Bran comenzó a guardar todas las cosas en el bolso de Kazu, los libros y cajas de almuerzo, mientras que este seguía observando por el tragaluz con una obvia molestia y preocupación. La razón por la que Bran estaba haciendo esto, era porque tanto su bolso, como su almuerzo y sus cosas habían quedado totalmente arruinadas, cuando por accidente, Amanda había roto el lavabo de la cocina mientras trataba de lavar unos platos, que también quedaron totalmente rotos. El agua de lavabo cayó encima de todas las cosas de Bran, su bolso se había roto cuando Amanda había tratado de evitar la fuga de agua y su almuerzo se había regado por todo el suelo... Razón por la que Bran tuvo que comer de la comida de Kazu.
Para tener el poder de la buena suerte como ella le llama, Amanda era terriblemente torpe con todo, incluso más que Bran, lo cual ya era mucho. No llevaban mucho tiempo viviendo, pero la chica ya había roto dos paredes, tres lavabos, una tina de baño, dos camas y un refrigerador, cosa que Bran no era capaz de comprender. Por suerte, su maestro tenía una extraña obsesión con nunca mantener solo una cosa de algo, por lo que tenían varios repuestos en casa...
Al principio Bran se enojaba un poco, aquellas cosas eran de su maestro y le dolía un poco verlas romperse, pero con el tiempo, Bran se acostumbro un poco y ya no le molestaba tanto... Aún así, tendría que enseñarle a Amanda a ser más cuidadosa, porque no sabía cuántos más refrigeradores podía sustituir. Por suerte la chica era bastante servicial y no demasiado exigente, excepto cuando quería comprar algo absurdamente caro sin saber que lo es.
Por suerte para Bran, los entrenamientos de Skull dejaban tan cansada a Amanda, que poco tiempo o energía tenia para hacer casi cualquier cosa, incluso, había muchas noches en las que se acostaba sin comer por el cansancio que tenia y algunos días, faltaba al colegio, porque no era capaz de levantarse temprano.
Cuan Bran estaba terminando de guardar todo para bajar con Kazu para crear la distracción, que probablemente sería hacer ruido o algo por el estilo, un grito retumbó en el lugar de repente, haciendo que Bran se sobresaltará.
—¡Ahhhh! —El grito fue un alarido estruendoso, reboto por todo el lugar, fue tan fuerte, que Bran estuvo seguro todos en la escuela lo escucharon.
—¡Maldición, esto no puede ser! —maldijo Kazu, el cual ya estaba a punto de irse de la terraza, pero que ahora se encontraba observando por el tragaluz.
Bran dejo el bolso y sus cosas en el suelo y corrió hacia el tragaluz para ver que ocurría... Bran trato de no alterarse cuando vio por el vidrio junto a Kazu, cosa que fue extremadamente difícil. Y es que cuando miro por la ventana, pudo observar como el renacido Arman, se encontraba literalmente pisando a aquel chico del cual Bran no había aprendido su nombre. Estos estaban lejos, pero Bran tenia muy buena vista y a diferencia de Kazu, podía ver perfectamente como Arman presionaba su pie en contra del cuello de aquel chico de pelo negro que siempre lo seguía.
Bran sintió un calor nacer dentro de él, un furor que trató de retener, pero que estaba creciendo lentamente. Este crecía con cada grito y llanto que Toru daba y que Arman, no parecía nada feliz. Arman alzó a Toru con un solo brazo y lo lanzó por los aires, haciéndolo girar por el suelo e impactar con el grupo de esclavos de Arman.
Arman no termino allí y con un chasquido, los estudiantes agarraron a Toru y lo llevaron ante el. Este lo alzó una vez más en el aire, está vez agarrándolo por el cuello de la camisa y de repente, el aire a su alrededor se condenso y una de las piernas de Toru, se cubrió de una capa de hielo, que hizo gritar de sufrimiento al chico. Bran sintió un gran dolor ne el pecho al escuchar los gritos y lo peor de todo, era el rostro sin expresiones de Arman, que con tanta tranquilidad, golpeaba a Toru como si fuera nada más que un simple objeto...
Y allí estaba, Bran no conocía bien a Toru, pero eso no evito que dentro de él, la furia, el abismo, comenzará a crecer y le reclamara por tomar el control... Y antes de darse cuenta, estuvo a punto de lanzarse por el tragaluz y caer encima de Arman como una bestia. Lo único que detuvo a Bran, fue el cuerpo tembloroso de Kazu.
—¿Por que Toru esta allí...? —se pregunto Kazu con una expresión de gran molestia y preocupación—. Ahora todo el plan esta arruinado...
Bran vio como Kazu comenzaba a comerse las uñas y se rascaba la cabeza con fuerza, al verse acorralado y sin opciones. Era obvio que este estaba preocupado y que no sabia que hacer, debia de estar pensando con todas sus fuerzas para buscar la solución, pero por su rostro, no debia de tener muchas ideas. Su cuerpo temblaba sutilmente y sus piernas parecían apenas ser capaces de mantenerse en pie.
Kazu bajo los binoculares y miro con rabia por el tragaluz. Este dio un pisotón con fuerza y estuvo a punto de lanzar los binoculares por el borde de la terraza, cuando Bran lo detuvo sosteniendo su brazo. Bran tuvo que calmar el fuego en su interior y detuvo el remolino que su estómago sentía.
Kazu alzo la mirada para ver a Bran, con una expresión de lamento que hizo que temblara un poco. Bran entendió al ver sus ojos de culpa y la manera en que lo miraba, que Kazu si habia llegado a una conclusión, pero era una de la cual tenia miedo de compartir, una que Bran sabia perfectamente.
"Sonríe, solo sonríe...", pensó Bran, tratando de recordarse a si mismo lo que Zara le habia dicho.
Bran tomo aire y a pesar de la situación, a pesar de sus impulsos, miro directamente a Kazu y sonrió con todas sus energías. Bran no estaba acostumbrado a sonreír mucho, pero tenia que recordar que una sonrisa, podía cambiar todo un día de lastimas.
—Tranquilo, no tienes que preocuparte, esto no es tu culpa... —dijo Bran con toda la confianza que pudo conseguir, una confianza falsa, pero al final, funcionaba—. No nos queda de otra que hacerlo...
—Yo... Yo lo se... —respondió Kazu con lamento y aceptación—. Pero no quería actuar tan rápido... Y que ustedes salieran tan lastimados...
Bran pudo ver una gran culpa en sus ojos, una culpa que parecía estar carcomiéndolo por dentro.
