El jueves 15 de octubre del 2015, fue reportado a las autoridades de Cifetia, la desaparición de C. Cintia Senabre Cerezo, una joven de 24 años de edad. La desaparición se dio lugar a las 8:30 pm, aunque la madre de la desaparecida reporto el hecho hasta las 9:30; el motivo de no haberlo reportado inmediatamente, fue por el hecho de haberse desmayado al ver a su hija desvaneciéndose mágicamente en el aire. El relato de los hechos fue narrado por la señora, quien atiende un pequeño negocio de comida en un local enfrente de su casa; el negocio lo abre desde temprano, y cuenta que aquel día le había ido muy bien, tenía más clientes de los normales y por esa razón había permanecido ocupada hasta tarde. La desaparecida tenía un síndrome que le prohibía adaptarse socialmente, este síndrome es una rama del autismo, se le conoce como el síndrome de asperger, esta clase de personas son bastante retraídas, y son muy conocidas por ser bichos raros ante la sociedad. Este tipo de personas suelen tener TOCS muy inusuales, el de Cintia consistía en salir temprano de su casa y quedarse en su jardín, casi inmóvil observando con entretenimiento la naturaleza. Su madre cuenta que su hija a diario se levantaba desde muy temprano y lo primero que hacía era ir al jardín, se la pasaba unas cuantas horas y se metía para desayunar, para después volver a salir y permanecer unas horas más hasta que tenía que comer. La ventaja en todo ello, es que Cintia era autosuficiente, no necesitaba de su madre en absoluto, si tenía que comer, solo lo hacía. Entre sus diversas habilidades, la cocina era una de ellas, además de también pintar y escribir, una artista completa sin dudar, su único defecto, eran sus extrañas manías que realizaba a diario, como lo del jardín y otras tantas más. Cuando la madre de Cintia salía para su negocio, ya la encontraba sentada en el jardín. Aquel día de la desaparición, su madre había salido como siempre a la misma hora para su negocio, y fue lo primero que le extraño, pues ella no se encontraba afuera, incluso no había señales que se hubiera despertado ya, quiso ir a despertarla, para saber qué es lo que le ocurría, pero dentro de su mente tan llena de esperanzas, creyó que por fin se había curado y que lo del jardín ya no lo haría más, así que decidió ir a trabajar. En su negocio tenía una muy buena vista de su casa, pero en ningún momento del día ni de la tarde, vio salir a Cintia, ni nada extraño, esto en un principio le alegro, pero conforme iba pasando el tiempo, comenzó a preocuparle. Ya era momento que iba a cerrar, pero tuvo que esperarse un rato más, porque aún tenía clientes en su negocio. Cuando cerró, fue tan rápido como pudo hacia el cuarto de su hija; estaba a punto de tocar la puerta, pero escucho a Cintia conversar con otra persona, lo que le espanto gravemente, pues su hija no había tenido ninguna clase de visita desde que había despertado del coma en el que estuvo 10 años. La voz era masculina según su propia perspectiva, adem��s no escucho lo que decían, pero si le pareció que estaban discutiendo; sin esperar más, decidió abrir la puerta y fue entonces que pasó; Cintia al escuchar el ruido de la puerta, volteo de forma exaltada observando a su madre, ella abrazaba su diario con tanta fuerza y en cuestión de segundos fue que se desvaneció. La señora permaneció inmóvil, pues no comprendió que es lo que había pasado y por más que recuerda, lo último que vio, fue la habitación completamente vacía, sin señales de Cintia ni de ese hombre misterioso, además que la cama de Cintia estaba destendida, algo que no había visto nunca, Cintia tenía una obsesión por tener su cuarto siempre ordenado. La madre de Cintia quedo paralizada y después de unos minutos, cayó desmallada. Cuando recobro la conciencia, fue directo al teléfono y reporto lo sucedido.
10 minutos después que se diera aviso a las autoridades, se mandaron a dos patrullas a su casa para la investigación.
Como primeras circunstancias, al llamar a la puerta, nadie respondió. La puerta no tenía seguro, por lo que fue fácil abrirla. Al entrar, lo primero que se observó, fue que todo estaba en perfectas condiciones, incluso todo estaba muy bien ordenado. Cuando se decidió ir a investigar las habitaciones, encontraron a la señora desmayada enfrente de su cuarto con una hoja en blanco en sus manos. Se llamó a una ambulancia y fue trasladada a un hospital cerca de su domicilio, una vez allá, tardo un rato más en despertar y cuando lo hizo, gritaba de forma extraña y decía cosas sin sentido como "ella está en todos lados", "mi hija está viva", los doctores al no encontrar remedio, tuvieron que sedarla, permaneció así por toda la noche.
