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Chapter 19 - Capitulo 12 «Amanda»: Bajo vigilancia

Amanda se dejo caer al suelo, justo al lado de Bran y Kazu en el techo del gimnasio. Esta observo el suelo debajo de sus pies, mientras trataba de no pensar en los calambres y el dolor en sus músculos, el extremo cansancio y lo que esta estaba segura, eran los comienzos de una fiebre bastante fuerte.

Amanda estaba destrozada...

—¿Quieres un poco? —pregunto Kazu mientras le tendía a Amanda un pedazo de pizza de su almuerzo, pero esta tuvo que rechazarlo, por más atrayente que fuera.

—No... Creo que si comiera algo, probablemente lo vomitaría —respondió Amanda entre mareos, su estómago estaba revuelto.

—Igual deberías comer, no es bueno saltarse comidas —insistió Kazu animosamente y con una expresión en el rostro que no parecía ser capaz de tomar un no como respuesta.

—OK... —Amanda tomo el pedazo con inseguridad, esta metió el pedazo en su boca, tenía un sabor increíble, como creado por los dioses mismos, Amanda nunca había probado la pizza antes de conocer a Bran y los demás, pero ahora, no podía pensar en una época sin ella.

Amanda sintió perfectamente como los pedazos triturados bajaban por su esófago, esta sintió como los músculos de su garganta trataban de empujar en dirección contraria los pedazos para ser expulsados, pero Amanda logró resistir y finalmente pudo digerir la comida sin vomitar... Pero eso no le quito lo horrible que se sentía, la pizza era sabrosa, mucho, pero era un alimento bastante grasoso y ahora sentía un ardor molesto en el estómago, como si tuviera un horno dentro de ella que aumentaba rápidamente su temperatura.

—Esta... —Amanda observo a Kazu que aun la miraba con una gran sonrisa, que Amanda era incapaz de ignorar—. Esta sabroso... Gracias...

Kazu le devolvió el agradecimiento con otra sonrisa y llevo su mirada hacia los binoculares que tenía en las manos. Según Kazu, esos binoculares eran de sus padres y lo usaban para observar aves... Cosa que Amanda pensó debía ser bastante extraño para los binoculares, pasar de ver a majestuosas criaturas capaces de volar a algo que, bueno...

A Arman...

Kazu apunto los binoculares por los tragaluces del gimnasio hacia el interior, donde la vista era algo bastante desagradable. Amanda con las pocas fuerzas que le quedaban, se arrastro hasta el vidrio y observo. Desde la superficie, a simple vista, se podía ver como simplemente un grupo de estudiantes haciendo ejercicio durante su hora de educación física, realizando flexiones, dando vueltas, trotando y haciendo estiramientos, algo perfectamente normal, al menos, hasta que observabas mejor y veías que el profesor no era el que estaba dando las ordenes y que aquello, no era realmente una clase...

—Llevan mas de seis horas así... —dijo Kazu probablemente al ver el rostro de preocupación de Amanda—. Y llevan haciendo lo mismo desde hace mas de dos semanas... Todos los días...

"Es horrible", pensó Amanda al ver desde lejos, como Arman gritaba y ordenaba con mano férrea.

Solo se tenía que forzar un poco la vista para ver lo que ocurría realmente. La vista era como una obra de arte representando una vista del infierno, los rostros de allí abajo, era como si estuvieran en la antigua Roma, realizando trabajos forzados y recibiendo latigazos, los chicos corrían, hacían sentadillas, flexiones, levantaban pesas, todo por horas y horas sin parar, sudaban, gemían, gritaban de dolor y algunas veces, caían al suelo del cansancio. Lo que antes eran los equipos de basquetbol, fútbol, tenis y béisbol, ahora eran el grupo personal de entrenamiento de Arman o como este les llamaba, su "Ejército revolucionario".

Y aquello no era un nombre exagerado, desde aquel día con Skull, cuando les habían contado sobre la visita de Arman, Kazu había decidido de una vez comenzar a vigilarlo a escondidas, según el, este debía de estar planeando algo y si realmente era así, ellos debían tener un contra plan o al menos, medidas para responder. Y habían quedado impresionados o mejor dicho asqueados por lo que Arman hacia. Ya habían escuchado hacia semanas sobre las actividades de Arman, pero esto no era nada parecido a lo que tenían frente.