"Piensa en lo que otros sienten", pensó Bran al analizar el rostro de Kazu. Aquellas palabras, escritas con mucha insistencia en el cerebro de Bran por Zara, habían estado apareciendo con bastante regularidad últimamente. Bran trato de pensar, cosa que no se le daba muy bien, en lo que debía estar sintiendo Kazu.
Aquello fue difícil, ya que Bran no lograba saber lo que otros creían si no lo decían, pero este dio su mejor intento... Y creyó lograr algo...
—¿Estas... Preocupado por algo? —pregunto Bran, cosa que dejo anonadado y confundido a Kazu—. Tienes miedo de que peleemos... Y no es solo por mi condición...
Kazu rehuyó con la mirada a Bran, pero este miro mas intensamente hacia el y no dejo que apartara su vista de su rostro, dejándolo sin ningún tipo de escape. Zara le había dicho que siempre debía mirar a los ojos a los demás cuando hablaban.
Kazu suspiro a manera de rendición al ver la insistencia de Bran y este pensó que tal vez lo que Zara le enseñaba estaba funcionando.
—Me siento mal, OK... —Bran soltó finalmente el brazo de Kazu, que parecía más tranquilo. Kazu dio dos vueltas sobre su propio eje y parecía estar tanteando si contar a Bran lo que le ocurría—. Ahh, ok... Me he estado sintiendo un poco, ya sabes... Ahh, inútil...
"¡Victoria!", pensó Bran al ver como Kazu finalmente se abría a él, realmente las terapias de Zara estaban funcionando.
"No, espera, eso no es bueno...", se recordó Bran al ver a Kazu.
—¿Que quieres decir? —pregunto Bran confundido, Kazu era lo contrario a inútil, era, bueno... No inútil.
—Es que, todos ustedes pelean y arriesgan sus vidas... Y yo solo me quedo mirándolos... —Kazu bajo la vista y se quedo mirando sus propios pies—. Es como en el club de Skull, Amanda pudo ayudarte a vencer a ese luchador, Nala es increíblemente hábil y fuerte, siempre sale a defenderte sin siquiera pensarlo... ¡Incluso Nana es de ayuda!
Al escuchar todo aquello, Bran comenzó a sentir una sensación que no había sentido antes, algo extraño que le hacía lastimar el pecho al escuchar aquellas palabras... Bran no sabía que era, pero no le gustaba.
—Todos ayudan o son útiles en algo... Mientras que yo solo miro, doy consejos inútiles... —Kazu se agacho en el suelo como un niño pequeño y comenzó a murmurar—. Sólo observo como mis amigos se lastiman... Y yo salgo ileso...
Bran estaba impactado... Aquello era una estupidez, Bran no creía que hubiera una persona más útil que el. Kazu era el más listo del grupo y con diferencia, siempre era el que hacía el orden entre ellos y si no fuera por el, estarían hechos un desastre. Si no fuera por Kazu, ya Bran estaría bajo los pies de Alvatroz, Napa hubiera tratado de pelear ella sola contra todos los Renacidos, Amanda seguiría con Alvatroz y Nana... Bueno, Nana hubiera corrido la primera vez que hablaron y se hubiera escondido en el lugar más oscuro y recóndito del mundo.
Además, Kazu había sido su primer amigo, la luz que lo había salvado del abismo...
—El chico tiene mérito. —recordó Bran una de las conversaciones con Zara en su consultorio (es decir, la sala de estar de Bran)—. Ya llevabas tiempo decayendo, tanto tu estado emocional como mental estaban lentamente arrastrando viejas heridas, lo que confinado con una extrema soledad, pudo haber echo que te hubieras vuelto completamente loco más temprano que tarde...
—Quieres decir... Que Kazu me salvo...—Aquella fue la respuesta que Bran dio una que a Zara no le gusto.
—Quiero decir, que te ayudo, sin tu maestro cerca, no tenias nada que te distrajera de tu propia miseria, por lo que Kazu, al hacerse tu amigo, a ligero un poco tu carga... —Zara miraba a Bran como siempre, como si estuviera hablando con un niño pequeño—. Alguien con quien hablar, por estúpido que pueda sonar, puede causar una gran diferencia en la vida de una persona... Pero eso no significa que estés a salvo... Ni mucho menos...
—Entonces... Kazu me salvo... —Después de aquello, Zara había regañado a Bran por un largo rato, diciéndole que era un idiota y que no entendía nada.
Bran no entendía mucho de lo que Zara quería decirle, ero tampoco le importaba, ya que a sus ojos, Kazu era uno de esos héroes de ficción que tanto admiraba, para el, era realmente un superhéroe.
Y Bran quiso decir todo aquello, quiso decirle lo muy importante que era, lo útil y grande, lo increíble que todos creían que era... Pero Bran no supo como decirlo, como siempre, las palabras quedaron atorada en su garganta y Bran no supo como liberarla. Bran no sabía como animar a Kazu ni hacerle entender lo genial que era... Además, aquellos gritos de Toru, estaban dejando desconcertado a Bran y no lo dejaban pensar claramente.
Bran sentía como sus manos temblaban y su ansia de darle un puñetazo en la cara a Arman crecía rápidamente sin control. Toru estaba sufriendo y Bran no podía seguir esperando más tiempo, tenía que ir a ayudarlo... Por lo que Bran decidió irse, era doloroso, pero más dolor estaba sintiendo Toru en aquel momento.
—Sabes... —dijo Bran dándole la espalda a Kazu y preparándose para salir corriendo—. Yo, no sé realmente qué decir... Pero créeme, no eres inútil o patético...
Bran tembló una vez más con los gritos de Toru, que ahora parecían intensificarse. Bran estiro sus brazos y piernas, con un gran dolor que crecía en su pecho y que estaba consumiendo lo. La furia en su interior estaba emanando como una energía sin límites, preparada para ser liberada en una gran explosión y Bran estaba haciendo lo mejor que podía para retenerla... Pero era realmente difícil...
—Diablos, tiene que haber otra forma... Pelear de esta forma, no puede ser nuestro único camino —Bran trato de pensar en aquello, pero su cerebro era demasiado estúpido.
Y una vez más, los gritos de Toru hicieron que ambos se sobre saltaran y temblará. Kazu alzó la mirada hacia Bran con impotencia y esperanza, como si quisiera que Bran le dijera "Ven conmigo, peleemos juntos"... Pero Bran lo miro con tristeza, no podía hacerlo...
—Lo entiendo... —Kazu volvió a desviar la mirada hacia el suelo, Bran quiso ayudarlo, animarlo pero no tenía tiempo, no podía seguir esperando—. Al menos... Trata de que no te lastimen tanto... Por favor... Ya bajo yo... Solo dame unos minutos...
Bran sonrió, esta vez con total sinceridad, al escuchar las palabras de preocupación de Kazu, pero también sintió una gran lástima, al darse cuenta de algunas pequeñas lágrimas que rodeaban sus ojos.
