por ser poseídos por un dominante, su mente no era clara, perdían ante el instinto, no eran racionales, así que si había un omega en celo lo más probable era que terminará violado. Esa era la razón por la cual debían tener un completo control de su celo mediante los supresores.

Una omega en celo adolescente, con un celo irregular, fuertes feromonas, frente a un alfa dominante... Un alfa que tenía diversión al verla de ese modo, cuya mente estaba obsesionada con ella.

Su temperatura corporal seguía subiendo, el calor de la excitación llegaba a todos los lugares de su cuero, jadeaba mientras su pecho subía y bajaba cada vez más rápido, sus mejillas pasarían de tener una pequeño rubor color melocotón hasta sonrojarse por completo teniendo el color rojo de una manzana, mientras tanto el resto de su cuerpo tenía una reacción diferente, era la primera vez en su vida que no controlaba su celo; sus pezones estaban duros frotándose dentro su sostén, sus piernas perdían fuerza al sentir tan caliente su vagina que estaba completamente mojada, cada parte de ella caliente y sensible pedía ser tocada.

Daniel no dejaba de penetrar con su mirada a la chica, esta era una escena que había esperado ver por mucho. Verla de forma tan perdida y excitada, era más que placentero, deseaba más que otra cosa, poseerla de una manera dura y salvaje, verla llorar de placer, pidiendo que la llene por completo.

— Da-Daniel esto... Es muy vergonzoso.

— Nadie está mirando solo yo Morgan.

— En-enserio solo llévame de vuelta a la enfermería —. No era el Daniel de siempre, amable y dulce, ella tenía miedo de él.

— Morgana. Te di una orden, así que comienza a desvestirte rápido —. Soltó una ráfaga fuerte de sus feromonas, y ella obedeció.

Con las manos temblorosas quitó sus prendas, el saco cayó al suelo, su camisa blanca, bajó sus pantalones y solo quedó o en ropa interior frente a una mirada lleno de deseo.El miedo en los ojos de ella, formó una sonrisa en la cara del joven alfa, éste toma la silla junto a su escritorio, con una pose elegante tomó asiento, mientras ella lo miraba con atención.

— ¿Qué esperas para quedar desnuda?

— Pero yo...

— ¡Te dije que hicieras algo Morgan! ¡Hazlo de una puta vez!

La chica sintió humedecerse sus ojos nublando su vista, tenía miedo, en su vida con sus padres jamás había sentido tal reacción ante feromas de un dominante, algunas lágrimas cayeron al suelo junto con su ropa interior.

– Siéntate en la cama —. Ello lo hizo.

— Hoy aprenderás a xompalcer a tu alfa Morgan. Abre tus piernas.

No era una pregunta, era una orden que ella debía cumplir, estaba consciente que si no lo hacía él la golpearía o haría algo más, si atura daba miedo y un alfa dominante ante una omega eran claros los resultados de negarse a una petición.

— Bien mi querida Moran. Ahora masrurbate frente a mi —. Sonrió dulcemente, mientras sus feromanas llenaban cada vez más la habitación.

No era de impresionar que ella no tuviera experiencia haciendo ese tipo de cosas, pero instintivamente bajo una de sus pequeñas manos a su parte vagina, que estaba lo suficientemente mojada para meter un dedo dentro sin problemas, en cambio ella masajeo tímida y de forma lenta su clitoris sacando pequeños suspiros de placer, entre más pasaba el tiempo aumentaba el ritmo, sus gemidos subían de tono, mienntras con su mano libre, acarició uno de sus pezones ya erectos, aumentado la excitación.

El alfa no podía apartar la mirada de la escena. Continuó jugando con sus pechos, sus fluidos vaginales goteaban, una necesidad de ser llenada invadió su mente, cansada de sólo frotarse, con algo de miedo pero demasiado excitada metió un de sus dedos dentro de su vagina, dolía un poco, pero si lo hacía de forma lenta era muy placentera, metió un dedo más y disfrutaba tener dos dedos dentro de ella, el placer recorría su cuerpo.

Daniel se paró de la silla, frente a la cama, la omaga dejó de masturbarse esperando una orden, bajo la cremallera de su pantalón, sacando su pene erecto e hinchado, la mirada deseosa de la joven era muy buena, metió un dedo dentro de su pequeña boca y ella lo chupo de forma erotica.

— Chupalo.

Jalo su cabello, y metió su pene dentro de su boca, era torpe al hacerlo, el la guió como decía hacerlo. Lamiendo desde la base hasta la punta, cuando la tenía dentro de su boca usaba su lengua caliente probando que podía hacer, la saliva y el líquido preseminal estaban mezclados, tan obscena tan lujuriosa, Daniel no pudo resistir y folló su boca de forma brusca, sus ojos estaban llenos de lágrimas, casi no podía respirar, la presión en su garganta dándole ganas de vomitar, era doloroso tener un miembro de gran tamaño llegando al fondo de la garganta, mientras tanto él aumentó sus estocadas y llegó al final, llenando de semen la boca de la chica.

— Tragalo —. Demandó.

Lo hizo, pero tosio un poco, la falta de aire, el dolor de su garganta, sus fluidos bajando por sus piernas anunciando sus múltiples orgasmos, la habitación inundada de la feromona del alfa, su mente y cuerpo no podían con más. Se desmayó.