Chapter 9 - Fuego y viento.

Oculté mi disgusto y le di mí sonrisa de trabajo mientras respondía con una falsa amabilidad.
- A su servicio, príncipe Michael.
- Baja tu trasero aquí y pelea conmigo.
- ¡Michael!
Ante el repentino desafío del príncipe, Fardan alzó la voz y se dirigió a él.
- ¡¿Qué crees que haces desafiando al invitado del rey a un duelo!?
- Es un sirviente, no un invitado, tiene que cumplir mis órdenes, asi como tienes que hacerlo tú.
Oooohoohohooo, se prendió esta mierda.
El aire se tensó, una peligrosa presión comenzó a salir del cuerpo de Fardan, la sacerdote y el joven de cabello café tomaron a los héroes y los llevaron lejos del par de hombres que parecían a punto de masacrarse.
- Que no se te olvide quien te enseño a sostener una espada, muchacho, serás el príncipe, pero sigo siendo tu maestro, debes respetarme. Dijo Fardan mirando a Michael con ojos afilados.
- El respeto es un derecho que solo los reyes tienen, si lo quieres conviértete en uno y ofréceme tu lealtad de manera formal, solo asi puede que lo tengas.
El tono del príncipe era tan arrogante y condescendiente que te darían ganas de gritarle "Puto niño maleducado".
Las espadas de madera que ambos sostenían se hicieron añicos con un estruendoso "crack*".
La hostilidad se volvió palpable.
Ambos hombres levantaron sus manos dominantes al mismo tiempo.
- Agni.
- Euro.
Un par de espadas respondieron a la llamada y aterrizaron perfectamente su mango en la palma de ambos.
Fardan sostuvo una roja espada curva envuelta en llamas, Michael una espada bastarda verde arremolinada en viento.
Ambos adoptaron posturas de combate y dieron un pequeño salto atrás.
- ¿Q-Qué está pasando? Pregunto Brendan a un caballero en las cercanías.
- … Están a punto de pelear en serio, deberían retroceder más héroes… esto no es algo que nosotros podamos detener.
La mirada aterrorizada y llena de impotencia del caballero dejo en claro lo débiles que eran los héroes ante las personas frente a ellos.
Alexandra parecía querer decir algo, pero se lo mantuvo para ella, Jandiara Y Akram estaban temblando levemente mientras se escondían detrás de sus mentores.
- Desplazamiento terrestre.
El joven de cabello café estampó sus manos contra el suelo, un círculo mágico apareció bajo los pies de todos los presentes y como si la tierra tuviese voluntad, comenzaron a mover a todos los a las salidas cercanas.
- Whoa ¿Quién es ése?
- Es Elrick Rocks, aprendiz de mago real y segundo al mando del cuerpo de magos. Su talento y afinidad para la magia de tierra le han permitido enfrentarse en igualdad contra los elfos. Respondió Molly.
- Talento eh, ¿Por eso el cabello fosforescente?
- ¡Su cabello es prueba de su gran cantidad de maná, hay muy pocos humanos con esa cantidad tan grande! Comentó Lea.
En poco tiempo todas las personas del campo de entrenamiento estaban con nosotros mirando por las ventanas.
- Mmm ¿Entre esos 3 quién ganaría?
- Depende mucho del lugar y las circunstancias, pero es probable que lo haga el general Fardan.
- ¿Hm?
- Fufufu~ Con su permiso, joven héroe.
Una sensación de gran suavidad y elasticidad invadió mi espalda antes de darme cuenta. La voz dulce, pero con un ligero toque sugestivo respondió mi pregunta.
- Santuario de cristal.
La mujer estiró su brazo al frente y el círculo mágico de su palma salió desde el suelo del campo de entrenamiento, cubriendo todo el lugar con paredes transparentes y una cúpula.
Extendí mi mano fuera de la ventana para tocar el extraño fenómeno, dándole un par de golpecitos.
Se siente como el cristal, pero seguro es mucho más duro.
- … ¿Y usted es?
- Oh, ¿Dónde están mis modales?
La mujer vestida de sacerdote dejo de recargar su atractivo cuerpo sobre mi espalda y juntando sus manos frente a ella como en una oración se presentó.
