Durante toda la noche estuve tratando de entender el caso de Cintia, ¿Quién era?, ¿Por qué no la podíamos ver?, ¿Por qué había estado en coma?, ¿Por qué solo se podía comunicar con hojas?, no lograba entender muchas cosas, todo ello tenía que tener una explicación, tenía que tener sentido, como es posible que algo como lo que ella hace tenga sentido.
Tratando de unir todo en mi cabeza, lo primero que se me ocurrió fue, Einstein, claro el hablo acerca de la relatividad especial, sobre el espacio tiempo, eso tenía que ser, pero ¿cómo?, quizás Cintia podía manipular el tiempo, eso explicaría muchas cosas, como porque se podía tele transportar o desaparecer. Analice la teoría de la relatividad especial, según Einstein, para lograr manipular el tiempo, se tenía que viajar a la velocidad de la luz, quizás un poco más, y creo que eso tenía mucho sentido, pues cuando Cintia escribió en la hoja, las letras parecían haber sido escritas por millones de líneas, quizás porque Cintia se movía tan rápido como la luz, eso explicaría por qué dice que puede estar en todos lados, como le dijo a su madre. Todo ello tiene sentido desde el punto de vista científico y físico que expuso Einstein en su momento, pero ¿cómo puede hacerlo?, según la teoría, un cuerpo se vuelve más pesado conforme aumenta su velocidad, por lo que se necesitaría una inmensa cantidad de energía para seguir moviéndose.
Estaba examinando la hoja que me había entregado la madre de Cintia, cuando una ráfaga de viento me la arrebato de las manos nuevamente, "eso es imposible", -pensé-, pues la ventana estaba cerrada, y de la puerta era imposible que se colara el viento, sin espantarme, pensé rápidamente, Cintia seguramente; y entonces comprendí el motivo del porque se comunicaba con una hoja, a la velocidad que se mueve ha de ser imposible escuchar algún sonido coherente, además que tampoco puede hablar, para nuestros oídos no habría forma de captar una frecuencia tan elevada, y por tal motivo su única forma de comunicarse es la escritura. Levante la hoja del suelo, y ahí estaba de nuevo, ese peculiar escrito.
<
Sabía que no podía preguntarle nada hablando, tomé un lápiz y comencé a escribir.
<
No había pasado ni un segundo en lo que había terminado de escribir, cuando ya tenía la respuesta en la hoja.
<
<< No entiendo absolutamente nada, pero será un placer poder ayudarte en lo que me sea posible>>
Terminando de escribir, me puse mis zapatos y salí de la casa tan emocionado, quería saber más, todo era fascinante.
2 horas después, ya estaba tocando la puerta de la casa de Cintia, no tuve que esperar ni un momento, en cuanto toque la puerta, su madre abrió,
- ¡Israel!, me dijo mi hija que vendrías –en su mano ya tenía un pequeño libro, estiró su mano, y me lo dio -
- ¿Cómo ha estado señora? –le pregunte mientras tomaba el libro -
-no muy bien, todo el día de ayer estuve platicando con mi hija, pero desde la noche ya no he recibido respuesta alguna, lo último que me dijo, fue que te diera el diario, y que te dijera que lo leyeras lo más rápido que pudieras, que ya no tenía mucho tiempo.
-¿tiempo?, ¿pero tiempo de qué?
-no me dijo nada más, estoy preocupada –dijo mientras torcía una esquina de su suéter, parecía muy nerviosa- ayúdenos, prometa que encontrara a mi hija.
-tiene que tranquilizarse, le prometo que yo encontrare a su hija, por cierto, a leído ya el diario
-no he tenido el valor, pero sé que a usted le será de más utilidad, muchas gracias, espero que la encuentre –dijo, mientras cerraba su puerta-
Estaba a unas cuantas cuadras de mi casa, la casa de mis padres, no quería regresar a mi departamento en Maroca, si Cintia ya no tenía tiempo, regresar a mi departamento consumiría mucho tiempo que puede ser valioso. La casa estaba desocupada desde el día en que resolvimos aquella situación ilegal. Tomé una copa de vino, y comencé a leer el diario detenidamente.
