Chapter 12 - Petición

**Dos días después del capitulo anterior**

"¡NO!"

Ashes despertó jadeando. Su respiración estaba muy acelerada, acababa de tener una muy mala pesadilla.

"¿Eh?"

Él sentía como algo estuviera cayendo por sus mejillas. Eran lagrimas las que caían a través de su rostro escamado.

"Otra vez..." Se limpió las lagrimas con su mano.

Se quitó las sabanas que lo cubrían y se levantó de la cama. Caminó hasta el armario y sacó la rompa con la que se vestiría y se dirigió al baño de su hogar.

Ashes había comprado un apartamento pequeño en una calle cercana a la sede de los Maestros para ahorrarse el tiempo que tomaba ir y venir luego de su trabajo nocturno. Esta decisión fue tomada tras enterarse que no podría quedarse más en la sede debido a que él ya no era estudiante de la Maestra Senka, pues él ya había concluido su entrenamiento.

Ashes suspiró al terminar de ducharse. Agarró una toalla para secar la humedad de su cuerpo y se vistió con las ropas que él había sacado de su armario. Luego de eso, sacó lo ultimo que le quedaba de comida para la semana y lo comió.

Al salir de su hogar, Ashes se dirigió a las afueras de la Capital, encaminándose a una colina no muy lejos que tenía el nombre de 'colina de los recuerdos'. Y cuando llegó, se arrodilló sobre sus dos piernas al frente de una lápida que tenía un collar con un zafiro.

"Gladis..." Ashes apoyó su cabeza contra la lapida. Unas cuantas lagrimas se formaron en sus ojos. "...perdóname. Yo... Yo..." su mirada cambió repentinamente de llanto y dolor a una de completa ira.

Un toque en el hombro de Ashes lo sorprendió. Era la mano de Magnitos, quien estaba tratando de consolar a su amigo.

"Supuse que estarías aquí, Ashes."

Ashes apartó su hombro. "¿Qué es lo que quieres, Magnitos?"

"Vine a ver como estabas. Ashes, sabes que puedes contar conmigo. Pero si te sigues aislando del mundo y siguiendo el camino de la venganza solo te generarás más dolor."

Ashes se levantó del suelo. "No es tan fácil." Fijó su mirada en la palma de su mano. "Magnitos, ¿Sería capaz de matarme si pierdo el camino?"

Magnitos se quedó atónito por la pregunta que soltó su amigo. "¡¿A que viene eso, Ashes?!"

"Solo responde."

"...Yo... Ashes, tu más que nadie sabes que yo no sería capaz de hacerlo, pero haría hasta lo imposible para que recobraras el camino."

"Gracias." Ashes giró y empezó a caminar hacia la salida.

A Magnitos le pareció ver una leve sonrisa en el rostro de Ashes, algo que él no veía desde hace año y medio, pero él no estaba seguro. Antes que Ashes saliera de la colina de los recuerdos, recordó algo que tenía que pedirle.

"Oye, Ashes." vio como él se detenía. "Una ultima cosa. Le prometí a alguien que le ayudaría en el control elemental, pero recordé que le prometí a mis hermanos que los acompañaría y creí que si podrías reemplazarme..."

"¿Huh?"

**Salto de Tiempo**

"No puedo creer que me convencieras de hacer esto." Ashes le dijo a Magnitos mientras cruzaban un pasillo cercano a la sala de entrenamiento de la sede.

"Vamos, Ashes. Tómatelo como un relajo fuera del trabajo."

"¿A esto le llamas 'relajo'?"

Ambos dragones entraron por la gran entrada de la sala de entrenamiento, donde estaba de pie la figura de una dragona amarilla de elemento eléctrico. Era la dragona de nombre Tesla quien estaba de pie esperando.

"Por la expresión en tu rostro puedo ver que la conoces."

"Ella era parte de un grupo que salió por la noche mientras yo realizaba mi trabajo." Ashes procedió a caminar hacia la plataforma circular que se encontraba en el centro de la sala "Comencemos esto de una vez."

Tesla se vio sorprendida al ver que Ashes se encontraba en frente de ella en lugar de Magnitos.

"Creí que Magnitos me ayudaría."

"Me convenció de reemplazarle porque él tenía otro compromiso. ¿Qué es exactamente en lo que te tengo que ayudar?"

"Cuando intento realizar movimiento rápidos usando mi elemento, tiendo a usar demasiada y termino agotarme muy rápido. Además que a veces se sale de control." Tesla le explicó a Ashes.

"El desborde elemental se debe a falta del entrenamiento adecuado." Ashes le explicó. "Esto tomará más tiempo de lo que pensé. Que fastidio." Se dijo para él mismo en sus pensamientos. "Atácame."

"Uhm. Está bien." Dijo algo dudosa la dragona eléctrica.

Tesla concentró su energía elemental en sus pies, de los cuales empezaron a desprender chispas eléctricas. Ella cargó un ataque contra el dragón sombra que estaba frente a ella, quien terminó esquivándola de una manera demasiado sencilla. Tesla terminó tropezando y cayendo al suelo.

"Enfocas toda la energía en tus piernas que olvidas transportarla al resto de tu cuerpo. Además, no tienes una adecuada coordinación en tus movimientos. Antes de atacar debes adelantarte a los movimientos de tus enemigos."

"¿Qué debería hacer?" Preguntó Tesla mientras se levantaba del suelo y se acomodaba su cabellera grisacea.

"Para un dragón eléctrico, lo mejor es exparsir toda la energía a través de todo el cuerpo, así evitarás sobrecargarte de energía." Ashes le dijo tras recordar lo que hacía quien hostentaba el primer puesto para el titulo de Maestro elemental eléctrico cuando se enfrentó en un duelo amistoso con él.

"Lo intentaré."

**Lugar desconocido - Tierra desertica**

La que en su momento tuvo el titulo de Maestra elemental de la tierra, Gea, se encontraba explorando las tierras prohibidas luego de pasar la seguridad que impedía el acceso. Ella no tardó en hacer un reconocimiento en el area casi en su totalidad con una de las habilidades de su elemento.

"No hay rastros de vida por aquí." Dijo mientras quitaba su mano del suelo. "¿Entonces por qué querrían mantener este lugar en acceso prohibido? Además de la draticita no hay más cosas para mantener este lugar con alta seguridad... ¿eh?"

Una especie de sonido llamó su atención. La dragona de tierra sintió un cambio repentino en el aire, giró la mirada y vio algo similar a un proyectil dirigiéndose a gran velocidad hacia ella.

Aquel proyectil resultó ser un individuo encapuchado que había caido en picada para atacar a Gea. La dragona de tierra logró bloquear el ataque. El impacto del golpe hizo que Gea retrocediera un poco.

"¡¿Quien eres y que haces aquí?!"

"¡Eso debería preguntarlo yo!" Gea, con su gran fuerza, logró someter al encapuchado y luego lo inmovilizó todas las extremidades con cadenas hechas de tierra. Le quitó la capucha y reconoció la raza a la que pertenecía el individuo. "Ahora dime, ¿Quien eres y que haces aquí?"

"¡Cómo si fuera a decirtelo!" Gritó el individuo y le escupió en la cara a Gea.

Gea, manteniendo la calma, creó una especie de bozal hecho de tierra y se lo puso para evitar que este hablara. "Veamos si dices lo mismo en la Capital." Ella lo agarró de sus ropas y emprendió vuelo devuelta para entregar al individuo que la atacó.