Tanto Kazu como Nala habían preguntado en toda la escuela por Arman, Amanda había tratado también, pero cada vez que se acercaba a alguien, salían corriendo despavoridos al verla. Según Nala, fue bastante complicado, primero trataron de hablar con el equipo de basquetbol, pero al igual que los demás equipos, todos los habían ignorado, fingían ignorancia cada vez que se referían a Arman o de plano, huían de ellos. Hablaron con todo el que pudieron, pero no lograron conseguir nada, era como si el simple hecho de hablar o mencionar el nombre Arman fuera una especie de pecado o tabú en la escuela y por lo que Kazu describía, los rostros de terror que ponían cuando les preguntaban. Solo lograron entablar conversación con una persona, un chico de ultimo año, el cual tenia un amigo que había pertenecido al antiguo equipo de tenis. Pero por desgracia, este no sabia nada de Arman.

—Estaba preocupado por su amigo... —Les había explicado Nala.

El chico le había pedido a Nala que lo ayudara, que hiciera algo por su amigo. Le explico que ya no podían hablar o salir, siempre que volvían a casa juntos, parecía tener la vista perdida, apenas era capaz de decir unas cuantas palabras y parecía como si no fuera capaz de escuchar nada de lo que le dijera o pidiera. Su amigo siempre parecía cansado, incapaz de hacer nada por si mismo, tenia que llevarlo de la mano a su casa y muchas veces, este se caía del cansancio y lo debía de arrastrar, ya que estaba tan cansado, que no era capaz de caminar. Su amigo no era el único, Bran y Amanda habían vigilado también a los demás estudiantes bajo el mando de Arman y estos también parecían zombies, caminaban sin rumbo y perdidos.

El chico le había suplicado a Nala entre lagrimas y esta parecía haber quedado bastante tocada por ello. Pero el chico no tenia ninguna información importante, nunca había visto directamente a Arman y no estaba seguro que era lo que hacían dentro del gimnasio, porque todo el mundo le tenia miedo o hacia caso a Arman, pero si estaba seguro de una cosa, la única cosa que su amigo le había contado entre sus desvaríos y sin sentidos...

—No entres al gimnasio... Sin importar que... —Aquello había sido lo único que el chico había podido decir...

Y Amanda, creía poder hacerse cierta idea de que pasaría si entraban...

Los estudiantes seguían las órdenes sin rechistar de Arman, al parecer, este había sacado del colegio por petición al profesor de educación física, ya que según este, el podía hacerlo mejor, razón por la cual, es que ahora tenían dos horas libres, ya que no tenían profesor. Los chicos hacían formaciones, practicaban todos los días e incluso cantaban un himno en ruso, todo como si estuvieran en la milicia, en una donde Arman era el general que lo controlaba todo. Mientras que los chicos realizaban sus actividades, Arman se quedaba observando, de manera impasible, como estos hacían todo, sin la necesidad de que este tuviera siquiera dar una sola orden. La forma en la que los miraba, era como si estuviera viendo pequeñas hormigas y estas lo miraban con terror y desespero, como si supieran que si hacían algo mal, Arman los castigaría... Y aquello parecía funcionar, ya que desde que habían comenzado a vigilar, ninguno de esos estudiantes habían cometido un solo error, era tal, que si no fuera por el uniforme negro y la corbata roja, hubieran podido pasar perfectamente como soldados.

Caminaban rectamente, sin encorvarse, con portes firmes, hombros rectos y con la vista siempre hacia adelante, nunca agachada. Formaban por orden de tamaño, nunca hablaban entre ellos o siquiera, se miraban, parecían marionetas con un expresión constante de sufrimiento.

—¡Formen! —Era lo único que Arman gritaba, todos los días antes de comenzar su extraño juego, para no volver a hablar por horas.

"Hay que terminar con esto", pensó Amanda. Todos habían estado de acuerdo que tenían que darle su merecido a Arman, por sobre todo a Nala que cuando vio lo que Arman hacia, casi se lanzaba a pelear contra el por su propia cuenta de una vez.

—¡Voy a convertir a ese idiota en cubos de hielo! —exclamo Nala cuando estuvo a punto de lanzarse al gimnasio, pero por suerte, Bran logro detenerla.