"Comenzare a escribir este diario, no porque me guste hacerlo, no soy de las típicas niñas que escriben todo en su diario, de las que escriben cuales son los chicos que le gustan, cuáles son sus sueños, con quien se casaran y un sinfín más de cosas estúpidas. Este diario lo escribiré en forma de registro, quiero recordar todo con mucho detalle, no escribiré todo, pero si lo que me parezca de interés, sé que en algún momento este diario me salvara la vida.
Un día dc (después del coma)
Hoy antes de despertar, supe que no me encontraba en mi cuarto, era un hospital, lo supe por el peculiar olor que distingue a todos los hospitales, olor a germicidas, medicamentos, incluso olores a enfermedad, pero no lograba entender el motivo de porque me encontraba en un hospital, si no recordaba haber sufrido un accidente. Me daba miedo abrir los ojos, y descubrir una verdad que me asustaría. Lo último que recuerdo, fue haber estado en mi cuarto, ese día después de la escuela. Me acuerdo que me recosté un rato porque me sentía muy cansada después de haber logrado regresar en el tiempo, cuando casi me golpeaban en la cara con un balón. Dormí profundamente por un par de horas, creí que había dormido por una eternidad, pero solo habían pasado dos horas. Después de despertar y sentirme con mucha energía, volví a detener el tiempo; y fue entonces, que pude moverme en el tiempo 0. Me acuerdo que después de haber inspeccionado toda mi casa en tiempo 0, comencé a sentirme muy cansada, entonces decidí recostarme para recargar mis energías. Después paso algo más, aunque este recuerdo lo tengo como si solo hubiera sido un sueño, recuerdo haber visto a mi collar brillar intensamente, iluminando mi cuarto por completo, eso quizás lo imagine, no estoy totalmente segura, pero de lo que, si me acuerdo, fue haberme movido en el tiempo 0.
Es tan natural que yo hable sobre el tiempo, porque de alguna forma puedo manipularlo, no sé cómo lo hago, pero puedo detener el tiempo. Si alguien fuera de mi persona puede leer este diario, le suplico que crea en mis palabras, sé que, en algún momento, podre explicarlo, y no me queda, más que asumir como cierto, los hechos que estoy dispuesta a narrar.
Repasé minuciosamente todos los hechos del ultimo día que recuerdo, y encontré algo que comenzó a atemorizarme. Normalmente para detener el tiempo, necesitaba estar en un estado de alteración, como cuando se tiene un accidente, lo del balón había funcionado bien, pero no podía decirle a alguien que me diera un balonazo, eso sería muy ridículo. Desde que me acuerdo, la única forma que había intentado para ponerme en un estado de peligro, era con mi cama, giraba y giraba hasta conseguir caerme, solo me funcionaba 3 veces de las 50 que lo intentaba. Pero en aquella ocasión intente algo más peligroso, me arroje desde la ventana de mi cuarto. "y que tal si todo lo había soñado, que tal si nunca controle el tiempo, que tal si en realidad había caído de la ventana", esa idea me atormento por un rato. Comencé a moverme, aunque me costaba mucho trabajo, era como si mis músculos se encontraran atrofiados, no me dolían, pero apenas y los sentía, "Caí de la ventana", surgió esa idea nuevamente en mi mente, traté de relajarme y después de unos minutos de intenso esfuerzo, por fin lo había logrado, abrí los ojos, y descubrí que, si era un hospital, no me sorprendí mucho, pues ya me había dado cuenta. A un costado de mi cama, estaba el médico y a lado de él, estaba mi madre, que con los ojos llorosos me abraso, no sabía que estaba ocurriendo, pasaron cientos de idas por mi cabeza, cada una de ellas aterradoras, que tal si me habían atropellado, que tal si nunca paso nada de lo que recuerdo, el cuarto en el que me encontraba era pequeño, apenas cabía una cama y un par de sillas acomodadas delante de la ventana, todo estaba saturado por artefactos médicos, repisas y papeles.
-pero que está pasando mamá –dije-
-nada hija, nada, por fin despertaste –dijo mientras le salían algunas lágrimas de los ojos-
-¡pero qué dices!
