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Alguien sáqueme de este mundo de espadas y magia

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Synopsis
Traicionado y abandonado por las personas que lo trajeron al mundo. Convertido en un arma sin la posibilidad de elegir otro camino. Harto de esa vida acabó con todo. Pero un nuevo mundo le dará la bienvenida. Ya sea como su salvador. O su perdición.
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Chapter 1 - Solo se necesita un paso

- Mierda, hace frio.
Mediados de diciembre, entramos a invierno y esta parte del mundo parece estarse congelando como una comida sin terminar en la nevera.
- Como sea, solo dura unos 3 meses.
Estaba de camino a la universidad para iniciar otro nuevo y aburrido día, realmente solo era aburrido, pero al menos lo aburrido era tranquilo, por lo que podía disfrutarlo hasta cierto punto.
- Veamos la hora... todavía tengo 15 minutos, sin problemas.
Saqué un celular de mi mochila para ver la hora, el viaje de mi casa a la escuela era relativamente largo, por lo que tenía que levantarme temprano para llegar puntual y evitar los regaños de mis profesores, al menos de los que les importa tener estudiantes.
- Pero no mames, creo que abusan demasiado de Piri.
Había un profesor que no importa cuántas clases faltaras, siempre te daba algún trabajo o proyecto para pasar su materia, era buena persona, muy paciente, supongo que por eso es fácil aprovecharse de él.
- ¿Cómo se llamaba? ¿Paulo? ¿Pedro?... Meh, si no lo recuerdo es porque no era tan importante.
Sabía que los demás estudiantes le decían Piri al profesor, pero nunca me moleste en aprender su nombre.
- Bueno, seguro que él tampoco sabe el mío.
No es como si fuera tímido o un inadaptado social, simplemente no me gustaba llamar la atención si no era necesario, podía hablar en público sin problemas y no tenía pelos en la lengua para remarcar la mierda de los demás.
- Bueno, al menos yo acepto que tengo mi propia mala mierda, poner excusas es una molestia.
Mientras seguía hablando conmigo mismo en voz alta, saqué la cajetilla que tenía en mi chaqueta y empecé a fumar un cigarro.
- Fssshh* haaaah* Eso dio en el blanco.
Ya era todo un joven de 19 años, asi que nadie me diría que no puedo fumar o tomar, aunque no bebería alcohol en vía pública, eso sería demasiado estúpido, meterme con los perros de la policía siempre era una molestia.
- De verdad una molestia... comprare algo para beber cuando terminen las clases, puede que invite a alguien para hacerme compañía.
Nunca fui alguien que le gusté excederse a la hora de beber, además que no era una gran fan de las drogas duras, tienen su toque, y la sensación de estar dopado llega a ser emocionante, pero al final, dan muchos problemas, asi que me quedo con los cigarrillos comunes y el licor de calidad, odio las bebidas baratas.
- ¡A-AYUDA! - ¡MM-HMM!
- ¿Eh?
Cuando estaba pasando por un callejón, alcance a notar los gritos de una voz femenina.
- ... ¿Dijo ayuda?
El grito era sin duda de una chica, fueron solo unos segundos, pero estaba seguro que estaba pidiendo ayuda, sin embargo, ALGO O ALGUIEN la silenció.
- ... No voy a ser el héroe, lo siento, confórmate con que llamé a la policía.
Caminé más rápido para alejarme de ese callejón, saqué mi teléfono y avisé a la policía de lo que había pasado.
Tenía confianza en mi físico y mis habilidades para pelear, pero no iba a arriesgar mi vida por una desconocida en un callejón oscuro.
- Bien podría ser una trampa para secuestrarme o algo asi.
Mi política de no confiar en nada y en nadie a la primera me había salvado de muchas situaciones desagradables en el pasado, asi que supuse que esta sería otra, aún si mañana escuchara en las noticias que una joven fue hallada muerta en ese callejón, no me sentiría responsable o culpable, incluso me sentiría mejor conmigo mismo por evitar mi muerte prematura.
Yo no soy ningún justiciero, en la vida es matar o morir, y definitivamente no me dan ganas de morir por ti. Pensé guardando mi celular.
No era una forma de evitar la culpa, era simplemente una cruel verdad de este mundo, precisamente sabía que es verdad porque es cruel.
La familia puede ser un pequeño conforte para evitar esa ley, pero siempre hay una excepción para todo, incluso la familia más amorosa puede vender a uno de los suyos si con eso sobreviven a una crisis.
- Bueno, al menos yo no sería ningún traidor.
Muchas personas ya han pisoteado mi confianza e hice que pagaran por ello de una forma u otra, pero nunca me incline a hacer lo mismo.
La confianza es un privilegio que das y recibes, como dijo Mark Manson, es un plato de porcelana que entre más rompes, más difícil es arreglarlo después, hasta que llega un punto donde es irreparable.
No era una persona muy paciente y comprensible, la verdad es que era alguien bastante interesado, las personas que me parecían ineptos simplemente los ignoraba y me alejaba de ellos, por muy agradables que fueran, a mis ojos eso solo era una tapadera para cubrir su inutilidad.
Prefería estar con idiotas que eran útiles para alguno de mis propósitos, ya sea conseguir cosas poco legales o para completar los trabajos de la universidad con una buena calidad y ganarme el favor de los profesores.
Honestamente creía que los verdaderos amigos son aquellos que te muestran su mierda sin miedo a que los rechaces, si siempre sonríen y no se quejan de las cosas, solo son conformistas mediocres que no sirven de nada.
- Aunque hablar de amistad verdadera mientras les busco una utilidad a las personas es una contradicción bastante absurda ¿No?
