Chapter 40 - El encuentro

Esa noche Asier tuvo un sueño extraño.

Todo comenzó cuando su cabeza tocó la almohada y se quedó dormido.

Cuando abrió los ojos se encontraba en un hermoso bosque de pinos cubierto por nieve, a pesar del frio que debería hacer Asier usaba pantalones cortos, una camiseta delgada e iba descalzo no sentía ni una pizca de frio, incluso pensó en algunos momentos que su cuerpo se calentaba.

Sentía la mente nublada y confusa al igual que la vista, por mucho que intentara abrir los ojos y mirar de manera clara no podía ir más allá de tenerlos entrecerrados y nebulosos, todo estaba cubierto bajo un halo espumoso que no le permitía ver más allá de unos centímetros de sus pies.

A pesar de la dificultad caminó sin rumbo fijo, no sabía cuanto tiempo había pasado, en algunos momentos sentía que solo habían pasado unos pocos minutos, en otros que había estado días caminando, su percepción del tiempo se había volcado al igual que su capacidad para contar o pensar, cada vez que intentaba contar sus pasos no podía ir más allá del número dos sin poder recordar que números le seguían y al siguiente momento olvidaba lo que había estado haciendo, de esta forma continuó paso tras paso, luego de un tiempo perdió la capacidad para escuchar, ya no podía oír el viento soplar a través de las hojas o la nieve caer, sin embargo no había ningún rastro preocupación dentro de él, más tarde perdió el sentido del olfato, le siguió el tacto y finalmente la vista se llenó de más y más neblina y se volvió negra.

Cuando estuvo rodeado de negro pudo abrir los ojos completamente y mirar a su alrededor, su mente se aclaró mas sin importar donde mirara todo era de color negro profundo y espeso, quería caminar, pero sus pies estaban pegados al piso sin posibilidad de que se movieran, de esta forma espero y espero, y el tiempo volvió a avanzar. A pesar de estar en un espacio desconocido y sin la posibilidad de hacer nada más que estar parado, no se sentía aburrido, cansado ni agobiado, sino más bien todo lo contrario, comodidad y bienestar lo embargaban.

No supo cuanto tiempo había pasado hasta que sintió como una mano le tocaba suavemente el hombro, se dio vuelta lentamente para mirar al recién llegado y se sorprendió de verse a si mismo, frente a él estaba otro Asier, incluso llegó a pensar que estaba viéndose en un espejo mas cuando miró más detenidamente notó que a pesar de que era el mismo rostro y cuerpo la manera de pararse, sus expresiones faciales e incluso la luz en sus ojos era distinta, podía ser el mismo caparazón por fuera, pero no era el mismo ser por dentro, toda la actitud y manera de moverse era distinta, puede que para una persona normal pase desapercibido, pero para él no, la persona frente a él no era Mavis sino el verdadero Asier.

Los dos ojos dorados se miraron sin decir ninguna palabra, Mavis se sentía un poco culpable, le había quitado el cuerpo y la vida a esta persona, nunca se había tomado el tiempo de pensar que le había sucedido al verdadero, pero ahora que lo tenía frente a frente no podía evitar sentirse mal.

Ambas personas continuaron estudiándose, finalmente Asier abrió la boca, Mavis notó que quería decir algo pero no salían palabras de sus labios, Asier frunció el ceño molesto y continuó batallando con sus cuerdas vocales mas sin importar lo que hiciera no salían palabras, Mavis estiró la mano y la puso sobre su cabeza de manera cariñosa frotando su cabello para tranquilizarlo, con la otra mano estiró un dedo y frotó el ceño fruncido entremedio de sus cejas para alisarlo, no le gustaba ver a un niño tan frustrado y con una mirada tan angustiada, intentó transmitirle con su mirada que se podía tomar su tiempo, que no se preocupara, sin embargo, a pesar de que la otra persona se tranquilizó aun tenía una mirada ansiosa como si lo que quisiera decirle fuera de suma importancia.

Mavis vio su batalla y le entregó uno de sus brazos, Asier lo miró sin comprender, por lo que Mavis le hizo señas de que escribiera con sus dedos lo que quisiera decir en su antebrazo.

De esta forma, Asier comenzó a escribir letra por letra mas cada vez que colocaba una letra en su piel pequeñas gotas de sangre comenzaban a salir de sus orificios, Mavis lo miró angustiada, pero Asier ignoró todo y continuó escribiendo lo que quería trasmitir, letra por letra el piso se comenzó a llenar de sangre proveniente de sus ojos, oídos, nariz y boca, las gotas eran cada vez más grandes hasta que se convertían en un flujo constante, cuando esto no fue suficiente, heridas comenzaron a aparecer en su cuerpo que también sumaron sangre al charco en el piso, todo el chico terminó convertido en un baño de sangre mas no se detuvo en escribir, la misma Mavis comenzó a sentirse mareada y con la mente y vista nuevamente nublada, finalmente ambos se desmayaron y Mavis/Asier se despertó agitado en su habitación, miró alrededor la vista familiar y a Biel acostado a su lado y lanzó un suspiro llenó de angustia recordando al chico afligido y sangrante en su sueño, las pocas palabras que había logrado escribir aún permanecían en su mente:

"Debes recordarme".