--Hey, Minu, ¿Dónde diablos esta Zara? --pregunto molesto Takai, la chica se suponía debía estar allí con ellos, revisando que todo en el lugar estuviera en orden.
Takai estaba bastante irritado esa noche, se suponía que aquel día, este saldría temprano del trabajo y saldría con una candente chica que había conocido esa mañana, una chica con dos muy buenas razones con la que estar y que Takai ardía en furia por no poder estar cerca de ella.
--Mmm, creo que esta con el jefe... --respondió Minu distraído, como si no le estuviera prestando atención.
--¿Qué diablos te pasa? --Takai observo a su amigo, el cual por alguna razón, estaba agachado y mirando la pared mientras se abrazaba sus piernas.
En aquel momento, se encontraban en la parte trasera del club, donde se hacia la carga y descarga... Un tanto ilegal del jefe. Takai llevaba años trabajando para Skull y en todo ese tiempo, había visto cientos de cosas extrañas, desde drogas y armas, hasta animales exóticos de los que este nunca había conocido... Pero si había algo que sorprendía a Takai, era la vista de Minu entristecido.
Takai y Minu llevaban juntos desde que eran pequeños, siempre habían trabajado juntos y a pesar de que Takai pensaba que su amigo podía llegar a ser bastante irritante y molesto, no podía negar que nunca lo traicionaría. Pero ni en todos sus años juntos, este había visto a su amigo tan deprimido.
Takai maldijo una vez mas en el nombre de Zara, al ver que ahora tenia que animar a su amigo. Se suponía que aquella noche Zara debía sustituirlo las ultimas horas, cosa que le pareció extraña a Takai, ya que la ultima vez que alguien le había pedido un favor, Minu había tenido que tener su mano vendada por varios meses por el enorme agujero que le hizo. Pero aquella vez, había aceptado rápido, tal vez demasiado.
Pero ahora Takai pensaba que tal vez la razón por la que había aceptado, era simplemente para molestarlo... Y lo peor de todo, es que ni siquiera había podido quedarse a ver a aquellos niños tan interesantes, al menos con ellos podría disfrutar un poco la noche...
Takai suspiro al ver la oscura noche y el único bombillo medio roto que iluminaba aquel callejón totalmente vacío. No había ni una estrella en la noche y para una vez que Takai debía de olvidar sus planes por trabajo, aquella debía ser la noche mas malditamente aburrida que había tenido en años. Ni un solo yanqui buscando droga, ni un solo idiota tratando de buscar armas en el lugar equivocado, algún estafador iluso, banda enemiga de los Black Karasu, pareja despechada del jefe o algún maldito niño estúpido tratando de ser entrenado por Skull para hacerse mas fuerte, absolutamente nada ocurría esa noche.
"No, mejor ese ultimo no", Takai tembló un poco al recordar sus desventuras cuando el jefe había aceptado a Ocelote como discípulo, este en un principio había parecido un buen chico, pero muy tarde se enteraron de sus verdaderos objetivos o de su ideología de supremacía blanca Aumentada, una idea que como cualquiera podría suponer, no era muy del agrado de Takai.
Takai observo hacia el fondo del callejón en espera de que cualquier cosa ocurriera, pero no pasaba nada. Este pensó en volver adentro y encontrar a la desgraciada de Zara, pero se le quito la idea cuando recordó la ultima vez que se había salido de su posición, no había sido un castigo agradable...
Takai volvió a suspirar al ver como sus ojos inevitablemente se posicionaban en Minu. El chico seguía arrodillado como un bebe. Por lo que se acerco a este cuando no le respondió y vio, como estaba dibujando en el suelo con una roca a una persona. Takai miro mejor el terrible dibujo, era un monigote con apenas la forma de una persona, tenia dos circulas en el centro que supuso eran los pechos, por lo que intuyo que era una mujer. Este garabato también tenia una gran melena y tenia un rostro enojado mal dibujado...
Takai miro el rostro de su amigo, el cual estaba rojo incluso para la piel oscura de este y entonces, logro comprender lo que ocurría... Y casi se tiraba al suelo de la risa al ver el rostro como un tomate de Minu.