Bran también observaba por el tragaluz junto a Amanda, este al igual que ella, también se veía cansado, pero no de la misma forma, parecía agotado mentalmente, como si estuviera apunto de dormirse en cualquier momento, pero al mismo tiempo, desde aquel día con Skull, este estaba mas tranquilo, en casa (Cosa que hacia sentir un poco incomoda a Amanda, llamar casa a algo), Bran actuaba un poco mas sereno, ya no se enojaba con Amanda cuando rompía por accidente el lavamanos o cuando causaba un incendio al tratar de cocinar, incluso, a veces parecía sonreír al mirar a Amanda, cosa que no entendía, pero que la hacia realmente feliz, mas aun, desde aquella historia...

Amanda tembló un poco al recordar esa historia, con el padre de Bran... Esta había quedado aterrada después de escuchar todas aquellas atrocidades, parecía algo sacado de una historia de terror e incluso, había sentido un poco de miedo por Bran... El pensar todas las cosas que había echo cuando apenas era un niño, le parecía imposible, a pesar de el poco tiempo que lo llevaba conociendo, que alguien como Bran fuera capaz de tales cosas.

Pero la forma en la que lo había contado, la tranquilidad y seriedad que había mostrado, fueron lo que realmente aterraron a Amanda, tanto, que por un momento, pensó en correr lejos y alejarse de todo eso... Pero luego Amanda vio el rostro de Bran, aquellos ojos que parecían decir, "No me abandonen", aquella mueca que mostraba, como si quisiera decir, "Yo también me tengo asco". Y Amanda no pudo evitar sentir vergüenza, se sintió como una cobarde al pensar en abandonar a Bran, cuando ella misma sentía el mismo terror de abandono y soledad.

"El no es así, el no es como Alvatroz o aquel hombre... Bran es diferente", pensó Amanda al obligarse a detener sus escalofríos.

Puede que Bran haya echo cosas horribles, pero era porque no tenia otra opción y aquello, Amanda lo podía creer, realmente lo hacia, Bran no era una persona que disfrutara del dolor y el sufrimiento de otros, Bran es una persona que sufre cuando otros lo hacen, que siente lastima cada vez que ve a un gato o un perro abandonado en la calle. Es una persona, que cuando vio su primera película dramática, estuvo llorando por mas de dos horas sin parar. No, Bran no era un monstruo, era simplemente un niño asustado y adolorido, un niño que como Amanda, necesitaba ayuda.

Amanda se dio cuenta al ver el rostro de confusión de Bran, que se había quedado por accidente observándolo mucho tiempo, lo cual la hizo sonrojarse en vergüenza. Bran en cambio, le devolvió una sonrisa cálida y tranquilizadora, que hacia que Amanda olvidara todos sus temores. Bran era su maestro y... Su amigo, por mucho que le costara decir aquella palabra.

El único monstruo en aquel lugar, era Alvatroz... Y posiblemente Arman también.

—Maldición... Llevamos ya una semana y Arman no ha echo nada... —reclamo Kazu mientras arrancaba con furia un pedazo de pizza.

—Solo se queda allí... Sin hacer nada, observando... —señaló Bran observando impasible por el vidrio...

Su expresión era un tanto extraña cuando veía a Arman, era como si estuviera enojado y al mismo tiempo tranquilo, pero cada vez que volteaba a ver a Amanda o a Kazu, sonreía con todas sus fuerzas, tanto, que era imposible no notar que la estaba forzando.

—Los demás tampoco hacen nada más que ejercitar... ¿Qué deberíamos hacer? —pregunto Amanda mirando directamente a Kazu, por desgracia para su pequeño grupo, tanto Amanda como Bran eran bastante inútiles en términos de crear planes o tomar decisiones.

La última vez que Amanda había echo algo por su cuenta, se había ganado el odio de un luchador bastante extraño. Aún recordaba el rostro que había puesto aquel hombre que podía controlar el agua cuando está se fue de su extraño club. Este parecía decir con su expresión, "No te creas tanto", mientras la observaba como un perro rabioso. Skull había tratado de tranquilizar a Amanda, diciéndole que no haría nada siempre y cuando Skull no se lo ordenará...

Pero aquello no la tranquilizaba mucho...

—No tenemos mucho que hacer... No ha mostrado ni una vez sus poderes o cuales son sus intenciones con todas esas personas, ni siquiera sabemos a donde va después de la escuela, siempre desaparece de la nada, cada vez que tratamos de seguirlo... —Kazu terminó de comer su pedazo de pizza con dos grandes bocados, a Kazu le gustaba mucho la pizza—. En pocas palabras, no tengo idea...

