Chapter 25 - Capítulo 25

Capítulo 25: De regreso a la aventura.

Nota: Serrano es un famoso periodista cubano que ha dado las noticias en el Noticiero Nacional de Televisión durante varias décadas.

???: …piértate.

Jaime: …

???: …piértate.

Jaime: Hmm, ¿qué?-Pregunta con voz baja.

Liuba: Que te despiertes de una vez, que vas a llegar tarde.

Jaime: (Genial, de regreso a la aventura.)-Piensa de forma sarcástica para sus adentros, siguiendo una rutina diaria de odio hacia el hecho de tener que levantarse temprano un lunes.- Ya mamá, ya me levanto.

Liuba: Vale. Estoy de guardia en la oficina hoy así que me tengo que ir ya mismo, prométeme que te mantendrás fuera de problemas.

Jaime: Vamos, eso fue cosa de una vez y en todo este mes no ha habido nada de lo que preocuparse.-Dijo sonriendo para calmar a su madre.

Liuba: Lo sé, pero ya sabes que para bien o para mal, el trabajo de una madre siempre va a ser preocuparse por sus hijos y el de un hijo casi siempre será el de preocupar a su madre.

Jaime: Ya, ya, no te preocupes, se cuidarme solo.

Liuba: Disculpa si te agobio, pero es que te quiero mucho. Dame un beso mi polluelo lindo.

Jaime: Ay mamáa.-Dice de forma quejosa ante el apodo infantil que su madre le dio, pero le da el beso en la mejilla de todos modos.

Liuba: Y un abrazo para el camino.-Dice y abraza de repente a su hijo, el cual solo suelta un suspiro de resignación y le corresponde.

Jaime: (Madres, uno no puede vivir con ellas, uno puede vivir sin ellas. La ironía de la relación amor-paciencia.) Que tengas buen día.

Liuba: Tú igual. Adiós.-Dijo y se fue de la habitación para luego salir del hogar.

Jaime: Bueno, supongo que debería prepárame para la escuela.-Y con este pensamiento, se dirigió al baño para asearse.

Se lavó la cara y después de haberse secado, justo de antes de empezar a cepillarse los dientes, se detuvo unos segundos a mirarse al espejo. Su cuerpo, otrora simple, ahora se le notaban los músculos, especialmente en los brazos y el abdomen.

Jaime: Vaya, parece que el entrenamiento está dando frutos.-Dice con una sonrisa orgullosa.

