CHAPTER FIVE
LIAM SALVATORE
Sobrellevar con la pérdida de un amigo cercano o un familiar podría ser uno de los mayores retos que podemos enfrentar.
Tonterías.
Perfectamente podía vivir sin la existencia de esa mujer en mi vida. Mi vida podía marchar sin problemas con ella lejos de mí.
Cómo lo hacía ella, Lily Jones.
Madre biológica de dos hijos: Ryan Alenxader Salvatore Jones y Liam Alexander Salvatore Jones. La sorpresa de que estaba embarazada por primera vez fue algo que se tenía que celebrar, junto con la familia y los amigos, bebió y jugó, amaba jugar, amaba apostar, tomo y tomo, amaba la cerveza y el alcohol. Y de su despreciable vida nació un ser muy insípido, se fue la gracia de la alegría de estar embarazada y nombró a su pesadilla: Liam Salvatore.
O como mejor lo conozco, el chico que desgracio una relación de pareja y terminó por acabar el amor entre ambos. Mi padre fue muy idiota en seguir amando a una mujer que amaba apostar y no acostarse a su lado. La única razón por la que esa mujer se quedó diecisiete años con Salvatore fue por el dinero que este le proporcionaba, después de todo era lógico saber que terminaría en un casino, pues en uno, Salvatore conoció a la señorita Jones y se enamoró de una chica que reía con una cerveza en mano, quiero pensar que fue por su sonrisa, porque por tener una botella en mano no era muy sexy a decir verdad.
Y luego de que Salvatore ya no le quisiera dar más dinero por sus apuestas, terminó por decir que no podía seguir en esta familia y que se iría para siempre, porque para ella nosotros la odiabamos. Y creo que no odiaba a mi madre, yo no odiaba a Lily Jones, no la odie porque aún con nosotros fingía una sonrisa cada día y cada noche desaparecía, aún así ella nos enseñó muchas cosas a mí y a mi hermano, gracias a ella la familia nos tomaba aprecio, siempre vistiendonos presentables para cuando fuese alguna reunión de la familia Salvatore y teníamos que estar presentables, gracias a ella la familia siempre nos miraba con ojos de agrado, siempre fingiendo ser agradable y buena madre frente a toda la familia.
Siempre siendo una perfecta mentirosa.
Su segundo hijo, Ryan Salvatore, ese si no lo recibió con mucho esmero, pero igual fue una enorme fiesta con millones de sonrisas de parte de la familia Salvatore.
Un segundo nieto de un mismo hijo, era emocionante escuchar eso.
Pero para ella no fue más que otra carga que llevar.
Siempre y cuando mi padre le diera dinero.
Siempre y cuando ella fuera consentida con un montón de cosas y dinero.
Y no, no la odiaba, no hasta el momento… hasta el momento en que ella no recibió más dinero y fue obligada a pasar más tiempo con nosotros.
Y claro, para una mujer de noches como ella, no era para nada alentador que no saliera cada día, con el tiempo fue perdiendo el interés y también las ganas hasta que un día explotó y renuncio a estar en la familia, dejó la familia, dejó todo atrás, tomó sus maletas y se fue, con el anillo que los unía y el que seguramente le sirvió solo para una semana de fiestas.
— Liam, ya me encargue de que transfieran tus autos, podrán estar acá antes de que inicie el periodo escolar —y mi padre lo aceptó, aceptó que se fuera.
— parece un lugar donde viven muchas personas —
— es lo normal, Ryan —mi hermano por su parte no hablaba de mi madre, tampoco mostraba dolor sobre ello. A veces, los hijos menores eran menos rencorosos que los mayores.
Y aunque Ryan hablaba más con Lily, no parecía afectado por su abandono.
— ¿Y tú? Liam, ¿Tienes algún comentario? —y apenas podía escucharlo con los audífonos, pero estaba claro que él lo sabía.
Fueron casi un día de camino acá.
¿En serio él creía que con esto nuestro entorno no se vería afectado por su partida?
El perder a alguien sucedía en la vida de todos, era normal, claro que no de la misma forma y claro que no se iba a sentir de la misma manera en todos.
Y era algo que el señor Salvatore no podía cambiar.
