(A partir de aquí, el diario está escrito con la letra de Cintia, pero no con la letra de su diario, sino con la letra de las hojas, esa letra tan curiosa formada por miles de líneas)
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< -Tranquilízate niña, acaso no puedes estar feliz, tienes una hermosa vista desde aquí -su forma de hablar era histérica y enfermiza- vamos, ven conmigo, sentémonos a platicar –comenzó a caminar hacia mí, mientras me mostraba la cama para sentarnos- No le hice caso, estaba aterrada y me aferraba hacia una de las esquinas del cuarto, yo quería estar lo más apartada que se pudiera dé él, entonces Drunel se sentó y continúo hablando. -dime que tienes la piedra, ¡por favor!, ¡la necesito!, no querrás explotar, verdad- me miraba de una forma aterradora- No podía articular ninguna palabra, y entonces negué con la cabeza. -pero como te atreves –comenzó a gritar- te dije que por lo menos me dieras nombres –se sentía la rabia de sus palabras- Comencé a hablar, aunque tartamudeaba de miedo -r ro b be rto –dije- es la pe persona q que la t t tiene -¡bien! –Mostraba una cara de felicidad- solo así puedo estar contento, ¡no lo vez!, y dónde lo encuentro. Con el miedo que me provocaba su presencia y su forma de hablar, apenas y podía moverme, y desde luego, no podía articular ni una palabra, pero sabía que, si no le decía nada, con su temperamento, quien sabe que me esperaba, así que decidí mostrarle la hoja en la que había escrito los datos de Roberto. Tratando de no temblar mucho, le mostré la hoja que se encontraba en el escritorio. -espero que no sea una trampa, porque si lo es, en serio, no sabes de lo que soy capaz, si alguien juega conmigo. Bueno, será mejor que no pensemos cosas malas verdad –me espantaba su forma de hablar, era perversa y diabólica- ¿sabes cuál es mi maldición?, sí, justo lo que estás pensando, no tener tus poderes. Siempre he estado interesado en el tiempo, cuando era un joven de tu edad, trate de crear la máquina del tiempo, te imaginas, poder controlarlo todo, pero que te digo a ti, si tú sabes qué es eso, eres perfecta, eres hermosa, me recuerdas mucho a mi eterno amor, ¡oh!, porque no regrese a buscarla, solo la vi por un instante. La vi tan cerca de mí, nos cruzamos en el camino, ella deambulaba por una de las calles de Ciferia, estaba bellísima, pero solo la vi por un instante, fue todo, un perfecto instante, Abril, ese era su nombre –Cuando menciono el nombre, me quede paralizada- me lo dijo un amigo, él la conocía, pero nunca quiso decirme quien era, solo me dijo su nombre, y fue todo, tiempo después, él se casó con ella, aunque nunca lo supe, sino hasta apenas hace un año cuando descubrí el poder de la piedra del tiempo, él era mi mejor amigo, Adrián, tu estúpido padre. Él me había traicionado, sabía que la chica de la que le había hablado era Abril, él sabía dónde encontrarla, pero nunca me lo dijo. Por más que investigué, nunca supe nada de ella. Te pareces mucho a tu madre cuando era joven; aunque solo la vi por un instante, basto para que me hubiera enamorado perdidamente de ella, y desde entonces, creció aún más mi interés por los viajes en el tiempo. Einstein, seguramente has escuchado hablar de él, su teoría de la relatividad especial fue mi perdición, él fue de los pocos que incursiono sobre teorías que hablaban sobre el viaje en el tiempo, pero que desgracia la mía, solo eran viajes al futuro, yo quería viajar al pasado para conocer a tu madre, regresar a ese momento cuando la vi por primera vez, pero después de tanto quebrarme la cabeza, lo único que había logrado conseguir, era manipular mi tiempo, podía moverme a la velocidad de la luz, podía estar en todos lados, podía leer gran cantidad de material en poco tiempo, pero había algo más, algo que hizo que perdiera todo contacto con la búsqueda de tu madre. Hice caso omiso a las teorías de Einstein y en uno de mis experimentos, decidí darle la vuelta al mundo, hacerlo era fácil, cada que me movía a la velocidad de la luz, podía moverme de lugar en lugar casi al instante, cuando finalice el experimento, descubrí que el tiempo espacio se había modificado, de primero no me di cuenta, pero si lo note cuando quise regresar de la misma forma a mi laboratorio, el viaje lo había hecho en 15 minutos, ida y vuelta, pero descubr�� que no me encontraba en el año en el que inicie el experimento, pasaron 15 minutos para mí, pero para el resto del mundo habían pasado 24 años, cuando me encontré en mi laboratorio, todo era diferente. Bajo mi naciente descubrimiento, y con mi lamento por saber que por fin la había perdido, descubrí, la piedra del tiempo, gracias a uno de los amigos de tu abuelo. Comencé a investigar más a fondo y descubrí su magnífico poder. Era perfecta para mis planes, y que irónico fue para mí, enterarme que la tenía la hija de mi bellísima Abril, quizás te parezca un lunático, pero sé que hasta quizás podrías entenderme. Cuando termino de hablar, pude observar que su mirada estaba perdida, quizás estaba recordando todo, el cuarto quedo en silencio absoluto, su mirada era diabólica, sus gafas se las había quitado en el transcurso de su discurso, cuando lo vi la primera vez no le había puesto mucha atención, y en ese momento, bajo la luz del cuarto, podía verlo con claridad, su rostro era cuadrado, tenía cejas espesas, tenía una nariz aguileña y unos labios delgados, vestía un traje negro de un material curioso, usaba unos guantes del mismo material. Tras su discurso, hubo varios hechos que me habían helado la piel. Drunel