No estoy listo para caer en mis propias mentiras.
[Like a Black Labyrinth]
Noah llega al parque, parece que ya han comenzado a actuar, número dos está hablando con Emily para ganarse su confianza, parece que todo fluye como tenían pensado. Muerde la uña de su pulgar inconscientemente y se pone en cuclillas detrás de un árbol. El viento hacia que de vez en cuando cayeran hojas del árbol, lo cual solo lo desconcentraba.
Se ponen de pie, parece que por fin actuaran. Noah los sigue hasta lo que parece ser una calle privada; alcanza a ver a Emily un poco nerviosa, pero ya no le interesa, no siente ninguna necesidad de ayudarla, ahora mismo solamente es un espectador más. Número dos comienza a hacerle platica, para distraerla, parece que hablar con él la calma un poco, sin embargo, número uno llega por su espalda aplicando la del trapo con cloroformo; al hacerlo, número dos la toma de las manos inmovilizándola hasta dejarla inconsciente.
No hay ninguna persona, todo está cubierto, a los pocos segundo llega un vehículo con los cristales polarizados donde todos suben, el conductor era Frank. El vehículo se va, Noah intenta seguirlo sin ser visto, pero es muy lento, termina por perderlo de vista. Se detiene unos instantes apoyado sobre sus rodillas, tratando de tomar aire, solo corrió una calle, pero, está muy agitado. -No puedo respirar ¿Qué pasa?-. Las gotas de sudor caen una tras otra sobre el asfalto. Cuando por fin logra reponer su postura, sigue caminando en la dirección que iban. No tenía esperanzas de alcanzar el vehículo, pero, si continuaban por esa ruta, lo más probable es que se dirigieran hacia el hotel.
[Where it all begins]
Cerca del hotel aún había mucho alboroto, la perfecta distracción para no fijarse en ellos. Pero, no hay pistas, ningún alma sospechosa, solamente los dos gemelos custodiando la puerta mientras los paramédicos hacen su trabajo.
Nuevamente vuelve a morder la uña de su pulgar inconscientemente. -¿Por qué todo sigue igual? ¿Perdí mi oportunidad? debo encontrarlos, pero no creo que ahora pueda entrar al hotel, llegué tarde para poder infiltrarme, solo... no sé, quizás, por una vez en mi vida, debería de haber pedido ayuda a alguien-. Deja de morderse y camina por las calles que rodean al hotel. -Algo no estoy viendo, todo lo de la entrada es mera distracción, debo enfocarme-. Mientras camina mira detenidamente la estructura del edificio, creyendo que pueda haber alguna segunda entrada por la que poder colarse. En su recorrido encontró un par de puertas, pero estaban selladas, parecen ser que las utilizan para sacar desperdicios.
Al terminar en la parte trasera del edificio, encontró el vehículo en el que se llevaron a Emily, estaba un poco escondido entre otros dos, de distinto color. Piensa en acercarse, pero no confía, alguien puede estar custodiando. Para no parecer sospechoso se mantiene por la acera hasta cruzar a la otra esquina que rodea al hotel.
-Nada, no hay nada-
Solamente estaba el vehículo, pero no había nada más, ni una puerta, ni nada parecido. Era un simple estacionamiento con una pared cubierta por moho y arbustos mal cuidados.
-¿Será prudente acercarme? no logré ver a nadie cerca, parece que les importa más cuidar la entrada principal, que el lugar donde está el vehículo. Aunque, pueden tener sus razones-
Vuelve a dar otra pasada, pero esta vez más cerca, para asegurar que no hubiera nadie. Hace la seña de querer arrancarse el cabello y se recarga en un poste de luz que había en la esquina.
-Solo... ¿Por qué soy así? confía en ti, sino ¿Por qué nunca pides ayuda? soy un estúpido solitario, si soy así, entonces deja de pensar y acércate, acércate de una vez ¿A qué le tengo miedo? no, miedo no es, pero... solo yo me entiendo-. Se da pequeños golpes con el puño derecho a la cabeza y baja la mirada, como si estuviera arrepentido, perdiéndose en sus propios pensamientos. -A veces sobre pensar las cosas me puede salir en contra, siento que mi mente es como un laberinto, un oscuro laberinto el cual solo me atormenta-. Nuevamente comienza a rascarse el brazo, parece no darse cuenta, pero cada segundo es más fuerte hasta hacerlo sangrar. -Si fuera más simple, solo me acercaría y ya, al final... puedo intentarlo las veces que quiera-. Deja de rascarse; su brazo y sus dedos están cubiertos por sangre, pero no da ni una pizca de importancia. Levanta la vista y por fin se acerca al vehículo.
Después de observarlo, no encuentra nada fuera de lo común que le pueda servir. Se relaja un poco, parece que en verdad no hay nadie. Se siente aliviado y se recarga en los arbustos de la pared frente al vehículo; al hacerlo, siente el pinchazo de una de sus ramas, se gira, y trata de apartarla; mientras lo hace se percata de algo extraño, si esparcía las ramas hacia los costados lograba ver algo de metal, era una puerta, bastante oxidada que estaba entre abierta.
