- Hola Alhelí- Dijo Peter con una agradable sonrisa.
-Ahh.. Hola. Mm...- Ella lo vio dubitativa.
-Pasa-
Alhelí entró con paso lento, observó con cuidado la habitación que tenía un pequeño recibidor con una mesa redonda al centro con un florero decorandola, le seguía un pasillo de un metro para llegar a un salón un poco más amplio, donde habían unos sofás muy finos, una televisión ensamblada a la pared sobre una mesa larga, en dicha pared habían dos puertas en cada extremo que conducían a otras dos habitaciones más amplias.
Mientras Alhelí observaba el salón, Drogo salió de una de las habitaciones, ella se giró y lo vio, él se detuvo a cierta distancia de ella; se miraron un segundo, pero Alhelí no se pudo contener más. Se lanzo a sus brazos, Drogo la sostuvo fuertemente, ambos sumergieron sus cabezas en el cuello del otro, Alhelí retrocedió un poco su cara para buscar los labios de él, Drogo dudo un poco pero no resistió la tentación de besarla.
Sus labios se unieron, ansiosos y deseosos, fue muy dulce parecido al primero, aunque para Alhelí fue aún mejor, ninguno planeaba parar hasta que...
-Mm,mm..- Peter hizo sonar su garganta con una leve sonrisa.
Alhelí se separó lentamente de él, con una sonrisa de satisfacción. Drogo la tomó por la cintura y la acomodó en uno de los sofás poniéndose al lado de ella, Nicolae ya estaba ahí, y por su expresión divertida había presenciado la escena anterior.
-Buenos días, Silene-
-Buenos días, yo.. lo siento, vine sin avisar-
-Esta bien, no te preocupes. Eres bienvenida, ¿quieres algo de comer o de tomar?-
-No, gracias. Amm... de hecho vine por que quería hablar contigo-
-¿Así? - Dijo Drogo apretandola un poco más de la cintura. Ella reaccionó y lo tomó de la mano.
-Jeje, es que te quería dar mi respuesta...- Los tres la miraron fijamente. -Yo... voy a ir a España-
Nicolae la miro complacido, Peter espero la reacción de Drogo que tenía una mirada preocupada pero a la vez no podía esconder la felicidad que le provocaba la noticia, la preocupación que sentía no se comparaba a la idea de tener a Alhelí tan cerca de él como le fuera posible.
- Es maravilloso, me alegro mucho por ti Silene, entonces, tenemos que arreglar tus documentos para que puedas salir del país, descuida yo me ocupare de todo, sólo necesito que me dejes tu información para poder sacarte el pasaporte y los demás documentos-
-Si, aquí los traigo conmigo- Ella rebusco en su bolso. -Ten-
Nicolae los reviso rápidamente, todo estaba en orden. Alhelí le dirigió una mirada a Drogo y le pidió hablar a solas con él. Él la llevo a una de las habitaciones, y cerró la puerta, sabía que aún así sus hermanos podían oír toda la conversación gracias al agudo oído que tenían, pero no le importó.
- Drogo, te..tenemos que hablar, sobre ayer- Suspiro.
- Lo se, y lo siento, no debí irme así- Ella se sentó al borde de la inmensa cama que estaba a un lado de la habitación.
-¿Me dirás que es lo que pasó? o ¿Tengo que adivinarlo?- Drogo la vio confundido.
-¿Adivinarlo?- Ella asintió. - Bien, trata de adivinarlo- La reto. Ella se puso de pie y se puso frente a él muy cerca.
Observo cada pequeño detalle en su rostro, recordó la mirada desconocida, y lo que Rocío le había dicho acerca de ellos.
No estaba segura pero si recordaba cierta lectura que había leído un día.
Era muy favorecedor, en ocasiones como esta, ser una loca por los libros, o el ratón de biblioteca, su apodo en la escuela. Su afición por los libros no tenía comparación, podía leer uno tras otro sin detenerse, sus temas favoritos (aunque siempre leía de todo) eran sin duda los relacionados con lo místico, leyendas, y muchas historias que sólo en un libro podían existir, sin embargo algo en su interior siempre le dijo que en el mundo existía más de lo que sus ojos podían ver.
Le sonrió a Drogo tímidamente, mientras pasaba sus delicados dedos por sus mejillas, recorrió cada uno de los rasgos en el rostro de él, y se detuvo hasta llegar a su cuello.
-Tus ojos... cambiaron de color ayer, tu piel es incluso más blanca que la de un albino, eres como una perfecta estatua, eres frío como el hielo, tus reflejos.. ¿Creiste que no me di cuenta? Era imposible que me salvaras de aquel bicicletista cuando estaba tan cerca de mí. Es... mucho que procesar- Ella retrocedió unos pasos, se giró y vio el enorme ventanal que daba una hermosa vista a la ciudad. -Tú... No eres humano ¿Verdad? Y lo que siento... lo que siento justo ahora, por.. por ti, no es casualidad.. ¿Cierto?- Drogo se acercó a ella por detrás, la rodeó y la miro fijamente.
-Tienes alguna idea de lo que soy...?- Pregunto manteniendo la distancia.
- No. Pero no te tengo miedo- Ella se le acercó.
-¿Quieres saberlo?- Ella pensó, tocó el duro pecho de él y abrió su boca, pero en ese momento Nicolae abrió la puerta.
- Lo siento, Silene, pero no creo que...- Alhelí se giró hacia Nicolae.
-Quiero saber Nicolae, diganmelo, o tendré que descubrirlo yo misma- Nicolae suspiro.
-Ven-
Salieron al salón, y se sentaron, sólo que está vez Alhelí prefirió quedarse de pie.
-No se como empezar esto...- Nicolae unió sus manos en un sólo puño. - Bien, tienes razón, Drogo no es humano, ninguno de nosotros de hecho, pero.. ¿de verdad estas dispuesta a oír esto?-
-Si, quiero saber- Dijo decidida.
-De acuerdo. La verdad me has impresionado, eres muy inteligente Silene, demasiado, nadie nunca había cuestionado nuestras apariencias de la manera en la que tu lo has hecho, muchos son los que nos han observado, pero nadie ha visto lo que tu has visto, o al menos nadie que viva para contarlo- Los tres hermanos la miraban con expectativa, era verdaderamente insoportable no poder ver sus pensamientos y peor aún que Alhelí sabía muy bien controlar sus emociones, por que hasta ese momento desde que Nicolae empezó a hablar se mantuvo seria y serena, no perdió la compostura, se miraba casi igual que ellos si evitaban moverse, como una estatua.
-Nosotros...- Ella reaccionó sólo para pronunciar.
- Nicolae, deja el misterio, dilo ya- Dijo con voz autoritaria.
-Somos vampiros-