Es de mañana y no recuerdo que sucedió después de la segunda botella, recuerdo que tenía cuatro de escoces bien añejado, así que supongo me las acabe todas. No es extraño que cediera a mi alcoholismo ayer era su graduación... Bueno no importa, mi presencia no beneficia en nada su vida.
No importa cuántas veces diga eso para tratar de convencerme que todo está bien; al final sí importa, pero duele recordar que todo pudo ser diferente, si en aquel entonces hubiera sido menos idiota... Si pudiera empezar de nuevo con el conocimiento que tengo ahora... Pero nada de eso importa...
Deprimirme siempre me lleva al límite de mi propia estupidez, así que finjo ser fuerte, así todos me ven y así quiero que siga.
Aunque dejando eso de lado... Es extraño
¿Por qué estaba durmiendo en mi sala?
...¿Y mis pantalones...?
¿Dónde... está mi ropa?
Bueno, no me duele el trasero, así que dudo que estuviera bateando zurdo mientras estaba ebrio.
Quitando esa posibilidad, supongo traje a alguna mujer a casa... o tal vez a un sujeto… ebrio y caliente jamás son buenas combinaciones, siendo así solo queda buscar mi cartera y revisar las cosas de valor en la casa.
Nunca me han robado y vivido para contarlo, pero tampoco es como si invitara gente aquí. Normalmente disfruto de mis días libres al mes para buscar placer lejos de casa, así evito problemas de faldas.
Son las cosas que uno aprende con la edad.
Volviendo al tema, no veo mis cosas, el reloj pirata sigue en mi muñeca, suele ser llamativo y da la impresión de ser caro, pero no vale más que una cajetilla de cigarros. Si alguien me quiere robar ese sería su primer objetivo, aunque terminan con los brazos rotos cuando hacen eso.
Así que es extraño, si estaba dormido, fácilmente me habrían quitado todo.
Supongo que traje a alguien conocido, o mejor dicho alguien me trajo.
Si creo que es más sencillo creer eso, probablemente fue Willy, él siempre se está preocupando por mí, pero si estaba desnudo, es más seguro que fuera mancillado por esa degenerada de Julie...
Sí, esa pervertida me habrá hecho algo mientras dormía, bueno no la culpo, ojo por ojo y... Bueno...
— ¡Oye pervertida!... ¡Que me hiciste anoche!—
Curioso, tenía una sábana encima, supongo que era para no morir de frío... Hacía frio, ya recuerdo, llegue cuando estaba lloviendo.
Bueno supongo que ella me trajo de vuelta, creo que es mejor usar la sabana como una toga, dudo haberme bañado así que no quiero seguir ensuciando ropa de forma innecesaria, odio lavar.
Qué raro, no ha contestado. Debe estar asaltando en silencio mi refrigerador, así que es mejor ir por ella a la cocina.
—Pervertida, estas desayunando y no me invitas...—
—Hggg...—
Sentada mientras tomaba con ambas manos un vaso de leche, se encontraba una niña, no, adolescente es un término más acertado, por cómo me está viendo se nota que esta espantada con mi presencia, eso no es raro, mi cara da miedo, además de que estoy desnudo, tengo una erección matutina que no puedo evitar y estoy usando una sábana como toga que deja ver todo.
Ella está usando una de mis camisas de vestir, que le queda enorme, su pecho desnudo se alcanza a transparentar... Maldición esto no se ve bien a los ojos de la ley.
Puedo ver sus piernas, parece traer uno de mis shorts así que siento algo de alivio de que no esté completamente desnuda, aunque le quede grande; de igual forma su figura es buena, está bien proporcionada, la cara parece de porcelana, con buenos gestos y ese cabello castaño es bonito, esta algo alborotado, supongo que se acaba de despertar...
¡Que pendejadas estoy pensando!
¡¿POR QUE DIABLOS ESTÁ ESTA MOCOSA EN MI COCINA?!
Calma, supongo que ayer la trajiste a casa, ahora solo queda conocer su versión y preparar el expediente, necesito saber todo antes de contactar con un abogado.
No pienso regresar a prisión tan fácilmente... Bueno, dependiendo de que le hice puedo aceptar pasar un tiempo encerrado... Debo aceptar las consecuencias de mis actos.
—Debo hacerte unas preguntas, por favor contesta con sinceridad—mi voz sonó más grave de lo usual.
—S-si...—
Maldición esta aterrada, pero no puedo dejar que vea que yo también lo estoy.
Con mi rostro serio, camino despreocupadamente rumbo a mi cafetera, es una máquina de grado profesional, es un lujo que disfruto todas las mañanas, además no puedo vivir sin un café cargado, como mínimo al día.
— ¿Cuál es tu edad?—
—Tengo 14... p-pero en un mes cumplo 15—
Sí, pasaré mucho tiempo encerrado. Creo que hoy se me antoja un café irlandés, más irlandés que café.