"Vida normal...", Bran no pudo evitar recordar las palabras de su maestro, aquellas palabras que con tanta insistencia trataba de meter en la cabeza a Bran. Este nunca había entendido porque su maestro quería tanto que viviera una vida tranquila... Pero después de ver a Kazu, un chico normal que había sido arrastrado a algo que ni siquiera entendía por completo y el cual tenía que pasar por cosas tan peligrosas y estresantes... Creía que ahora entendía un poco mejor.
Bran prometió entonces hacer algo al respecto, realmente no fue una promesa o un juramento, pero más bien un ideal... Un ideal que Bran tenía planeado lograr. "Vivir una vida normal, una vida tranquila y libre", sonaba ahora como la cosa más hermosa en el mundo.
Bran respiro lentamente y trato de tranquilizar su cuerpo, no debía salirse de control, no después de tanto entrenamiento. Bran dio la espalda a Kazu y se preparo.
—Kazu, nadie cree que seas inútil, estoy seguro de ello, si no fuera por ti, seríamos un desastre, yo sería un desastre... Además... —Bran sintió los ojos de Kazu en su espalda, mirándolo con expectación y temor. Pero una vez más, a Bran sólo se le ocurrió una frase, una muy estúpida, pero era todo lo que tenia—. Para mi, eres un gran superhéroe.
Bran entonces corrió, dio un salto hacia la escalera y se deslizó hacia abajo por esta, con la fricción del metal quemando su piel, Bran bajo a toda velocidad, dejando a un lamentable y triste Kazu... Pero por una vez Bran sintió alivio, ya que creía, había dicho lo correcto...
Había dicho justo, lo que Kazu necesitaba escuchar...
Bran corrió hacia la entrada donde creía llegaría más rápido, basándose en lo cerca que se escuchaban los gritos. Bran llegó a la entrada sur, donde se encontró a una temblorosa Amanda y a una Nala, que para su sorpresa, aún no se había lanzado en contra de Arman.
Cuando Amanda se dio cuenta de que Bran había llegado, este pudo ver su rostro pálido y temeroso, la chica parecía a punto de tirar se al suelo y llorar, pero Bran pudo ver como apretaba sus puños con fuerza. Por su parte, Nala estaba agachada y observaba tranquilamente la escena... O eso hubiera parecido a simple vista, ya que Bran pudo sentir el aura de rabia que Nala emitía.
Bran se acercó a ambas chicas, que lo miraron con preocupación y confusión. Bran observo más de cerca lo que ocurría... Y lo que encontró, fue a Toru, estático y de pie, con la mitad del cuerpo desde el pecho hacia abajo congelado y a Arman, que lo contemplaba con un suave rostro de serenidad y seriedad.
Bran miró aquella escena con furia y odio, no podía parar de imaginarse a sí mismo, aplastando la cabeza de aquel Renacido y disfrutando sus alaridos de dolor... Pero Bran alejo rápidamente ese pensamiento, no dejaría que esas ideas lo siguieran controlando.
—Creí que el plan era distraerlo... —comentó Amanda con una voz temblorosa y mirando a Bran.
—Si, no creo que ese idiota pare con una simple distracción. —respondió Nala, levantándose del suelo y apoyándose en el hombro de Bran con su brazo (Una vez más, tomando total libertad como siempre)—. Supongo que el plan, como siempre, es atacar sin ningún tipo de vergüenza o límite.
Nala lo miro con una seriedad que lo sorprendió. Bran estaba acostumbrado a que Nala se riera de todo o no se tomará nada en serio, pero por alguna razón, aquella situación parecía alterará de una forma que este no entendía. Amanda también se acercó a Bran, con menos libertad. Este también se sorprendió de que Nala no observará mal a Amanda, por lo que supuso que debían de estar llevándose un poco mejor.
—El... Sabe que estamos aquí... Pero nos está ignorando... —menciono Amanda señalando hacia donde estaba Arman.
Bran apenas se dio cuenta, de que a pesar de que Arman estaba observando dócilmente a Toru, podía sentir sus ojos sobre el, observándolo.
—Entonces, démosle una razón para que nos preste atención. —Nala estiro su cuello y apretó su puño en dirección a Arman.
Amanda también estaba estirando su cuerpo, sus largas extremidades, tanto como las de Bran y este pocas veces, se daba cuenta de lo grande y delgada que la chica era, mucho más ahora que sólo utilizaba el uniforme estudiantil, sin chaleco o nada por encima. Bran sonrió un poco al ver como Amanda estiraba su cuerpo tal cual como le había enseñado.
"Es fuerte... Tal vez más de lo que cree...", Bran pensó en lo mucho que Amanda había avanzado en menos de dos semanas, la velocidad con la que había conseguido aprender los golpes básicos del boxeo era aterradora y la chica apenas tenía dificultad cuando le tenían que explicar movimientos más complicados o de otras artes marciales. Amanda tenía talento, eso era obvio incluso para Bran, el cual había tenido mucho dificultad para aprender incluso lo básico, incluso teniendo un maestro tan bueno como el suyo.
—Entonces... ¿Vamos? —pregunto Amanda con incertidumbre, pero con mucha más confianza que antes.
"Recuerda, respira, puede parecer estúpido, pero una buena respiración, puede ayudar bastante cuando se tiene ataques de este tipo", Bran tomó una larga y lenta bocanada de aire al recordar el consejo de Zara y trato de desviar su mente del ahora y de Arman, cerrando los ojos. Trato de visualizar las cosas que lo hacían feliz, como Zara le había dicho.
"El llegar a un combate o una batalla, con una actitud errática y salvaje, puede costarte todo. Debes estar tranquilo y calmado al comenzar, el primer golpe, siempre es importante y crucial, tanto el tuyo como el de tu enemigo... Trata de pensar en cosas que te gusten, en cosas que te parezcan bonitas o tranquilas... Como un mango", Bran pensó en las palabras que Zara le había dicho por alguna razón con un mango en la mano, Bran no sabía si el mango simbolizaba algo, pero de todas formas, ignoro esa parte y visualizo las cosas que le gustaban. Indudablemente, lo primero que llegaba a su cabeza, era su maestro... Pero últimamente, sus amigos llegaban con casi tanta regularidad a su mente como con su maestro... Eso y el té.
Bran espiro y aspiro cuatro veces, exactamente cuatro veces, con lentitud y cuidado, saboreando cada bocanada de aire, expandiendo su tórax lo más que podía. Estiro también su nuca, sacudió su cabeza y varias veces sus manos, como Zara le había dicho que hiciera. Bran sintió... Una cierta tranquilidad, no había cambiado mágicamente o su cuerpo y mente estaban estables, pero al menos, ya no se sentía tan errático, tan sucumbido en sus propias ansias o en su fruia... Se sentía un poco más en control.
