Chereads / Re//4U - El día sin mí / Chapter 14 - The Re/ason Why You're Alive

Chapter 14 - The Re/ason Why You're Alive

-¿Qué sentido tiene la vida? desde el momento en que nacemos nuestro destino es fijado y algún día dejaremos de existir. Si me lo preguntan, esta existencia no tiene sentido-.

[The Re/ason Why You're Alive]

Y ahí se encuentra Noah, acostado en un vasto valle viendo hacia un cielo rojizo. Extiende sus 2 brazos para sentir la agradable sensación del césped en su piel. El viento está algo fuerte, pero nada molesto. Las aves se oyen cantar al fondo, pero no logra ver a ninguna de ellas.

-¿En dónde estoy?-. Piensa mientras se levanta, se sacude la ropa y acomoda sus anteojos. "¡Thing! ¡¿Estás aquí?!". Intenta llamarlo, pero solo es un intento en vano. "Si no fuera por el sonido de las aves, pensaría que estoy en un lugar desierto. Aunque tampoco logro ver a ninguna".

Comienza a caminar. 5, 15, 30, minutos solamente dando vueltas sin lograr encontrar algo útil. Se sienta por un momento.

-Parece que solo doy vueltas en circulos-. Mantiene un gesto irritado. "¡Son las mismas montañas...". Señala. "... ya he pasado por aquí como 4 veces, es la misma montaña, tiene las mismas rocas, la misma altura y un único árbol seco entre todos los demás, por favor, como no me voy a dar cuenta si es la única montaña con ese estúpido árbol!". Comenzaba a hartarse de caminar, lo que lo mantuvo molesto por los siguiente 8 minutos.

Aquel cielo rojizo aun cuando parece estar al atardecer, se mantiene igual, del mismo color, con la misma iluminación. Después de gritar y soltar lo que tenía adentro, respira se pone de pie y continua su trayecto, pero esta vez decide ir adentrándose en la montaña. Más adentro parecía que el bosque comenzaba a comer hasta la última gota de vida en ti. Las hojas caen con elegancia, el viento sopla de forma armoniosa y el cantar de las aves comenzaba a dejar de escucharse.

Pasa 3 árboles considerablemente pequeños comparados con los demás, eran de su altura. Aparta las ramas que se atraviesan en su camino, pero, se detiene. Justo enfrente se encuentra con una puerta de madera, bastante vieja, con muchos arañones y pintura que se cae con solo tocar.

-Comenzaba a creer que se volvía a repetir el camino-.

Toma con delicadeza la perilla, se veía frágil así que decidió no arriesgar. Empuja la puerta y se abre con un rechinido bastante peculiar.

"¿Qué es esto?". Dice en voz baja.

Todo estaba oscuro, entra e intenta agudizar la vista para poder ver que hay. Después de un par de pasos la puerta se cierra sola y el sonido se expande por toda la habitación.

Se gira e intenta abrirla de nuevo, pero ya no está, desapareció, solo siente el frio de una pared lisa. "Genial". Dice en modo de queja mientras hace una mueca.

Se encienden unas luces, Noah entrecierra los ojos, solo es un aro de luz que ilumina una simple mesa vacía. La mesa era redonda, con un mantel color negro, sobre ella había una vela muy elegante, sin embargo, estaba apagada.

"¿En dónde estoy?". Nuevamente dice con voz baja.

Se enciende otra luz, igual iluminando solamente una mesa. Y otra luz, y otra, y otra, y otra, y otra. La habitación comienza a tener forma, pero aún está muy oscura, solo se llega a iluminar lo que abarcan las mesas.

Noah intenta caminar, no logra dar ni 1 paso cuando desde las sombras salen muchos maniquíes vestidos con esmoquin, estos tienen una marca por distintas partes de su cuerpo como el cuello, las mejillas, las manos; en forma de código de barras. Sostienen una charola de plata mientras se mueven por toda la habitación como si fueran meseros.

Noah se inquieta y retrocede un poco, una vez asimilado todo se pone serio y no muestra ninguna expresión.

El movimiento de los maniquíes es como si tuvieran patines en vez de pies y aun siendo tantos, sus movimientos son tan limpios y fluidos que ninguno choca entre sí, van de mesa en mesa dejando y retirando las charolas, aunque estas están vacías. Como si estuvieran programados.

Ninguno parece acercarse a Noah, a lo que decide atravesar toda la habitación y comienza a avanzar. Se mantiene cuidadoso pero tranquilo.

Al pasar la mesa más cercana a la entrada, un maniquí con código de barras en vez de ojo derecho llega por la espalda con una silla deslizable y lo sienta a la fuerza.