-estuviese en coma 10 años
-¿10 años?, pero que estás diciendo
-no te exaltes hija, tienes que guardar reposo para que recuperes tus fuerzas
Mi madre salió del cuarto por indicaciones del doctor, mientras tanto, él revisaba todo, mi ritmo cardiaco, mi respiración, todo lo anotaba en su cuaderno, "todo está perfecto" –dijo el doctor- "saldrás en un par de días, estas de maravilla, no sé qué te paso, pero ya estás bien"
Me recosté y traté de recordar que es lo que me había pasado, por más que recreaba los hechos de ese día en mi cabeza, de ese día en el que traté de regresar en el tiempo, no encontraba nada que explicara mi situación. No me parece que hubieran pasado diez años, ese día lo recuerdo como si hubiera sido ayer. Después de tanto pensar y pensar, simplemente no pude encontrar ninguna explicación, todo lo había hecho bien, incluso había tomado algunas precauciones, "pero que fue lo que me paso", todo lo recordaba perfectamente. Sabía que algo había hecho mal, pero por más que busque no encontré nada. Examinado mi cuerpo, pude notar que no era como lo recordaba, había crecido unos 20 centímetros, mi voz no era la misma, mis manos estaban más grandes, mi cuerpo estaba más grueso, no era gorda, seguía siendo delgada, pero mis brazos y piernas estaban más gruesos, incluso mis pechos ya se habían desarrollado, por instinto posicione mis manos en mi cuello en busca del collar, ese collar que me había regalado mi abuelo cuando nací, todas las mañanas lo tocaba, era una pequeña manía que había desarrollado, no sé cuándo inicio, pero siempre lo hacía; comencé a buscarlo insistentemente en mi cuello, pero no estaba, ese collar con una piedra naranja, pensé que quizás mi madre me lo había quitado, quizás porque sentiría que me asfixiaba, o quizás simplemente ya no me quedaba, "eso es imposible" –reflexione-, la cadena estaba muy holgada, por mucho que hubiera crecido, mi cuello no se había expandido tanto, entonces creí que se me había perdido. "Caí de la ventana", esa idea me espantaba, "10 años en coma", ¿pero que me paso?, como si se tratara de una grabadora, escuchaba la voz de mi madre diciéndome "10 años, estuviste en coma, 10 años, en coma, en coma" su voz junto con mis vagos pensamientos, me hicieron sentir mal, en mi estómago sentía cosas extrañas, como si se hubiera roto un cristal en cientos de pedazos, trataba de recordar, "10 años", pero tantos pensamientos hicieron que me doliera la cabeza, "Caí de la ventana", trate de tranquilizarme, trataba de calmar las voces de mi cabeza, pasaron 3 horas, hasta que pude tranquilizarme.
Sin darme cuenta me había quedado dormida, cuando desperté, ya era otro día, era aún temprano, aproximadamente las 5 de la mañana, estaba haciendo un poco de frio, pero con lo que tenía encima, apenas y lo sentía. Mi madre se había quedado dormida en una de las sillas, tenía una manta que le cubría todo su cuerpo, en cuanto escucho que me moví, se despertó, estaba muy pendiente.
- hija despertaste, ¿Cómo te sientes? –dijo mientras me acariciaba suavemente mi cabello, como cuando me enfermaba-
-bien mama, pero que me ha pasado –le pregunte, estaba muy ansiosa por que me dijera que era lo que me había ocurrido-
-no sé qué te paso hija, hace 10 años regresaste de la escuela muy cansada, te dije que te durmieras, y ya no despertaste, me dijeron que habías entrado en coma, estaba muy triste, ningún doctor me daba esperanzas que ibas a despertar, pero mira ahora, despertaste, después de 10 años.
- ¿cómo?, ¿no me paso nada? y entonces como fue que entre en coma
- nadie lo sabe hija, es como si no te hubiera pasado nada, por cierto, me han dicho que hoy saldrás, no crees que es una buena noticia.