—No se separen mucho, tenemos que movernos al mismo tiempo. —Bran aspiro una vez más y miro a ambas chicas—. No sabemos como combate ni como usa sus poderes, por lo que tenemos que ser cuidadosos. No debemos apresurarnos y más importante, si todo va demasiado lejos...
—Si, si, si, ya lo sabemos, si te pones en modo bestia, te da un ataque o te dejas llevar, nos alejamos o corremos lo más lejos de ti. Ya es como... La décima octava vez que nos los recuerdas esta semana. —replicó Nala con su usual tono agresivo—. No tienes que ponerte tan en plan, "Soy un peligro para la humanidad" o algo así... —Nala presiono su mano contra el pecho de Bran, el cual se sobresalto—. Sólo... No te dejes llevar.
Nala le dio un pequeño empujón, que hizo que casi cayera encima de Amanda, la cual lo esquivo en el momento justo. Este pensó que estaba haciendo un buen discurso, llevaba un buen rato preparándolo... Pero al parecer, no fue tan bueno como creía.
Bran nunca había escuchado a Nala hablar tan seriamente, incluso a pesar de que parecía estar bromeando como siempre... Bran podía notar en su voz, que hablaba en serio.
"Tengo que lograrlo", pensó Bran al ver a ambas chicas... Tanto entrenamiento con Zara y Skull, no quería que nada de eso terminará siendo inútil... Y no quería lastimar a sus amigos.
Bran asintió ante las palabras de Nala, la cual le devolvió una sonrisa. Los tres miraron hacia el frente, donde al otro lado de Arman seguía observando tranquilamente a un Toru, el cual estaba llorando y era incapaz de moverse. Los tres intercambiaron miradas de incertidumbre, pero a pesar del obvio temor que se podía ver en Amanda, los tres estaban preparados y listos para pelear.
Una vez todo listo, los tres se movieron con dirección hacia Arman al mismo tiempo, pasando la puerta y entrando gimnasio... Y en el momento en el que Bran puso un pie en el suelo de madera del gimnasio, este sintió un frío sobrenatural por todo su cuerpo, como si acabará de entrar en un enorme refrigerador. Bran sintió como si su cuerpo fuera a congelarse por el frío que hacía y por un momento, se quedó paralizado, temblando en la entrada. Y al igual que el, tanto Nala como Amanda parecían sentir lo mismo, mucho más Nala, la cual estaba temblando fuertemente.
Bran respiro y fue capaz de ver su propio aliento condensarse. Bran entonces se dio cuenta, que ahora, los tres, se encontraban en el campo de efecto del poder de Arman. Y este los estaba mirando fijamente, con esos profundos y fríos ojos azules.
—Mmm, entonces, finalmente se dignaron a salir de su escondite... —proclamó Arman con un tono de voz imperioso y con tanta fuerza, que pareciera como si estuviera justo en frente de Bran. Este tenía un acento bastante marcado y a pesar de que hablaba perfectamente el idioma, parecía arrastrar algunas palabras o pronunciar con demasiada fuerza algunas cosa—. Crei que iban a esconderse para siempre... Pero esta bien, llegan en el momento justo.
Bran sintió su cuerpo temblar por las palabras que salían de la boca de Arman. Era absurda la presencia que este emanaba, con aquel porte y mirada, hacia que Bran se sintiera inferior y más pequeño, a pesar de que tanto el como Amanda le debían sacar casi treinta centímetros.
Y de repente, antes de que alguno de los tres pudiera hacer algo, Arman levantó su mano derecha y los apunto con un dedo. Bran pensó que usaría su poder para atacarlos, pero en vez de eso, Bran sintió un frío inmenso en su espalda y de la nada, una onda expansiva como una pequeña explosión lo empujó unos cuantos centímetros hacia adelante y corrientes de aire frío y vapor ondula ron por sus extremidades. Los tres voltearon la mirada hacia atrás y se dieron cuenta, que de la nada, justo en la fisura de la puerta, un muro enorme de hielo apareció, tapando su entrada... Y su salida.
Amanda gimió por la sorpresa y Nala maldijo en voz baja. Bran se sintió como un animal siendo arrinconado, pero siguió respirando lentamente para calmarse. Los demás estudiantes, el ejército de Arman, por su parte, gritaron de pánico cuando en todo el gimnasio, la temperatura comenzó a a bajar rápidamente. Algunos corrieron en dirección a algunas de las otras tres salidas y otros se arrinconaron, gimiendo y llorando de terror... Pero antes de que alguien pudiera escapar, Arman levantó el brazo derecho una vez más y lo movió abarcando todo el gimnasio con su mano y, como si estuvieran en medio de una tormenta, los vientos fríos se movieron en corrientes rápidas que golpearon con fuerza contra las paredes del lugar, formando nubes de aire frío que cubrieron todas las salidas.
Las nubes se condensaron y unas chispas blancas aparecieron en el centro de las nubes, formando escarcha y copos de nieves, que se juntaron y con un sonido como si se estuviera rompiendo vidrio o hielo, se formaron explosiones que una vez más empujaron los vientos y donde antes estaban las puertas, ahora solo habían grandes muros de hielo macizo, más blanco que la nieve misma.
Los vientos volvieron a golpear una vez más, empujando a todos en el gimnasio, menos a Arman, que estaba más recto y tranquilo que nunca (Y a Amanda, a la cual el viento parecía rehuir). En cuestión de unos segundos, todas las salidas del gimnasio fueron bloqueadas. Bran sintió como la temperatura volvía a disminuir, sus manos comenzaron a temblar con fuerza, sus dientes golpeaban insistentemente los unos contra los otros y sus labios se secaron como papel. La temperatura disminuyó tanto de golpe, que una neblina densa y fría de unos treinta centímetros de alto se formó en el suelo del lugar.
Nala casi cae al suelo por la repentina temperatura y tuvo que apoyarse en Bran para mantenerse, estornudo tres veces seguidas y a penas era capaz de mantener estables sus manos, al parecer, esta no estaba muy acostumbrada a los climas tan fríos. Por su parte... Amanda se veía bastante bien, esta no temblaba o parecía tener siquiera frío, es más, las corrientes de aire frío que se movían por todos lados, parecían rodear su cuerpo, pero sin tocarlo, como si tuviera un campo protector invisible.
—Perfecto. —dijo Nala con una voz grave, temblorosa y una notable molestia, ante su precaria situación—. La... La próxima vez... Deja... Dejamos morir a To... Toru...