había conocido a mi padre, nunca supe nada de él, a mi madre no le gusta hablar sobre el tema, pero si me había dicho su nombre, Adrián, aunque nunca me dijo lo que le había paso, lo único de lo que me entere, fue que murió cuando yo nací. Trataba de entender cada una de sus palabras, pero por más que lo intentaba, había cosas que no tenían sentido, decía que era amigo de mi padre, pero Drunel parecía ser de mi edad, o por lo menos no pasaba de los 27, su forma de hablar era histérica y paranoica, transcurrieron unos 15 minutos, cuando se levantó y comenzó a acercarse hacia mí, yo no podía hacer nada, me había quedado congelada. -Te pareces tanto a ella –dijo Drunel mientras soltaba un suspiro- Me miro por unos segundos y después de soltar un último suspiro, se viro y se dirigió hacia la ventana, la abrió, y se arrojó por los aires, desapareciendo al instante, esfumándose en la nada. Apenas se había desaparecido, fui corriendo lo más rápido que pude hacia la ventana, grité su nombre al viento, pero cualquier intento fue inútil, mi voz se había congelado, no podía articular ni una palabra. Pensé que Drunel regresaría, pero toda esperanza se había esfumado junto a él. Estaba tan asustada y al mismo tiempo desesperada. No sabía que es lo que iba a pasar a continuación, a cada momento perdía el control de mi cuerpo, iba de un lado hacia el otro, miraba por la ventana con esperanza de ver a Drunel, pero pasaron las horas, y no había rastro alguno de él. Mi tiempo se estaba terminando, en mi mente solo pasaba la idea "Explotaras, explotaras, explotaras", no quería explotar, me sentía tan desesperada, tenía tanto miedo, nunca antes me sentí así; mi cuerpo comenzó a temblar sin control, mi vista se había nublado, todo me daba vueltas, "Explotare", "Explotare", no dejaba de pensar en ello, creí que mi muerte estaba cerca, pero entonces, después de un tiempo de continua agonía, no pasó nada, todo se detuvo, al igual que mi cuerpo. Estaba petrificada, aunque tengo que decir que me sentía bastante bien, pero me inquietaba el hecho de no poder mover ningún musculo. Estaba en absoluta inmovilidad, ni siquiera podía mover los ojos, a cada instante mi desesperación aumentaba, intentaba mover mis manos, pero cada que lo intentaba, mi desesperación aumentaba, la claustrofobia se apoderaba de mi ser, quería moverme, cada vez estaba más desesperada, sabía que mi mente no aguantaría, y sin otra alternativa, creí que la solución sería, adelantar el tiempo, quería adelantarlo hasta que el tormento en el que me encontraba, se detuviera. Trate de concentrarme lo mejor que podía bajo las condiciones en las que me encontraba, me costó mucho llegar a siquiera concentrarme un poco, y con mucho esfuerzo, logre acelera el tiempo, aun sabiendo la advertencia que me había hecho Drunel. No había pasado ni un segundo, cuando apareció Drunel de la nada, gritándome "Estas loca, quieres explotar, …", fue lo único que alcance a entender, lo siguiente que recuerdo fue estar acostada en mi cama, por un instante creí que soñé todo, pero al voltear hacia mi escritorio, ahí estaba, era Drunel, estaba escribiendo algo en una especie de libreta, cuando escuchó que me moví, volvió su cuerpo hacia mí y comenzó a hablar. -Pero en que estabas pensando niña tonta, te advertí que si jugabas con el tiempo; explotarías, acaso estas tonta, para suerte tuya, estaba cerca de aquí, y fue que vi tus intenciones -se sentó a mí lado y continuo hablando- ¡sabes!, lo que te he inyectado, es una droga, una droga que invente solo para ti, así es, como lo estas escuchando, solo para ti. La droga tiene dos etapas, la primera tarda dos semanas en activarse, y la segunda se activa una vez que finalizo la primera etapa. La primera etapa comienza a dañar tu sistema nervioso, lo daña de tal forma que te paraliza sin dolor, como si estuvieras en coma, pero esta vez, estando consiente. Mientras tu cuerpo reacciona a la primera etapa, un segundo compuesto comienza a alimentarse de la energía expedida por tu cuerpo, para después activar los micro explosivos que se regaron por todo tu torrente sanguíneo, transformándote en una bomba humana, y es de la parte que te advertí; es real, si no hubiera llegado a tiempo, ahora mismo estarían tus restos regados en todo tu cuarto. No tengo la mínima intención de explicarte cómo funciona la droga, mi intención fue prevenir el sufrimiento de Abril, sabes, tú no me interesas, pero si te lastimo, Abril sufriría y no podría soportarlo. Quizás me odies, pero, no puedo resistirlo, no sé si ese tal Roberto haya tomado la piedra, pero la necesito. No quiero convencerte de que mis propósitos son buenos, pero no tengo más remedio. He perdido ya mucho tiempo tratando de regresar en el tiempo, que la oportunidad que me da esa piedra, nadie me la quitara -Drunel miro por la ventana y continuo- tu madre acaba de entrar a la casa, creo que se nos ha ido el tiempo de las manos no lo crees. Por cierto, he decidido darte un regalo; el antídoto de la droga, así es, como lo estas escuchando –cuando menciono el antídoto, creí que estaba a salvo, solo lo miraba, veía cada una de sus expresiones, sus movimientos, estaba tan aterrada, pero ya no quería mostrarle más miedo- El antídoto no es para ti, es para tu madre, no quiero verla sufrir por culpa mía, si no logro conseguir la piedra. Pero no te alegres demasiado, la droga tiene una desventaja, tienes que entender, que, si no lo hubiera hecho, ahora mismo estarían tus restos regados en todo el cuarto. Mientras dormías, instale un mecanismo en tu