—Hace muchos siglos atrás en una pequeña aldea en el bosque empezaron a desaparecer aldeanos y no se sabía que se los estaba llevando, después de muchas desapariciones los aldeanos decidieron ir al bosque para ver sin encontraban algo,se quedaron de piedra cuando encontraron unas grandes pisadas y regresaron lo más rápido posible a la aldea por temor a que lo que hubiera dejado esas huellas estuviera cerca, pero esa misma noche sucedió lo que nadie hubiera pensado, la criatura atacó la aldea. Esa noche se escucharon los gritos de los aldeanos en todo el bosque y el olor a sangre reinaba en el ambiente, cuando salió el sol iluminó los cuerpos descuartizados que estaban por todas partes. Los pocos aldeanos que sobrevivieron a ese masacre no volvieron hablar más de lo sucedido y la historia se volvió leyenda junto con la criatura del bosque que acabo prácticamente con esa aldea—
Después de terminar de escuchar la historia una vez más le pregunte a la abuela.
—Abuela puede ser posible que la criatura de esa historia sea real—le pregunto con voz de duda y el temor reflejado en mi cara.
—No sé mi niño, tu has visto algo en lo que te puedas apoyar para decir que la criatura es real—le digo a mi nieto para intentar calmar su miedo por que si la criatura a vuelto después
tanto tiempo estamos en peligro, pero no quiero que intente buscar algo que nadie querría encontrar.
—No abuela hasta ahora no he visto nada—le respondo
—Bueno mi niño pues lo mejor será pensar que no es nada que solo son algunas personas desaparecidas y nada más—le digo para que olvidé esa idea.
—Bueno abuela gracias por volverme a contar la historia una vez más—le digo abuela le doy un beso en la frente y después salgo de la habitación.
Pasaron dos semanas y después de pasar mucho tiempo con Katherine recorriendo el pueblo ya me lo conocía como la palma de mi mano.
Me dirigía hacia casa de Katherine, que habíamos quedado para ir hoy al café del pueblo juntos. Al llegar a su casa toque en el timbre y enseguida me abrieron.
—Hola Daniel, pasa que Katherine te está es esperando—me Dice Karina con una gran sonrisa.
Sigo a Karina hacia la sala en donde estaba sentada Katherine hablando con su padre el señor René, «él era muy buena persona lo conocí al tercer día de venir a casa de Katherine por que el trabajaba para una empresa y casi siempre estaba en la ciudad o de viaje». Después de que Karina le contó de que yo había evitado de que a Kath «como le decía él a Katherine y como empecé a decirle yo», por evitar que la atropellara aquel auto el me dejó bien claro que para él yo también era parte de su familia al igual que para su esposa.
—Hola Daniel—me dice René levantándose para saludarme al igual que Kath.
—Daniel ya había pensado de que te habías arrepentido de venir—me dice Kath en forma de broma.
—Bueno vámonos ya para que no se nos haga más tarde—dice Kath antes de salir de la habitación y yo salgo detrás de ella.
Salimos por la puerta y detrás de nosotros estaban sus padres.
—Chicos cuídense mucho y no regresen muy tarde—nos dice René y después entra a la casa junto con Karina.
Después de caminar un rato llegamos al café, era muy bonito y agradable.
Entramos y nos sentamos en una mesa.
—Este es uno de mis lugares favoritos del pueblo, en especial las malteadas que venden aquí—me dice Kath.
—Bueno si tu lo dices deben de estar muy buenas—le digo y en eso nos interrumpe la camarera.
—Buenas noches que desean de tomar, les puedo sugerir los batidos que tenemos una gran variedad hoy —nos dice la camarera.
—Bueno yo quisiera un batido de fresas y nata—dice Kath
Como era mi primera vez aquí pedí él primero que vi en la tabla de batidos.
—A mí me da uno de chocolate con extra de caramelo—le digo, después de tomar mi orden ella se retira y regresa después de unos minutos con nuestros batidos.
—Aquí tienen espero que los disfruten—dice antes de marcharse.
Empezamos a beber nuestros batidos y después de unos minutos Kath me pregunta.
—Daniel tienes algún plan para mañana en la noche—
—No,¿Por qué?—
—Era por si querías ir conmigo a la hoguera que habrá mañana en el bosque—me pregunta Kath con cierto nerviosismo en su voz.
—Si claro—
Terminamos de tomar nuestros batidos y después de hablar un poco nos marchamos.
La acompañé hasta tu casa y antes de que entra en ella me decidí hacer algo que llevaba tiempo pensando y hoy por fin me atrevería.
Me le hacer qué «mi corazón estaba a mil por hora» y la besé, al sentir mis labios tocar los de ella una extraña descarga eléctrica recorrió todo mi cuerpo, después de unos segundos me separé lentamente y la miré.
—Kath perdóname si te moles—y antes de terminar de hablar ella me volvió a besar ese besó fue aun más intenso que el primero, después de él mejor momento de mi vida nos separamos lentamente y ella me dijo...