La hoja que tenía la señora, tenía una conversación muy curiosa
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Una conversación muy curiosa, lo extraño no estaba en la conversación, si no en la letra, la que parecía ser de su hija, estaba escrita de una forma muy peculiar, parecía que cada letra estaba hecha de un millón de líneas y la letra de su madre era normal, aunque poco ilegible, quizás por los nervios que tenía.
Al siguiente día cuando despertó, ya se encontraba más tranquila y pidió que le regresaran la hoja. Después que se la entregaron, permaneció muy, muy tranquila, incluso ya estaba sonriendo, estaba convencida que algo fuera de lo normal estaba ocurriendo, claro nadie le creyó, creían que había entrado en un estado de locura post traumático y desde entonces se encuentra bajo observaciones médicas.
Los oficiales encargados de la investigación, inspeccionaron cada centímetro de la casa, pero no encontraron nada fuera de lo normal, cada huella en la casa era de Cintia o de su madre, y por más que se analizó todo el lugar, no encontraron ninguna pista.
Hasta aquí terminaba la investigación de las autoridades.
- Qué opinas –dijo mi amigo al ver que había terminado de leer-
- Delirante, pero aún no puedo sacar conclusiones, tengo varias hipótesis, pero creo que ya me he equivocado demasiado.
- De que hablas –dijo, mientras hacía un ademán de confusión -
- Cuando leí el periódico saqué algunas conclusiones. Tengo que decir que en algunas hacerte muy bien, pero en la mayoría me equivoque. Su madre tiene toda la razón, ella está en todos lados.
- Pero que dices.
- ya estoy comprendiendo algunas cosas, pero descuida ya te lo explicaré en otra ocasión
- Ya te vas, acaso no quieres dar un vistazo a la casa.
- No, no es necesario, con lo que he leído es suficiente
Me despedí, y a continuación me dirigí hacia la clínica en la que estaba internada la madre de Cintia.
No tuve problemas al entrar a su habitación, solo dije que era un amigo de la familia; todo es fácil cuando se sabe hablar de la forma correcta. Cuando pasé a su cuarto, ya me estaba esperando
- ¿Israel? cierto, mi hija…
La señora se detuvo un instante, y me observo, sentí su mirada tan profunda, que me hizo sentir como si la conociera, se había quedado congelada, parecía que quería decir algo, no sabía qué, pero sabía que no tenía relación con lo de su hija. Después de unos minutos, se aclaró la garganta y continuo.
- Mi hija, dijo que vendrías.
- Sí, soy yo señora, pero como le ha dicho
- Ella se comunica con esta hoja –dijo, mientras me mostraba una hoja blanca y arrugada-
- Ya veo
- No creerá que estoy loca verdad, todos dicen que he perdido la razón, le puedo asegurar que nunca he estado más cuerda.
- Descuide, yo le creo, sé que Cintia es especial, y quiero decirle que yo le ayudaré a encontrarla.
- Sí, lo sé, mi hija me lo ha dicho
Me acerque a ella y le extendí mi mano para que me diera la hoja, ella no se resistió, sé que es extraño, pero seguía mirándome de una forma extraña, y por supuesto que no quise indagar, solo actué con naturalidad. La hoja era la misma que relataba él informe policiaco, solo que había algo más, la conversación se había extendido, ya estaba escrita por ambos lados, parecía una conversación normal entre madre e hija, solo hubo una parte que llamo mi atención, decía:
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- ¿Cuál hoja? - le pregunte-
- Cierto, casi se me olvida, en aquella mesita había una hoja, pero la tome pensando que tenía algo importante, pero no encontré nada, estaba en blanco, quizás usted sepa algo al respecto –dijo mientras me daba otra hoja que tenía cerca de su almohada-
- Disculpe, pero aún no sé qué está ocurriendo –le dije mientras tomaba la hoja-
- ¿Puedo hacerle una pregunta? –dijo mientras trataba de incorporarse para sentarse-
- Claro que si –contesté-
- ¿Usted conoce a mi hija?
- Al decir verdad, no, fuimos a la misma escuela, pero nunca hable con ella
- Sí, ella siempre fue así, no le gustaba hablar con nadie
Guarde la hoja en blanco que me dio y me retire.
Una vez en mi departamento, tome la hoja y comencé a estudiarla detalladamente, no había nada fuera de lo normal, era una simple hoja, cuando estuve a punto de botarla, sentí como si una ráfaga de viento hubiera pasado por la hoja arrebatándomela de las manos, cuando la recogí, tenía algo escrito.
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Todo era tan extraño, la letra era muy especial, estaba escrito de una forma muy extraña, era cierto lo del informe, parecía como si cientos de líneas conformarán cada letra, durante toda la noche me quede repasando todo minuciosamente.