columna vertebral que acelerara los átomos de tu cuerpo por medio de una vibración inducida, tus átomos vibraran a una velocidad tan alta, que tu cuerpo comenzara a moverse a una velocidad cercana a la luz, y no podrás detenerte, pero invalidara los efectos de la droga. No lo vez, te he dado un poco más de tiempo. ¡El tiempo!, Que tema tan delicado no lo crees, tú tienes un don, no sé cómo lo haces, pero lo mío es solo una ilusión. Como última advertencia, te recomiendo que no trates de usar tus poderes, no te ayudaran en nada, porque si los usas, aun así, explotaras. La desventaja de la que te hable, es precisamente esa, tu explosión es inevitable, la primera vez, iba hacer inducida por la droga, pero esta vez, lo que te he instalado en la columna, es muy inestable, que no tardará mucho en que tu cuerpo se salga de control y de una manera paradójica, explotes. Todo depende de ti, yo solo necesito tiempo. Tu cuerpo se adaptará a la velocidad, tus movimientos serán tan rápidos, que vivirás en otro plano existencial, en el plano de la luz. Si conoces algo sobre física, sabrás que cuando alguien viaja a la velocidad de la luz, el tiempo-espacio se modifica, haciendo que tu tiempo sea más lento que el de los demás; una hora para ti, va a ser como un año para los demás, todo depende de la forma en que enfrentes la nueva oportunidad de vida que te he dado, si sabes darle ventaja, es muy probable que te queden dos semana de vida en tiempo real. Pero no te preocupes, para antes de esas dos semanas, yo tendré la piedra, y descuida, nunca habrá pasado nada de lo que viviste, tal vez, ni siquiera existas. Tu cuerpo en unos minutos comenzara a acelerarse tanto, que nadie podrá verte, espero que ese Roberto tenga la piedra, porque si no, nada de esto habrá valido la pena. Discúlpame por haberte hecho esto, pero eres la única que puedes detenerme, sé que si te lo explicara y si tu madre no fuera Abril, con gusto me ayudarías, pero viendo las circunstancias, si no te detengo, harás todo lo posible para detenerme. Cuando encuentre la piedra, regresare en el tiempo, matare a tu padre, y yo me casare con tu madre, y tú nunca habrás nacido. Pero no me veas de esa forma, entre más rápido consiga la piedra, tu sufrimiento jamás habrá existido, y para que veas que no soy tan malo como parezco, te voy a dar un último consejo. Podrás comunicarte con quien quieras como yo lo hacía contigo; con las hojas. Cuesta un poco de trabajo escribir en una hoja, tengo que aceptarlo, pero créeme, es el único medio que tienes para hacerlo. Tal vez te preguntes para que son las gafas que estoy utilizando, pues cuando te mueves a una velocidad cercana a la de la luz, no puedes ver nada, y he logrado inventar unas gafas que pueden retener un segundo, una imagen de un nano segundo, el efecto es tan increíble, que pareciera que no te mueves a la velocidad de la luz. Si no fueras mi principal obstáculo, te las obsequiaría, pero si lo hiciera, tratarías de detenerme, por tal motivo, te dejare a tu suerte. Fue lo último que me dijo. Mientras trataba de incorporarme, sentí como mi cuerpo temblaba, como cuando tenía frio, "nunca te saldrás con la tuya" – grité desesperadamente, aunque mi voz comenzaba a hacerse aguda y suave. Mientras le gritaba a Drunel, salto por la ventana y se desvaneció como humo, no dejo rastro alguno. Me acerque a la ventana y continuaba gritándole, aunque de mis labios no salía sonido alguno. No paso ni un segundo, cuando un sonido resalto en mi espalda, un sonido tan fino, que me hizo voltear al instante; el sonido provenía de la cerradura interactuando con sus mecanismos. No fue ni medio segundo, cuando se abrió la puerta; se trataba de mi madre, que me miraba con cara de espanto y fascinación. Trate de explicarle que era lo que había pasado, pero mi cuerpo comenzó a vibrar. Comencé a ver todo de forma muy extraña, muchos colores, no escuchaba ningún sonido, y entonces, recordé lo que me había dicho Drunel. Creí que no vería nada, no sin las gafas al menos, pero Drunel estaba muy equivocado, después de unos segundos, mi vista comenzó a aclararse. Ante mis ojos, tenía una escena que conocía muy bien, era como cuando detenía el tiempo; pero esta vez, no era por mi voluntad. Trate de acelerar el tiempo, de lentificarlo, de detenerlo, pero cualquier intento, era inútil. Ya no quise seguir intentándolo, porque termine convenciéndome en que no serviría de nada, Drunel tenía razón, no podía hacer nada. Estaba en mi cuarto, todo estaba congelado, mi madre tenía esa cara de asombro y horror, me senté en mi cama, estaba tratando de entender lo que me había sucedido, pero no daba lugar a nada de lo sucedido. Siempre supe que la piedra era especial, pero no lo supe hasta que fue demasiado tarde, sé que las intenciones de Drunel son buenas, pero sus acciones dan miedo, no le importa que es lo que tenga que hacer, con tal de lograr sus propósitos, pero no podía dejar que concluyera sus planes, aunque no sabía cómo hacer para detenerlo. Entre mis cavilaciones, creí que había tardado horas y horas pensando, pero al voltear hacia todos lados, todo seguía igual, pasaron un par de horas más y apenas había logrado observar un peque��o movimiento en el parpado de mi madre. Salí de casa y comencé a buscar desesperadamente a Drunel, pero no encontré rastro alguno, todas las personas y animales estaban petrificados, y entonces recordé lo que me había dicho Drunel, "las hojas", "Tengo que decirle a mi madre que estoy bien" –pensé- y para ello tengo que escribirlo. Regrese a mi cuarto, pero