Jaime no es alguien vanidoso, y normalmente no se molestaría en verse al espejo, pero, aunque nunca había sido obeso ni sedentario y de hecho se ejercitaba un poco de vez en cuando, nunca se había centrado en ello realmente. Sin embargo, con los recientes peligros a su vida pensó que si mejoraba su condición física sus posibilidades de supervivencia aumentarían al menos un poco. Y finalmente, después de un mes de ejercicios continuos en casa (en parte ya que al estar castigado no tenía mucho que hacer de todos modos) por fin se le notaban los resultados y era algo de lo que podía estar orgulloso. Si, un mes había pasado desde que tuvo esa conversación con Jotaro, y a excepción de sus músculos no mucho había cambiado. Para todos esto era algo bueno, significaba un día más de paz, pero para José y Jaime no todo era color de rosas. Ambos, el primero más que el segundo, veían esto como la calma antes de la tormenta y se aferraban a estos días de paz lo más que podían. Por suerte, también había buenas noticias. Gracias a que no había pasado nada en un mes, la confianza de Liuba en su hijo se había ido restaurando lentamente y el castigo poco a poco se había ido relajando. A este paso, puede que pronto le permitieran ir de nuevo a casa de los amigos. Sin embargo, su razón principal para querer que se acabara el castigo era otra. Claudia. Todavía no se le había declarado, pero no pasaba un día en que no pensara en hacerlo. Quería hacerlo desde mucho antes, pero lo cierto solo le había conocido desde hace apenas un mes, no quería apresurar demasiado las cosas para ella y arruinarlo, primero había que ir creando amistad y confianza entre ambos, preparar los cimientos. Además, incluso si todo salía bien, estando castigado no podría salir con ella, por lo que también debía esperar a mejorar la situación con su madre para que le quitara el castigo. … O al menos así debería ser, pero aunque, si bien es cierto que estas eran razones de peso, lo cierto es que Jaime solo estaba usando estos motivos como excusas, la verdad es que estaba aterrado de que ella pudiera rechazarle. ¿Cómo es posible que sea más luchar a muerte contra un desconocido que decirle a alguien conoces lo que sientes por ellos? Simple. Uno lucha para proteger aquello que es valioso para uno, pero incluso una ilusión puede ser valiosa, y si le dices a alguien cuanto te importan y este no corresponde, da igual cuanto luches para protegerlo, no podrás recuperar esa ilusión e incluso lo real podría verse alterado para siempre. En momentos como este Jaime entendía porque Ross no se le declaró a Rachel en la primera temporada, no es solo para que la historia avanzase según lo previsto, es que realmente es complicado. Pero de los cobardes no se ha escrito nada, y hace tiempo ya que Jaime lleva siendo escrito… en la lista de asistencia del aula, y algún día se confesará. Pero por ahora, su única preocupación es que a su madre se le haya olvidado hacer el desayuno por la prisa. Ve el desayuno en la mesa. Su única preocupación ha desaparecido.

Finalmente sale de su casa. Aprovechando que se levantaba más de una hora antes de lo necesario para asegurarse de usar el transporte antes de la hora pico, Jaime había decidido aprovechar el camino a la escuela como parte de su rutina de ejercicio. No porque al hacerlo se ahorrara los 40 centavos de la guagua, que si bien era un incentivo, esa cantidad de dinero era tan pequeña que solo servía para pagar la guagua, tendría que ahorrar por dos o tres semanas para comprarse aunque sea un pan con algo. No, la razón por la que lo hacía era porque el camino de su casa al pre tardaba una hora a pie, y una hora de caminata es un buen ejercicio para empezar el día una vez te acostumbras a ello. Terminó llegando a la escuela a las 7:00, media hora antes de que empezara el matutino y como 10 minutos antes de que empezaran a venir las personas. Sin nadie con quien hablar y sin juegos en el móvil para entretenerse pues el castigo técnicamente no se había acabado todavía, Jaime soltó un suspiro de resignación.

Jaime: Situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.-Dijo, y sacó el libro de historia para leerlo.

No era la primera vez que le había pasado esto en el transcurso de las últimas semanas, pero no significa que se hubiera acostumbrado al aburrimiento.

Jaime: (Al menos estoy estudiando, mejorando mis opciones para el futuro… dios, como no venga alguien pronto me pego un tiro.)

???: Vaya, Miguel y Kevin me habían contado de esto de las veces que llegaban antes que yo, pero no creí que tu caso fuera tan grave. Te compadezco JaJaLoLo.

Jaime: (¡Esa voz!) ¡Juan amigo mío, gracias a dios que estás aquí!-Dijo con alegría, cerrando el libro de historia incluso antes de darse cuenta de que alguna vez lo estuvo leyendo.

Juan: Joder, se ve que odias el estudio más que yo, y eso es mucho decir.

Jaime: Ahora que lo pienso, ¿qué haces aquí tan temprano? Por lo general sueles venir terminando el matutino, o incluso después.

Juan: Que puedo decir, no tenía sueño.

Jaime: Ah, si, te entiendo. Si sabes que después vas a tener sueño en otro momento del día, ¿verdad?

Juan: Si, pero eso será problema para Juan del futuro, al de ahora le importa un comino.

Jaime: Hmm.