Amanda no era muy lista, pero hasta ella podía saber al ver el rostro pensativo de Kazu, que este estaba bastante frustrado.

—Podríamos tratar de pelear contra el, pero... —Kazu volteo a mirar a Bran con reticencia, este no pareció percatarse de la preocupación de Kazu—. No quiero que se arriesguen, tu lo sabes muy bien Amanda, comparado con Aoi, Arman no es algo para tomarse a la ligera...

Amanda lo sabía, nunca había visto pelear al Aumentado o usar sus poderes, pero sus ojos, cada vez que la miraban, era como si vieran a una rata inútil y causaban una presión que hacía que cada instinto primitivo de Amanda la impulsará a tratar de escapar de él, incluso aunque no tratara de hacerle daño.

Amanda miró pensativa a Kazu, mientras que este trataba de pensar en algo que los ayudara. A su vez, Bran también la miro a ella con una extraña concentración en su rostro, probablemente estaba tratando también de pensar en algo por su cuenta. Amanda pensaba que estaban bastante cortos de ideas, la que parecía su única opción, era la más estúpida de todas. Esta tanteo todas las posibilidades que pudo pensar, pero todas llevaban a lo mismo.

"Pelear", sabían que aquello tendría que llegar y con solo dos semanas restantes del estúpido juego de Alvatroz, se estaban quedando sin tiempo para prepararse.

Amanda observo el cielo en frustración mientras que sentía como su nuca sonaba y sus músculos se extendían con esfuerzo y dolor. Respiro con tranquilidad, mientras trataba de ignorar el dolor que todo su cuerpo sentía, era bastante molesto, apenas podía doblar los brazos sin gemir como una niña pequeña. Amanda no había sentido tanto dolor, desde que su cuerpo había crecido de manera exagerada, de repente. Recordaba como sus huesos le dolían y como a veces se mareaba al caminar, porque no estaba acostumbrada a su nueva estatura. Pasó de ser una niña cobarde y pequeña, a una niña alta y patética, cosa que Alvatroz no dejaba pasar para burlarse.

—¡Déjame montar el rascacielos! —acostumbraba a exclamar entre risas Alvatroz cuando Amanda había crecido. Este no había parecido muy feliz que Amanda fuera más alta que el, pero rápidamente consiguió muchas formas de molestarla gracias a ello.

Pero aquel dolor era mucho peor, Skull había limpiado el piso con ella...

Amanda se froto el cuello cuando de repente, escucho alguien en la lejanía llamando su nombre, esta se volteo con nerviosismo, pensando que seria Alvatroz que quería llevarla de vuelta a ser su juguete, pensamiento que había tenido últimamente con demasiada regularidad. Pero lo que encontró, fue un objeto yendo rápidamente hacia ella. Los reflejos aumentados de Amanda se activaron y todo a su alrededor se ralentizo, el objeto cubico que se dirigía directamente hacia su cabeza, se movió lentamente desde su perspectiva y casi sin darse cuenta, Amanda reacciono subconscientemente y agarro el objeto con su mano.

Amanda detuvo sus reflejos aumentados y tanteo el objeto que ahora se encontraba en su posesión... Era una lata de refresco.

—¡Vaya que tus reflejos son inhumanos! —exclamo una voz cerca de Amanda.

Kazu giro la cabeza con preocupación al escuchar la voz al igual que Bran, que se levanto de repente. La voz provino de la escalera de emergencia que daba a la terraza del gimnasio, escalera de cuya llave, solo ellos tenían, gracias a que habían convencido al conserje de que los ayudara. Una persona se asomo por el borde del techo mientras subía y para su suerte, no era un enemigo.

Solo era Nala...

—¡Dios Nala, no me asustes así! —exclamo Kazu refunfuñado como un niño mientras que Nala se reía con energía.

La chica de tez morena, como siempre, se veía reluciente y hermosa, con su pelo corto y blanco como la nieve y un rostro y cuerpos que Amanda era capaz de envidiar. La Renacida tenia una sonrisa encantadora y un cuerpo que hacia que todos voltearan a verla. Y no solo era su cuerpo o su apariencia, Nala era tan carismática, que a pesar de que solo habían pasado unas semanas desde que había comenzado la escuela, ya era la persona mas popular y todos estaban fascinados con ellas, incluso, por lo que Amanda había escuchado, ya tenia un club de fanes que la seguían por todos lados.

