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Chapter 8 - La calma antes de la tormenta

En los últimos días he salido con él al trabajo, me levanto más temprano me arreglo, estudio un poco, desayunamos algo ligero y nos vamos juntos en la 4x4.

Decidí ser más animada, así como también he empezado a jugar un poco con esa idea de que somos padre e hija, aunque al principio no fue tan sencillo.

Él no parecía contento con que yo me aferrara a su brazo cuando íbamos por la calle, pero lo termine convenciendo diciendo que me daba miedo ser acosada y si me veían con él tan pegadita, era posible que nadie me hiciera nada.

Bueno eso no fue mentira, los últimos meses aislada en la casa, me hizo tener un poco de miedo al mundo exterior.

No quería socializar con la gente y me parecía más cómodo estar con alguien con quien me siento bien.

Los últimos días empecé a usar vestidos largos de una tela muy ligera, unos tenis y diademas o lazos para acomodar mi cabello. Él dice que estoy agarrando mi propio estilo, aunque siento que es mucha su influencia ya que en realidad yo no elijo la ropa, en ocasiones me siento como una muñequita que él decide con una mano invisible, lo que debe hacer.

Al principio pensé que solo estaba pensando mucho en eso y que tal vez no era así, sin embargo, descubrí que él tiene una especie de fetiche con mi cabello, de vez en cuando me pide que me deje peinar, lo que reafirma mis sospechas de que me trata como una muñeca. De cualquier forma, esa es una manera de estar juntos más tiempo.

Le encanta mi cabello; cuando lo peina, lo hace con delicadeza, hasta cierto punto creo que hubiera sido buen estilista. Yo particularmente si no lo conociera y veo que se acerca con unas tijeras a mi cuello huiría sin dudarlo mucho. Su cara de villano no lo beneficia en nada.

Bueno, está mal juzgar a las personas por su apariencia, si le pones atención, el suyo también está bien cuidado y no es de extrañar, en su baño hay muchos líquidos y ceras para el cabello, creo que es más de lo que alguien normal tendría. Todos los días conozco un poco más de él y reafirmo mi teoría; él es muy extraño.

Para mantenerme entretenida he empezado a tentarlo con mi cabello suelto, bailando al compás del viento. Veo como le da ansiedad verme despeinada. Como una mamá que se enoja cuando se acaban de despeinar después de varios minutos cuidando el cabello de sus hijas. Aunque no lo demuestra, puedo ver una vena saltando en su sien con cada brisa que juega con mi cabello.

Todos los días cuando llegamos a la casa, me siento en un sillón de la sala y él se pone a peinarme. Su ansiedad de verme greñuda durante el día se compensa en lo que puede ser su nuevo pasatiempo fetichista.

Eso sería muy extraño si alguien más lo ve.

Un sujeto musculoso de cuarenta años, lleno de cicatrices, con la cara de demonio, rizos blancos y una voz grave, peinando a una linda niña como yo en su sala mientras escuchan música.

No sé, yo pensaría que la tiene secuestrada.

Cuando fuimos a sus negocios, los empleados tenían una cara de sorpresa al verme, porque a donde fuera, agarraba el dobladillo de su chamarra como una niña perdida.

Mientras tanto, él se sonrojaba y seguía dando indicaciones con esa cara de malo que tiene.

Me empiezo a sentir más tranquila cuando se sonroja, me recuerda que en el fondo no es tan malo como parece.

"Qué raro, normalmente evitan acercarse mucho a mí a menos que sea día pago. Nadie socializa conmigo más de lo necesario"

Fueron sus palabras después de un par de semanas llevándome al trabajo con él. Creo que la gente dejo de tenerle miedo cuando lo ven sonreír conmigo.

De todas las personas que vemos diario, solo una me agrada en realidad.

La Abuela Shivis, esa señora es otro mundo, por fuera parece una tierna abuelita que hace galletas y reparte amor por donde pasa.

Nada que ver. Su primera impresión al verme fue:

—Parpadea dos veces si te tiene en contra de tu voluntad. —

Inconscientemente lo hice porque estaba sorprendida por lo repentino de sus palabras. Cuando lo hice, agarro su bastón y le dio un fuerte garrotazo en la cabeza a Balam.

Ella se empezó a reír como loca y solo dijo:

— ¿Entonces aquí son padre e hija y en la casa marido y mujer? —

Cuando escuché eso solo pude pensar que era la versión final de Julie. Pero no fue así.

Si él es un demonio y Julie es una súcubo, esta señora es un ángel... algo mal hablado, pero un ángel al final.

Ella es muy platicadora, cada persona que pasa la saluda y le pide una mesa, Shivis extiende la mano y señala donde sentarse, su trabajo es "Platicar con los clientes".

Fue extraño cuando me lo contó Balam, pero ella es lo único que le queda como una figura materna, aunque no tienen relación sanguínea; cuando él salió de prisión la señora Shivis le dio comida y algo de ropa. Además, ella le enseñó a cocinar y así creo sus restaurantes.

Básicamente sin ella no habría negocio. Ella trajo a los primeros clientes y le enseño a todo el personal a trabajar, obviamente fue poco a poco.