- si mamá
Continuamos platicando de cosas sin importancia, hasta que el doctor me dio de alta, no podía caminar bien, así que salí en una silla de ruedas, me dijeron que, como estuve mucho tiempo sin moverme, mis músculos se habían hecho flojos, me recomendaron algunos ejercicios, y regrese a mi casa, la primer semana fue de recuperación, no quería ni siquiera pensar en el tiempo, a la segunda semana ya estaba completamente recuperada, me sentía bien, podía correr, brincar, hacer lo que yo quisiera.
3 meses dc
Hoy al despertar, ya me encontraba de lo mejor, trate de entender que era lo que me había pasado y simplemente no encontraba alguna respuesta lógica; lo único que se me ocurrió fue el tiempo, claro todo tenía que ver con el tiempo, pero porque hasta diez años en coma, que hice mal, no podía ser mi falta de práctica, durante 5 años estuve practicando y jamás paso nada, al menos nada peligroso, terminaba muy cansada, pero eso era muy lógico, "El collar", esa idea cruzo por mi cabeza como un rayo, el collar tenía algo que siempre me pareció mágico, estaba segura que la piedra estaba muy relacionada con mi talento, sabía que era la responsable de lo que me había pasado, aunque no sabía cómo; recuerdo que mi abuelo me platico de donde había sacado esa piedra, desde mi nacimiento, tuve esa piedra siempre conmigo, a lo mejor fue la piedra la que me había dado el poder de controlar el tiempo, quizás nunca tuve el poder por mi cuenta propia, quizás siempre fue la piedra la que me había dado esos poderes, pero que fue lo que hice mal, recuerdo perfectamente lo que paso ese día, recuerdo la pelota, las expresiones de los niños, la casa, recuerdo todo.
Claro, la respuesta tenía que estar en mi collar, pero quien lo tomo, ¿porque ya no estaba en mi cuello?, estoy segura que alguien la robo, y esa persona sabe todo acerca de la piedra, pero ¿quién será?, además si estoy en lo correcto, no debería tener poderes. Durante 3 meses no había tratado siquiera de detener el tiempo, me asustaba pensar en esa idea, pero quería demostrar algo, si la piedra me daba los poderes, entonces ya no podría detener el tiempo, ese razonamiento me tranquilizaba; quería intentarlo, pero que pasaba si el collar solo había sido un razonamiento a falta de ideas que me había surgido, que tal si en realidad si tenía los poderes, que tal si lo intentaba nuevamente y despertaba de 40 años, eso sería devastador, no podría soportarlo.
Después de tanto pensar, y reflexionar sobre todo, por fin me había animado a realizar la prueba, la prueba que demostraría de una vez por todas, si mi poder era real, o una ilusión creada por la piedra, no quise hacer algo tan peligroso como la última vez, sabía que si intentaba brincar nuevamente por la ventana, resultaría todo mal, y los médicos pensarían que había perdido la cabeza, me medicarían, y quizás me tendrían bajo puro medicamento antidepresivo, creyendo que me estaba suicidando, y si trataba de explicarles que trataba de controlar el tiempo, entonces me encerrarían en un manicomio. Estuve pensando cómo me pondría en peligro, cuál sería la detonación que iniciaría mi poder, y entonces se me ocurrió una de las mejores ideas, no tenía que estar en peligro necesariamente, sino crear una atmosfera de tensión, una atmosfera que me provocara adrenalina, como cuando se está en una situación de pánico, como lo de la ventana, o como cuando se pasa por algo vergonzoso, entonces pensé, la fuente de la calle, esa fuente de piedra circular, con sus chorros danzantes, que siempre está encendida, y por las noches, nos asombra con sus juegos de colores, la gente suele comer un helado o cualquier chatarra sentados en la fuente, les provoca una sensación de bienestar, más cuando está haciendo mucho calor, y la leve brisa que llega a pasar por los chorros de agua, hacen que las minúsculas gotas de agua se desprendan de la fuente y se dispersen por todo el lugar, mojando tan delicadamente el rostro de las personas, que felizmente, colocan su rostro para sentir la briza y de esta manera refrescarse un poco más, la fuente estaba justamente a un lado de mi casa, frente a la biblioteca pública de Ciferia; la plaza estaba llena de personas, el