CHAPTER ONE
— La pérdida de un ser querido es uno de los momentos más complicados que todo ser humano debe afrontar alguna vez en su vida. La muerte de un allegado provoca un impacto importante en todas las áreas vitales de la persona doliente. A nivel emocional se van a ver alteradas sus emociones -su intensidad y frecuencia-y estarán afectadas durante unos días la atención, la concentración, la forma de pensar... Y el rendimiento académico o laboral pueden disminuir —
— ¿Quiere decir que esto tomará tiempo? —
— lo natural, lo recomendable sería que Alexa manifieste su dolor, aún no podemos decidir qué pasará después, por eso es necesario que asista a las reuniones de un círculo de duelo —
— Es muy drástico para ella todo esto —
— mientras más asista a este lugar su cuerpo y su mente asumirá mejor la idea de la ida de Andrew, ahora lo que necesita Alexa es espacio y tiempo, asistir al círculo y hablarlo con personas que hayan pasado lo mismo —
— pero, soy su madre, debería poder hacer algo —
— puedes estar allí para ella, pero nada mas, ademas esta a punto de cumplir su mayoría de edad y no puede depender siempre de ti —
Las personas aprendían y sanaban de heridas, ¿por qué no podía yo? aunque no sabía porque me hacía la desentendida, si la verdad estaba frente a mí o mejor dicho la razón por la que todo me parecía tan simple y sin vida era como el ya no estaba conmigo, ya no estaría nunca más.
Los consultorios de este hospital siempre estaban tan nítidos, sin suciedad alguna, tranquilos, sin problemas, apacible… ¿sería así el lugar donde estaría él? me refería a lo apacible y tranquilo, silencioso y sin disturbios. Aunque, era una idea en la que no me imaginaba comúnmente a Andrew.
Supongo que me lo imaginaba más sonriendome o abrazándome, me lo imaginaba molestando a Clarissa, jugueteando conmigo, caminando por los pasillos de North High. No en una sala blanca solo, no entre las nubes, no lejos de mí, no lo veía así.
Stella Forks era mi psicóloga, desde hacía más o menos tres semanas atrás. Creo que fue el momento en que mi madre descubrió que realmente algo en mí no estaba bien. Pero, lo que a mi me respecta era la realidad de mi vida sin Andrew, de estar en un mundo donde él no estaría. La psicóloga Forks lo denominó efecto pos-muerte, algo común decía ella.
Supongo que era común que mi mente me atormentará con los recuerdos de Andrew día y noche, que en la madrugadas solo me provocará insomnio y que en los días pareciera un zombie. Que en cada parte al que fuera, la voz de Andrew me siguiera y lo sintiera conmigo.
Aún así eso no me permitía verlo y abrazarlo, me enfermaba no poder hacerlo, me mataba que él no estuviera aquí.
Recuerdo que una semana antes de que Andrew fuera internado, en aquella cita que había preparado para nosotros, recuerdo perfectamente cuando me confesó lo que le sucedía. En ese momento me pareció una tontería, es decir él siempre estaba alegre, irradiaba bienestar, siempre parecía ser inmune a cualquier cosa, entonces ¿cómo no lo percibí? ¿cómo no me pude dar cuenta que lo estaba perdiendo? ¿acaso el amor me había cegado tanto así?
Días después, Clarissa vino a North High sin Andrew, dijo que empezaría a retirar todas las materias de Andrew, ella traía un sobre negro que provenía de un hospital, entonces me explicó que Andrew estaba internado, que la noche pasada lo llevaron allá, porque había decaido, me dijo que ¿por que no lo había llamado?, yo solo me excuse sin entender realmente qué estaba pasando, con la idea de que hoy tenía un examen muy importante y no me había alcanzado el tiempo para eso.
No la volví a ver en toda la tarde hasta la salida, cuando la atrapé y le dije que ¿dónde estaba Andrew? ella me dijo que Andrew estaba en el hospital Atlanta Medical Center, que debía irse a ver como estaba. La dejé ir en ese entonces.
Sin entender exactamente qué estaba pasando, solo la deje ir. Esa misma tarde llamé a Andrew, con la esperanza de que se hubiera llevado su teléfono, gracias al cielo así había sido, entonces me explico, cuando lo pedí, me dijo que la enfermedad lo estaba aniquilando por dentro y que estaban haciendo todo lo posible para retenerla como lo habían hecho antes, pero que aún no lo lograban, me dijo que antes había sido un suertudo por no perder alguna extremidad o no perder la vida, pero que ahora las cosas se complicaron y que no sabía si podrían hacer algo a tiempo.
Esa misma noche, busque en internet acerca de su problema, algún indicio de ella.
Entonces resumí en mí algo que nunca imaginé que pasaría, aquella página había sido muy directa en cuanto a sus palabras y me ayudó a comprender la cruda realidad que estaba atravesando Andrew.
La razón por la que nunca creí que Andrew moriría a tan temprana edad era común, pensaba que estaba sano, que a él nada así le podría afectar, pues al fin y al cabo, éramos jóvenes. Teníamos mucho por vivir, tal vez por eso nunca dijo nada acerca de su futuro.
Entendí aquella noche que a los adolescentes y jóvenes, también les da cáncer. Y Andrew era la cruda y triste realidad de ello.
Al día siguiente, Clarissa no había venido a clases, evidentemente Andrew tampoco y las preguntas empezaban a abrumarse, los estudiantes de North High se acercaban a preguntarme cosas que yo no sabía, ni sabía cómo explicarlo. Porque ¿cómo les diría que mi novio estaba a punto de morir? si los doctores no hallaban la forma de detener lo que fuera que estuviera jodiendolo, que estaba en un punto entre la vida y la muerte y que yo estaba estancada porque no sabía qué le pasaría o si podría llegar a estar bien, que mi novio tenía cáncer, que Andrew posiblemente no regresaría y yo no sabría qué hacer.
No me despedí de nadie, llegando a mi saca le había pedido a mi madre que me llevara al hospital que Clarissa me había dicho, porque ahora más que nunca sentía que mi tiempo a su lado era fugaz, que ahora me parecía que las citas que habíamos tenido no me eran suficientes, que los momentos compartidos con él no fueron suficientes, que sus sonrisas no me eran suficiente, no eran suficiente para que me dejara aquí sola, ahora más que nunca quería estar a su lado.
Aunque internamente me estaba negando a la idea de que ya no estaría, me lo reservaba.