Ryan tenía apenas doce años, era pequeño y muy apegado a su madre, pero ya no, aún así nuestro padre también se encargó de alentar nuestra confianza en él. Aunque nuestra madre haya estado el mayor tiempo físicamente.
— es una cancha de fútbol americano —pude ver por el retrovisor como Ryan pegaba su cara en el vidrio fascinado por lo que veía.
Y era que Ryan amaba el fútbol americano, eso lo sabía, no se perdía ningún partido de su equipo favorito y seguir tenía muchas camisetas de ellos, pero aún no tenía el valor para entrar en una prueba y formar parte de un equipo.
— en tu nuevo instituto podrías participar como un posible candidato ¿No te gusta la idea? Ryan —pude ver desde el retrovisor como Ryan sonrió pero despegaba su mirada del vidrio.
— no creo aún estar listo —
La inseguridad era algo característico de Ryan, siempre tímido pero con grandes sueños.
— pues yo sí lo creo hijo, ¿Verdad Liam? —cerré mis ojos y con un suspiro no aparté mi mirada de la ventanilla.
— si él dice que no está listo es porque no se siente listo, no lo presiones —masculle por lo bajo.
— solo digo que un hijo jugando fútbol americano, sería buena idea para asistir a partidos como familia, nosotros dos apoyando a Ryan, no sé pienso que sería divertido —y si me preguntan de dónde sacó Ryan su espíritu soñador, siempre responderé que de James Salvatore, padre, soltero, de dos chicos y también podría decir que sacó esto de él— pero tienes razón, Liam, muy buena observación, cuando Ryan esté listo, él mismo lo dirá —ser conformista con los demás.
— ¿Habrá comida al llegar? —
— eh, no, pero si quieren podemos elegir un restaurante para comprar la cena —dio un giro a la izquierda. El momento en que una persona empezaba a dar giros significaba que estaba llegando a su destino— hay un centro comercial aquí, miren —y a los lejos podíamos visualizar como cada vez más nos acercaba mis al centro comercial.
— parece lleno —Ryan se movió a la otra ventana— hay un montón de chicos —
— mira Liam, aquí pueden estar tus futuros amigos —un leve toque de su mano en mi hombro y rodee los ojos— esperemos que los restaurantes no estén así de llenos —
— OH CIELOS, MIREN ESA ENORME RUEDA —y como si Ryan le hubiera dado introducción, la luces de las atracciones y un montón de ellas aparecían frente a nosotros.
Pues resultaba ser que en Atlanta un nuevo parque de atracciones se presentaba y era crucial que los jóvenes presenciaran estos increíbles estilos atractivos. Aunque la mayoría lo utilizaba para darse los lujos de conquistas o ser conquistados. Nunca se sabía.
— vaya, ahora veo porque hay tantos jóvenes —James se estacionó y sonrió respirando profundo. Estuvo manejando durante todo un día y había llegado en la madrugada a casa después de una reunión con sus socios.
— oh, Liam, Liam, Papá, esto es una locura —ahora Ryan hacía entre ambos con sus manos extasiadas de emoción y una sonrisa en sus labios— tenemos que ir al parque de diversiones —
— oh no —James río por lo bajo y se acomodo para mirar a Ryan— perdóname hijo, pero estoy muy viejo para esas cosas —
Quite los audífonos de mis oídos— pero, Liam podía llevarme —y ahora sus ojos destellantes me miraban a mí. Alcé mi ceja expectante.
— oh sí, Liam podría llevarte —
Entonces miré a papá con recelo— no pienso llevar a nadie a ningún lado —
— ¿No estarás hablando enserio? —la voz de Ryan se apagó.
Maldición, detestaba que hablara con dolor o con esa voz apagada.
— Ryan, escucha, hermano sé que estás entusiasmado por algo así, pero ¿De verdad quieres estar entre un montón de chicos? —solo ví como parpadeo unas cuantas veces y asintió.
— como todo chico de mi edad —
Bufé y baje mi cabeza rendido— prometo hacerlo antes de entrar a la preparatoria —dije finalmente.
Los aplausos por parte de Ryan y sus gritos de emoción y la mirada aprobadora de mi padre, ese momento, realmente ese momento me lleno un poco de satisfacción.
Aunque el resentimiento hacia Lily por dejar a Ryan así, no se lo perdonaba, porque ella también pudo haber ido con nosotros.