sol estaba muy radiante, todos caminaban por todos lados, había niños jugando con pelotas mientras sus padres los observaban, personas con sus perros, parejas caminando lentamente disfrutando del paisaje, y unas cuantas personas sentadas en la fuente, uno estaba con su celular, a lado una pareja que platicaba alegremente, y del otro lado de ellos, una señora que alimentaba unas palomas con un poco de pan que sacaba de una bolsa de papel, entonces tome todo el valor que pude, me subí en el borde de la fuente, en donde la gente se sentaba, no me fue difícil, la altura de las piedras llegaban a mis rodillas, el que estaba con su celular no noto mi presencia, pero si la pareja que estaba a su lado, en cuanto me subí, detuvieron su plática, yo me encontraba muy nerviosa, me estaban observando unas cuantas personas, la pareja, un padre con su hijo, la señora que alimentaba a las palomas y sin esperar más, di un salto, como si estuviera a punto de dar un chapuzón, una bomba como la llamaban, estaba en el aire, lo único que pasaba por mi cabeza era, "Que se detenga, que se detenga", no quería terminar mojada, y además todos me verían de una forma extraña, no es usual que alguien de mi edad brincara a la fuente, a veces los niños jugaban, pero siempre desde afuera, salpicándose agua uno al otro, pero aventarse adentro, era una completa absurdez, cerré los ojos esperando la caída, pero jamás llego, "tengo los poderes, tengo los poderes", pensaba aun con los ojos cerrados; estaba que no cabía de alegría, los poderes eran míos, no de la piedra como lo llegue a pensar, entonces posiblemente ya no me quedo y mi mama me la quitó. Estaba tan emocionada; comencé a moverme, y sin poder hacer nada, había caído a la fuente, el agua me llegaba hasta mi cintura, pero no sentía el agua, pensando que me había mojado, salí de la fuente, y con gran sorpresa, noté que mi ropa estaba seca, no podía creerlo, había estado dentro del agua, pero no me había mojado ni un poco. Todo estaba congelado, todo parecía de plástico, todo se veía increíble, la pareja que había notado mis intenciones, tenían muecas que denotaban asombro, tenían sus manos a la altura de su cabeza, como si quisieran cubrirse del agua que salpicaría, la señora de las palomas solo había cerrado los ojos, muchos otros no notaron mi presencia, estaban con expresiones normales; más al fondo, un niño estaba jugando con unos globos, pero estaba apuntando al cielo, le indicaba a su papa que su globo azul se le había escapado del puñado de hilos que tenía, el globo no se encontraba muy alto, y quise hacer una buena acción, me acerque, tome el globo saltando un poco, y lo sujete nuevamente en su puño, donde tenía los demás hilos; no quería forzar de más mi talento, después de todo, necesitaba más entrenamiento, para no levantar muchas sospechas, me coloque nuevamente en la orilla de la fuente, pero no sabía cómo hacer para que el tiempo regresará, es algo que nunca había practicado, normalmente mi falta de concentración hacia el resto, pero esta vez, me sentía muy bien, estaba muy concentrada, entonces hice lo mismo que cuando quería detener el tiempo, con una mueca logre hacer que el tiempo cursara su normalidad, la pareja que estaba esperando una salpicada de agua, al notar que no había pasado nada, levantaron sus rostros con la expresión de asombro, se vieron entre sí con muecas que denotaban confusión, y después los dos me voltearon a ver con la misma entonación en sus rostros, volvieron sus miradas hacia ellos y después soltaron una pequeña risa, una risa que parecía más bien de pena, yo quería reírme de ellos, pero sabía que no debía hacerlo, me baje de la fuente, y quede observando a aquel niño, el del globo, alegaba alegremente con su padre <
