Chapter 10 - Problemas

Habían pasado un par meses desde que fui invocado, ya me había acostumbrado al estilo de vida de los sirvientes y había obtenido mi segundo pago hace algunos días.

- De nuevo ¿Cuánto valen estas cosas? Dije emocionado.

Estaba en una habitación al estilo japonés contando mi dinero, mientras, Molly bebía té sentada en su cama.

- Una moneda de plata vale 10 de oro y una de oro vale 20 de cobre, las barras de platino valen 100 monedas de oro y 500 de cobre cada una.

- ¡Ahahaha! ¿No pagan demasiado por esto?

- Tienes un trato especial por el rey, por eso tienes el mismo salario que nosotras.

- Bueno, en eso tienes razón.

La pregunta era innecesaria a este punto, desde el primer día de paga me había aprendido el valor de las monedas, pero me gustaba que me recordaran lo bien que me pagaban, además, necesitaba una distracción de la sudorosa Molly con ropas blancas frente a mí.

Se había hecho una costumbre encontrarnos en la biblioteca cada 2 o 3 días, Molly me ayudaba a entender este mundo y yo le contaba cosas sobre el mío, fue un intercambio cultural interesante, además tenía el beneficio de llevarme bien con la jefa de sirvientas y aprender de ella.

Pero ahora mismo me encontraba en la habitación de Molly, en una réplica del castillo de Himeji. Incluso el terreno era tan basto como las imágenes de la tierra.

- Brisa gélida.

Sentí como el maná se drenaba en el círculo mágico de mi palma, una leve brisa de hielo salió y enfrío la cubeta de agua frente a mí.

- Haz entrenado tu afinidad con el hielo bien, tu cantidad de maná parece mínima, pero puedes mejorarla con el tiempo. Dijo Molly dándome su taza de té vacía.

Tome la taza de té, la puse sobre un cajón cercano y cambie el trapo mojado de su frente.

- ¿Cuánto tiempo crees que me llevaría mejorarla para magia de ataque?

- Si dedicas todo tu tiempo a mejorar tú magia, yo diría que 10 o 15 años.

- ¡¿Tanto?!

- Podrías convertirte en aventurero y buscar objetos en las mazmorras que disminuyan ese tiempo, pero ten cuidado con no morir.

- ….. ¿Podrías no hablar de mí muerte tan a la ligera con esa sonrisa engreída?

- Haha.

Aparentemente, la cantidad de maná que poseía era tan grande como un charco de agua, lo máximo que podía hacer era soltar una leve brisa de hielo, o enfriar un poco las bebidas con mis manos. Según Molly, tenía algo de talento para esto, ya que la fuerza del hechizo está fuertemente ligada a la imagen mental que tengas de él.

Fue bastante fácil imaginarme los hechizos ya que el nombre describía bastante la forma y lo que hacían.

Por más que quisiera lanzar hechizos de ataque, solo salían pequeños pedazos de granizo, era decepcionante lo débil que era en este mundo, sobre todo por las cosas que había descubierto en este corto tiempo.

En serio, alguien sáqueme de este mundo de espadas y magia.

En primer lugar, estaba el árbol espeluznante y mi inexplicable necesidad de excavar un hoyo bajo su feo tronco.

Me gané el permiso de Molly para visitar el jardín en los descansos o mis días libres, incluso hice un par de picnics con ella y Lea, nos habíamos vuelto notablemente más cercanos en estos meses, era razonable, considerando que pasamos casi todos los días juntos, pero seguían ocultando sus secretos más importantes, cosa que no fue gran problema ya que eran bastante obvios una vez pasaras el mismo tiempo que pasé con ellas.

