Los días trascurrían de manera monótona e incluso un poco aburrida, desde que Asier no tenía nada mejor que hacer que comer, dormir y cantar comenzó a sentirse un poco entumecido sumado a su nula actividad física estaba comenzando a estar frustrado con la vida, incluso había intentado seducir a su pequeño jefecito por diversión, sin embargo, este había estado evitándolo sin razón aparente y sumado a tener un gran bulto en su cama todas las noches no había hecho ningún progreso, Asier quería decirle que estaba en plena juventud, se supone que estos eran los años más activos de una persona mas Hoshino se había transformado de un día a otro en una gran pared de piedra, por mucho que golpeara o pateara no había forma de que este se moviera un centímetro en su dirección, ¿acaso perdió el encanto? ¡Imposible! Puede que este cuerpo este tan delgado como un palo en estos momentos pero claramente tenía el encanto de un cachorrito de ojos llorosos, lindo, adorable e inofensivo, del tipo que sientes la necesidad de apretar y proteger, no es que realmente lo sea, incluso en su estado actual no duda en que podría someter a Hoshino en unos segundos e incluso noquearlo, olvida su cuerpo de un metro noventa y tantos, incluso con sus anteriores uno cincuenta y tantos metros podía acabar con quien fuera, no subestimes a una persona pequeña, son los más ágiles y flexibles.
Desde que su canto había mejorado enormemente las largas sesiones ya no eran necesarias, por lo que, Asier iba todas las mañanas y estaba listo a medio día, en el tiempo restante debería haber realizado otras actividades mas dado su estado físico estas se descartaron ¿Cómo podría hacer algo sin poder mover sus articulaciones? Simplemente imposible, Hoshino le había propuesto que hiciera ejercicios de rehabilitación en vista que pronto se libraría de los molestos yesos, Asier había estado de acuerdo con la idea, de todas maneras, no tenía nada más que hacer.
De esta manera, Asier cada tarde mientras esperaba para regresar a casa al mismo tiempo que Hoshino se quedaba en una de las salas de baile y practicaba ejercicios que habían sido dados por un especialista, Hoshino había insistido en traer a uno para que lo acompañara durante el proceso mas se había negado con todas sus fuerzas, ya había dos asistentes siguiéndolo a todos lados, puede que uno sea su hermano, pero seguía viéndose llamativo para el resto de las personas que lo veían, solo estaban en las salas de practicas andar de un lado para otro con tanto personal se vería demasiado excesivo, para una persona que estaba acostumbrada a pasar desapercibida y permanecer oculta la sensación de ser visto en todo momento no era muy placentera, prefería estar en las sombras a ser iluminado por las grandes luces.
Los primeros días varias personas se habían acercado a él para conversar cuando lo vieron entrar a la sala de baile, tenían curiosidad por la persona que había causado tanto alboroto en la empresa y a quien incluso el jefe tenía en alta estima, algunos incluso lo vieron como una posibilidad de conseguir mayores beneficios y apoyo mas la realidad mostró que el colador humano de Asier filtró toda la escoria que aparecía frente a sus ojos ignorándolos derechamente o contestando con unas pocas palabras frías y desinteresadas, luego de una semana, las personas que habían esperado unos días para acercarse se rindieron directamente al ver su actitud, algunos incluso lo maldijeron dentro de sus corazones y arrojaron todo tipo de mierd*as verbales para desahogar su frustración.
Hoshino había estado vigilando atentamente a Asier desde una distancia segura, a medida que se habían ido acercando los días para la completa recuperación del chico su paciencia también se había visto afectada, en el último tiempo había tenido la excusa de sus lesiones para esconder sus sentimientos bajo la alfombra, incluso había intentado convencerse de que no era recomendable perturbar a un niño aún en periodo de crecimiento tanto mental como físico, sin embargo, seguía siendo un ser humano y un adulto, con necesidades y gustos, la atracción que sentía hacia él solo se hacía más grande con cada día que pasaba y mientras estuvieran a poca distancia un simple roce podría lanzar sus hormonas por los cielos, había sido muy difícil contenerse y lo único que finalmente lo había mantenido cuerdo eran todas las veces que había perdido el control con anterioridad y el chico no lo había rechazado sino más bien felizmente había entrado en sus brazos, a sus ojos esta actitud es claramente la de un niño obediente y que intentaba complacer al otro, dado que él era el adulto responsable debía mostrar moderación y respeto hacia el desarrollo mental del chico, lo que había terminado en su negativa a hacer cualquier cosa de índole sexual hacia el pequeño al menos hasta que fuera mayor de edad, en el último tiempo esta disposición lo había hecho sufrir horriblemente, el pequeño gatito constantemente había actuado coqueto y travieso, llevándolo al limite de su tolerancia, todas sus puntos valóricos habían estado a un paso de colapsar tal como un castillo de papel, pero tampoco podía regañarlo, a sus ojos estaba en la edad donde las personas se sentían tentadas y en donde sus cuerpos eran más activos, esta razón hacía aun más fuerte su resolución de que su pequeño gatito no debía ser tocado.
