Sara los despidió, se fueron caminando por el bosque tomados de la mano, Drogo se puso a cazar y ella lo esperó.
Subieron lo alto de las montañas, trepando árboles, saltando arroyos, y escalando rocas.
El sol estaba en lo más alto del cielo, a pesar de su calor, sus cuerpos siguieron sumamente fríos.
Drogo la abrazó por la cintura y la besó, ella le siguió el beso con dulzura y amor.
-Te amo, hermosa- Ella sonrió y siguió besándolo.
Luego algo muy extraño y repentino los interrumpio.
-Ahh... Hay... Ouch...- Alhelí se sobresaltó cuando sintió un dolor en su estómago.
-¿Qué sucede amor?- Su tono fue de preocupación.
-No lo sé, sentí... ¡Hay...!- Se tocó el estómago y fue llevando su manos más abajo hasta su vientre. -Drogo...- Dijo en un tono alarmante.
Le tomó la mano y la puso en su vientre para que sintiera lo que ella sentía, los ojos de él dieron un destello de luz por el asombro, su vientre se movía y demasiado.
-Esto... ¿Es lo que creo que es?- Dijo asustada.
-Amor, estas embarazada - Drogo sonrió de oreja a oreja.
La cargo en sus brazos y la besó. Ella no podía salir de su asombro.
-Asi que... ¿De esto hablaba la abuela de Sara?-
-Si, eso debe ser. Y como eres mitad humana por eso has quedado así-
-Pero es muy pronto, apenas anoche...- Se detuvo a pensar un poco mejor.
-Amor, tú cuerpo ha cambiado, el veneno va a acelerar cualquier reacción que lo ataque en tu interior, y este bebé, sin duda va a crecer más rápido de lo que pensamos- La abrazo sintiendo una inmensa felicidad en su interior.
-Ouch...- Volvieron hacer interrumpidos. -Golpea fuerte, vamos a casa ¿Si?- Drogo le sonrió y se fueron a la mansión.
Contaron todo a Nicolae y Peter, Lourie empezó a dar gritos de alegría por toda la casa, los felicitaron y armaron un plan para mantener seguro al nuevo miembro de la familia.
Tuvieron que extender el permiso de ausencia en la Universidad, y Peter se encargaría de lidiar con sus amigos que seguramente preguntarían por la falta de ambos.
Llego el tercer día del embarazo, Alhelí comía más de lo normal, obviamente ahora comía por dos, no dejaba que nadie se le acercará, por miedo a lastimar al bebé y también por que su estado inestable de las hormonas se lo exigía, y Drogo estaba incluido en que no debía acercarse, aunque a veces tenía que soportarlo, pues si el bebé patea mucho, solo se tranquiliza al sentir el arrullo de su padre.
Era aún de día, los 3 hermanos tuvieron que hacer un viaje corto hasta el centro de Madrid para suministrarse de cosas médicas, ya que Nicolae sería quien la atendería en el parto.
Su vientre aún no había crecido mucho, todavía se podía disimular, pero bajo ninguna circunstancia salía de la mansión, Lourie dormía tranquilamente en su habitación y Alhelí le leía a su "Drogito" como solía llamarlo.
Sus habilidades estaban en pausa, había logrado minimizar mucho el poder escuchar los pensamientos y sentir la presencia de otros a su alrededor, ya que no quería hacer ningún esfuerzo que pudiera afectar al bebé.
Leía cómodamente en la sala, hasta que escucho que sonó el timbre, se extraño mucho ya que no esperaba a nadie, fue hasta la ventana y miró a Rocío con sus maletas en frente de la puerta.
-¡Rayos! ¿Qué hace aquí? - Penso rápidamente en que hacer, pero nada serviría, Rocío sabría perfectamente si le miente en algo.
Trató de tranquilizarse y fue a abrir la puerta, como se había privado de su poder mental no pudo escuchar nada en el pensamiento de Rocío cuando abrió la puerta y esperó a ver que reacción tendría su amiga al verla tan cambiada.
-¡Alhelí! ¿Sabes cuánto tiempo tienes de no responder mis llamadas?- Dijo enfurecida.
-Ah... Hola...- Dijo con temor.
-¿Hola? ¿Es lo único que vas a decir? ¿Hola?- Movio sus manos con brusquedad haciendo una mueca de disgusto.
-Rocío, yo... Lo siento, pero... He tenido muchas cosas y...- Se calló de golpe cuando sintió los brazos de su amiga alrededor de ella.
-No tienes idea de lo preocupada que estaba. No hemos hablado durante 2 meses, intenté comunicarme con los chicos pero nisiquiera ellos atendieron mis llamadas y no pude venir antes por qué tenía exámenes- La sostuvo con fuerza de los brazos y la miró a la cara. -¡Oye! Gaste casi todos mis ahorros en mi boleto de avión, más te vale que me des de comer por qué tengo hambre y además me debes una buena explicación, y ¿Porqué estás tan helada?- Alhelí se hecho a reír de su amiga.
-Jeje, estas muy parlanchina, vamos entra-
Rocío se impresiono con la mansión, fueron hasta la cocina y Alhelí le preparo comida, se sentaron en el desayunador para hablar mientras comía.
-Esta casa es increíble, tuve que pagarle demás al taxista por traerme hasta acá-
-Que bueno que guardaste la dirección que te mandé-
-Si, de paso vi la Universidad, es muy grande, todo aquí parece de otro mundo ¿No?-
-Si, no tienes idea de cuánto...- Murmuró Alhelí. -Amm... Rocío, de verdad lo siento, no es que no quisiera llamarte simplemente no he podido, han pasado muchas cosas y...-
-Alhelí, tranquila. Lo entiendo, pero de verdad estaba preocupada, creí que algo malo podía haberte pasado, no fue difícil decidir venir a buscarte, al menos quería saber si estabas bien, lo estás ¿Cierto?-
-Claro que sí, más que bien de hecho -
-Muy bien, me alegra escuchar eso- Se limpió la boca y dio 2 palmadas en la mesa. -Ahora, muéstrame esta increíble casa- Dijo con entusiasmo.
Le enseño cada rincón de la mansión, incluido el cuarto de su madre.
-Y esta habitación, ¿De quién es?- Rocío visualizó el cuarto anticuado pero bello, de Sabrina.
-Es... De mi madre- Dijo Alhelí dispuesta a sincerarse con su amiga.
Rocío se giró de golpe con los ojos como platos, y la boca formando una gran "O".
-¿Qué... qué dijiste?- Tartamudeó.
-Mi madre- Alhelí se acercó a ella. -Amiga, tengo mucho que contarte, creo... que ya es hora de que sepas toda la verdad-