Al día siguiente les respondí a todas y quedamos en ir en 4 días a la tribu de la Luna y de recuperar mis brazaletes, así que agende todo con el profesor de Renato llamado Miguel López, era de Sur América y era experto en dicha rama, así que fui con Renato y Manuel a conocerlo.
Era un hombre de 63 años, piel bronceada y cuerpo algo robusta, cabello negro liso y corto, ojos negros y de 1.78 nos invitó un café y me hizo varias preguntas, la que no pude contestarle era como sabía que había trasmutado y porque, le di una vaga idea del porque, pero donde estuve antes de eso no sabía aunque no puedo negar que la frase de Juna me daba vueltas y no podía sacarla de mi mente así que decidí preguntarle al respecto.
Me dijo que hace unos 15 años había escuchado lo mismo de un paciente, según el estuvo en un lugar donde sólo los dioses y algunos semi dioses podían estar, el no transmuto en su propia familia pero si logró resolver algunos asuntos y luego de eso murió de nuevo pero ya de manera definitiva, saber eso me dejó algo triste pero así son las vueltas de la vida y si debo resolver algunos asuntos y descansar en paz entonces lo debo hacer y aceptar esa realidad.
Claramente esto a Manuel ni gracia le hizo pero le expliqué que era posible que por eso había vuelto a la vida y a la misma edad que morí, a lo que mientras el Sr. Miguel oye como le explico dice
Sr. Miguel: Pero… el no transmuto sino reencarno.
Todos nos quedamos viéndonos las caras hasta que dije: ¿Qué?, ok.. ahora si que me perdí.
Lo que había pasado es que el Sr. López sólo había visto casos de reencarnación pero era primera vez que veía uno de transmutación, y por eso le había mentido a Renato para poder conocerme y estudiarme, admito que en cierta forma me sentí no tanto ofendida sino como conejillo de indias por saber la verdad del Sr. López.
Lo que en parte le daba ventaja es que si había leído de esos casos pero nunca los presenció o fue testigo de ello, sólo confiaba en lo que decían los libros, se que quería saber dicho detalle de donde estaba mientras ya que religiosamente no estaba ni con Dios ni con el Diablo.