en el tiempo que salí y entre, que no debió haber sido mucho, mi madre se encontraba hablando por teléfono, supuse que hablaría con la policía. Tomé una hoja de mi escritorio y comencé a escribir, era realmente complicado. Tarde mucho en conseguir escribir algo decente en la hoja, pensé que había pasado mucho tiempo, pero apenas fueron unos milisegundos. Cuando termine de escribir lo que le quería decir a mi madre, le puse la hoja en sus manos junto a un lapicero, tratando de no tocarla, pues tenía miedo que le pasara algo. Durante todo el día trate de pensar cómo iba a detener a Drunel; pasó mucho tiempo antes que observara a mi madre escribiendo en la hoja. Comenzaba a desesperarme, no lograba entender nada, y mucho menos sabia como detener a Drunel. Entre experimentos y deducciones, logre entender a qué se refería con modificar el espacio-tiempo. Descubrí que, si permanecía sin moverme en el mismo lugar, el tiempo real, se volvía desesperante, eterno; pero si me movía, pasaba algo curioso con el tiempo; se distorsionaba. Para lograr distorsionar el tiempo, tenía que correr, pero al correr viajaba tan rápido que, en cuestión de segundos, pasaba de ciudad en ciudad. Mi primer experimento consistió en ir de Ciferia a Kypla y después de regreso, no tarde ni un segundo, cuando ya me encontraba en el mismo lugar de donde partí; después del experimento, pude apreciar, como en el tiempo normal habían pasado 5 horas, cuando yo apenas me había tardado menos de un segundo. Bajo ese concepto, comencé a interactuar con el mundo real. Entre mis experimentos, descubrí que cuando corría desde la frontera del norte a la del sur de Ciferia, el tiempo se distorsionaba de tal forma que todo el recorrido daba como resultado 1 minuto en el tiempo real, así cuando quería que pasara 1 hora en el tiempo normal, tenía que correr 120 veces de frontera a frontera. Las 120 veces las recorría en menos de 2 segundos, literalmente saltaba en el tiempo. Podía viajar a donde quisiera, pero entre mis deducciones, y con lo narrado por Drunel, deduje que, si iba aun lugar lejano, el mundo dejaría de ser como lo recordaba, porque si al recorrer todo Ciferia daba como resultado un minuto de diferencia, cuando viajara más lejos, quizás no sería un minuto, tal vez, serian años como lo que le paso a Drunel. Si había algo que me atormentaba lo suficiente, como para no recordar a Drunel, era el hecho de poder correr todos esos kilómetros, en un parpadear de ojos. Pero tenía tanto tiempo para leer, que termine de estudiar una enciclopedia sobre física, y logre deducir, que si mi cuerpo se podía mover a la velocidad de la luz, mi energ��a tenía que ser la suficiente para poder mover la masa de mi cuerpo, aunque después de tanto analizar, supe que la masa de mi cuerpo, había pasado a ser insignificante en el mundo real, esto explicaba porque al correr por la ciudad, no chocaba con nada, era como un fantasma, mi cuerpo paso a ser nada en el mundo en el que viví, solo pasó a ser energía, luz como el de los focos. Si mis moléculas tenían otra frecuencia, también mis músculos la tenían, y por ese motivo, podía correr de ciudad en ciudad sin siquiera cansarme. Drunel creyó que no podía hacer nada para detenerlo, pero estaba en completa equivocación. Ya habían pasado 5 días, y a cada día me acostumbraba más a moverme a la velocidad de la luz. Trate de buscar todo lo relacionado con la piedra del tiempo. Primero busqué en la casa de Roberto, y lo único que encontré, fue una foto, en la que salía mi abuelo sosteniendo la caja que encontraron en la expedición, ya antes había visto esa foto, pero no era la misma que recuerdo, la foto me la había enseñado mi abuelo, junto con otras más que se tomaron aquel día de la expedición, las fotos eran las mismas que se encontraban en la revista en donde publicaron sus hallazgos. Aquellas fotos las tengo bien grabadas en mi memoria, y sabía que la foto que encontré en la casa de Roberto, no era la misma, había algo que cambiaba, en esa foto, estaba mi abuelo sosteniendo la caja, pero dentro, no solo estaba el cubo de oro, también estaba la piedra, mi piedra, era un tanto curioso, porque en las fotos que publicaron, la caja solo contenía el cubo y no había rastro alguno de la piedra. Mi abuelo me había dicho que la piedra la había encontrado en esa expedición, pero no me conto más. Después de ver aquella foto, supe que Roberto ya la había visto, y fue que al ver mi collar cuando fue a curarme, creyó que la piedra también le había pertenecido a su abuelo, y por tal motivo, me la había robado, aunque no estaba tan segura de lo que estaba pensando, pero era bastante probable. Busqué en cada casa, en cada lugar de Ciferia, pero lo ��nico relacionado a la piedra que encontré, fue la foto en la casa de Roberto. Había aún lugares que me faltaban por examinar, y entre uno de esos lugares, estaba el museo, en donde mi abuelo me había dicho que habían colocado todo lo que habían encontrado en aquella expedición. El museo no estaba muy protegido, casi nadie lo visitaba y era porque lo más importante que tenía, eran los jarrones y demás cosas que habían encontrado en la expedición, y en una vitrina de vidrio, se encontraba la caja abierta, mostrando el cubo de oro, y delante, un pedestal que sostenía un libro, en la que narraba toda la historia de Ciferia. Me quede observando el cubo, no lo había visto antes, solo en fotografías, era un cubo muy bello, tenía inscripciones muy curiosas, pero había algo que no me agradaba. Cuando me acerque al cubo, algunas inscripciones