Asier por primera vez no podía entender el proceso mental de una persona, cada vez que miraba a Hoshino era como estar leyendo una hoja en blanco, no podía pensar que se le estaba pasando a esta persona por la cabeza, para él la situación era muy simple, claramente le esta mandando las señales más directas, entonces ¿por qué no acepta? No podía entenderlo, por primera vez en su vida sentía que el dicho sobre la complejidad de las emociones humanas era cierto, de todas formas, Hoshino era menor que él por lo que su corazón se ablandaba y decidía ser indulgente y paciente, no puede presionar a un niño tan lindo.
De esta forma, ambas personas se miraban como niños a los ojos del otro terminando en un círculo sin sentido.
Era mediodía del sábado cuando Biel dijo algo que sorprendió a Asier, este se acaba de despertar y levantar, había estado muriendo de sed por lo que había bajado sin pasar por el baño en dirección a la cocina, cuando finalmente había vaciado dos vasos de agua en su estómago apareció Biel y lo miró sorprendido, Asier solo había podía mirarlo con confusión y no fue hasta que este habló que Asier se sintió conmocionado incluso olvidando ocultar sus propias emociones como generalmente hacía.
"Hermano, ¿En qué momento te hiciste mechas? No es que me desagraden, la verdad se te ven bastante bien, resaltan aún más tus rasgos" le dijo Biel mientras agarraba un mechón de su cabello y lo frotaba entre sus dedos "sigue igual de sedoso".
Asier no podía entender que le pasaba a su pelo, claramente no se había hecho nada, pero dado la reacción de Biel debía tener algo distinto, sin embargo, no podía actuar como si no supiera lo que tenía en el pelo, para no levantar sospechas actuó de manera natural, asintió con la cabeza mientras una sonrisa se elevaba en sus labios, como si a él igual le agradara lo que sea que tuviera en su cabello.
Finalmente, luego de diez minutos de interrogatorio sobre el dónde, cuando y porque se había hecho el cambio Biel quedó satisfecho con las respuestas vagas e inventadas de Asier y se marchó de la cocina, en el segundo que Asier quedó solo apuró el paso lo mejor que pudo con las muletas al baño más cercano y se miró en el espejo sin poder creer lo que veía, su cabello que la noche anterior había sido blanco plateado ahora tenía numerosas mechas de color naranja rojizo, no la clase que vez en colores fantasía sino más bien los pigmentos naturales de una persona que ha nacido con ese color de cabello, Asier podía identificar esta tonalidad de una solo mirada, había sido el tono de cabello de su anterior cuerpo, había tenido una larga y ondulada melena pelirroja que brillaba intensamente al sol, era el color del ocaso natural y hermoso, en esos años había estado muy orgulloso de su cabello, sin embargo, ahora solo podía mirarlo con horror, ya era la segunda vez que aparecían características de su vida anterior, no podía ser una coincidencia, pero tampoco había una explicación razonable, no es que cruzar de un cuerpo a otro sea un hecho muy científico…
Asier estuvo pensando encerrado en el baño casi treinta minutos, finalmente llegó a la conclusión, ya que no tenía una explicación ni tampoco podía controlar que sucediera solo le queda ignorarlo, Asier siempre había tenido un pensamiento bastante sistemático y simple, separa sus problemas en los que puede solucionar y los que escapan de sus manos, a los primeros les encontrará la solución más factible en cuanto a los segundos simplemente los ignorará, por mucho que los mire no cambiara la realidad, así que ¿Para qué molestarse?
Hoshino también quedó sorprendido cuando vio su cabello mas encontraba bastante lindo el cambio, por lo que, luego de sacarle a Asier una foto a escondidas mientras comía un trozo de tarta de chocolate con los ojos brillantes de felicidad y satisfacción dejó de hacer preguntas al respecto y se preocupó más de apreciar la vista frente a él, de esta manera, las vagas explicaciones de Asier fueran satisfactorias y nadie notó las incongruencias en su historia.