Nala traía en aquel momento una bolsa en su mano con lo que parecía comida comprada en la cafetería de la escuela. La chica tiro la bolsa hacia Kazu, el cual levanto las manos para protegerse del golpe, pero justo antes de impactar con su cabeza, Bran consiguió atrapar la bolsa con facilidad. Kazu volvió a reclamar enojado, mientras que Nala simplemente respondía riéndose a carcajadas.

"Es tan hermosa y confiada... Justo como mama...", pensó Amanda mientras observaba el rostro de Nala, incluso sus expresiones y la manera en que se movía, le recordaban a las de su madre, a pesar de que en apariencia no se parecían nada, ambas eran mujeres con un gran porte y una confianza en si mismas que dejaba en ridículo a cualquiera.

Y una vez mas, Amanda no se dio cuenta que estuvo demasiado tiempo viendo el rostro de Nala, la cual la miro con el ceño fruncido y esta volteo la mirada rápidamente en vergüenza. Nala suspiro y se sentó justo entre Bran y Amanda.

Desde que Amanda se había unido a su pequeño grupo, Nala había ido poco a poco aceptándola, hasta el punto que ya no se quejaba de su presencia y hacia un monologo de como no podían confiar en una Doble Renacida. Incluso, a veces, era capaz de observarla sin poner una expresión de odio o asco, cosa que Amanda agradecía de sobre manera, sobre todo desde aquella noche con Skull.

Nala obviamente se había enterado del pasado de Bran y de todo lo que había ocurrido aquella noche. Amanda admiraba como Nala ni siquiera se había inmutado cuando escucho la historia de Bran y sin titubear, le dio un fuerte y largo abrazo a Bran mientras le prometía que lo ayudaría sin importar que. Amanda pensaba que era sorprendente, ella había titubeado, pero Nala ni siquiera había parecido afectada.

Nala se entero de todo, de como Bran tuvo su ataque, de como Skull jugo con ellos, incluso, de como Amanda había derrotado a aquel luchador (Cosa que Amanda no quería recordar) por su propia cuenta. Nala había estado bastante enojada de no haber podido estar con ellos aquella noche, les conto que tenia que llenar unos papeles de la organización que administraba el intercambio escolar que le permitía estar en Japón y les conto como era una gran molestia.

Nala parecía seguir un poco molesta con Amanda y esta sabia, como le seguía enojando no haber estado junto a ellos esa noche, lo podía saber al ver como esta se quedaba mirando a Bran con seriedad y preocupación, como si se sintiera culpable por no haber podido estar allí con ellos.

—Se ven bastante deprimidos —apunto Nala observándolos a los tres y no podía estar mas en lo cierto—. Incluso tu, Bran.

Nala jugo con el pelo de Bran, este no parecía muy divertido con ello, pero tampoco parecía que le molestara. Amanda estaba un poco celosa de la relaciona entre ellos dos, a pesar de que llevaban muy poco tiempo de amigos, ya parecían inseparables. Nala parecía querer mucho a Bran y este confiaba mucho en ella.

—Mmm, ya llevamos una semana así y no hemos conseguido nada... —dijo Kazu deprimido—. Y ya me quede sin ideas...

Nala lo miro pensativa y con los brazos cruzados, pero en vez de deprimirse, le dio un golpe en la cabeza a Kazu y luego puso su mano en el hombro de Bran.

—No entiendo porque te preocupas tanto, nos tienes a Bran y a mi —Nala dijo aquello con mucha confianza. Nala observo a Amanda fugazmente—. Incluso Amanda tiene lo suyo, con nosotros tres, aunque Arman sea un tipo duro, no podrá con nosotros.

Amanda se sintió un poco feliz de que Nala la incluyera, realmente estaba comenzando a confiar en ella...

—Sabes que no es tan simple, Nala. —replico Kazu que observaba con preocupacion a la chica—. Amanda aun no es capaz de pelear como es debido y Bran aun no ha terminado sus terapias... —Kazu miro con tristeza a Bran y a Amanda, la cual pensó que estaba en lo cierto—. Sin ofender...

—No, Kazu tiene razón —respondió Bran—. Aun no estamos listos... Y no podemos simplemente lanzarnos en contra de Arman.