comenzaron a brillar, a cada momento se intensificaban más, parecían como si fueran indicadores de batería, pero también me recordaba a la luz que vi, ese d��a que entre en coma. La luz me había asustado, no quería quedar en coma de nuevo, estaba tan asustada, que termine saliendo del museo. Ya estaba muy cansada de buscar en todos lados, ya había buscado en casi toda la ciudad, aunque no podía descansar, tenía que buscar la forma de detener a Drunel, antes que explotara. Me quedaba una semana antes de explotar, según lo último que me dijo Drunel. Una semana era mucho tiempo para mí, pero no para mi madre, ya había pasado una semana de las dos que me había pronosticado Drunel para mi explosión. En la primera semana, busque hasta cansarme en toda la ciudad, pero al no ver respuesta, estaba dispuesta a buscar en cualquier lugar del mundo. Solo me faltaban los alrededores de Ciferia para terminar mi búsqueda. Tenía la firme esperanza que, si encontraba algo relacionado con la piedra, sabría más de mí, incluso sabría cómo enfrentarme a Drunel. Pasaron otros cuatro días, y mi búsqueda no había siquiera tenido algún fruto. Ciferia era una ciudad muy grande. Me encontraba cerca de la frontera norte, en donde había unos cerros muy grandes, y en la cima había algo que me había llamado mucho la atención. En aquella cima había algo que me había helado la piel, se trataba de la habitación que había soñado, de esa habitación sangrienta que soñé, era tal y como la recordaba. Tenía mucho miedo de acercarme, recordaba cada instante de mi sueño, y era aterrador, no quería ver que era lo que había dentro, pero sabía que, en ese lugar, encontraría algo, fuese lo que fuese. Tenía miedo, pero tenía que acercarme y descubrir que es lo que había dentro. Con mucha cautela, me acerque, y al observar por una de las ventanas, casi me desmayo cuando vi que adentro se encontraba Drunel. A diferencia del sueño, aquí si se podía ver a través de las ventanas, aunque estaban teñidas de una sustancia rojiza que hacía que la visibilidad dentro, fuera casi nula. El cuarto era tal y como lo había soñado, las ventanas estaban cubiertas de sangre, había pedazos de carne humana en todos lados, y Drunel, se encontraba en una mesa que tenía en el centro. Estuve a punto de salir corriendo, pero cuando vi lo que estaba sucediendo, tomé todo el valor que pude, y decidí quedarme para investigar. Drunel estaba allí, congelado como todo su alrededor, no había notado mi presencia. En la mesa del centro, tenía recostado a Roberto, un poco irreconocible, pero no cabía duda, era él, lo recordaba por las fotografías que había visto en internet. Drunel estaba sosteniendo un cuchillo y unas pinzas, el cuchillo estaba dentro del estómago de Roberto, y con las pinzas buscaba algo. Toda la escena me daba nauseas, era aterrador, era esquizofrénico, por mi mente pasaba la escena en donde todos los cuerpos mutilados comenzaban a cobrar vida, solo esperaba el momento en el que Roberto se levantara de la mesa y comenzara a jugar con las tripas que le salían del estómago. Trate de no espantarme, mi alma gritaba para que saliera, tenía tanto miedo, y aun más que Drunel se diera cuenta de mi presencia y comenzara a mutilarme. Observe todo el lugar, y era espantoso todo lo que había, quisiera narrarlo, pero tanta sangre y carne junta, hacía que se me revolvía el estómago. Me encontraba observando la escena, era Roberto, no podía creerlo, y lo peor de todo, es que había sido mi culpa, si no le hubiera dicho que él tenía la piedra, Drunel no lo hubiera encontrado, pero entonces, en la pinza que sostenía Drunel, la vi, era la piedra, no podía creerlo, me preguntaba cómo había llegado la piedra hasta su estómago, era difícil creer que Roberto se la hubiera tragado, no podía comprenderlo, y lo que más me asustaba, es que Drunel sabia en dónde buscar, él había iniciado específicamente en su estómago como si supiera que él se la había tragado. No podía creerlo, Drunel había encontrado por fin, la piedra. Drunel estaba enfermo, era un psicópata, su rostro estaba lleno de sangre, al igual que su ropa, quería detenerlo, pero no sabía qué hacer, y entonces, se me ocurrió un gran plan, tal vez no pueda manipular el tiempo en mí, pero que había de los cubos del tiempo, esos si los podía hacer. Cree un cubo del tamaño del cuarto y lo deje congelado en un tiempo cero, no sabía si había funcionado, pero más valía intentarlo que no hacer nada. Aun no tengo la solución para detener a Drunel, pero es por ello que te he buscado, necesito de tu ayuda, sé que tu podrás encontrar la forma de detener a Drunel, por favor te lo suplico, no me queda mucho tiempo, en lo que terminas de leer esto, no sé qué tiempo me quede. … Es todo lo que contenía el diario, más un mapa dibujado en la siguiente hoja, supongo que es donde encontró a Drunel y donde debe estar congelado. Ahora todo tenía sentido, en este momento ya podía sacar conclusiones, pero de nada me servían, no había nada que investigar, salvo ayudar a Cintia. Mi trabajo es lidiar con asesinos, ladrones, pero todos, con capacidades humanas normales, salvo su inteligencia, claro, pero el caso de Cintia, iba más allá de lo que podía controlar. Viajes en el tiempo, la velocidad de la luz, todo ello me generaba confusión, pero bajo mi vista deductiva, puedo decir que todo lo narrado en el diario, es real, las intenciones de Drunel son claras, todos los sucesos están respaldados. Salvo algunas cosas, que quizás descubriré en el camino. Tal vez bajo mi capacidad humana no pueda hacer