Traga saliva, comienza a sentirse nervioso, por fin logró obtener una pista, pero es que en realidad no tiene ningún plan, simplemente hacer lo mismo de siempre, adentrarse tratando de buscar algo que nunca encuentra y esperar a ser asesinado para tener que repetir todo de nuevo.
-Si tan solo tuviera más fuerza-
Aprieta el puño, observa bien sus alrededores; el viento comenzaba nuevamente a soplar. Pero, no abre la puerta, cierra los ojos y piensa en la mejor opción. Decide detenerse por ahora y mantenerse de espectador a una cuadra de distancia.
-Solo debo ser paciente, a fin de cuentas, si tuviera un tiempo límite ese sería antes del cambio de día-. Logra posicionarse con perfecta visión hacia esos arbustos.
[Useless]
Pasaron bastantes horas, el sol cada vez está más bajo y no logró ver nada; ni si quiera una persona que se haya acercado a ese lugar.
-Tal vez, debería llamar a alguien, a la policía o yo que sé, me podrían servir de algo-. Se rasca la nuca, pero se detiene enseguida. "Qué raro". Llevaba tiempo sintiendo la vista de alguien más; pero no le importaba, hasta este momento, en el que la sintió clavada por completo. Gira atrás suyo. Encontró un gato negro viéndolo fijamente; aquellos verdosos ojos tan resaltantes. "Estupideces". Se acerca a él y lo espanta. "Estoy delirando". Se recarga en la pared a lado suyo y se desliza hasta terminar sentado. Saca su celular del bolsillo, mira la hora, se disgusta y observa un mensaje sin leer de Derek, preguntaba si todo iba mejor; baja la mirada y decide llamarlo. -No quería involucrarlo, pero... ya no sé que más hacer, estoy muy agotado, no se me ocurre nada. A veces ni yo me entiendo-.
"Hi Noah. ¿Ya te sientes mejor?". Contesta Derek.
"No, oye ¿Recuerdas el edifico del centro? el que nunca sabíamos que era".
"A, si, ¿Por qué?"
"Necesito que traigas una navaja de carraca y un par de bombas de humo justo detrás de ese edificio, tiene que ser alrededor de las 10:00 pm". En ese momento la hora rondaba las 7:00 pm.
"¿Puedo saber el por qué?"
"Lo siento... es algo muy complicado de explicar. Siempre hemos confiado plenamente el uno del otro, prometo que pronto te contaré".
"Bien, lo llevaré".
Poco después cuelgan la llamada.
-Que rabia, no sirvió de nada esperar aquí, a fin de cuentas, lo mejor será actuar-. Piensa Noah mientras se acerca al objetivo. -Pero... ¿Por qué me cuesta tanto? debo concentrarme, olvidarme de todo, dejar atrás mis regresos fallidos y superarme por primera vez.
Llega nuevamente frente a los arbustos, aparta las ramas y deja al descubierto la puerta. La empuja para verificar que continúa abierta y antes de entrar le manda un mensaje a Derek. "Deja las cosas en el arbusto frente al vehículo de en medio".
Cruza, lo primero que se encuentra son unas escaleras que dirigen hacia abajo, parece ser un tipo de sótano, o subterráneo del edificio. Casi no hay luz, solo se logra ver un poco de brillo bajando las escaleras. Todo se siente húmedo, al bajar, se encuentra un túnel, como si fuera una cueva, ahí había un poco más de iluminación gracias a pequeños focos led que iluminan el borde del camino.
-Debo tener todo calculado para poder recoger las cosas que pedí, pero esto... es tan surreal-.
Continua recto, el pasillo no era largo, pero tampoco era corto. Al final se abría en un extenso espacio, tenía la forma de una bodega, y por las cosas ahí, parece que es utilizado específicamente para eso, está lleno de cajas cubiertas por mantas. La iluminación se siente muy suave, da la sensación de venir de la luna, aun cuando se está bajo tierra.
Intenta ver que hay en una de las cajas, quita la manta, tose por el polvo levantado, intenta abrirla, pero no le es posible, están selladas, con candado.
Toma un respiro, se truena los dedos de la mano y levanta la vista. -Concéntrate-.
Intenta rodear las cajas, pero están acomodadas de tal manera que parece un laberinto. ¿Podrá ser apropósito? Quizá sí, quizá no, pero le dificulta el movimiento. Al dar una vuelta en U y quedar atrapado nuevamente en un callejón sin salida, se frustra y da un golpe a la caja frente suya. "Mierda". Terminó con sus nudillos dañados. Da unos pasos hacia atrás para poder tomar carrera; las cajas en realidad no eran muy altas, si acaso unos centímetros más que la estatura de Noah, sin embargo, él prefería no molestarse teniendo que escalarlas, solo se cansaría; pero su paciencia se agotó. Corre y da un salto apoyándose con sus manos, hace esfuerzo, parece que le cuesta, pero termina por lograrlo.