- Soy Jeanne D´gales, Cardenal de la iglesia de la diosa Aurora.
- ¿Una mujer cardenal? Eso es nuevo.
- ¿No hay puestos similares en su mundo, querido héroe? Pregunto Jeanne un poco sorprendida.
- Hasta donde yo sé, y, no sé mucho. Solo los hombres pueden tener puestos tan altos.
- Ya veo, es una pena. El amor de dios es para todos y todas, puede que la iglesia necesite de líderes que guíen a los creyentes, pero eso no debería estar limitado únicamente a los hombres. Dijo Jeanne apoyando su cabeza en una mano.
Sssss, nop, no entrare en esos temas, para empezar yo ni si quiera creó en dios.
- B-Bueno, creo que usted tiene toda la razón señorita Jeanne, puede que yo no sea el creyente más fiel, pero estoy de acuerdo con su punto de vista, los líderes no están limitados por el género.
- Fufufu. Si gusta, puedo llevarlo a la catedral para que experimente el abrazo de la diosa en su totalidad, le daré un recorrido especial~.
Su coqueto guiño y tono sugerente me dieron la corazonada de que sería un recorrido que no olvidaría con facilidad.
No era bueno con este tipo de gente, hablaban de una manera para luego actuar de otra, por lo que mi mejor estrategia fue nunca confiar en mis instintos y solo actuar como mis pensamientos más fríos dictaran.
Pero…
Sigo siendo un hombre joven.
Tomé su mano delicadamente sobre la mía, di una leve reverencia y con una sonrisa amable dije:
- Si una mujer tan atractiva me da una invitación no puedo rechazarla.
- Oh vaya. Fufufu~
Una agradable atmosfera se creó mientras miraba los azules ojos de la mujer, su atractivo rostro dejó salir una linda sonrisa.
- ¡Ehem! *
- Ah.
Por un momento había olvidado que había otras personas alrededor. De no ser por la obvia exasperación de Molly y la sonrisa incomoda de Lea hubiese continuado con mi coqueteo.
- El que intentes cortejar a la señorita Jeanne muestra que todavía tienes mucha energía, supongo que no necesitas un descanso ¿Verdad?
- … No, bueno, esto no es-
- ¿Verdad?
- … S-Sí, mi señora…
- Ahahaha...
Solté la mano de Jeanne y regresé mi atención a la inminente pelea, rezando porque mi cuerpo sobreviva a la espartana Molly. Casi podía escuchar los llantos de mis músculos.
No me arrepiento de nada.
¡Boom! *
- Oh, ya comenzó.
Una explosión varias veces mayor a la anterior me recordó que la pelea tenía magia de verdad.
El príncipe había salido volando envuelto en llamas a una de las paredes, pero el viento había cubierto su cuerpo en una esfera, evitando las llamas y amortiguando la estampada.
- Cortador de viento.
- Manto del fénix.
3 grandes tajos de aire fueron disparados por el movimiento de espada de Michael, Fardan destruyo 2 con su espada y el tercero con su mano. Lo hacía ver fácil, pero los proyectiles fueron demasiado rápidos para mis ojos.
Sudor frio comenzó a cubrir mi cuerpo.
Olvídate de enfrentarlo… ¡Necesito salir de aquí tan pronto como sea posible!
Fue un espectáculo de destrucción como nunca antes había visto, un hombre envuelto en llamas agitaba despiadadamente su espada contra un príncipe que se defendía manipulando el viento.
- Tch, maldito viejo.
Fardan estaba abrumando a Michael con su fuerza sobrehumana y pesados tajos, parecía descuidado, pero si ponías atención podías notar como cada golpe no dejaba aberturas visibles en sus intervalos y como el calor de su cuerpo parecía darle problemas a la estamina y piel de Michael.
Si fardan lanzaba un tajo a la izquierda al momento de impactar ya estaba listo para lanzar otro a la derecha, el uso de golpes, patadas y cargas de hombro le daban un toque impredecible que hacía difícil marcar un patrón.
Viene por la derecha.
Pow*
Fardan golpeo el costado derecho de Michael.
- ¡Ahg!
La patada es una finta, el tajo viene de arriba.
