Al día siguiente Rocío despertó y vio desde su cama a Alhelí frente a su laptop, se acercó a ella y se apoyó en los hombros de su amiga.
-¿Qué haces?- Dijo mientras bostezaba.
-Mm.. Sólo investigo un poco- La vio por el rabillo del ojo. -Buenos días- Dijo sonriente.
-Ah...- Exhalo Rocío estirando los brazos y las piernas. -Si.. si, buenos días- Movió sus muñecas sin ganas y fue a abrir el refrigerador. - Esa es la página web de esa Universidad ¿verdad?-
-Si- Alhelí estaba muy concentrada.
-¿Y cómo se llama?-
-Universidad de Mistery Spell-
-Que nombre más extraño... ¿Mistery Spell?-
-No sólo la Universidad se llama así, sino también el pueblo, al parecer esta un poco alejado del centro de Madrid pero aún así forma parte de la ciudad- No despegó su vista de la pantalla. -Y... Los Bartholly son prácticamente los dueños...-
-¿Qué? ¿De verdad?- Rocío hablo con un pedazo de sándwich en su boca.
-Si, aquí dice que ellos dieron el dinero... Mm... con razón, Drogo me dijo ayer que el y Peter estudian ahí-
-Pues mira que suerte tienes amiga, jajaja- Alhelí puso los ojos en blanco y negó con la cabeza. - Mira y en España...- Trago el bocado en su boca. -¿Hace frío? -
-Mmm... No lo sé, quizás un poco. ¿Por qué?-
-Es que Nicolae y Peter, incluso Drogo, se sentían muy helados ayer, no dije nada porque pensé que era normal pero, no se, creo que se sentían demasiado fríos, o quizá imagino cosas, tu no te diste cuenta...? Drogo te beso la mano..- Dijo divertida.
-Jeje, pues no, yo lo sentí normal, quizá eres tú la que estaba demasiado caliente, jajajaja-
-Hey...- Y así inicio una pelea de cosquillas y patadas sin dolor. Cuando se detuvieron, se sentaron en el sillón.
-Te voy a extrañar- Susurro Rocío.
-Yo también amiga, no me he atrevido a pedirte que vengas conmigo, porque se cual será tu respuesta...- Rocío asintió.
-Si, no creo soportar dejar este país, creo que desde que entre al orfanato y también aquella vez que vi a mi madre, entendí que al menos si no estaba verdaderamente con ellos, al menos si podía estar en el mismo país que ellos- Las miradas de ambas se cruzaron, sollozaron un poco, pero se negaron a llorar, aquello no era una despedida, era un "te veré luego".
Como era día Sábado, habitualmente Rocío salía con un par de amigos de compras, quería pasar con Alhelí el poco tiempo que les quedaba pero Alhelí la convenció de ir, le dijo que ella tenía que atender los asuntos referentes a la beca, y como eran vueltas que Rocío odiaria la convenció fácilmente de seguir con su rutina sabatina.
Rocío se fue muy bien vestida como siempre y Alhelí se quedó investigando un poco más. Aunque pareció no tomarlo en serio en el momento, no pudo olvidar lo que Rocío dijo de los apuesto hermanos, -¿Frios?- pensó -Pero yo no sentí nada...- Sacudió su cabello en señal de frustración. - Bueno, después de lo que vi anoche, no me sorprenderia nada... y su color de piel, sus facciones, ¡¡Ahhh!! Quizá me estoy volviendo loca- Se puso de pie. -Pero.. y sino... no difieren tanto de mi color de piel, lo admito, pero fríos, cambio de color de ojos, era demasiado obvio, definitivamente no lo imaginé, eran rojos, si eran muy rojos- Se detuvo en un espejo redondo que tenían cerca de la puerta principal. -Rojos... como...- Dirigió su mirada a través del reflejo al pequeño colgante que había en su cuello, cerca de su escote. -Rojos, como esto... ¿Significará algo? Además, porque... Ahh... de verdad deseo tanto verlo, quiero verlo, ¡No!-
Ciertamente quería verlo, apenas si había podido dormir de sólo pensar en si podría volver a verlo después de ese beso, a pesar de que lo de esos ojos rojos era muy desconcertante, su concentración sólo era dirigida a ese beso tan dulce, apasionado y desesperado, no había duda que quería volver a probar sus labios. Se quedó parada frente al espejo, como una tonta se rió recordando las caricias, los movimientos de sus labios con los de él, se sonrojo, paso sus dedos por sus labios, y después se pellizco una mejilla.
-Ah. Alhelí, ¡Enfócate!- Se palmeo las mejillas.
-Ouch, mejor me voy a vestir-
Se baño, se vistió, se puso un vestido con falda un poco acampanada hasta la mitad de las piernas, un escote poco pronunciado y una pequeña chaqueta de mezclilla por encima, y tenis, sus favoritos.
Se fue al orfanato para hablar con la directora que se mostró muy contenta por ella, las demás cuidadoras se enteraron y empezaron a organizar una pequeña fiesta para despedir a una de sus muchos niños, era tal el cariño que le habían tomado que algunas no pudieron contener las lágrimas, a pesar de ser huérfana ella siempre les decía que no lo era, tenía muchas madres en realidad, todas se conmovieron, pero dejaron las emociones para el día de la fiesta que sería el Lunes, un día antes de que Alhelí partiera.
La directora hablo un poco con ella, la aconsejo como una madre, Alhelí le expresó su gratitud durante todos esos años, y ambas se abrazaron. Alhelí sabía que a partir del día Martes su vida cambiaría definitivamente, no sólo por los estudios, los cuales la tenían muy ansiosa, sino por que después de experimentar su encuentro con Drogo y más saber que lo tendría más cerca de lo esperado, intuía que él también sería la causa de el inicio de algo muy diferente para ella.
- Bueno y ¿ya informaste al joven Nicolae, Alhelí?-
-No Directora, no lo he visto, así que quizá más tarde...- La anciana la interrumpió.
-Aquí tengo la dirección de su hotel, ¿Si quieres ir a buscarlo?- Sacó una hoja de papel de una de las gavetas de su muy gastado escritorio. -Aquí tienes-
-¡Oh! Gracias, Directora. Amm...- Miro el reloj de la pared en la oficina de la anciana, eran las 10:30 a.m.
-Voy a ir ahorita, ojalá este ahí-
-Bueno ten cuidado- Alhelí se despidió con un beso en la mejilla y se fue.
Pidió a un taxi que la llevará al hotel, al entrar solicitó en recepción el número de habitación, llamaron a los huéspedes de dicha habitación, los cuales accedieron a dejarla pasar.
Mientras el ascensor subía hasta el décimo primer piso, según la recepcionista a la "suite presidencial", llevaba los nervios a flor de piel, estaba tan nerviosa que no podía controlar la tembladera de sus manos y de sus piernas, lo que más nerviosa la ponía era su reencuentro con Drogo, sabía que lo sucedido antes había sido muy extraño, pero lo que más quería en ese momento era verlo, sólo verlo, saber que estaba bien, que sin importar lo ocurrido no iban a fingir como si que nada hubiera pasado.
El ascensor se detuvo y las puertas se abrieron, camino hasta el número de la habitación puntualizado en la hoja que la Directora le había dado, se paró frente a la puerta y respiro hondo, al terminar de respirar, antes de tocar, la puerta se abrió.