Y así, pasaron unos segundos sin decir nada. Estaban esperando a ver si el otro quería iniciar un tema de conversación más relevante que el que tenían en mente ese momento. Y así fue cuando Juan dijo:

Juan: ¿Cuándo vas a dejar de ser penco y te le declararás a Claudia?

Jaime: ¡¿Q-q-q-qué d-d-de qué hablas?! ¡¿Q-qué declaración?! ¡¿Q-quién es Claudia?!-Dijo con nerviosismo y mirando a todos lados para comprobar que no había nadie escuchando.

Juan: … Espera, ¿se supone que estabas ocultándolo?

Jaime: ¿A-a-acaso era tan obvio?

Juan: Amigo mío, empiezo a creer que dios nos juntó para equilibrar el universo. Yo tengo mucha suerte en conseguir parejas, y tú, bueno… tú tienes salud.

Jaime: ¿A qué viene esa pregunta de repente?

Juan: En realidad estaba pensando en hacerla desde hace un rato, pero esperaba a que fuera mientras bebías algo, así podría verte escupirlo por la sorpresa. Pero que puedo decir, la falta de temas de conversación me pudo.

Jaime: Solo dime, ¿realmente era tan obvio?

Juan: Sip.

Kevin y Miguel al unísono: Sip.

Jaime: ¡Ah! ¡¿Cuándo llegaron ustedes?!

Miguel: Ahora mismo.

Kevin: SI te soy sincero, yo creía que ya eran pareja cuando los conocí, me sorprendí cuando me di cuenta de que no.

Miguel: Tenía mis sospechas, pero no dije nada por si acaso estaba equivocado.

Jaime: Dios, namás falta que lo sepa Serrano.-Dijo mientras se ponía ambas manos en la cara para ocultar la vergüenza.- ¿Creen que Claudia lo sepa?-Preguntó mientras asomaba un ojo de entre sus manos.

Juan: Nah, tranquilo ella no tiene idea.

Jaime: Uuf, menos mal. … No estoy seguro de si eso me alegra o me entristece.

Miguel: Tranquilo, entendemos que puede ser bastante difícil estar en ese tipo de situación.

Jaime: ¿Has estado enamorado también?

Miguel: No, pero mi madre ve bastantes novelas, es difícil no aprender algo de ello.

Juan: Si sabes que esos son obras de ficción, ¿no?

Kevin: ¿Y qué te hace pensar que no estamos en una ahora mismo?

Jaime: … Sea como sea,-Dijo, ignorando lo dicho por Kevin.- lo único que les pido es que mantengan la boca cerrada y, si es posible, se aparten de vez en cuando para familiarizarnos mejor, construir mejor los cimientos.

Juan: ¿Y qué crees que he estado haciendo? He aprovechado cada mínima oportunidad para apartarme y dejarlos solos durante el último mes.

Jaime: ¿En serio?- Dijo, y empezó a hacer un poco de memoria, y al hacerlo se dio cuenta de que era verdad.- Oh gracias, que buen amigo eres.-Dijo con una sonrisa de felicidad inocente.

Juan: ¿En serio no sospechaste de todas las veces que dije que tenía que ir al baño?

Jaime: Pensé que a lo mejor era una infección urinaria o algo, y es vergonzoso para ambas partes hablar de ese tipo de cosas, por eso no pregunté nada al respecto.

Juan: De hecho, Claudia si me preguntó al respecto. Aunque, sin contar la parte embarazosa, igual fue algo raro. Aunque le dije que no tenía nada me dijo que le avisara si llegaba a atenerlo, incluso su mirada parecía la de un médico seguro de que podía tratar una enfermedad.

Jaime, Miguel y Kevin se miraron con temor. Ellos sabían la razón detrás de la confianza de Claudia, pero Juan no, y debía permanecer así.

Jaime: B-bueno, ya sabes, ella quiere ser médico en el futuro, y un médico debe darle confianza a su paciente, a lo mejor está practicando desde ahora.-Dijo, sacando de su mente la primera excusa que se le había ocurrido.