Hoy en día ella no puede cocinar por su edad, pero si platicar con mucha gente. Me he dado cuenta que hay clientes muy bien vestidos que al igual que la pervertida, buscan desahogarse un poco de sus aburridas vidas llenas de rutina.

Así que ella sirve como consejera, mucha gente viene a todas horas a comer y contarle sus penas.

Es terapéutico, incluso cuando venimos a este lugar él me deja sola con la abuela y nos ponemos a platicar algunas horas. Es tan cómodo, siento que me quita un enorme peso de los hombros.

Además, ella entiende que no quiero que esta relación de padre e hija cambie, no tuve que decírselo, lo intuyo durante nuestras platicas.

—Ese tlacuache trasquilado también tiene miedo de que algo cambie, lo veo en su ojo de perro callejero, durante estos años ha rechazado a muchas mujerzuelas que lo han intentado seducir. Tiene miedo de lastimar más a las personas. Se ve a sí mismo como un monstruo... Y lo es, pero fue mala suerte de este ciclo en la vida... Tantas cosas hubieran sido diferentes...—

Hablar con ella me pone feliz y triste al mismo tiempo. Siempre hace bromas de cualquier cosa, y ataca a los demás como lo haría un gato. Nadie le dice nada, incluso amargados como Balam sonríen con sus ocurrencias y apodos.

Está riendo todo el tiempo, pero después de un rato sus palabras se vuelven melancólicas.

Como si supiera todo sobre este mundo y estuviera resignada a vivir sin poder remediarlo.

Siempre que le cuento algo, termina las oraciones de mis historias, como si ya las supiera. Desde que estoy con Balam, creo que solo hay gente rara cerca de él.

¿Yo también seré igual?

—Sabes, Ustedes dos harían bonita pareja en unos años. Cuando seas legal, diría yo. —Soltó una risita malévola— Vamos, no me mires así niña, esta vieja arrugada sabe de lo que habla, cada que vienes, él sonríe más y haz roto la barrera física al abrazarlo constantemente. En 15 años no había visto que tocara en público a otra persona más allá de un apretón de manos. —

¿Enserio?

Bueno en la casa lo había estado abrazando espontáneamente, vi en una película que así le hacía una niña a su padre...

Pero bueno ella tenía 4 años...

Ahorita que lo pienso, quise imitar ese comportamiento de la película...

Y llevo varias semanas así, al principio era un poco forzado, pero olvidé en que momento... Se volvió tan natural.

Me siento sola cuando no está cerca. Es como una picazón en el pecho y mi mandíbula se tensa. Técnicamente solo estamos separados al dormir, cada uno en su respectiva habitación.

Durante el día estamos juntos en todo momento, cada quien en sus asuntos y actividades.

Él va y viene.

Es silencioso y nunca sé que está pensando, solo mira al infinito. Si le preguntó en que piensa solo contesta:

"Estoy en modo ahorro de energía"

Sus chistes malos y su necedad al hablar de sí mismo a veces es algo desesperante pero no puedo negar que al final es parte de él, esta relación me gusta, así como está. Con libertad y cierto apego.

Sé que puedo correr para intentar volar y si me caigo me levantará, no me regañará, solo me dirá como continuar.

Quería socializar más, hacer que note mi existencia, así que por eso después de unos minutos separados suelo abrazarlo por la espalda, siento como se tensa como si quisiera atacarme, pero poco a poco se relaja.

Sí, ya no es una situación normal.

Puedo sentirlo en mi pecho.

La gente ya no ve esto normal. Si yo tuviera 4 años seria entendible.

Ya tengo 15, estoy desarrollada más que otras niñas de mi edad, jugar así con un hombre mayor que ni siquiera es de mi familia...

Ahora entiendo por qué la abuela insinúa eso.

¿Pero eso no metería en problemas a Balam?

...Tal vez mi existencia si es algo malo para él...

En algún punto esto acabará, yo voy a crecer y tendré que buscar un trabajo. Hacer una vida...

...Pero qué clase de vida habrá si no es está...

No quiero que las cosas cambien, soy feliz así...

Durante la tarde él conducía tranquilamente. Yo solo miraba con tristeza la ventana, no quiero ocasionarle problemas, pero quiero seguir siendo mimada... Es egoísta de mi parte pensar de ese modo.

Él notó mi mirada y se estacionó a un lado de la carretera, y comenzó acariciar mi cabello.

—Has estado triste todo el día, ¿Dijo algo esa anciana llena de canas, que te pudiera poner así? —

No pude evitar sonreír con su comentario. Siempre se ponen apodos esos dos, ¡¡¡¿No ven que ya son de la tercera edad ambos?!!!

—No le digas así, que tú tienes más canas que ella. —Cuando dije eso sonrío y acaricio me cabeza de nuevo.

—Tal vez no sea el momento adecuado, pero tengo una sorpresa...Bueno no sé si sea algo bueno o malo dependerá de ti...—

Wow una sorpresa... Seria sorpresa si no me dijeras eso... Tiene razón la abuela, eres un tonto.

—Hace... Unos días... Digamos una persona me dio información sobre tu madre...—

Deje de escuchar después de eso...

¿Quién quiere saber de esa señora que me abandonó a mi suerte...?