"¡Esta enamorado!", Takai uso todas sus fuerzas para no reírse con todas sus almas y aun así, le fue imposible no soltar una pequeña carcajada. En los diecisiete años que Minu llevaba viviendo (Y los veinte de Takai), este nunca se había enamorado de nadie, ni siquiera cuando su cuerpo comenzó a crecer de manera descomunal y todas las chicas y chicos volteaban a ver su escultural cuerpo. Minu era un idiota en cuanto a temas de amor se refería, ni siquiera cuando una chica se acercaba a este con obvias intenciones, no lograba descubrirlo y pensaba que simplemente querían ser amigos. Incluso cuando el idiota era capaz de actuar todo serio y como un hombre cuando trabajaba, casi siempre era como un niño pequeño que le sonreía a todo estúpidamente.
Takai supuso por la apariencia del dibujo, que debía ser aquella chica de pelo largo y alta que estaba con esos chicas, la que había dado tremendo espectáculo. Takai pensó que tal vez su noche no era tan mala, ya que ahora tenia en su memoria, el rostro del primer amor de Minu almacenado para siempre. A este le pareció extraño que se hubiera enamorado de ella específicamente, probablemente ni siquiera conocía su nombre y apenas habían hablado, ¿Pero quien era Takai para entender como el corazón humano funcionaba?
Y justo cuando Takai disfrutaba el espectáculo frente a sus ojos, vio por el rabillo de estos la silueta de una persona. Takai volteo emocionado, pensando que tal vez aquella noche mejoraría en algo... Pero su emoción fue arruinada inmediatamente al percatarse que la persona detrás de el, era aquella maldita chica...
--Tu otra vez... --dijo Takai escupiendo hacia un lado.
Takai esperaba que algo interesante pasara esa noche, pero aquella chica no lo era. Takai no sabia su nombre, pero esta era la chica que por alguna razón, se autoproclamaba la fan numero uno de Vigaro (Cortador de agua) y decía estar completamente enamorada de el. lo cual le parecía la cosa mas estúpida del mundo, ya que la única forma de que alguien se enamorara de la horrenda y maloliente cara de Vigaro, tenia que ser ciega.
La chica de pelo verde y con ropajes de cuero se acerco dando saltitos hacia Takai, agachando la cabeza y poniendo ojos de cachorro mal herido. Takai casi escupe del asco cuando la chica comenzó a fingir que estaba llorando mientras que movía sus labios con nerviosismo.
--Por... Favor... ¡Déjame entrar! --La chica rompió en llanto como un bebe pequeño. Takai no podía creer que alguien actuara tan sinvergüenzamente, no sabia a quien se supone debía engañar--. Solo quiero... ¡Ver a mi oso de agua!
"Maldicion, ¿Por que a mi?", Takai había tenido que encargarse varias veces de aquella chica, siempre llegaba suplicando que la dejaran estar con su verdadero a mor y a pesar de que nunca la dejaba pasar, Vigaro siempre lograba meterla en el club y por injusto que fuera, era Takai quien recibía el castigo.
Takai le había ordenado a Vigaro que no lo siguiera haciendo, pero el desgraciado no lo escuchaba, ni siquiera cuando Takai le había destrozado en combate y lo había dejado suplicando que parara, el idiota continuaba, era como si fuera masoquista o algo así, pero bueno, era luchador y Takai no entendía a ese tipo de personas, todo lo que a el le interesaba era una cama esponjosa, comida y algo que lo hiciera reír.
--Takai... --De repente Minu le toco el hombro--. Creo que deberíamos dejarla entrar... Se ve horrible...
--Tu... --Claro que era Minu quien seria engañado por esa estúpida rata. Takai le atino un golpe en la cabeza que callo al idiota, a pesar de estar en mejor físico, Takai era mucho mas alto, mayor y mas fuerte--. No seas idiota carbón, ¡Esta zorra ya me ha metido en demasiados problemas!
Minu retrocedió como un perro regañado y la chica lo miro enojada. Takai le ordeno que se alejara, pero la chica simplemente se quedo allí, mirándolo con el seño fruncido.
Y cuando Takai creyó que tendría que pasar toda la noche con aquella estúpida chica, al fondo del callejón apareció una persona. Un hombre alto, calvo en la cabeza, casi tan musculado como Nimu, con ropas de cuero, montones de tatuajes y cicatrices en su rostro, uno que parecía haber echo muchos crímenes y malas decisiones en su vida.
--¡Al fin! ¡Algo! --Takai quito de su camino a la chica tarándola hacia un lado.