Durante uno de mis descansos llevé una pala y finalmente excave ese condenado hoyo, lo que encontré al hacerlo, fue una bolsa de tela inusualmente grande, era blanca, pero las manchas de sangre seca la hicieron de un color cobre oxidado, el olor a carne podrida era casi insoportable, por un momento pensé que podría tener el cadáver de una mascota de los sirvientes o la familia real. Hace tiempo descubrí que uno de los escuadrones de caballeros que Fardan comandaba consistía en jinetes de grifos, por lo que también era posible que tras un accidente la montura muriera y alguien intentara ocultarlo al enterrarlo por ahí.

Pero lo que encontré fue, por muchos niveles, más desagradable que una bestia mágica.

Cuando mire dentro de la bolsa, el rostro carcomido por gusanos de una mujer bestia invadió mi visión, su cabeza estaba separada de su torso, sus extremidades, cortadas y apiladas una sobre otra en ángulos poco naturales, su piel gris, que emanaba el olor de los muertos, y su expresión de total desesperación fue algo que nunca olvidare mientras siga vivo.

Ni en México encontraba cuerpos asi.

Después de vomitar un par de veces en los arbustos de los alrededores y calmar mi agitado corazón, un hilo de luz negra salió del cadáver y aterrizo en mi pecho, una sensación fría me envolvió por segundos antes de ser atacado con una nueva fuerza y sentidos que no tenía antes.

Volví a cerrar la bolsa y la devolví al hoyo de donde la saque, la volví a cubrir con tierra y me alejé rápidamente.

Eso sin duda era un problema con el que desearía no haberme topado, pero era solo la punta del iceberg, ya que ahora, cuando visito el jardín de vez en cuando, la mujer de la bolsa me está esperando, o más bien, su fantasma.

Primero esa extraña sensación y ahora veo fantasmas, ¿Por qué sigo en este mundo tan jodido?

Desde que saqué esa bolsa, el espíritu de la mujer me espera frente al árbol, con la misma cara carcomida, pero con sus extremidades ligadas a su cuerpo con notables cicatrices y vestida con su uniforme de sirvienta.

Cada vez que me acerco a ella siempre dice lo mismo; "Mata al príncipe".

Carajo, ahora tengo que encontrar una forma de culpar al príncipe por asesinato... Espera... ¡¿Por qué confió en lo que dice un fantasma?!

Mi mente estaba hecho un desastre, por alguna razón, quería ayudar a ese fantasma, y gracias a una calma desconocida, no me cague del miedo cuando lo vi por primera vez, incluso sentí pena y tristeza al verla esperándome bajo el siniestro árbol blanco.

- Haaaah* Supongo que todo es por culpa de mi extraña bendición. Dije exasperado al aire.

- ¿Qué bendición? Pregunto Molly.

Recordando que todavía estaba con alguien además de mí, busqué una excusa rápida.

Había acostumbrado a tomar libros de la biblioteca real para pasar el tiempo y aprender más sobre este mundo, hoy no era la excepción, pero mi elección de hoy definitivamente no era la de siempre.

- … La bendición de encontrar este libro, "Técnicas de conquista por Don Romero"

- … ¿De verdad estás leyendo algo asi?

- … Quien sabe, podría funcionar algún día.

- … ¿Si quiera lo necesitas? Hasta donde sé ya tienes el interés de algunas personas.

- ....

- Tu silencio dice más que mil palabras.

- … Cállate.

Dices eso, pero creo que estas demasiado relajada conmigo ¿No crees?

Últimamente Molly se había puesto demasiado cómoda conmigo, había veces donde me pedía masajear sus hombros o me ordenaba preparar té y un lugar para descansar después del trabajo, aunque nunca aceptaba mis invitaciones a citas, sin duda podrías decir que me volví más su mayordomo que el de la familia real.

Bueno, al menos es más abierta ahora, ojalá actuara de esta forma frente a los demás.

Otro problema era Molly y sus destructivas ganas de trabajar, al igual que yo hacía, ella mantiene un personaje siempre que esta con sus colegas de trabajo.

Cuando les pregunto a otras sirvientas acerca de Molly, siempre responden cosas como: "Es una gran trabajadora" "Puede hacer cualquier cosa" "No conocerás a alguien más perfecto".