Juan: Pues si es así va por buen camino. Hasta yo me lo creí por un momento.

Jaime, Miguel y Kevin se miraron con alivio. La excusa había dado resultado.

Kevin: Como sea, por nosotros no te preocupes, prometemos no decirle nada a Claudia acerca de eso.

Claudia: ¿Acerca de qué?

Jaime, Juan, Miguel y Kevin al unísono: ¡¡AHH!!-Exclamaron con sorpresa al verla aparecer de la nada.

Claudia: ¿Jaime?-Preguntó con cierto preocupación debido al grito que habían pegado todos.

Jaime: ¡Claudia!-Gritó presa del nerviosismo colectivo.

Juan: ¡Claudia!-Gritó repitiendo lo último que su amigo había dicho ya que también era presa del nerviosismo colectivo.

Claudia: ¿Miguel?-Le preguntó con la esperanza de que le diera la esperanza de que le diera la respuesta a la situación que los otros dos no parecían ser estar en condiciones de darle por alguna razón.

Miguel: J-juan.-Dijo intentando cargarle el muerto a otro por reflejo.

Kevin: ¡Kevin!-Dijo con una sonrisa idiota, completando así el meme.

Jaime: P-p-p-pues, se trataba de los resultados del partido de fútbol de anoche.-Aclaró con lo primero que se le ocurrió.

Claudia: … Ahmm, ok supongo, no es que realmente me interese la verdad.-Dijo en cierto modo aún más confundida que antes.

Juan: Es que no queríamos que te sintieras mal porque perdió el Real Madrid ante la obvia superioridad del barca.

Claudia: A decir verdad, el futbol no me interesa realmente, lamento si di esa impresión.

Jaime: Espérate un segundo, ¿qué fue eso de la obvia superioridad del barca?-Preguntó con una mirada de desafío.

Juan: Pues eso, que el barca es mejor.

Kevin: Eso lo sabe hasta mi abuela.

Jaime: Me van a tener que perdonar, pero no puedo dejar pasar esta ofensa. Ahora mismo se me retractan si no quieren enfrentarse a un fan del Real Madrid.

Miguel: Corrección, a DOS fans.

Una escena de tensión en el palpó en el ambiente. Incluso Claudia, que no entendía nada, no pudo evitar pensar:

Claudia: (¿Por qué se siente como si estuviera a punto de estallar una guerra civil?)