"¡Imbécil!, ¿Qué crees que haces?". Grita molesto esperando una respuesta de regreso, pero efectivamente el maniquí era incapaz de hablar.

Lo detiene en una de las mesas atándolo del vientre a la silla para evitar que se levantara. El maniquí se fue enseguida.

Dirige su atención a la atadura. "¿Y esto?". Se pregunta con voz baja. -¿En qué momento cambié de ropa?-. Su atuendo fue reemplazado por completo, gracias a la poca iluminación fue incapaz de darse cuenta, ahora vestía un esmoquin negro con corbata larga al igual que los maniquíes, incluso sus anteojos cambiaron, ahora son color negro, sin ningún detalle. Decide no darle mucha importancia y comienza a hacer fuerza en la atadura.

"Basta Noah".

Escucha una voz familiar desde el otro lado de la mesa. Frunce el ceño ligeramente y levanta la vista.

Su expresión cambió al instante. "¿Tu qué haces aquí?". Pregunta sorprendido y a la vez aterrado, siempre intentando no demostrarlo.

Era Derek, su cabello ahora era totalmente negro, estaba despeinado, vestía un esmoquin al igual que todos, sin embargo, él con una corbata de moño y extrañamente a un costado de su ojo izquierdo tiene un código de barras como si fuera un tatuaje. Recibe a Noah con una sonrisa, Noah en cambio mantiene una expresión preocupada.

"¿No me digas que lo olvidaste?". Dice Derek. "Quedamos en salir a cenar".

"¿C-cena? ¿Qué quieres decir?". Responde Noah.

"Pues lo que es, una cena, no tiene mucha ciencia".

Derek mantiene una posición recta y firme, muestra confianza junto con tranquilidad, mientras que Noah se mantiene nervioso, confundido por la situación, no entiende nada, ¿Será un sueño? se pregunta ¿Una ilusión?. Lo último que recuerda es el azul de un cielo despejado antes de morir al saltar del edificio.

"A claro, la cena, si..." Dice Noah con una voz nerviosa. "Casi lo olvido, ¿verdad?". Se intenta acomodar la corbata por nerviosismo, no hacía falta hacerlo.

"Si... claro". Responde Derek dirigiendo una mirada de sospecha.

"Hablando de casi olvidar las cosas, ¿Sabrías decirme que día es hoy?, es que ando un poco mareado".

Derek baja la vista, toma una servilleta de la mesa y comienza a doblarla. "No sé a qué te refieres con mareado, pero está bien, te seguiré el juego...". Termina de doblarla y se la acomoda en el cuello, preparándose para la llegada de la comida. "Hoy es 42 de Junio".

-¿42 de Junio? ¿De qué está hablando? Lo dijo con tal seguridad que me convence, pero, no es posible, ¿Qué quiere decir con 42? Quizá deba preguntar, o no, tengo un mal presentimiento. No debería estar hablando con el como de costumbre, tan solo mira la situación, ¿Qué parte de todo esto es normal? no tengo que confiarme, tengo que pensar bien las cosas. Estoy seguro de que la persona o cosa frente mío no es el Derek que conozco, pero es que se ve tan real, no puedo simplemente ignorarlo. ¡Me desconcierta!-. Noah se sintió muy abrumado.

"¡Hey! Noah, ¿Recuerdas a tu pez millón?".

"¿Eh?". Noah vuelve en sí. "¿Pez millón? Yo nunca tuve un pez de mascota".

"Si, ¿No lo recuerdas? siempre nos gustaba ver la forma de sus aletas, tenían unos colores muy bonitos y asemejaban un vestido. Me gustaba mucho porque mi madre hacia unos vestidos con el mismo estilo". Suelta una sutil risa. Un maniquí se acerca con una charola tapada, la deja en el lugar de Derek y se retira.

"No entiendo de que hablas...". Responde Noah con expresión seria.

"¿Eh?". Derek le dirige la mira.

"Yo solamente he tenido una mascota... una tortuga...". Cambia a una expresión melancólica. "Ja...". Deja salir una pequeña risa nerviosa. "...Su nombre era Fist, recuerdo que siempre quería estar con ella, le tenía un gran cariño, incluso a veces nos bañábamos juntos, ja...". De nuevo otra risa nerviosa. "Fue la primer y ultima mascota que me compró mi madre...". Toma aire para clamarse y continua. "Después ocurrió el accidente y no pude saber que fue de ella si la rescataron de mi antigua casa o simplemente la olvidaron a su suerte junto con todas mis cosas, pero eso... guardé su recuerdo muy profundo, me dolía haberla perdido".

Derek se queda en silencia con una expresión que genera escalofríos en Noah.

"Ah...". -Los nervios me están matando-.

Un nuevo maniquí se acerca a la mesa con una charola tapada, pero en esta ocasión la deja sobre el lugar de Noah.