Este era el tipo de persona que era, alguien lleno de mierda, alguien que acepta esa mierda y vive para usarla en beneficio de los pocos seres que verdaderamente quiero, o para mí mismo.
- Supongo que por eso fallan mis relaciones eh.
Mientras me lamentaba por la falta de atención sexual por el género femenino, llegué al cruce final para entrar a la universidad.
- Bien, solo crucemos la carretera y pasemos el día como siempre… ¿Hm?
- Ya te dije que tengo una reunión importante y necesito que alguien cuide de él, ¿Que no me escuchaste hablar sobre ello en la mañana?... No me vengas con eso, tu siempre….
- Mamá, tengo hambre.
Por el rabillo del ojo, noté a una mujer joven que estaba hablando por teléfono con un niño a su costado, probablemente su hijo.
Parecía ser que la mujer estaba pasando por momento difícil con su vida laboral y parental, recé en silencio mientras que endurecía mi determinación de nunca tener hijos antes de los 30.
Es una vida demasiado difícil y molesta para mi gusto, ahora mismo sería un pésimo padre... Probablemente.
Sin duda sería bueno formar una familia algún día, pero ahora ese momento no me era una necesidad, puede que en una década más, pero no ahora.
Volví a mirar discretamente a la madre, quería ver como controlaba la situación, para futuras referencias.
Ahora ella permanecía de espaldas a la carretera, y no prestaba atención a nada que no fuera su llamada.
Oye, no te olvides del niño, mujer idiota.
Me dieron ganas de regañar a la madre por su falta de vigilancia, pero ya estaba cerca de la universidad, y no quería retrasarme, asi que no dije nada.
- ¡Hamburguesas, hamburguesas! ¡Lleven sus hamburguesas!
En un puesto de comida rápida, un hombre regordete anunciaba sus productos.
- Pff, saben a mierda grasosa esas cosas.
En mis primeros días, exploré los alrededores de la universidad para encontrar un lugar donde comer buena comida, ese puesto no era uno de esos, sin embargo…
- ¡Oh! ¡Comida!
El niño quedo hipnotizado por el puesto y sin dudarlo se dirigió hacia él.
- !!!
Okey, sin duda no quiero tener esto en mi conciencia.
- Umm, disculpe.
- Ahora no niño, estoy ocupada en una llamada.
La mujer me dio una mirada condescendiente y regreso a su llamada.
- Pero…
- Ugh, no, solo es un niño molestando, no es nada importante.
Bueno, hablar tranquila y educadamente con esta mujer no serviría, por eso, me veo en el derecho de ser grosero.
Tomando aire dentro de mis pulmones y posicionándome dentro del rango de visión de la mujer, deje salir mi última advertencia con todo el júbilo de mi alma.
- ¡Tu hijo está en medio de la carretera, perra estúpida!
Mi grito la sorprendió tanto que tiró el celular, además, las gentes de los alrededores voltearon a vernos, los más viejos decían cosas como "estos jóvenes no saben respetar a sus mayores", realmente solo hablaban cosas de viejos.
- ¡Pero qué dem! - ¡Mi bebé!
Al procesar mis palabras, la mujer corrió desesperada por su hijo de 8 o 9 años. Fue bastante dramático ver como obligaba a los coches a detenerse, pero también creo que fue lo necesario.
Mira, sabes actuar como madre si te lo propones, good job.
Mientras la madre iba por su hijo le di una mirada al niño.
Uwah, pequeño idiota, pensó que podría cruzar al otro lado, pero se acobardo a medio camino, ni si quiera se puede mover.
Una vez que lo sostuvo en brazos, se dirigió a mi dirección.
No jodas, si ya estás ahí cruza, mujer estúpida.
Pareciera que no todas las decisiones de esta joven madre daban en el clavo, me irrito un poco.
Cuando estaban a unos pocos pasos de llegar a mí, un claxon se escuchó en las cercanías, parecía ser que el conductor de un camión perdió el control, ya que no dejaba de derrapar y chocar con otros autos.
- ¡AAAAHHH! ¡A-Ayuda! Gritó la madre mientras usaba su cuerpo para proteger al niño del vehículo.
- ¡Lánzate aquí, puedes evitarlo!
Aún quedaba bastante para que el camión llegara a nosotros, podían salvarse si simplemente se lanzaban o corrían con toda su fuerza.
- ¡Corran!
- ¡Vengan aquí!
Los gritos de las personas se escuchaban por todos lados mientras que los autos chocaban o se descarrilaban debido al camión, el pánico se extendió como una enfermedad y nadie ayudo a nadie.
- ¡Ahg, mierda! ¡¿Por qué son tan idiotas?!
Aparté a las personas que corrían como pollos sin cabeza y me dirigí a la madre con su hijo.
Rápidamente tomé la muñeca de ambos y con todas mis fuerzas los arrojé fuera de la carretera a un lugar seguro.
Lo malo, es que hacer eso me hizo perder el equilibrio, provocando mi caída.
El claxon chillaba como advertencia, el rechinar de las ruedas se acercaba, las luces se hacían más brillantes, por unos momentos el frio aumentó y el espacio perdió sus colores. Sentí como el tiempo se hacía más lento, la película llamada vida se reprodujo en mi cabeza, y al final, solo pude decir…
- Ah, mierda, igual y debí ayudar a esa chica. Con una sonrisa irónica.
Acepté mi inevitable muerte bastante rápido y cerré los ojos, preparándome para el impacto.
Pronto, dejé de sentir frio.
- ¡Bienvenidos, héroes!
- ¿Eh?
Abrí mis ojos una vez más, y noté que mis alrededores habían dado un cambio drástico.
Ahora era cálido.