Cuando Fardan levantó un poco su pierna derecha, Michael sostuvo el lado plano de su espada al frente para bloquearlo, sin embargo, Fardan rápidamente estampo el piso con la pierna que había levantado y dejo caer el filo de su espada en llamas al hombro de Michael.
- ¡Ghk! Viento del este.
El círculo mágico en la palma de Michael expulsó un fuerte viento que apagó las llamas de Fardan y lo alejó, haciendo que sus botas metálicas se arrastraran por el suelo.
Esto está decidido.
En el momento en que el viento de Michael termino, Fardan pateo el suelo y destruyo la distancia entre ellos.
- Habilidad de espada: Tajo critico; 3 pasos.
Mis ojos vieron un solo movimiento, pero 3 tajos al rojo vivo fueron hechos en la armadura de Michael.
- ¡Q-Quema! ¡Quema!
- Eso te enseñara a respetar a tus mayores, si todavía tienes la voluntad de pelear levántate, sino suelta tu espada y te dejare ir solo con eso.
Michael se quitó la parte superior de la armadura, exponiendo como su ropa se había carbonizado en 3 líneas secantes.
- ¡Rgh, m-maldito viejo!
Una vez más, Michael se lanzó al ataque, pero ahora parecía más un animal rabioso que un espadachín.
- Hah, esto ya no es divertido, es triste. Dije cansado.
- ¿¡No deberían de detener la pelea!?
¡!
El repentino grito de Brendan nos arrebató la atención.
Parecía ser que el joven que salvaría el mundo había estallado de preocupación.
- ¡Esta no parece una pelea normal! ¡Parece como si intentaran matarse entre sí!
- U-Um, t-también pienso que deberían detenerlos, ¡S-Se están lastimando mucho!
- ¡Yo también creo que deberían detenerlos! ¡Sí!
- …
Brendan, Akram y Jandiara parecía empeñados en hacer que detuvieran la golpiza, no obstante, sus mentores no mostraron signos de moverse de su lugar o apartar la mirada.
- Todavía pueden continuar luchando, detenerlos ahora no es una opción, además… Ese hombre sabía a lo que se metía… Y creo que Michael puede aprender algo de esto.
- N-No puede ser... ¡Alexandra, puede que si me ayudes podamos detenerlos!
Ante la respuesta de Elrick, Brendan busco ayuda en su compañera de entrenamiento.
- … Eso no es algo que podamos detener fácilmente Bren. Lo mejor será esperar a un vencedor.
- ¡¿Tú también?! ¡A este paso alguien de verdad va a morir!
- ¡Y estoy consciente de eso! ¡Pero míralos! ¡¿De verdad quieres meterte en eso?!
- Ghk…
Mirando como el rostro y cuerpo de Michael se llenaba de moretones, Brendan, que solo conocía los torneos de pelea de la tierra, no pudo encontrar la valentía de meterse entre un combate tan destructivo.
Alexandra puso su mano sobre el hombro de Brendan, desde lejos, parecía una hermana mayor dándole consejo a su hermanito.
- Entiendo que quieras ayudarlo, yo también quiero, pero ahora mismo ninguno de nosotros tiene el nivel de hacer algo como eso… No estamos preparados.
La voz de Alexandra se había vuelto notablemente más débil al final, Brendan notó como su puño se cerraba en frustración ante la impotencia.
Aceptando la dura realidad, solo pudo mantener su mirada en la pelea, esperando que nada malo pasara.
Parece que hay alguien sensato en el grupo del héroe, mientras se mantengan cerca de ella, no deberían de hacer demasiadas estupideces.
¡Pow! *
Un golpe final había dejado finalmente inconsciente a Michael.
- Parece que por fin se acabó. Dijo Jeanne haciendo desaparecer su hechizo.
Justo en ese momento los caballeros y el grupo de héroes comenzaron a llenar el campo de entrenamiento otra vez.
Fardan enfundo su espada llameante y se dirigió a Michael. Levanto su cuerpo con una mano, y con la otra recogió su espada.
- Llévenlo a la sala médica y encierren a Euro en la armería hasta nuevo aviso.
- ¡Sí!