Bran dijo aquello con mas confianza de lo que Amanda hubiera esperado, realmente sus terapias con aquella chica estaban rindiendo frutos, fueran lo que fueran.

Nala se burlo de Bran imitándolo y este se sonrojo, Amanda pensó que este se veía tierno con el rostro rojo.

—Tienen que tener mas confianza, ¿No que las terapias con Zara estaban yendo increíble? —pregunto Nala, la cual se refirió a aquella Renacida por su nombre.

Nala había conocido a la chica cuando se habían reunido en el gimnasio de Bran, donde tanto este como Amanda entrenaban con Skull sus técnicas de combate. Nala, a pesar de que la chica era bastante seria y parecía nunca querer tener ninguna conversación, había logrado hacer que Zara hablara con alegría, algo que incluso el propio Skull veía con gran sorpresa.

—Si... Zara esta ayudando bastante... —Bran pareció incomodo al hablar sobre lo que hacia con Zara en secreto, esta le había obligado a que no contara nada sobre sus terapias y no dejaba que nadie supiera lo que hacían. Amanda noto una pequeña sonrisa en el rostro de Bran.

—Y Amanda esta mas fuerte que nunca, ¿No? —Nala le dio una palmazo en la espalda a Amanda, la cual casi cae al suelo de dolor por el golpe.

Amanda llevaba una semana entrenando seriamente con Bran. Este le estaba enseñando tanto los preceptos básicos del boxeo, el cual desde aquella noche, Amanda veía con asombro y gran interés. Esta estaba bastante feliz de poder entrenar aunque fuera lo básico y pocas veces se sentía mas feliz que cuando lograba dar un recto o un "uppercut" con precisión. Amanda se había enamorado rápidamente de todo ese mundo, se quedaba hasta bastante tarde viendo videos de combates oficiales, habían días que lo único que hacia en todo el día era practicar sus movimientos, amaba el sudor que caía por su rostro y la electricidad que sentía en sus manos.

El único problema no era el entrenamiento de Bran... Era el de Skull, este parecía disfrutar con cansar a Amanda hasta que se desmayara, la hacia correr por horas, hacer cien flexiones, cien lagartijas y muchos mas ejercicios cada día sin parar. Este decía que el punto mas débil de Amanda era su muy débil constitución, ya que nunca había tenido la necesidad de hacer ejercicio en su vida. Este también obligaba a Amanda a aprender a ser capaz de apagar su poder a voluntad, incluso en su forma inactiva, esto según el, para que Amanda fuera capaz de dar golpes o pudiera pelear por su cuenta, ya que su poder evita que reciba cualquier daño, incluso si es uno provocado por ella misma.

Aquello cansaba de sobre manera a Amanda, el tener que desactivar era algo que jamás había echo y para hacerlo, tenia que gastar las reservas de energía dentro ella, que ni siquiera sabia que podía usar de esa forma. Normalmente, su poder es capaz de funcionar sin energía Karyon, pero tanto como para activarla como para desactivarla, tenia que hacer uso de esta. Y aquello, como con cualquier Renacido, causaba un gran desgaste en el cuerpo, causando mucho cansancio tanto físico como mental, cosa que tenia destrozada a Amanda, hasta el punto, que mas de una vez había pensado en tirar la toalla.

—Si, claro... —respondió sarcásticamente Amanda, mientras se sobaba la espalda.

—Pues allí tienes, no hay preocuparse por nada, aun tenemos dos semanas de todas formas —La confianza de Nala no convencía mucho a Kazu o a Amanda, pero Bran parecía tragarse perfectamente todo lo que decía e incluso se veía mas relajado que antes.

—No creo que... —Kazu reclamo a Nala cuando de repente, se escucho un golpe fuerte, que parecía provenir de dentro del gimnasio—. ¿Que?

Amanda y los demás se asomaron por el tragaluz... Y lo que vieron, fue a un chico el cual se había caído al suelo probablemente por el cansancio y que se veía bastante mal. El chico gemía y lloraba tirado en el suelo, todos en el lugar quedaron totalmente paralizados observando al chico llorando.

"Que..", pensó Amanda al ver los rostros de terror que ponían los compañeros del chico, estos se veían aterrados, como si estuvieran a punto de desmayarse del miedo.

—A... Alli... —señalo Kazu por el tragaluz, hacia una persona que se estaba moviendo hacia el chico...