Veo que tiemblan sus piernas... Maldición, esto debe ser duro para ella.
—Siguiente pregunta—digo con el mismo tono grave— ¿Cuál es tu nombre? —
Ella parece indecisa, no la culpo, está en la casa de un sujeto como yo, semidesnuda, mientras la interrogan a primera hora de la mañana.
—Evelin...—
— ¿Tienes algo que compruebe tu identidad? —
Soy algo duro al hablar, pero es lo mejor. Si me da un nombre falso, sería un problema todavía más serio, necesito saber la verdad y si empezamos con mentiras sobre su identidad, terminaremos muy mal.
—En mi mochila tengo la credencial de la escuela... ¿Puedo ir por ella? Está en su habitación señor...—
—... Ehh... Sí, claro ve...—
Ella sale con paso rápido muy nerviosa, supongo que me odia.
¿En mi habitación?...
¿Mochila?...
¿Credencial de escuela?...
He olvidado en que día vivo, creo que es jueves, los jóvenes van a la escuela entre semana, espero no haberla secuestrado saliendo de sus clases.
No la culpo si me llega a odiar, siendo honestos yo también me odio.
—...Aquí esta... Mi credencial de la escuela, tengo mi acta de nacimiento, este esta es mi boleta de la escuela...—
Ella sacó varios documentos y los puso sobre la mesa, en realidad no entiendo qué demonios hice ayer, ¿Por qué ella trae todo consigo como si se estuviera mudando? ¿Por qué esta en mi casa? ¿Qué hace usando mi ropa? ¿Por qué yo estaba desnudo? ¿Dónde guarde el café cubano?
Son preguntas que parecen no tener respuestas...
—...Señor... Sé que no es correcto preguntar, pero...lo que me dijo ayer... ¿Era cierto?... ¿Me puedo quedar con usted?—
Puedo sentir como el alma me es arrebatada una vez más, creo que seduje deliberadamente a una adolescente, soy despreciable, pero si ahora la dejo irse sola a casa es muy probable que sea juzgado penalmente, necesito hacerme responsable.
Tendré que hablar con sus padres, no se llegar a un acuerdo, tal vez pagar sus estudios como compensación. A pesar de cómo me veo no soy tan malo como todos dicen, pero tampoco es como si aceptará libremente mancillar a una joven y después hacer la vista gorda.
—Dime ¿Tus padres saben que estas aquí?—
—...No... Ellos me abandonaron con una tía cuando cumplí 7 años...—sus ojos se llenaron de lágrimas al empezar hablar—El esposo de mi tía solía abusar de mi desde entonces, hace unas semanas mi tía se enteró y me acuso de seducir a su marido, la casa estuvo tensa unos días y el tipo se fue del lugar, mi tía me culpo y me golpeó varias veces sin descanso después de eso...—
Podía sentir una rabia intensa brotando dentro de mí, ella está llorando y solo mira al piso arrepentida, devastada. Este sentimiento de ansiedad en mi pecho ¿Qué es?
— ¿Entonces...huiste de casa?...— Es todo lo que pude decir.
—...Sí, tome varios autobuses con el dinero que tenía ahorrado, pero ayer ya no tenía dinero, no había comido más que unas barras energéticas en dos días, me dolía todo, solo había estado llorando en una banca desde temprano...—
— ¿Cuál era tu plan?—
Ella estaba limpiando sus mocos en la camisa, y las lágrimas ya goteaban el piso, no puedo culparla, creo que ha sufrido suficiente, dudo que mienta, si quisiera robar o algo más, ya lo hubiera hecho.
—...Quería un lugar donde dormir, tal vez un hogar cálido donde no tuviera miedo de bañarme o estar solo en una cama cómoda... Pensé que si veía a un hombre solitario podía conseguir algo así a cambio de mi cuerpo...—
—Idioteces, si haces eso, terminaras en un prostíbulo o una esquina en otro continente, no veas tanta televisión, allá afuera la gente es mala, una mente inocente como la tuya no tardará en quebrarse. —hablé sin darme cuenta.
Se podía palpar en el aire mi desprecio, no entiendo de donde salieron aquellas palabras, hacía mucho que no perdía el control tan fácilmente. Debo calmarme y actuar sereno como siempre.
—...Pero tampoco soy tan insensible como me veo, entiendo que sufriste, pero ahora necesito saber más de ti para poder ayudarte. —
Ella sonrió, era una calidez que no había visto en alguien desde hace mucho.
Creo que he sido duro con ella, estúpido como siempre.
Por ahora lo importante es quitar esas ideas de usar su cuerpo como moneda de cambio, no me parecen buena idea dejarlas en su cabecita.
Si se hubiera topado con otro hombre es probable que terminará siendo un juguete desechable... Bueno, yo no soy un santo, pero al menos puedo brindarle una mano.
En realidad, no recuerdo nada de lo que pasó ayer, pero sé que mi consciencia no me dejará dormir si la dejo sola en la calle.