2 caballeros se llevaron a Michael y su espada.
- ¿V-Va a estar bien? Preguntó Akram preocupado.
- Haha, tiene un corazón muy amable, joven Akram.
- ¡Ah! ¡N-No! E-es solo, ah, um…
Con el inusualmente adorable nerviosismo de Akram, las tensiones de la batalla se desvanecieron como si nunca hubiesen pasado.
- Creo que podemos dejarlo aquí por hoy, seguiremos el entrenamiento mañana.
- Opino lo mismo, creo que sus mentes deberían de descansar después de ver esa pelea. Dijo Elrick.
- Sera lo mismo con nosotros, joven Akram, un corazón agitado no podrá controlar la magia curativa. Agrego Jeanne desde la ventana donde estábamos.
Al mirar a los héroes, note que su tez se había puesto pálida, Brendan y Alexandra respiraban con fuerza, Jandiara y Akram temblaban un poco con ojos distantes.
- Por aquí héroes, los llevaré a sus habitaciones.
Ninguno de ellos respondió, simplemente asintieron y se dejaron guiar por un caballero hasta sus cuartos.
Antes de pasar por la salida, Brendan volteo a ver a Fardan.
- ¡A-Algún día me volveré más fuerte! En ese momento… ¡Voy a vencerlo señor Fardan!
Los demás héroes se le unieron instantes después.
- ¡Y-Yo también ayudare!
- ¡Mi magia será la más fuerte de todas! ¡Sí!
- ¡Brendan no será el único que lo enfrente!
La absurda declaración de los héroes provocó una sonrisa en todos, era obvio que algo había despertado dentro de ellos, Fardan y sus mentores también se habían dado cuenta.
- Este mundo puede ser salvado. Dijo Jeanne mirando a los héroes.
- ¿De verdad no piensa unírseles, señor Roberto?
- ... Solo soy un sirviente, señorita Jeanne, solo haré lo que un sirviente tiene que hacer hasta el día que pueda regresar.
- … Ya veo, discúlpeme, no debí haber preguntado.
- Está bien, no es problema… Que pase un buen día, señorita Jeanne.
Me aparte un poco de Jeanne y espere detrás de Molly y Lea.
- Que tenga un buen día, cardenal Jeanne. Dijeron ambas en sincronía.
- Hasta luego, Molly, Lea.
- … S-Sabe mi nombre. Dijo Lea.
- Huuf* Todos en el castillo lo saben debido al incidente. Dijo Jeanne un poco exasperada.
- Y-Ya veo... Sí, tiene sentido…
Las orejas y cola de Lea dejaron de moverse y cedieron a la gravedad.
- Fufufu~
Jeanne no perdió tiempo y sumergió el cuerpo de Lea con el de ella. Debido a que los pechos de ambas eran grandes, hubo una cierta distancia que no podía ser reducida.
Molly instintivamente miro los suyos y suspiro un poco, pero decidí fingir no darme cuenta.
Descuida, no son pequeños, es solo que los de ellas son muy grandes.
- ¿Eh?
- Aquí entre nos, yo estoy de tu parte, querida, ese príncipe pudo ser muy dulce en un tiempo, pero no deja de demostrar lo poco confiable que es.
- Snif* Guu~… Muchas gracias, señorita Jeanne.
- No hay de qué.
Fue una escena adorable, Jeanne ya tenía un aire maternal y Lea tenía una personalidad algo infantil, por lo que no pude evitar sentir ver a una madre consolando a su hija.
Los 3 dimos una última reverencia y seguimos con nuestro camino por los pasillos.
- Dios santo, esos niños de verdad son unos locos. Dije con tono irónico.
Podía sentir como 2 pares de ojos me miraban como si hubiese dicho algo muy estúpido.
- … ¿Qué?
- … Haah* Supongo que eres así.
- ¡Haha! ¡Sin duda es alguien curioso!
Ambas se miraron, Molly con una sonrisa irónica y Lea con su característica sonrisa infantil.
- Oh vamos, no me pueden decir que no.
Por algún motivo, después de ese día, tanto Molly como Lea fueron notablemente más sociables conmigo. No lo considere como algo malo, pero el cambio repentino me asusto un poco.