Era Arman...

"Que va a hacer", se pregunto Amanda mientras que veía con malestar y expectación la escena. Bran también parecía bastante nervioso y Nala parecía como si fuera a explotar de rabia al ver a Arman.

Arman camino lenta pero firmemente hacia al chico que seguía llorando y cuando este arribo con el... Amanda quedo bastante sorprendida al ver como Arman, en vez de golpearlo, le tendía la mano para ayudarlo. Amanda lo vio confundida mientras ayudaba al chico a levantarse, esta esperaba de todo menos aquello.

Entonces, el chico pareció relajarse al levantarse, pero de repente, todos en el lugar gimieron al unísono al ver lo que ocurría... Y en un parpadeo de ojos, Arman agarro al chico del cuello de la camisa y lo levanto por el aire. Este pareció decir algo que no alcanzaron a escuchar...

Y de la nada, una especie de neblina rodeo a Arman y al chico, una especie de ruido parecido al que se hace cuando un vidrio se rompe inundo todo el lugar y en menos de un segundo, Arman congelo al chico...

Arman formo una increíble cantidad de hielo que se formo rápidamente alrededor del chico y antes de que este incluso se pudiera dar cuenta, ya se encontraba criogenizado, con la forma de una enorme estalactita de hielo que salía del suelo.

Los demás estudiantes del gimnasio gritaron de terror al ver aquello. Kazu quedo boquiabierto, mientras que Amanda sudaba con preocupación al ver el rostro de rabia que Bran tenia al ver aquello... Y el no era el único, Nala tenia una expresión, que podía rivalizar con el enojo que transmitía Bran. La chica parecía a punto de explotar...

Todos gritaron en el gimnasio, pero antes de que alguien pudiera hacer algo, Arman llevo la vista hacia estos, los cuales se callaron de inmediato.

—¡Continuen! —exclamo con tanta fuerza Arman, que incluso ellos fueron capaces de escuchar.

Y de inmediato, a pesar de lo que habían visto, todos continuaron corriendo y haciendo sus actividades, como si nada hubiera pasado...

—¡Ese hijo de puta! —exclamo Nala, para acto seguido levantarse con furia.

Sin decir nada mas, Nala se dirigió hacia la escalera, con toda la intención de ir hacia donde estaba Arman, pero Kazu grito para detener a Nala.

—¡Espera! —Nala se detuvo y volteo hacia Kazu con una expresión bastante grande de rabia. Kazu se le quedo mirando por unos segundos hasta que hablo—. No puede lanzarte así como así...

—¡Esperas que me quede sin hacer...! —Kazu detuvo a Nala.

—No, no podemos pelear aun... Pero podemos ayudar a ese chico... —Nala miro confundida a Kazu, el cual se volteo para observar a Amanda—. Amanda, baja con Nala y esperen afuera de las puertas del gimnasio, a que les haga una señal.

Kazu se levanto y miro por el tragaluz.

—Tenemos que distraer a Arman de alguna forma, si queremos sacar a ese chico de allí... —explico Kazu.

—¿Quieres ayudarlo?, ¿Como? —pregunto Amanda a Kazu, el cual se veía bastante mas tranquilo que de costumbre.

—No creo que podamos ayudar mucho... —Kazu entrecerró los ojos mientras seguía observando a Arman—. Pero por los rostros de todos allá abajo y la expresión de Arman, no parece que congelarlos sea el único castigo...

Bran puso su mano en el hombro de Kazu con una expresión tranquilizadora.

—Kazu y yo podemos distraerlo... Tal vez haciendo ruido, para lograr que Arman salga del edificio... —Kazu asintió con la propuesta de Bran.

—Ustedes tienen que estar preparadas, Nala romperá el hielo con su poder y Amanda la ayudara a cargar al chico y si es necesario, usar su poder para evitar que Arman las ataque —Kazu le tendió los binoculares a Bran—. Una vez que lo tengan, tienen que correr lo mas rápido que puedan hasta llegar con Nana, una congelación así, puede incluso llegar a matar a una persona, sobre todo, si es un humano normal...

Amanda asintió al comprender el plan de Kazu y a pesar de que esta estaba bastante nerviosa, no titubeo al aceptar. Nala en cambio, se acerco a Kazu con un aura bastante tenebrosa y puso ambas manos en los hombros de Kazu. Esta pareció a punto de golpearlo e incluso Kazu cerro los ojos.