nada para ayudar a Cintia, pero tratare de usar mis habilidades para salvarla de su destino. Salí de casa, estaba yendo a la dirección que había dibujado Cintia en la hoja, era un viaje largo, quizás de unas 5 horas, estaba a punto de salir, cuando recibí la llamada de uno mis amigos, el policía. -Israel, que bueno que contestas -dijo en voz nerviosa y preocupada- -pero que pasa, estas bien –conteste- -si amigo, me cuesta mucho decirlo, pero, ya encontramos a Cintia –dijo entre pausas- -pero, ¿qué dices?, en dónde. Lo que me había dicho mi amigo, no tenía sentido, era imposible, pues Cintia estaba atrapada en el tiempo, como era posible que ya la hubieran encontrado. -no son buenas noticias, me temo, hace unas horas recibimos una llamada, una persona aviso que había escuchado una explosión cerca de su casa, cuando fuimos a inspeccionar, descubrimos que la explosión había sido en una casa antigua, de adobe, sin iluminación y en condiciones terribles, dentro estaba muy oscuro, cuando iluminamos el lugar, vimos la escena más grotesca que antes hubiéramos visto, todo el lugar estaba repleto de sangre, como si alguien se hubiera comido un explosivo y hubiera explotado desde dentro, te imaginas, la piel quedo pulverizada, no encontramos explicación alguna de lo que sucedió, mediante estudios de sangre, se confirmó que se trataba de Cintia. Mientras escuchaba, no dejaba de pedir perdón a Cintia, le había fallado, el plazo de Drunel fue cumplido, Cintia había explotado, estaba muerta, pero su muerte no sería en vano, desde ese momento jure detener a Drunel y si era posible, revivir a Cintia con la piedra del Tiempo. -que terrible, que terrible, no sabes lo complicado que esto pone la situación, puedes decirme en donde está el lugar. -Si desde luego. Memoricé la dirección y me dirigí lo más rápido que pude hacia ese lugar. Tardamos apenas 30 minutos. El lugar estaba rodeado por cintas rojas de peligro y unas cuantas patrullas y carros negros en todo el lugar. Era una escena muy espeluznante, no me dejaron entrar a pesar que mostré mi identificación de la agencia, no les hacía gracia ver a alguien de la ACM, creían que ya les estábamos robando su trabajo, lo cierto es que nosotros éramos una organización especializada en investigación, y ellos eran una organización publica con pocos recursos para lograr investigar algo a detalle. Sin poder entrar, no tuve más remedio, que investigar desde lo poco que podía ver desde fuera. Con una idea clara en la cabeza, renuncie a mi trabajo, no fue bien recibida, pero la promesa reciente que le había hecho a Cintia, estaba firme, estaba más que dispuesto a dedicar mi vida, por detener a la persona que le hizo eso. Capítulo 6 – Retrospectiva parte dos "hace 48 años" Era un día como cualquier otro, la primavera ya estaba a mitad de camino, la vegetación y los árboles, estaban en su máximo esplendor, el cielo estaba libre de nubes, el sol estaba a punto de asomarse entre la gran ciudad, la gente ya comenzaba a salir de sus casas, todos estaban preparados para iniciar sus labores cotidianas, pocos negocias ya habían iniciado desde temprano, pero la mayoría apenas se alistaba para iniciar un gran día. Daniel tenía 23 años, estaba terminando su tesis, un tratado que ya hace años había iniciado, en su tesis explicaba la teoría de la relatividad general, y la demostraba con ayuda de una de sus teorías. Él creía que, con su nueva teoría, junto con la de Einstein, podía explicar cualquier fenómeno del universo. La tesis la inicio cundo tenía 15 años, justo después de graduarse con honores como físico matemático en la universidad autónoma de Ciferia. Todos lo consideraban un joven prodigio, creían que su genio ayudaría a generar avances importantes en las ciencias. Trabajaba como investigador en la universidad de Ciferia, y daba clases de física avanzada. Su tesis estaba casi finalizada, todas las noches se la pasaba leyendo gran cantidad de material, libros enteros se los terminaba en una noche. Su principal obsesión, fueron los viajes en el tiempo, conocía gran cantidad de teorías, algunas que le parecían perfectas y otras tantas que eran más bien ridículas. Se había obsesionado con la relatividad general de Einstein, ya había leído y estudiado el libro cientos de veces, le parecía interesante la propuesta que formulaba con los viajes en el tiempo, y fue que desde que inició su tesis, fue desarrollando su propia teoría. Daniel estaba cada vez más cerca de terminar su grandiosa teoría, cada día dormía menos, llego a pasar semanas enteras sin dormir ni un poco. El gran día había llegado, por primera vez, mostraría su teoría al mundo. El día anterior, se la había pasado revisando cada formula y postulado de su teoría, realizo algunos ajustes, y ya estaba, había terminado a las 3:10 a.m., tan complacido por su obra, quedo vencido por el sueño, encima de su escritorio, bajo la luz de su lámpara. Daniel vivía con uno de sus mejores amigos, se conocían desde la edad de 5 años. Adrián era su nombre, los padres de Daniel lo adoptaron cuando tenía 5 años. La vida de Adrián, siempre fue un misterio para todos, los padres de Daniel, cuentan que un día, en la madrugada, escucharon sonidos provenientes de su jardín, cuando se dispusieron a investigar, encontraron a un niño sin ropa, desorientado y gritando el nombre de Melissa, todos supusieron, que era el nombre de su madre. Tras una serie de investigaciones, no lograron descifrar la procedencia de Adrián, y fue como los padres de Daniel, decidieron adoptarlo. Adrián, era un niño muy