Amanda observo a Nala con una mirada reclamante y esta rechisto por su broma, que por lo que Bran podía ver en su rostro, no estaba muy lejos de lo que realmente pensaba.
Bran observo a Arman, que se quedo allí, mirándolos, vigilante ante lo que harían, con esos ojos fríos y calculadores, parecían los ojos de un animal esperando para dar caza a su presa. Bran sintió unas tremendas ganas por saltar en ese mismo instante sobre el Renacido, ya que aquellos ojos, le recordaban a los ojos de su padre cuando hacia... Sus trabajos...
"Trata de no torturarte por el pasado, lo echo, echo esta, no debes olvidarlo, pero tampoco puedes dejar que te persiga y atormente", las palabras de Zara resonaron con fuerza sobre sus pensamientos invasivos y violentos. Bran no comprendía como, pero la chica había echo de alguna forma, que cada una de sus palabras penetraran en el subconsciente de Bran y cada vez que estaba a punto de... Bueno, dejarse llevar, sus palabras llegaban a su cabeza como un cálido abrazo o una mano que evitaba que cayera al abismo... Era casi como si fuera hipnosis o algo así (A pesar de que Bran no sabia lo que era la hipnosis, solo sabia que era algo que lo podía controlar).
Bran respiro y esta vez, conto hasta diez. "Cuanta hasta diez", siempre le decía Zara, "Es una forma fácil de desviar tu atención". Aquel consejo era uno que Zara mencionaba con insistencia en cada una de sus sesiones, siempre le recordaba respirar, contar numero o cualquier cosa que lo distrajera en cualquier momento. Zara le había contado como algunas personas se mordían las uñas, se marcaban el cuerpo de alguna forma o realizaban alguna actividad rápida que pudiera alejar su atención de cosas desagradables, pero que para Bran, aquello debía de ser suficiente.
Bran conto del uno al diez, nunca había sido muy bueno con los números, siempre se le dificultaba recordar los números después de cien, sobre todo en japonés, pero incluso el podía contar hasta diez. Bran se calmo y observo la situación en la que se encontraban con mas detenimiento, una cosa que Skull le había replicado bastante. A pesar de que Skull se había concentrado mas en entrenar a Amanda y enseñarle como usar debidamente su poder, también había insistido bastante en las habilidades de Bran para actuar en un combate y el trabajo en equipo de los tres o al menos, entre Bran y Amanda, ya que por alguna razón que este no comprendía, Skull no parecía caerle demasiado bien Nala.
Bran suponía que tenia algo que ver con el echo de que esta fuera una extranjera, ya que cada vez que hablaba sobre una persona que no fuera japonesa, acostumbraba a utilizar sobre nombres como "Soviético estúpido", "Africana hambrienta", "Frances sordo" o "Coreano marica", sobrenombres de los cuales, Bran no comprendía la mitad. Skull usaba esto para llamar a cualquier extranjero, a Nala la llamaba, "Francesa sanguinaria de negros esclavos", para acto seguido escupir al suelo. Bran no lo comprendía, principalmente porque Nala no era de Francia, pero por alguna razón que tampoco podía comprender, esta tampoco parecía importarle mucho sus insultos, teniendo en cuenta que la forma en la que ella actúa normalmente frente a insultos...
Y por alguna razón, a pesar de que Amanda no era tampoco japonesa, a ella la trataba mucho mejor y no usaba sobrenombres insultantes, es mas, Skull parecía demasiado interesado en ayudar a Amanda, casi como si tuviera otra intención...
—Tenemos que hacer algo con ellos. —comentó Amanda con seguridad, señalando hacia Arman.
Bran observo a ambos chicos atrapados en el hielo. Arman se encontraba a menos de cinco metros de Toru, el cual a pesar de haber sufrido bastante, se veía mejor de lo que uno podría suponer, tenía varios moretones y sangre por todo el rostro, pero aún estaba consciente por cómo su llanto lo delataba. Por su parte, el otro chico se encontraba unos cuantos metros por detrás de ellos, totalmente congelado de pies a cabeza, tenía el rostro detenido en una expresión de terror, con los ojos como platos y una mueca como las de las estatuas antiguas.
Si Bran no se equivocaba, Arman y Toru se debían encontrar a unos quince metros de ellos y el otro chico a unos diecisiete metros. Los demás estudiantes se encontraban arrinconados en una de las esquinas del gimnasio, en total pánico y sin capacidad de escapar... Aquello complicaba un poco las cosas.
"Prioriza, tienes que saber que cosas son más importantes que otras", otro de los consejos de Skull, que Bran no encontraba muy agradable, pero que por desgracia, tenía que seguir.
En esos momentos, no tenían más opción que pelear contra Arman, lo sabían y estaban preparados para eso, pero el problema no era su coraje o su capacidad, si no todas esas personas. Tenían que sacarlos de allí, porque Bran estaba seguro, que su combate no sería nada simple y que si esas personas se quedaban allí, saldrían muy lastimadas. Por lo que tenían que priorizar el escape de estos, solo que aquello parecía realmente difícil, debido al estado traumatico que parecían tener...
Por lo que por más difícil que fuera, Bran decidió tomar una decisión. Tenía que priorizar sus objetivos y en aquel momento, los que necesitaban más ayuda, eran Toru y el chico. Estos dos eran los que se encontraban en una situación extrema, el chico, si tardaban mucho, podría morir por las bajas temperaturas y Toru, parecía estar al borde de un shock. Por lo que por el momento, su mayor objetivo, era sacar a esos dos y llevarlos con Nana... Aunque claro, es más fácil decirlo que hacerlo...
Bran sintió la mirada penetrante y siniestra de Arman y para su sorpresa, se encontraba sorprendente ente tranquilo, mucho más que antes, su cabeza se sentía, incluso, un tanto serena... Aunque igual, seguía sintiendo las sombras en su pecho.
Bran creía tener un plan en manos, uno tal vez demasiado simple para ser llamado plan. Bran le dio la espalda a Arman, acto que inmediatamente, este pudo percibir no fue de su agrado, ya que en ese momento, sintió como si un cuchillo estuviera rozando su cuello. Pero para desgracia de Arman, su intimidación no funcionaba con el, Bran había visto el verdadero infierno y Arman era como un niño llorando a su lado... Amanda por su parte, gimió con fuerza y pareció toda la intención de salir corriendo y escapar.
Nala, en su desgracia, miró confundida lo que hacía Bran. Este comenzó a sentir el muro de hielo que se encontraba en la entrada detrás de ellos. El hielo, como se podía ver, era denso y duró, debía de tener una resistencia que ni siquiera varias personas con martillos serían capaces de romperlo. La superficie era lisa y fría, tanto, que incluso llegaba a parecer como si fuera intencional no tenía ni una sola grieta y las esquinas eran puntiagudas, un cuadrado básicamente perfecto... Justo como Arman.