Pero en vez de eso, Nala levanto a Kazu por los aires y rio a carcajadas.

—¡Ese es mi pequeño héroe! —Kazu se puso rojo como un tomate mientras que Nala lo levantaba por los aires. Esta entonces lo dejo en el suelo y corrió hacia la escalera para bajar—. ¡Vamos tonta chica!

A falta de personas, Amanda supuso que ella era la torpe chica, cosa que era una mejoría con respecto a sus anteriores insultos. Ambas bajaron rápidamente por la larga escalera y corrieron hasta la puerta mas cercana con respecto al chico congelado. Nala abrió un poco la puerta corrediza y asomo la vista, en espera de que Bran y Kazu hicieran lo que fueran a hacer.

Amanda se quedo detrás de ella, expectante y en realidad, bastante incomoda, nunca había estado a solas con Nala y no sabia como debía actuar en su presencia. Amanda no sabia que decir o si debía de decir algo, aun no estaban en las mejores condiciones como para tener una conversación tranquila de amigos...

Y cuando Amanda estuvo a punto de decir algo como "Que bonito esta el clima", para al menos no estar tanto tiempo en silencio, Nala abrió la boca de repente.

—Bran me conto como peleaste en el club de Skull... —Amanda quedo sorprendida al ver como Nala la observaba con una expresión apacible y tranquila—. Yo... Se que no estuve allí... Y que no pude ayudar... Y se que no estamos en las mejores condiciones... Pero aun así... Gracias...

Aquello pareció salir de la boca de Nala con bastante esfuerzo, pero la felicidad que sintió Amanda, no tuvo comparación.

—No... No hay problema, Bran también es mi amigo... —respondió Amanda con vergüenza, tenia el rostro rojo.

—Aun no confió en ti por completo... Pero si llegaste hasta ese punto solo para ayudar a Bran, entonces no debes ser tan mala como pensaba... —Amanda pudo ver como Nala ocultaba una leve rojez en su piel y esta rio un poco al darse cuenta que Nala también estaba incomoda—. Si tenemos que pelear juntas, al menos tengo que poder confiar en que cuidaras mi espalda... Y creo que lo harás...

Nala no parecía el tipo de persona que se disculpara, pero aquello sonaba como una disculpa a medias. Amanda no le tomo importancia y le agradeció, entendía lo que sentía Nala y no la culpaba para nada.

Y cuando Nala le sonrió con una cálida expresión y pareció que estaban llegando a algún lado, ambas escucharon un grito que provino desde detrás de ellas. Ambas se giraron de repente y lo que encontraron, era incluso peor que Alvatroz...

Era Toru...

—¡Hey chicas! ¿Qué están haciendo? —pregunto a gritos el molesto de Toru.

Para aquellos que no se recuerden (Cosa que no seria extraño, es solo Toru), Toru era aquel chico que Sakura maltrataba como su chico de los mandados. Este por alguna razón, había obtenido una extraña obsesión con seguir por todos lados a Amanda y a los demás y molestarlos hasta el cansancio. El chico, era cuanto menos insistente y aun no comprendían que era lo que quería de ellos, solo sabían que era super molesto.

—Mierda... —respondió Nala entre murmullos, esta le tenia un especial odio a Toru.

—Toru, no creo que sea el mejor... —Amanda trato de explicarle la situación a Toru, pero este la ignoro y se acerco a ellas sin ningún tipo de vergüenza y miro por la puerta al igual que Nala.

—¡Ahh, ya veo! ¡Planean combatir contra Arman! —Amanda pensó que alguien no podía ser estúpido—. ¡Vengan, déjenme ayudarlas!

—¡Espera! —exclamo Nala cuando Toru, de la nada, abrió la puerta de golpe y entro sin ningún tipo de nerviosismo, con una confianza, que dejaba en ridículo a Nala.

Amanda también trato de detenerlo al tratar de entrar, pero Nala la detuvo, cuando se dio cuenta, que Arman se encontraba mirando a Toru directamente.

—¡Tu, estúpido soviético, tiembla ante el poder del gran Toru! —exclamo Toru con todas sus fuerzas mientras señalaba a Arman.

Y este no se veía muy feliz...

—Maldición... —maldijo Nala con el rostro sudoroso.

Parece que las cosas no saldrán como las tenían planeadas...