Ambos se agarraron a golpes, patadas y mordidas, literalmente.
Víctor era muy fuerte y rápido pero Tom no se acobardó ni un segundo, Víctor trepó la pared para lanzarse sobre él pero Tom evadia cada uno de sus trucos, cada movimiento ocurría en una milésima de segundo, Alhelí intento detener a Tom pero él la apartaba con cada movimiento que ella hacía.
-No, Alhelí. No te metas en esto, por favor- Volvió a enfrentarse a Víctor que lo esperaba con una enorme sonrisa de oreja a oreja.
-¿Por que no le dices a mi querida hija, lo tuyo con Sabrina, Tom?- Ladeó su boca sonriéndole.
-Callate Víctor, no es necesario- Tom miró por el rabillo del ojo a Alhelí que se vio confundida al escuchar aquella declaración.
Ella usó por primera vez su cerebro para entrar en los recuerdos de Tom, aunque quien en realidad la hizo hacerlo fue el mismo Víctor para que ella se enterara de lo que hablaba.
Cada imagen en la mente de Tom eran de su madre, cuando sonreía, cuando le hablaba tiernamente al fiel sirviente que la recibió en la mansión Bartholly, otorgándole el cuarto más hermoso de toda la casa, miró las imágenes de cuando se encontraban solos, lo cual pasaba casi todo el tiempo ya que Víctor casi nunca se encontraba en casa, miró aquellos dos jóvenes como dos grandes amigos, aunque la mirada de Tom hacía Sabrina era diferente, en sus ojos podía ver el amor y cariño que sentía hacia su señora, pero nunca le faltó al respeto, y parecía que Sabrina conocía los sentimientos de su sirviente pero siempre se esmeró por hacerlo sentir cómodo y tratarlo como un hermano íntimo.
-¿Lo ves hija? Tom estuvo enamorado de tú madre- Se acercó a Tom con su sonrisa maliciosa. -Era normal, por eso no dejaba salir a Sabrina, sabía que Tom nunca me sería desleal y ella tampoco, pero no podía confiar en otros hombres- Su cara se puso seria. -Pero aquí nuestro... alfa más joven- Dijo con burla. -No respetó nisiquiera a una bebé, aunque no lo culpo era una cría, pero su madre no lo detuvo, no dudaron en intentar devorarse a una mujer desvalida y a una pequeña bebé-
-¿Y que diferencia hay? Si tú también querías matar a tú propia hija- Intervino ella.
-Es verdad, pero al final, eres mía, mi linaje, y en cambio él- Señalo al lobo aún agonizando en el suelo. -Te marcó, y eso es imposible, mi descendencia no será contaminada- Dijo con fuerza.
De un solo golpe apartó a Tom de enfrente, con un brazo rasgó la tela del vestido de ella y tomándola de la pierna derecha le rasgó la piel justo encima de la cicatriz que tenía, dejándola con los ligamentos expuestos, sin sangre se le podía ver la pierna desgarrada que le empezó a sanar casi inmediatamente.
Al mismo tiempo Tom volvió a derribarlo pero se descuidó y no pudo sostenerlo, hasta que sintió los pies de Víctor en sus hombros y con sus manos lo halo del cuello haciendo fuerza para arriba, tratando de arrancarle la cabeza, Tom sabía que no iba a poder durar mucho así que solo dijo con mucho esfuerzo...
-T.. Te Amo... Sabrina- Miró los ojos de Alhelí.
Y con un último movimiento por parte de Víctor, el cuerpo de Tom cayó al piso, con su cabeza a cierta distancia.
Todo pasó en menos de un segundo, Nicolae y Peter tirados en el suelo, y Drogo sosteniendo a Alhelí después de lo que Víctor le hizo en la pierna, ninguno pudo hacer nada.
Para cuando pudo reaccionar, Alhelí dio un grito estremecedor desde lo profundo de su garganta, se soltó de Drogo aún con la pierna abierta y con sus dos manos agarró de los hombros a Víctor para luego levantarlo y revolcarlo por el suelo, sus gritos estremecedores se escucharon a más de un kilómetro alrededor de la casa, y los golpes dirigidos a su padre hacían temblar la tierra, Víctor se defendía contra ella pero no podía con una mujer vampira y enojada, aunque para él solo se había convertido en un pequeño juego contra su hija.
Alhelí siguió estallando en furia, hasta que llevó a Víctor hasta un árbol el cual se derrumbó con el golpe y ambos cayeron de espaldas.
Mientras ella peleaba con él, Drogo hizo lo último que pudieron planear por si las cosas no salían como pretendían, se entró al bosque y volvió a salir por el lado contrario de la casa, pero no venía solo, Sara lo acompañaba.
Él la llevó de la mano y para cuando Alhelí hizo caer el árbol, Sara corrió en su dirección y lanzó una especie de bolsa junto a Víctor, que al caer se formó en el aire una forma de humo negro, Drogo fue a tomar a Alhelí para que se alejara.
Luego se escucharon los gritos de Víctor, sus ojos iban absorbiendo el humo negro hasta que no pudo abrirlos más, se agarró del pasto estrujandolo con las manos, luego empezó a revolcarse del dolor, el humo recorrió todo su cuerpo envolviendolo en una capa negra y gruesa dejándolo inmóvil.
Alhelí lo miró de lejos con preocupación...
-¿Q.. Qué está pasando?- Dijo con tono suave, su enojo estaba desapareciendo.
-Él... Esta muriendo- Murmuró Sara, pero Alhelí la escuchó a la perfección.
Le dirigió a Drogo un pensamiento de que la soltará, y luego se acercó a Víctor que agonizaba del dolor, se arrodilló junto a él mirándolo con desdén.
Él también la miró, no le suplico ayuda, solo alcanzo a estirar su mano libre para agarrarla, ella lo sujetó e inmediatamente sintió que algo entraba a su cuerpo, no entendía lo que estaba sintiendo, lo agarró más fuerte y él le sonrió.
-Yo... ame a tú madre- Dijo con dificultad. -Y ahora... Te amo a ti- Y poco a poco soltó su agarre de su hija.
-Yo también te amo, padre- Ella ya no podía llorar, pero si sollozó.
Luego el cuerpo de Víctor se desvaneció de sus manos, junto con el humo negro el viento los hizo desaparecer.
Todos los demás vampiros no podían creer lo que estaban viendo, inmediatamente soltaron a los lobos que tenían inmovilizados y salieron corriendo de ahí, desapareciendo del pueblo.
Los pocos lobos que quedaban volvieron a su forma humana y los más fuertes fueron a levantar a Sebastián, él no podía moverse menos volverse humano, así que no les quedó opción más que cargarlo así.
-Pronto iré a visitarte, tenemos cuentas que arreglar, así que informale a tú padre, no quiero tomarlo por sorpresa- Nicolae se les acercó para dirigirse a Sebastián.
Sebastián aún no había llevado a toda su gente con él, lo cual fue una sabia decisión, después de todo tomó sus precauciones.
Alhelí volvió a los brazos de Drogo que la recibieron con un fuerte abrazo, y ella miró a Sara escondida detrás de él, se le acercó y la miró un poco incrédula.
-¿Qué haces tú aquí?- Dijo observándola con sus ojos rojos y sus colmillos aún visibles.