Pero Bran, en su torpeza, realmente no conocía que tan duro o resistente podían ser las cosas, después de todo, su cuerpo era incluso capaz de abollar metal, con unos músculos casi inhumanos de todo el maltrato físico que tuvo al pasar los años. Bran no tenía los mismos límites que un humano normal, cosa que su maestro siempre gustaba apuntar por alguna razón. Por lo que Bran, si ningún tipo de miedo, golpeó con todas sus fuerzas el muro de hielo con un puñetazo. Uso toda la fuerza que tuvo, tanta, que el golpe resonó por todo el lugar y Amanda casi cae al piso de la sorpresa.
Bran observo el muro y como suponía, este se había fragmentado y algunas partes se habían roto, pero seguía igual de inamovible que antes, este básicamente, solo le hizo una pequeña fractura. En cambio, su mano estaba llena de sangre, su propia sangre, pero Bran no sentía dolor o molestia, apenas sentía un pequeño cosquilleo en sus nudillos... Pero aquella pequeña fisura en el muro, fue suficiente para cambiar el rostro frío e inexpresivo de Arman, por uno de sorpresa y odio, uno que hubiera echo caer del miedo a cualquiera que lo viera.
"Eso... Es otro inconveniente...", pensó Bran al observar que efectivamente, a pesar de que era bastante obvio, no tenían una manera de salir.
—¿Que... Que diablos... Haces? —pregunto Nala que seguía temblando como una lavadora.
—Mmm... Pensé en romper el muro... No fue una buena idea, verdad... —Nala suspiro ante el inocente rostro de Bran. Esta lo golpeo en el hombro y le extendió la mano hacia su rostro.
—No seas idiota... Ven... Da... Dame tu cha... chaleco... —dijo Nala con seriedad, una que se perdió entre tantos estornudos o mocos goteando de su nariz.
Bran no comprendió lo que quería Nala, pero de todas formas, le dio el chaleco negro de la escuela, aquel que Amanda había roto por accidente mas de cinco veces y que ya no podía seguir siendo remendado (Su maestro le había enseñado como coser). Nala arrebato de las manos de Bran el chaleco con apuro y como si fuera un niño emocionado, se puso el chaleco encima de ella, el cual llegaba mas allá de su cintura hasta casi sus rodillas. Esta no se abrocho el chaleco o metió las manos en las mangas, simplemente rodeo su cuello con el chaleco y solo se abrocho el primer botón para que no se le cayera.
Nala ahora usaba el chaleco como si fuera una especie de capa, encima de su chaleco. Aquella apariencia le recordó a uno de los personajes que Kazu siempre dibujaba, el cual aseguraba que era un "pirata superhéroe", que usaba un chaleco de la misma forma. Bran supuso que lo estaba usando para protegerse del frio, pero no estaba seguro que tanto calor podía dar una sola prenda de ropa...
Entonces, Nala llevo sus manos a su cuello, esta activo su poder repentinamente y de la nada, unas especies de flores o plantas extrañas de color rosado aparecieron en su cuello, justo dentro del cuello cerrado del chaleco. Estas flores que Bran no conocía, tenían una textura extraña y casi parecía como si estuvieran echa de pelo de animal. Estas extrañas plantas quedaron atrapadas en el chaleco y ahora, parecía como si Nala estuviera usando un abrigo para la nieve. Inmediatamente después de crear las plantas, el color de piel de Nala volvió un poco a la normalidad y dejo de temblar con tanta fuerza.
—Ahhh, eso esta mejor. —Nala acomodo su pelo para ocultar sus orejas y su mirada agarro un poco mas de fuerza. Esta miro al confundido Bran—. Son una subespecie de los dientes de león... Crecen en lugares fríos y los animales los usan para calentarse en climas demasiado fríos, son una buena fuente de calor... —Pero a pesar de esas palabras, Nala estornudo con fuerza y su rostro seguía estando rojo, como si estuviera avergonzada. Nala observo a Bran con el ceño fruncido—. ¿Cómo diablos puedes estar tan tranquilo con este frio?
Bran tenia frio, eso era cierto, sentía que podía congelarse en cualquier momento, como todos los demás en el lugar, pero aun así, no creía que fuera para tanto, si bien es cierto que estaba temblando y sentía su cuerpo difícil de mover, no creía que pudiera llegar al punto en el que Nala estaba. Bran miro a Nala con diversión al pensar que la chica no estaba acostumbrada al frio, a lo que esta respondió desviando la mirada con vergüenza y molestia.
—¿Qué quieres de mi?, ¡Soy de áfrica, en mi puto pais nunca nieva!... Mi paisa solo tiene verano, sequia... Y mas sequia —respondió Nala molesta y Bran pensó que se veía bastante divertida.
Nala no espero mas tiempo, estiro su brazo hacia el muro de hielo y una vez mas, activo su poder. Esta hizo crecer unas ramas de árbol en su mano, las cuales rápidamente crecieron y salieron disparadas casi como balas en dirección al muro. Al impactar, una gran neblina se formo alrededor y cuando esta se disipo, Bran pudo observar a un sorprendido y asustado Kazu afuera del gimnasio, a través del enorme agujero formado por el muro destruido.
—Ho... ¿Hola? —dijo confundido Kazu, el cual llevaba su bolso en la espalda y parecía haber estado un buen rato parado en frente del muro.
De repente, se escucho un fuerte retumbar que hizo que todos voltearan. Este ruido había sido causado por un enojado Arman, el cual había realizado un pisotón con tanta fuerza, que el suelo debajo de el estaba un poco roto. Arman tenia una expresión de odio y casi como de sufrimiento, tenia los ojos entrecerrados, la mandíbula tensada y a pesar del frio que había, estaba sudando por montones.
—¿Que?, ¡¿Acaso esperabas que nos quedáramos como unos idiotas sin hacer nada o tratar de buscar una salida y peleáramos como te diera la gana?! —exclamo desafiante y presumida Nala, la cual volvía a reír con energía y ahora tenia una expresión burlona hacia Arman, el cual no estaba nada contento...
Arman rechisto ante las burlas con la mano de Nala y luego suspiro cansado. Este pareció recomponer bastante rápido su postura y sin muchos esfuerzo, lo que antes era una amalgama de furia, era otra vez un rostro totalmente inexpresivo.
—Espero que hayan venido con un plan... Porque si no, estaré bastante decepcionado... —promulgó Arman con su acento tan marcado y con un tono bastante despectivo.
Nala sonrió ante aquellas palabras.