inteligente, a pesar que en repetidas ocasiones le preguntaban si se acordaba de sus padres, él decía que no se acordaba de nada, ni siquiera sabía quién era Melissa. Daniel y Adrián, se llevaron tan bien, que no solo se consideraban hermanos, sino los mejores amigos. La inteligencia de Adrián era más notoria que la de Daniel, pero por azares del destino, Daniel fue quien obtuvo el honor, de ser el más inteligente de todo Ciferia, y posiblemente del mundo. Adrián se conformó con ser investigador privado, algo que le gustaba bastante. Tenían la misma edad, y los dos habían logrado grandes cosas, Adrián, tenía como investigador, tan solo tres años, pero en ese tiempo, había logrado resolver tantos crímenes, como nadie antes; y Daniel, estaba a punto de cambiar la historia de la humanidad. Adrián, se había despertado desde temprano, y se había marchado hacia su trabajo. Sin hacer ruido, dejo durmiendo a Daniel bajo la temblorosa luz de su lámpara. La habitación era pequeña, en ella había dos camas, cada una posicionada a cada lado del cuarto, en medio una cómoda de madera color blanco, y enfrente un escritorio, que normalmente estaba repleto de libros y cuadernos. Enfrente del escritorio se encontraba una gran ventana, a la izquierda, la puerta hacia el corredor y a la derecha, la puerta hacia el baño. El edificio en donde se encontraba la habitación, era un edificio de 5 pisos: Daniel y Adrián, lo habían rentado hace tres años, debido a que, en un accidente, la casa donde habían vivido, se derrumbó sin ninguna explicación, los padres de Daniel murieron, y fue que se obligaron a rentar una habitación sencilla. La habitación comenzó a iluminarse, fue tan curiosos el efecto que paso a continuación, que a muchos les gustaría llamarlo, destino. Un rayo de luz proveniente de un objeto afuera del edificio, concentro tantos rayos de luz, debido a su forma cónica, y por la posición del sol, la concentración de luz, fue dirigida como un solo rayo de luz, hacia la ventana de la habitación donde dormía Daniel, ese rayo de luz fue después reflejado por un espejo que se encontraba en la habitación, para después ser intensificada por un cristal que Daniel utilizaba como pizarrón. El rayo de luz, comenzó a quemar el brazo izquierdo de Daniel, era tal la concentración de luz, que no pasaron ni treinta segundos, cuando Daniel despertó de un brinco, sin importarle, el motivo por el cual se había despertado. De su bolsillo saco el reloj de oro que le había regalado su padre, y descubrió que ya se le había hecho tarde, su reunión con los académicos en la universidad en donde mostraría su teoría, se había acordado que fuera a las 7:30 de la mañana; y su reloj, marcaba las 9:00 a.m. Se dirigió al baño, y mojo su cara con un poco de agua, se arregló un poco y salió corriendo de su habitación. En lo que se arregló y bajo del edificio, ya habían pasado otros 10 minutos. Comenzó a correr, pasaba de calle en calle, hasta que se encontró en una de las calles más hermosas de Ciferia, su arquitectura era delirante, no había arquitectura que se le comparara. Por un momento se le olvido que tenía que llegar a la universidad, la arquitectura y la fauna le provocaba una tranquilidad como ninguna. Después de estar unos cinco minutos perdido en la belleza de los edificios, continúo su recorrido. Giro bruscamente, estaba dispuesto a correr, pero fue detenido por el impacto con una hermosa chica. No fue fuerte el impacto, pero si lo suficiente, como para que retrocediera dos pasos la hermosa chica. Ella era realmente bella, su cabello era tan oscuro como la noche, su tez blanca y unos enormes ojos verdes. Vestía de la forma más encantadora, una blusa blanca y una falda azul con un cinturón con hebilla en forma de rosa. Se quedaron viendo uno al otro, el tiempo se congelo en ese momento. Mientras ella le regalaba una hermosa sonrisa, con una de sus manos arreglaba su cabello. Él no dejaba de mirarla, se había quedado congelado. Pasaron unos segundos, hasta que Daniel, dijo "Lo siento", y con una voz angelical, le contestaba "No te preocupes", pasaron otros segundos, cuando ella lo miro por última vez, le regalo otra sonrisa, y continúo con su camino. Bajo la estupefacción en la que se encontraba, pasaron unos minutos antes que reaccionara, regreso su vista hacia donde se había ido la hermosa chica, y aun la alcanzo a mirar, caminaba con tanta singularidad, su cabello era negro y se movía con la delicadeza de sus pasos, su cabello estaba suelto, a excepción de dos mechones en los costados que sujetaba con una liga azul en el centro. Daniel se quedó mirándola, hasta que se perdió en el horizonte. Daniel había conocido al amor de su vida, era difícil de creerlo, debido a que apenas y tenía tiempo para sí mismo, el estudio y su trabajo, consumían su vida las 24 horas del día. Cuando miro su reloj, ya habían pasado otros 20 minutos, en ese momento no sabía que tenía que hacer, su instinto le decía, que fuera corriendo tras esa chica, pero su cerebro le decía, que tenía que ir a la universidad a disculparse por su tardanza. Cuando llego a la universidad, los catedráticos ya se habían marchado. Mandó cartas de disculpas, pero no fueron contestadas. El rector de la universidad, le hizo ver su falta de respeto hacia los catedráticos, Daniel no hizo otra cosa más que disculparse. Durante todo el día, no pensó en nada más, más que en la hermosa chica que había conocido. De regreso a su habitación, pasó de nuevo por la calle en donde la conoció, creyó que la vería de vuelta, quizás en su