Y así, el día pasó y llegó la noche. El conflicto se dejó en tablas hasta el siguiente campeonato, el secreto permaneció oculto, y nada destacable pasó en ese día. Al menos, no ese lugar. En un hospital de La Habana, de cuyo nombre no quiero acordarme, más o menos por ese tiempo se hospitalizaba un ladrón. Tenía cerca de treinta años, de complexión simple, pero algo seco de carnes y algo vendado el cuerpo, gran trasnochador y amigo de las fechorías. Algunos pocos le conocían por el nombre de Federico Mercurio Alfonso, pero otros le conocían por el de su stand, Air Supply. Después de su encuentro con Jaime, la ambulancia llegó, pero al haber quedado inconsciente la habilidad de su stand se desactivó y su cuerpo fue hallado rodeado de artículos robados por él que mantenía dentro de su stand. Aprovechando que al despertarse no estaba en sus mejores cabales por la anestesia, la policía le interrogó y el confesó haberlo robado todo, incluso si lo que dijo acerca de que usó una criatura fantástica para ello no tenía sentido y podía ser atribuido a su corta percepción por los analgésicos, los demás detalles que dio si concordaban, por lo que fue sentenciado a varios años de prisión de libertad. No obstante, debido a su enfrentamiento contra un desconocido aparente, muchos de sus huesos estaban rotos, por lo que lo ingresaron en un hospital hasta que se recuperara lo suficiente y entonces lo enviarían a prisión. Después de un mes, y acelerando su recuperación robando energía de los enfermeros (no tantas como para levantar sospechas), ya estaba casi como nuevo, en una semana o menos le darían de alta. Obviamente, él no se quedaría hasta ese entonces. Incluso afectado por los analgésicos, él no dijo nada acerca de Jaime o Claudia, tal era su enojo que superaba incluso su estado drogado. Fácilmente podría haberle dicho a la policía acerca de Jaime y como fue este el que lo dejó así, sin embargo, a diferencia de Federico, quien era un adulto y criminal, Jaime era un menor de edad sin antecedentes de ningún tipo. Quizás le condenasen por haber golpeado a una persona hasta la inconsciencia y la hospitalización, pero incluso esto podría atribuirse a la defensa propia, sin contar que llamó a la ambulancia permitiendo en el proceso que descubrieran al legendario ladrón, lo cual representaba un doble servicio a la comunidad. Al final, saldría prácticamente exonerado de todo esto, y para Federico, a quien le habían dado la paliza de su vida, lo habían obligado a una vida de o cautiverio o de esconderse de la ley, y le habían robado el tesoro más grande del mundo, eso no era suficiente. Todo ese mes lo había pasado pensando en cómo vengarse de Jaime una vez saliera del hospital. No podía esperar más. Oyó la puerta abrirse y esperaba que fuese una de las enfermeras que lo había estado cuidando hasta ahora. Ya lo tenían sentenciado a prisión, su vida como hombre libre había terminado, así que bien podría darse un lujo especial antes de salir a cumplir su venganza.

Federico: (Esta noche le voy a mostrar porque me llamo Fede-rico.)-Pensó con lujuria y obvios intentos de violación.

Grande fue su decepción al reconocer una figura masculina entrando por la puerta.

Federico: (La puta que lo parió, tenía que venir a joderme la erección. ¿A qué coño vino este comepinga de todos modos?)-Pensó con rabia al notar como su amiguito ya no estaba tan ''rico´´ como hace un momento.

Sin embargo, si bien la decepción inicial impidió que se fijara en el ser que acababa de entrar, ahora que lo veía bien, este no era ninguno de los doctores que le había tratado durante todo este mes. Además sentía algo raro al verlo. Sentía que si dejaba que este hombre se acercara más, moriría. Previendo lo pero por su intuición, sacó a su stand para que atacara al hombre, pero una mano extra salió del cuerpo de este y al tocarle, su Air Supply regresó al cuerpo de su usuario. Ahora sí que estaba asustado. Por más que lo intentara, no podía invocar a su stand. Estuvo a punto de gritar por ayuda, pero entonces esa mano amarilla le tapó la boca. Mientras el hombre se acotejó sentándose en un extremo de la cama en la que me encontraba, invocó completamente as su stand, una figura humanoide y amarilla con vestimenta de ato grado militar, algo más grande y musculoso que el Last One Standing de Jaime y mucho más imponente. Su usuario empezó a hablar.