Esa noche volvió a salir un capítulo de Looking for the Treasure, las personas ya estaban familiarizadas con todos los participantes, por lo que Asier recibió varios comentarios de apoyo y ánimo en sus redes sociales antes de que comenzara el programa, incluso habían hecho gif y collage con sus fotos, en todas se veía extremadamente guapo, ¿Su cara es lo único que les importa a estas fanáticas? A este ritmo parecería un artista de cartón, sus fanáticos eran claramente amantes de su apariencia, Hoshino miró su rostro frustrado y lo consoló mientras frotaba suavemente las líneas que se habían formado en su frente hasta que fueron alisadas y el joven lo miró con los ojos brillantes mordiéndose el labio, era un acto que hacía Asier siempre que pensaba en exceso, en este momento su mente batalla con algún plan para que las personas dejaran de mirar su rostro y se fijaran en otras cosas, claramente tenía otros talentos, entonces ¡¿Por qué solo miran su cara?!, mas para Hoshino fue un acto muy tentador y sensual en especial cuando lo sumabas a la mirada aturdida y perdida de Asier, miró los labios por unos momentos atrapado en un dilema, luego de llegar a la conclusión de que los besos no deberían tener nada de malo, bajó la mano que aún permanecía en la frente del muchacho y la puso sobre los labios del otro soltando los dientes que aún mordían los jugosos labios, finalmente Asier dejó de estar atrapado en su mente y miró sorprendido a Hoshino, no había esperado que hiciera nada tan tentador, claramente el último tiempo había estado actuando todo inocente solo frotándole el cabello o apretando sus mejillas, Hoshino miró los ojos asombrados del otro y sintió que podía estar haciendo sentir incomodo al otro, se veía tan pequeño e inocente, no se atrevía a seducirlo, sin embargo, cuando comenzó a alejar su rostro que estaba a corta distancia de Asier, este agarró rápidamente su cuello por la parte posterior y con una fuerza que lo dejó sorprendido tiró de él y lo besó, era un beso lleno de sed y necesidad, olvidando todas las formalidades y acciones delicadas, Asier había empujado su lengua en el momento que los labios se tocaron, había sentido una leve resistencia por parte del otro cuando lo tiró mas en el momento en que los labios se rozaron sintió como Hoshino se relajaba y suavizaba, recostándose como una jalea blanda sobre él luego de haber perdido parte de su estabilidad.
Las lenguas se retorcieron por un largo tiempo, las respiraciones agitadas eran cada vez más roncas y necesitadas, dando a todo la habitación un ambiente ambiguo y sensual, en algún momento Asier había arrojado a Hoshino de espaldas al sillón y trepado sobre él de manera dominante, no pensaba dejar escapar a esta persona que se había estado comportando como monje por semanas, si quería salir libre tendría que luchar contra él, no es que lo fuera a lograr de todas maneras, Asier estaba bastante seguro que Hoshino no podría ganarle y más al ver su aspecto blando y tembloroso mientras dejaba suaves besos en su cuello y acariciaba con las puntas de los dedos los tersos abdominales, los ojos de Hoshino estaban desenfocados debido al placer con una leve acuosidad y enrojecimiento, dando un aspecto manso y exquisito, Asier sintió como toda su excitación crecía, quería que esta persona fuera sola suya, quería verlo gemir y suplicar bajo él, quería ver más de ese rostro sonrojado y lloroso, quería que sus ojos se desenfocaran hasta que no pudiera hacer nada más que gritar de placer.
Asier estaba a punto de romper directamente la camisa de Hoshino junto con el pantalón cuando escuchó una puerta abrirse y la voz de Biel proveniente de la habitación contigua, en ese momento Hoshino también reaccionó y se sonrojó con vergüenza, había sido totalmente derrotado por el niño sobre él, pensó que debería sentirse molesto al ser tan débil mas la sensación de ser atendido y presionado por la otra persona realmente lo había hecho sentir bien y si pasara nuevamente estaba seguro que no podría negarse.
Asier alisó la camisa de Hoshino con suavidad y mimo, peinó su cabello dorado y finalmente satisfecho lo ayudó a volver a su posición original, Hoshino aún podía sentir todo su cuerpo suave y tembloroso por lo que no hizo ningún movimiento para ayudarlo, apenas podía sostenerse, estaba seguro de que si hubiera estado parado sus piernas hubieran cedido hace mucho tiempo.