Siempre me daban una descripción superficial y sin defectos. Molly no ayudaba, ya que siempre que escuchaba ese tipo de comentarios, se esforzaba incluso más, tanto, como para desmayarse y enfermarse por exceso de trabajo.

Lo que nos trae aquí hoy.

- ¿Cómo te sientes?

- Estoy bien, los médicos exageran bastante.

- Desmayarse por exceso de trabajo no es algo que se deba tomar a la ligera.

- ... Por cierto, ¿Qué haces en mi habitación?

- Las sirvientas me pidieron que te cuidara, incluso me dieron una copia de tu llave.

- … Esas idiotas… Como sea, al menos puedo seguir vigilándote de esta forma.

Si bueno, estamos siempre juntos por el trabajo, supuse que algo así podría pasar.

- Dices eso, pero como dije antes, no planeo hacer nada malo, simplemente voy a vivir aquí hasta que pueda regresar a mi mundo, ya perdí la cuenta de cuantas veces repetí eso.

- Lo que dices y lo que haces a veces no concuerdan.

- ¿A qué te refieres?

- Los primeros días la mayoría te trataban con cierta indiferencia, ahora incluso recibes peticiones de las otras sirvientas, ¿Cómo hiciste eso en menos de 2 meses?

- Bueno, no es como si no tuviera algo de carisma en mí, actué como matón contigo esa noche porque bien pudiste haberme matado, solo hago lo que creo necesario hacerse, ahora que todo está tranquilo y estoy en paz con casi todos, no hay necesidad de llevarse mal con los colegas ¿No crees?

- … Estoy segura que tienes más motivos que solo "llevarse bien" pero mientras no causes problema supongo que está bien.

- Como siempre, un mentiroso conoce bien a otro.

- … Yo no soy ninguna mentirosa.

- Puede que no, solo eres una idiota que se desmaya por exceso de trabajo.

Puf*

- Ay.

Molly me había lanzado una almohada a la cara.

- Pff, como sea.... Por cierto ¿Dónde está Lea?

- Decidió tomarse el día libre, probablemente se esté paseando por las calles como siempre.

- ¿Tienes idea de dónde puedo encontrarla?

- … ¿Por qué quieres saberlo?

- Necesito hablar de ella sobre algo.

Molly dio un vistazo al libro que tenía en mis manos antes de contestarme.

- ¿Entonces, es Lea quien te interesa?

- Sin duda tengo un interés por ella, pero no es lo que piensas, quiero saber por qué el personal la margina tanto.

- … Ya veo, es sobre eso… ¿Qué vas a hacer una vez que lo sepas?

- ¿Tomas por hecho que me lo dirá? Eso es nuevo.

- Hemos estado juntos todo este tiempo, puedo saber lo testarudo que llegas a ser para saber algo.

- Heh, supongo que si... La verdad aún no estoy seguro, si considero que la razón es buena, puede que no haga nada, y si no me gusta, entonces puede que haga algo… Solo lo sabré una vez me lo cuente.

- ...…

Hubo un largo silencio entre nosotros, Molly tenía una mirada melancólica mesclada con leves rastros de tristeza.

- El cementerio… Puede que esté en el cementerio.

- ¿El que está al sur del terreno de tu clan?

- … ¿Cómo es que tú? - Haaah* Sí, ese.

Molly se rindió a media pregunta y simplemente acepto la realidad con un suspiro.

- Bien, te veo luego… Por cierto, lo supe por sus accesorios, todas las sirvientas tienen un accesorio con una flor de cerezo, la misma que está en la entrada del enorme terreno, ah, y lo del clan solo lo dije al azar, como todo parece algo medieval, supuse que ese era el termino correcto para las organizaciones actuales.

- ... No causes problemas mientras no puedo verte.

Di una exagerada reverencia a Molly.

- No lo haré, mi señora.

Splat*

- Ow