???: Lamento la intromisión brusca, pero como entenderás es díficil tratar con un huésped que no trata a sus invitados con cortesía, por lo que tuve que tomar estas medidas.-Dijo con un acento extranjero y un tono de voz cortés pero firme.- Permíteme presentarme. Mi nombre es Nicholas Collins, y este de aquí es mi stand, I Am King. No te molestes en presentarte, se todo acerca de ti y tú Air Supply. Probablemente te estés preguntando, '' ¿por qué me está pasando esto si no conozco a este hombre de nada? ´´, '' ¿qué quiere conmigo? ´´. Paciencia. Todo será respondido pronto. Mi stand posee el poder de controlar todo lo que toca con sus manos, pudiendo dando cualquier orden a lo que sea, ya sea un objeto inanimado, una persona, o incluso un stand. Mi objetivo final es controlar todo lo que existe y tenerlo bajo mi control. Una habilidad bastante útil para ese objetivo, ¿no crees? Por desgracia, no es suficiente. Este mundo posee poderes que sobrepasan toda lógica incluso para aquellos cuyos poderes ya sobrepasan la lógica. Para lograr ese tipo de poder, he estado reuniendo aliados que me ayuden, no solo a distraer a los enemigos más problemáticos, sino también a facilitar mi búsqueda. Esa mirada que tienes, a lo mejor estás pensando que quiero reclutarte como aliado. Por desgracia para ti, ese no es el caso. Tú habilidad es demasiado peligrosa, y ni hablemos de tu personalidad y objetivos. Ciertamente, podría usar tu habilidad para doblegar tu mente, pero dado que los stands son el espíritu de lucha de su usuario, alterar este espíritu puede fortalecer o debilitar  el potencial del stand y de su usuario, y viendo cómo eres lo más probable es que se daría el segundo caso contigo. Por supuesto, también dejarte vivo en un estado comatoso mientras me hago con el control de tu habilidad, pero dudo que ese método funcione contigo. Robar. Esa es tu habilidad. Es triste y a la vez reconfortante ver como una habilidad tan útil terminó en alguien sin creatividad para explotarla al máximo. Si usases tu habilidad al máximo, serías capaz de robar cualquier cosa que existe. Energía vital para adquirir inmortalidad, capacidad curativa para curar las heridas en un santiamén, conocimiento para volverte el hombre más listo del mundo, entre otros tantos. Precisamente porque puedes robar cualquier cosa, incluso si impongo mi control en ti, podrías robar tu libertad de vuelta, podrías incluso robar habilidades, tales como la mía. En otras palabras, como alguien con una avaricia y poder equiparables o superiores al mío, eres una amenaza cuya existencia no puedo permitir, pero a diferencia de otras amenazas que me persiguen y de las que me estoy manteniendo lo más alejado posible, tú todavía no has alcanzado un nivel en que realmente representes una amenaza para mí, estás indefenso y solo. Por eso, te mataré ahora para evitar problemas futuros. Tal vez estoy exagerando, pero mejor prevenir que lamentar. Veo que estás llorando, el miedo y la ira son palpables en ti. No te culpo, yo también estaría así si estuviese en tu lugar. Probablemente me estés maldiciendo por hacerte clara tu muerte y su inevitabilidad en vez de simplemente acabar con esto antes de que te dieses cuenta. Pero hay una razón detrás de esto. Lo creas o no, sí he estado en tu lugar, conozco lo que es sentir la desesperación absoluta por tener la muerte en la cara, y ante oponentes y circunstancias que escaparon mi control. Por eso, nunca mataré a alguien sin que este sepa el porqué de ello. Independientemente de si eres capaz de procesarlo y entenderlo, sería injusto que no lo sepas. Y ahora, he aquí el adiós.-Dijo, y la mano libre de su stand disminuyó su cantidad de energía vital para atravesar al pecho de Federico sin hacerle daño y tocar directamente su corazón.

Una vez lo hizo, le dio una simple y sencilla orden al corazón: Detente. Muerto por causas naturales para los forenses, el cadáver permaneció en su camilla de hospital mientras su auténtico verdugo salía por la puerta.

Collins: (Fue solo una pista basada en una premonición, pero valió la pena seguirla. Gracias a ello, pude descubrir que efectivamente hay una flecha en Cuba. Es una pena haber empezado la búsqueda en el otro extremo del país, así como haber tardado un mes en llegar a La Habana por haber tomado las molestias de haber eludido a Passione y la Speedwagon Foundation, pero al final, pude acercarme a mi objetivo sin llamar la atención de mis dos mayores amenazas. Este será el inicio del fin.)-Pensó mientras esbozaba una sonrisa de satisfacción y se retiraba para no dejar rastros.

To Be Continued |\|