Toma un respiro acostado en ella antes de volver a ponerse de pie. Al recuperarse mira detenidamente los caminos; hay dos caminos sin contar el de la salida.
"¿Derecha o izquierda? es fácil decirlo".
Se dirige al de la izquierda, era el más cercano a su posición. Saltando de caja en caja, hasta llegar.
Era otro pasillo, igual que el del principio, se da prisa y va corriendo. Llega al final, pero logra escuchar unas voces, por lo que se detiene antes de entrar. Era un lugar casi igual de amplio que la anterior sala, pero este estaba construido en forma circular, las paredes y el techo se encontraban cubiertos por simbolismos. La primera sensación de Noah fue la de estar viendo el arte de una iglesia. Saca su celular y toma unas fotos; la cámara no es de buena calidad pero es mejor que nada.
Después de observar, entra, parece que las voces vienen de aún más lejos, de la siguiente habitación al cruzar esa.
"A... ayuda... por favor... ayuda". Una voz joven, de niño, se le dirige.
Enseguida su sangre se hela. Se gira lentamente; hay un niño atrapado en una especia de celda. Antes por centrarse en los simbolismos no se había dado cuenta de que aproximadamente hay 8 celdas en la habitación, rodeándola, quedando en conjunto con todo el ambiente.
El niño estaba esquelético, no tenía su pierna izquierda, ni dedos en las manos. Como pudo se acercó hasta la puerta para poder hablarle a Noah.
Noah no dice ni una sola palabra, quedó paralizado, no puede moverse; su pierna derecha tiembla por impulso. -No... puedo. Recuerda, ya no eres así-. Con su mano derecha logra darse golpes para intentar calmarse. Y... en el instante en que logra controlarse, comienza a correr haciendo oídos sordos.
No todas las celdas estaban llenas, pero no se podía permitir detenerse a ver.
"¡Hey niño! Tú. ¡Ahhh! ¡Ahhh!". Un viejo de muy avanzada edad con cabello y barba de solo canas; igual de esquelético que el niño, pero él si tenía todas sus extremidades. Se acerca corriendo hacia la puerta de su celda y choca con ella haciendo ruido y gritando.
Era la penúltima celda antes de llegar hacia el siguiente lugar, por lo que seguramente alguien lo escuchó. Noah, bajo presión, solo se le ocurrió esconderse en una de las celdas desocupadas; en ellas no había mucha luz, por lo que era fácil pasar desapercibido en la oscuridad.
Entran dos personas, Noah los observa, son los gemelos.
"Tu espera aquí, yo me encargo". Dice el segundo gemelo, deteniendo a su hermano. Se acerca a la celda del viejo. "¿Podrías callarte viejo loco?".
"¡Wuuu wuuu! el niño, el niño, ¡Ahhh!". Grita el viejo.
El gemelo se frustra y da una patada a la celda gritando que se calle. El primer gemelo se desespera, por lo que se acerca junto con su hermano, saca una pistola magnum y le dispara al viejo en la cabeza, sin si quiera dudarlo. Su hermano lo empuja.
"¿Qué crees que haces? no nos dieron ninguna orden de hacer eso". Dice el segundo gemelo.
"No será una perdida, estaba loco, ya estaba en sus ultima, hasta deberían decir que les hice un favor; tienes que ser menos recto con todo". Responde su hermano.
En medio de su discusión, se escucha un ruido extraño en las celdas de enfrente. Ambos guardan silencio, intentando escuchar de nuevo. El segundo gemelo comienza a caminar para ir a ver que ocurrió, pero su hermano lo detiene del hombro.
"Deberías quedarte atrás y solo mirar, un tipo sin agallas como tú, se doblegaría incluso con ratas". Dice el primer gemelo, burlándose de su hermano.
"Maldito creído". Responde entre dientes.
El primer gemelo se acerca a las celdas, el segundo se queda en la salida recargado en la pared. Son las dos últimas que se encuentran vacías, sus puertas están abiertas. Entra a la que se encontraba más lejos de la salida. No parece ver nada fuera de lo normal, se gira para ver a su hermano a lo lejos, parece distraído, pero a él no le importa, se adentra más, hasta el final.
"Solo cucarachas". Dice con un rostro serio. La puerta de la celda empieza a rechinar, alguien la está cerrando, lo primero que se pasó por su mente era una jugada sucia de su hermano, pero no, al girarse ve a Noah cerrándola. "¡Hey, intruso!". Grita, su hermano reacciona y este corre para intentar detenerlo. El primer gemelo se queda encerrado, no tiene la llave para poder salir, Noah corre hacia la salida, topándose de frente al segundo, pero, sin haber abierto su mano, le tira un puño de tierra que recogió de las celdas, dejando al segundo ciego por unos momentos.
"¡Ahhh! estúpido hermano, no puedes hacer nada bien". Grita el primero a la par que saca su arma, dispara, pero no logra acertar ni una sola vez. Noah se dirige hacia la siguiente sala.
El segundo, al recuperar la vista, hace oídos sordos de las quejas de su hermano y va tras el intruso.
-En medio de este lugar, daré hasta mi último respiro-.