Takai no conocía a aquel hombre que se encontraba caminado hacia ellos con gran intensidad, pero a quien le importaba, tenia toda la apariencia de que quería partirles las extremidades y esa era toda la razón que necesitaba. Takai uso su poder que tanto escondía de otros e inmediatamente fue teletransportada a la espalda del hombre que aun estaba a varios metros de el. El hombre pareció confundido al ver como Takai desaparecía y este le toco la espalda.
--Hey, ¿Estas perdido? --El hombre de repente se giro con fuerza lanzando un puñetazo, pero aquel hombre había decidido molestarlo en una mala noche, Takai estaba aburrido.
Takai detuvo el golpe fácilmente con su mano, el hombre tenia fuerza, pero Takai mas. Este dejo escapar una pequeña carcajada y antes de que el hombre pudiera hacer otra cosa, le atino un golpe en todo el rostro que hizo que cayera al suelo. El hombre quedo confundido y trato de levantarse, pero antes de que pudiera hacerlo, Takai le dio una patada en el rostro, que lo dejo fácilmente inconsciente.
Takai espero unos momentos para ver si el hombre se levantaba, pero para su mala suerte, no lo hizo. Takai suspiro decepcionado y arrastro al hombre hasta Minu. Para su gran desgracia, aquel hombre no era la gran cosa y era poco la diversión que le había causado.
--Ehh, ¿Sabes quien es? --pregunto Minu iluso.
--¿Acaso necesito saberlo? --Takai rio, realmente no conocía al hombre, pero el jefe tenia tantos enemigos, que no había una semana en la que los intentaran atacar.
--Mmm, supongo que tienes razón... --Minu agarro al alto hombre como si fuera nada y lo llevo hacia el interior del club, donde el jefe mas tarde se encargaría de el.
Takai se volteo esperando tener que seguir discutiendo con la chica, pero cuando lo hizo, se encontró con que la chica se estaba yendo por su cuenta.
"Mmm, extraño", a Takai le pareció extraño, ya que casi siempre, tenia que sacar a rastras a la chica del lugar, por lo que con su usual curiosidad, Takai se teletransporto detrás de la chica cuando esta estaba cruzando la esquina.
La chica giro, alejada de cualquier persona, Takai se escondió detrás del cruce cuando la chica saco un teléfono de sus pantalones y llamo a alguien.
--Si, soy yo... No, no logre entrar... --Takai se sorprendió un poco al escuchar como la chica ahora hablaba con un tono mas serio y oscuro, sabia que siempre fingía, pero no sabia que tanto--. Si, entiendo, estos idiotas son demasiado estúpidos, nunca sabrán que los estoy espiando... Si, no tienes que preocuparte, descubriré el secreto de Skull, aunque tenga que morir en el proceso...
"El secreto de Skull... Interesante", La chica acabo la llamada sin decir nada mas y simplemente se fue sin pedir nada mas. Takai decidió dejar de seguirla, pudo hacerlo, pero pensó que aquello era suficiente...
Y vaya que aquella noche no había salido como esperaba, había salido incluso mejor, ¿Una pequeña espía que quería descubrir el secreto del jefe?, sonaba como sacado de una película y Takai amaba las películas. Este no sabia de que secreto hablaba, pero a quien le importaba, aquello se estaba poniendo muy interesante.
Takai entonces volvió con Minu, el cual volvía a estar en la entrada y decidió no contarle nada sobre la chica a el o al jefe, después de todo, lo que esa chica hiciera después podría causarle mucha diversión y no quería compartirla con nadie.
--Takai... Tu sonrisa, otra vez... --Minu le señalo el rostro y Takai saco uno de sus espejos de mano.
En el, veía el rostro reflejado de un hombre con unas sonrisa enorme, unos dientes como ruinosos y una expresiones excitación mórbida y asquerosa, como el rostro que un asesino pondría al matar a alguien o el de un pervertido viendo el trasero de una niña... Takai tenia aquella mala costumbre, cuando estaba muy feliz, tendía a poner esa cara de manera subconsciente, cosa que le molestaba bastante cuando estaba con una chica, pero por suerte, solo lo hacia cuando estaba muy feliz...
Y vaya que estaba feliz, por el simple hecho de la expectación de esperar por la diversión que tendrá en un futuro...