enamoradizo corazon, creyó que ella sentía lo mismo y regresaría a buscarlo. A pesar que se esperó por casi una hora, no encontró rastro de ella. Cuando regreso a la habitación, ya se encontraba Adrián recostado en su cama. -Como te fue –dijo Adrián- -Bien y mal –contesto Daniel de forma alegre- -pero que quieres decir, no les gusto tu teoría -que si no les gusto, ni siquiera se las mostré, me quede dormido y no llegue a la presentación. -que mal, que mal, pero porque dices que te fue bien -¡ay! amigo, no solo fue bien, fue fantástico –Daniel soltó un suspiro-, es hermosa, es bastante hermosa. -de quien hablas -de ella, de la chica de mis sueños. -y como se llama – pregunto Adrián- -que como se llama –soltó una sonrisa extraña-, no tengo ni la menor idea, amigo. -y como es ella -que como es, es hermosa, es tan perfecta, no puedo describirla, es tan hermosa, que quererla describir con mis vulgares descripciones, opacarían su completa belleza, tiene el cabello negro, tan negro como la noche, sus ojos son grandes y verdes, su tez es blanca, es perfecta, su sonrisa lo es –mientras hablaba no dejaba de suspirar- Dentro de la cabeza de Adrián, rezumbaban como eco, las palabras "Negro como la noche", "Negro como la noche", "Como la noche", y en un suspiro, menciono "Abril". -Que quieres decir con Abril –dijo Daniel de forma seca- -no nada, me estaba acordando de algo -ese es su nombre, si la conoces por favor dímelo -pero como la voy a conocer con la descripción que me acabas de dar, sabes cuantas chicas habrá con la misma descripción. -como ella, dudo mucho que haya siquiera dos. -te lo suplico amigo, si sabes quién es ella, dímelo. -claro que sí, pero no la conozco, eso te lo pudo asegurar. Esa misma tarde, Adrián se marchó, tenía prisa, su única escusa, fue que tenía que regresar al trabajo, pero después de ese día, jamás regreso. ... Pasaron dos meses, y no sabía nada de Adrián ni de Abril (así fue como comenzó a llamar a aquella chica de sus sueños). Dentro de su retorcida mente, imaginaba a Adrián y a Abril juntos. Con la reciente pérdida de su amigo, comenzó a perder la cordura, a veces decía cosas sin sentido, y en la universidad lo habían despedido. Toda su vida se había ido a la basura, su mejor amigo había traicionado su amistad con Abril. No había día que no lo recordara. Estaba tan loco, que se la pasaba gritando, hablaba solo, imaginaba cosas. Lo habían echado de la habitación donde vivía. Día tras día, regresaba a la calle en donde vio al amor de su vida. Pasaron cinco meses más, y ningún rastro de los dos, su cordura estaba más deteriorada. Entre sus soliloquios, mencionaba la venganza y la máquina del tiempo. Después que lo echaran de su habitación, se refugió en una casa abandonada cerca de la universidad. Su ropa ya estaba apolillada, su aspecto en general, era terrible. Pasaba días y días sin siquiera salir a la luz. Recolectaba basura, vivía con animales, los observaba con gran detalle, podía estar todo un día, sin mover un solo musculo. Ya había pasado un año desde el último día que vio a su amigo. Entre sus soliloquios se escuchaba parte de sus teorías, no solo lo platicaba, lo gritaba, "El tiempo de un objeto es lineal, claro que es lineal, funciona como una recta, solo hacia un sentido, entonces quiere decir que alguien solo puede viajar en el tiempo si existe, si, solo si existe, excelente, pero si se quiere regresar en el tiempo, no se puede regresar antes de su existencia, antes del nacimiento del individuo que viaja en el tiempo, si se rompe esta primer regla, el individuo deja de existir, que locura, es tan claro, pero que hay de un viaje al futuro, si analizamos lo contrario de lo dicho, un individuo al viajar al futuro, su cuerpo también lo hará, supongamos que viajo cien años, mi cuerpo se desintegraría antes de terminar el viaje. Oh ya lo comprendo, el tiempo es una función de la imaginación del hombre, claro como no lo pensé, el tiempo no puede ser real, nosotros somos quienes lo hacemos real, pero si es imaginario, se puede manipular, y eso queda demostrado cuando vivimos con normalidad, lo que hacemos a cada segundo, es viajar al futuro, como es un viaje lento, tenemos la conciencia de todo lo que está pasando. Supongamos que eres consciente de cada segundo que pasa en tu vida, entonces el tiempo se vuelve relativamente más lento, pero cuando no tenemos idea de lo sucedido, el tiempo pasa tan rápido que no nos damos cuenta.", lo repetía todo el día, con desesperación. De vez en cuando, algunos conocidos lo llegaba a visitar, solo para ver que no se lastimara, y a cada día, lo encontraba menos cuerdo, siempre lo encontraba con cientos de hojas regadas en el piso, pero apenas se acercaban, Daniel los corría a punta de cuchillo, su temperamento era nervioso, cuando no estaba indagando sobre su teoría, solo decía "ya verán, los detendré, los detendré, ya quiero ve la cara de Adrián cuando lo esté ahorcando, eso se merece, y pensar que lo consideraba mi hermano, pero tengo que vengarme, tengo que vengarme, lo matare, lo matare, ay, pero mi Abril, a ella la quiero ver, aun me acuerdo de su tierna cara", mientras decía cosas aparentemente sin sentido, continuaba trabajando, hubo momentos donde las personas que lo visitaban, decían que no encontraban rastros de Daniel. Entre las personas más preocupadas, se encontraba su profesor, el cual le había tomado cariño, por ser uno de los estudiantes más prodigios que antes hubiera conocido, y con el consentimiento de varias personas, decidieron internarlo en hospital psiquiátrico.