Bran se dio cuenta de la mirada conspirativa que Nala tenía en su rostro una mirada dirigida hacia sí mismo, una que a pesar de su estupidez, pudo comprender.
—Amanda, Kazu, tienen que llevar a Toru y al chico con Nana... Sin importar que. —Manda y Kazu observaron sin entender a lo que Bran se refería.
Y antes de poder explicar algo, Nala invoco repentinamente unas ramas que salieron disparadas a alta velocidad en dirección a Arman. Estas crecieron hasta tener el tamaño de grandes troncos que se aproximaban hacia Armam. En ese mismo momento, sin esperar un solo segundo, Bran comenzó a correr a gran velocidad hacia el Renacido, junto a las ramas de Nala.
Si los troncos que volaban a una velocidad increíble y que parecían poder alcanzar una gran distancia lograban impactar en Arman, le causarían un tremendo daño, tal vez, incluso mortal... Pero tanto Nala, como Bran, sabían que eso no pasaría.
Como si los enormes troncos no fueran nada, Arman espero sin ningún tipo de interés a que los troncos se acercaran. Y como si estos no fueran más que simples migas de pan, Arman extendió su brazo, levantando el aire condensado del suelo, el cual se convirtió en pequeños fragmentos parecidos al cristal y como si fueran árboles, pedazos puntiagudos enormes de hielo como estalactitas, crecieron del suelo y formando un muro en frente de el. Los troncos chocaron contra estos, a menos de cinco metros de Arman, pero con la fuerza que estos tenían, lograron atravesarlos sin problemas.
Pero Arman solo tuvo que volver a extender su brazo, para crear otra docena de grandes cristales apilados uno detrás del otro, los cuales lograron detener los troncos y convertirlos en varios pedazos regados entre los fragmentos de hielo.
Arman no se movió ni un solo centímetro y los troncos ni siquiera lograron acercarse a él... Pero eso era justamente lo que Bran tenía pensado, porque de entre los espacios formados por los troncos de Nala, Bran atravesó sin problema los muros de hielo destruidos. Bran corrió por encima del hielo con gran velocidad, sin tropezarse una sola vez en las superficies resbaladizas, saltando entre los grandes pedazos de hielo y evitando ser atravesado por las afiladas puntas con gran pericia.
Bran paso los escombros y dio un salto hacia Arman. Este fue capaz de ver los ojos como platos en el rostro iluso de Arman, el cual no tuvo ni un segundo para reaccionar. Bran cayó justamente delante de él, a pocos centímetros que los separaban.
Arman pareció estar a punto de dejar escapar un alarido y como un animal asustado, trató de levantar su brazo, probablemente para poder activar su poder, pero Bran era más rápido y en cuestión de un parpadeo, estiro ambos brazos y agarro a Arman por el pecho. Lo abrazo, este trato de liberarse, pero antes de que siquiera pudiera maldecir en su nombre, Bran apretó aún más fuerte y levantó a Arman, como si fuera un oso agarrando a su presa.
Entonces Bran comenzó a correr, con Arman entre sus brazos, con todas sus fuerzas. Bran corrió sin ver lo que tenía delante, simplemente corrió. Arman trató de liberarse, gimió por la fuerza del apretón y hasta intento liberar hielo, pero con sus brazos atrapados, era incapaz de activar su poder.
Bran corrió hasta chocar a Arman contra la pared. Este gimió de dolor cuando por la fuerza del golpe, la madera de la pared se destrozo haciendo un agujero en esta. Arman quedó atrapado en la pared destrozada, tenía sangre cayendo le por el rostro y parecía ser incapaz de moverse. Pero entonces, este levantó el brazo y estuvo a punto de congelar a Bran, este pudo sentir como el aire a su alrededor lo cubría y se enfriaba.
Pero Bran, a pesar de que tenía la cabeza temblando por el impacto del golpe, logró reaccionar con rapidez. Antes de que activará su poder, Bran agarro a Arman por su camisa y con un solo brazo, levantó al renacido y lo tiro al suelo como a un trapo. Arman impacto contra el suelo, rompiendo el piso con tal fuerza, que Bran pudo escuchar como unos huesos crujian.
Arman quedó inmóvil por unos segundos, con los ojos cerrados, parecía estar inconsciente por el golpe. Pero por desgracia, Bran se confio, uso demasiada fuerza para levantar a Arman, por lo que por unos segundos, este tuvo que tomar aire... Unos segundos que Arman aprovecho y cuando Bran levantó la cabeza para ver al Renacido, se encontró con la mano de este apuntando hacia el.
"No te distraigas, las batallas pueden tomar un giro completo, si te distraes aunque sea por un segundo", Bran maldijo en sus adentros por su estupidez.
Bran se movió lo más rápido que pudo, se tiro al suelo y rodó hacia atrás, esquivando el poder de Arman. Donde antes estaba, un pedazo de hielo apareció de la nada cayendo al suelo, Bran no fue capaz de evitar todo el golpe del poder, ya que una parte de su pierna se congelo. Bran grito de dolor al no poder mover su pie derecho, la capa de hielo rodeaba su ropa y su piel.
Bran dio un pisotón al suelo, rompiendo el hielo, por suerte, su pierna no se rompió con este, pero esta quedó dormida y ahora, apenas era capaz de moverla. Tuvo que agacharse y sobarse el pie, además de que tuvo que quitarse el zapato y parte de su pantalón, que habían quedado destrozados por el hielo. Tenía el pie rojo como un tomate y no podía siquiera sentirlo.
—¿Eso es todo? —De repente, Bran se dio cuenta de que ahora, Arman estaba de pie...
Y este estaba completamente en perfecto estado...
Arman se levantó como si nada del suelo y Bran entonces se dio cuenta, que la sangre que tenía en su cabeza, era realmente la sangre de su propia mano, de cuando trató de romper el muro de hielo. Arman sólo tenía unos rasguños en el rostro, pero además de eso, estaba como si nada le hubiera pasado...
"Lo debí imaginar... Su cuerpo no es el de un humano normal", pensó Bran con dolor y arrepentimiento. Se había confiado demasiado, nunca se había dado cuenta, pero su propio cuerpo no es el de un humano normal, pero desde que había peleado con Aoi y aquel luchador y como todos lo veían, había comenzado a creer que tenía una fuerza sobre humana, que podría romper lo que sea... Y puede que lo fuera, puede que Bran no fuera un humano normal...
Pero Arman tampoco lo era. Hasta el momento, Bran sólo había peleado contra Renacidos con un cuerpo medianamente humano, tanto Aoi, como Amanda y ese luchador, tenían que compensar su debilidad con sus poderes... Pero Arman no, el era tan fuerte, como lo es su habilidad.