Después de saber que todo estaba perfectamente bien, comencé a descubrir nuevas habilidades, habilidades sorprendentes, al decir verdad, comencé a obsesionarme, podía detener el tiempo con más facilidad, pero también podía hacer algo más, algo aún mejor, podía hacer que cualquier objeto tuviera su propio tiempo, lo llame "los cubos del tiempo", en estos cubos podía encerrar cualquier objeto, una mariposa, un perro, cualquier cosa que quisiera, el cubo más grande que había hecho era de un metro cubico, lo primero que había encerrado fue a una mariposa, logre hacer que el tiempo dentro del cubo fuera 0, la mariposa se había congelado, como si estuviera disecada, dentro del cubo no pasaba el tiempo, como cuando yo lo detenía, pero esta vez, solo lo que estuviera dentro del cubo podía experimentar los efectos, la mariposa estaba suspendida en el aire, se veía fantástica, me recordaba a los hologramas, pero con la diferencia que este si era real, en cuanto quite el cubo, la mariposa siguió actuando con normalidad, como si nada hubiera pasado, lo siguiente que encerré fue un abejorro, este volaba frenéticamente entre unas plantas y cuando lo encerré, hice que su tiempo fuera muy lento, pasaron 50 minutos antes que saliera del cubo, una vez que lo hizo, era tan veloz que apenas tuve tiempo de verlo. En los cubos que yo creaba no podía meterme, en alguna ocasión lo intente, pero todo parecía extraño, lleno de colores, pero no entendía para que quería estar dentro, si podía controlar el tiempo a fuera, seguí con mis experimentos, un perro, un gato, cualquier cosa que se me antojara, y entonces descubrí una habilidad más. Encerré a un girasol, quería ver como crecía en cuestión de segundos, lo logré, pero el tiempo corría tan rápido en la flor, que en menos de un segundo creció y murió, era más que fascinante, podía detener el tiempo, hacerlo lento y acelerarlo. Mi obsesión por el jardín creció, quería experimentar con todo, incluso en varias ocasiones, pasaba el tiempo completo observando estos cubos, quería saber más, que pasaría si esto o si lo otro, se me venían muchas ideas a la cabeza, me despertaba desde temprano y lo primero que quería hacer, era estar en el jardín, realizando pruebas; entre mis tantas ideas, no dejaba de pensar, en regresar en el tiempo, esa obsesión creció en mí desde la primera vez que lo logre, lo intentaba a diario en los cubos, sabía que tenía la capacidad de hacerlo, pero hasta el momento no lo había logrado.
5 meses dc
Mi madre cree que tengo una especie de problema, no le gusta nada que salga desde temprano de casa, cree que tengo una enfermedad, me ha dicho que los médicos me diagnostican con asperger, pero bueno, no voy a tratar de convencerla, una vez le dije acerca de mis poderes, pero no me creyó en absoluto, y si le decía nuevamente, entonces si creería que tengo un problema, prefería dejarla que pensara lo que quisiera, siempre y cuando no me llevara con los psicólogos, que los detestaba.
Cada día me fortalecía a un más, me sentía más fuerte, y cada vez tenía más habilidades.
Después de tanto esfuerzo, por fin lo había conseguido, estoy hablando de regresar en el tiempo, no lo había intentado en mí por supuesto, tenía muchos temores, quizás infundados, pero no quería que me pasara lo mismo que lo que le paso a la rosa, ese experimento que terminaría por sembrarme un miedo irracional; creí que regresar en el tiempo sería como en las novelas de ciencia ficción, pero no estaba ni cerca de serlo, el experimento lo había hecho con una rosa, una rosa que se encontraba en una maseta, una rosa muy roja con sus pétalos perfectamente expandidos, una obra de arte sin dudarlo; la había encerrado en uno de mis cubos, primero detuve el tiempo adentro, pero no note absolutamente ningún cambio, era más que obvio, pues era una planta. Después acelere el tiempo de una forma controlada, no quería que pasara lo de la última vez, cuando lo acelere en el girasol, y en menos de un segundo ya había muerto; acelere el tiempo de tal manera, que la rosa estuvo a punto de marchitarse, se veía como caían los pétalos a cada segundo que pasaba, uno a la vez, pero no quería verla marchitar, por lo que, antes que cayera el último pétalo, detuve nuevamente el tiempo y con mucho esfuerzo, comencé a observar como la rosa empezaba a rejuvenecer, los pétalos regresaban lentamente a su posición inicial, después de unos segundos comenzaron a ocultarse hasta formar un botón, quise ir un poco más atrás, la rosa comenzó a encogerse lentamente hasta que por fin se había ocultado entre la tierra de la maseta; hasta ese momento todo estaba bien, mi alegría no cabía en mi rostro, estaba