"¡Oh! genial, mira Noah, ya llegó la comida".

-No sé qué decir-.

Derek levanta la tapa, sale vapor por la comida recién cocinada. Toma los cubiertos y se dispone a comer.

"Provecho". Toma el tenedor y comienza a llevar pedazos de carne a su boca sin parar, debe tener un gran apetito.

Noah lo ve extraño, pero todo esto lo tiene desconcertado, no se atreve a decir alguna palabra. En uno de sus despistes decide bajar la mirada hacia el plato de su amigo.

"Pero q...". Se detiene antes de terminar. Lo que observo en el plato era un pez millón del tamaño de una carpa, crudo; el vapor al destapar solo era una ilusión. Al aclararse más la vista, devuelve la mirada a Derek, su cara está cubierta por la sangre del pez, pero parece no importarle en lo absoluto. Con una mirada preocupante Noah observa su charola. "No... no puede ser". Aún sin destaparla ya puede imaginarse lo que habrá adentro.

Toma la tapa y la levanta lentamente. Nuevamente vuelve a salir vapor.

-¿Porqué?-.

No puede soportarlo, se siente como si estuviera enjaulado, cargando 100 kilos sobre sus hombros, y con una manecilla de reloj en su cabeza que no deja de sonar.

Al destapar se encuentra una tortuga viva que cubre casi por completo el plato, esta no tiene patas, parece que recién se las cortaron. Noah logra ver la desesperación en ella al intentar escapar y no poder.

"¡Aaaah!". Da grito desesperado, cierra los ojos, y al abrirlos intenta alcanzar un cuchillo de los cubiertos.

[You're not ready]

"¿Eh?".

Su mano no logra sentir nada. Enfrente suyo dejó de haber una mesa y ahora solo encuentra asientos de tren. Mira en todas direcciones, su ropa vuelve a ser la habitual. -Estoy demente...-. Ahora se encuentra a bordo de un tren, tanto los asientos en los que está como los que tiene enfrente son color negro, las paredes se ven metálicas y la luz de la luna entra por las ventanas acariciando cada rincón.

-¿No se mueve?-.

Se pone de pie y comienza a caminar por el vagón, al parecer está vacío, ni si quiera se logra percibir alguna pista de ruido.

-Quisiera relajarme-.

Aún se encuentra muy tenso por lo ocurrido en la cena, quiere suprimir sus sentimientos, pero, no se siente con la capacidad para poder hacerlo, incluso con todo lo que ha vivido en este tiempo, esta situación es muy confusa.

"Ah". Hace una pequeña queja. "¿Por qué me duele tanto la cabeza?".

Sin darle más importancia continúa husmeando hasta que encuentra la puerta del vagón. Cubre sus ojos como si viera algo muy brillante, la puerta está abierta, pero, no logra verse nada; de ella entra un destello casi como si el sol estuviera justo al otro lado.

Toma un respiro. "Ya... qué más da. Ya no me importa". Agacha la cabeza. "Ya solo... quisiera Re//gresar... aunque sea... una vez más...". Cruza la puerta.

[No. You're not ready]

Se escucha una campanilla y el sonido de una puerta cerrándose.

"¡Oh!, bienvenido, escoja lo que más le guste". Responde el dueño del lugar.

-¿Escoger?-.

Noah levanta la vista, lo primero que observa fue comida para perros. Su expresión se vuelve seria de repente, al continuar caminando se topa con muchas repisas, las cuales cuentan con muchos productos para cuidado de mascotas, al igual que comida para distintas especies, al fondo de cada estante hay jaulas en las que puede observar mascotas esperando ser adoptadas, desde perros, pasando por conejos, hasta peces.

-¿Volví a la realidad?-.

Llega a la sección de peces, queda embobado viendo los colores que cada uno de estos tiene y sin darse cuenta choca con una persona.

"Ah disculpe". Dice Noah de forma seria.

"No te preocupes, solo fue un empujoncito". Responde con una voz tan relajada y amable, que podría tranquilizar a cualquier persona.

Al decir eso, Noah levanta la mirada, su expresión seria se convirtió en tristeza. La persona frente suya era una mujer, con 38 años de edad, rasgos finos, un cabello sedoso, largo, oscuro y un poco más baja de estatura que Noah. Con tan solo estar cerca de ella, te generaba una sensación de tranquilidad. Entre sus brazos cargaba a una bebe de tan solo 1 año.

"¿Por... por qué?... ¿Por qué estás viva?... Te... extraño mucho... Mamá". Se clava las uñas con fuerza en su pierna derecha como tic para evitar soltar el llanto.

-Y simplemente... Me sentí como aquel día-.

[Crying in the rain]