Y al ver a aquel chico, tan imponente y poderoso, Bran creyó entender un poco más sobre el mundo. Un poco más sobre la vida.
—Que triste... Esperaba algo más... Inteligente tal vez. —Arman se sacudió el polvo de su uniforme que estaba un poco roto—. Realmente esperaba poner en práctico todo mi progreso... Pero si no me dan un reto, entonces no veo una razón para continuar con esto.
—No... Esto no es parte del juego. —respondió Bran con esfuerzo.
Arman lo miro confundido, hasta que pareció caer en cuenta de lo que estaba pasando. Arman miró hacia detrás de Bran, donde con gran furia, vio como Kazu y los demás liberaban a Toru y al otro chico.
—Solo... Era una distracción. —dijo Bran al ver como Amanda lo saludaba agitando su brazo.
Bran se había lanzado en contra de Arman para poder retenerlo y distraerlo, mientras que Nala con su poder, rompía el hielo que tenía atrapado a ambos chicos y junto con Amanda y Kazu, los ponían en un lugar seguro. Más que un plan, había sido una estupidez que tanto Bran como Nala habían pensado al mismo tiempo, el poder de Arman hubiera podido acabarlos sin poder ayudar a Toru, por lo que pensaron que lo mejor, era hacerle creer que su objetivo era atacarlo...
Y por el rostro que tenía Arman en aquel momento, parecía haber funcionado...
Bran estaba preparado para recibir un golpe de Arman con su poder... Pero en vez de eso, este se quedó mirado el suelo... Y Bran se sorprendió al ver la expresión en su rostro... No era una de odio, asco o furia... Era una de miedo.
Arman parecía a punto de llorar, su rostro parecía el de una persona que estuviera viendo a la muerte misma... Bran conocía bastante bien esa expresión... Y una vez más, Bran se distrajo demasiado en este hecho, ya que de repente, todo el aire cerca de él comenzó a condensarse. Bran comenzó a correr, no supo porqué, pero tenía la sensación de que si se quedaba cerca de Arman, algo malo le pasaría.
Y efectivamente, mientras que Bran se alejaba lo más que podía, cientos de formaciones de hielo comenzaron a crecer por todos lados desde Arman con gran rapidez. Eran como las ramas de Nala, el hielo crecía sin parar del suelo, casi como si fuera una enorme ola que trataba de atraparlo. Bran corrió todo lo que pudo y apenas fue capaz de saltar y evitar ser golpeado por la oleada de Arman. Este llegó hacia donde Nala y los demás trataban de sacar a los chicos, a unos cuantos metros de la entrada. Justo cuando llegó con ellos, por suerte, el poder de Arman paro e inmediatamente, todo el hielo formado se fragmento en miles de pedazos que se evaporaron rápidamente, dejando todo como antes.
—Mierda... Es más poderoso de lo que creía... —afirmó Nala que ahora estaba a su lado. Detrás de ellos, Amanda y Kazu trataban de llevar en sus espaldas a Toru y al chico.
Bran jadeo observando a Arman en la lejanía, el cual se estaba pasando la mano por su rostro, como si se estuviera limpiando alguna suciedad... Y una vez más, la extrema y exagerada expresión de Arman, se volvió a convertir en un rostro totalmente vacío, incluso más que antes...
—Ya veo... Creí que eran monos... Pero al parecer son al menos, humanos estúpidos —Bran no comprendió, como sin gritar, Arman era capaz de proyectar su voz con tanta fuerza.
—Creo que lo hicimos enojar... —Y Nala tenía razón, Arman estaba muy enojado...
Una vez más, Arman volvió a levantar su brazo... Pero esta vez, a pesar de estar tan lejos, Bran sintió como el aire a su alrededor se enfriaba, pero este pudo sentir, que no era a él a quien apuntaba... El aire, se condensaba hacia Amanda.
Bran trató de alarmar a Amanda, pero incluso antes de que pasara cualquier cosa, la chica ya se encontraba moviéndose empujada mágicamente por aquella fuerza que Bran no comprendía. Esta dio una extraña voltereta que la hizo caer lejos de los demás unos cuantos metros... Pero una vez que Amanda cayó, a su alrededor, el hielo se formó de todas formas...
Pero en vez de congelar como con los demás, se formó unas finas capas de hielo, translúcidas casi como el cristal, a su alrededor, dejándola atrapada en lo que parecía un enorme cubo de hielo, con Amanda dentro. El cubo era casi perfecto y por alguna razón, el poder de Amanda no se activo en aquel momento.
—Cuando supe que te uniste a ellos, Amanda, supuse que llegaría el momento en el que tendría que usar mi plan de contingencia. —Aclaro de repente Arman—. Tu poder es el más problemático que conozco, por lo que tengo un plan contra el, incluso antes de que te volvieras en nuestra contra...
Bran corrió hacia aquel cubo y trato de romperlo de un puñetazo, pero entonces, volvió a sentir aquella sensación que sintió cuando peleo contra Amanda. Una fuerza extraña empujó en contra de él y lo hizo rodar por el suelo.
—Eso no funcionará. —respondió Arman ante los quejidos de Bran—. Hice esa jaula especialmente para su poder. Esta echa de tal forma, que no cause ningún tipo de amenaza a Amanda, que la protegiera, para no activar su poder, pero que al mismo tiempo, si fuera destruida, los fragmentos del hielo saldrían disparados, lastimando a Amanda e consecuencia... No estaba seguro si funcionaria, era una teoría... Pero al parecer estaba en lo correcto.
Bran maldijo al escuchar la explicación de Arman, mientras que Nala lo ayudaba a levantarse del suelo. Este sintió como su pecho volvía a empujar y las sombras comenzaban una vez más a arrastrarlo.
—Bien, creo que es momento de comenzar. —Arman, de repente, saco del bolsillo de su pantalón... Lo que parecía un silbato amarillo.
Este agarro el silbato y lo puso en su boca. Bran y Nala miraron con incertidumbre lo que Arman hacia, mientras que Kazu trataba de levantar a ambos chicos y salir corriendo.
Finalmente, Arman hizo sonar el silbato, fue un sonido agudo y molesto que retumbó por todo el lugar... Bran nunca hubiera podido imaginar lo que paso a continuación.
De repente, todos los estudiantes que estaban antes arrinconados en una esquina, llorando y gimiendo, comenzaron a correr por el lugar, sus pisadas parecían un terremoto. Estos corrieron y comenzaron a formarse en filas hasta, finalmente, tomar una especie de formación militar, en filas ordenados por decenas... Todos en frente de Arman... Como si estuvieran...
Haciendo un muro humano...
—Ehh... Eso si no lo esperaba... —remarcó Nala.
Bran no podía creer lo que veía...