tan feliz, que no había visto a mi gato que se encontraba curioseando a mi lado; entonces una abeja apareció de entre las flores y comenzó a volar en dirección a las demás rosas que tenía la maseta, y de un salto, mi gato había intentado atraparla, no lo consiguió desde luego, pero su salto había sido tan descontrolado, que termino apoyándose en la maseta de las rosas, esta maseta se encontraba en un banquito en donde habían otras más, en cuanto vio que la abeja se había posicionado en otra maseta, el gato salto nuevamente, tirando la maseta de las rosas, toda la tierra y las rosas se habían dispersado en el suelo, yo trate de colocarlas en su lugar, aunque un pensamiento paso rápidamente por mi cabeza, "la rosa, la rosa que había regresado en el tiempo", estaba completamente segura, que ya no crecería, quizás la semilla se había perdido en el suelo, sin los nutrientes necesarios, la semilla se secaría y la rosa que alguna vez existió, ya no crecería nunca jamás, y su esencia quedaría perdida en la nada. Todo ello me había dejado una lección, una lección de la que tenía mucho de que pensar, quizás la acción en sí era insignificante, pero si hablábamos de una metáfora, era algo catastrófico, que tal si yo regresaba en el tiempo unos 24 años, en el tiempo en el que había nacido, que tal si regresaba incluso un poco más, cuando aún no existía, si todo cursaba su normalidad, tenía que nacer nuevamente porque el destino ya estaba marcado, pero que tal si pasaba algo como lo del gato, y mi madre hubiera muerto de un accidente, o que tal si no hubiera conocido a mi padre, entonces y solo si algo hubiera perturbado el pasado, yo no nacería, y nada de lo que viví hubiera pasado, después de todo, todos somos productos de la improvisación, y cuando se improvisa más de dos veces, nunca se da el mismo resultado, quizás si regresaba en el tiempo, la improvisación que me dio vida, hubiera sido diferente, como tendría que ser, según mi propia explicación, y entonces mi madre hubiera tenido otros hijos, quizás alguien igual a mí, pero no con mis habilidades, ni con mis pensamientos; siempre había un abanico completo de posibilidades. De una forma inofensiva, un gato me había dado una de las lecciones más importantes de mi vida, de cierta forma todo lo sucedido me había espantado, ya no quería regresar en el tiempo, estaba feliz con lo que podía hacer.
7 meses dc
Controlar el tiempo ya era simple para mí, ya no tenía que exponerme a una situación que me provocara exaltación, simplemente tenía que desearlo, y de esta manera podía manipular el tiempo a mi antojo. El tiempo que más había durado con el tiempo congelado, eran aproximadamente unas 5 horas, aunque terminaba completamente cansada.
Esta mañana, me encontraba en la cocina y por descuido con mi codo izquierdo había tirado un vaso que se encontraba encima de la mesa, era un vaso de cristal y estaba hasta la mitad de agua, eran de la cristalería fina que tenía mi madre, no me interesaba lo que pasaría con el vaso, después de todo, era un simple objeto, lo que más me preocupaba era el desorden que se iba a hacer si el vaso caía al piso, cristales rotos por todas partes cubiertos por agua, si se usaba una escoba, el agua se esparciría por todos lados, pero si se usaba un trapo, los cristales podían cortarme, odiaba cuando algo así pasaba, aunque solo una vez me corte en una situación similar, y desde entonces prefería usar una escoba y un recogedor para evitar regar aún más el agua; al darme cuenta, gire lo más rápido que pude, y entonces pude observar como el vaso estaba a punto de chocar contra el piso, y como por arte de magia, todo quedo suspendido en el aire a centímetros del piso, el agua se veía fenomenal, el agua que había salido del vaso estaba flotando en gotas de formas curiosas, unas más grandes que otras; comencé a moverme dentro del tiempo cero, ya me resultaba sutilmente fácil, mi primer idea fue regresar toda el agua al vaso, y colocarlo nuevamente en la mesa, de esta manera no tendría que limpiar nada después; tome el vaso y gota a gota recolecte toda el agua que se encontraba suspendida en el aire, después de terminar, regrese el tiempo a la normalidad y coloque el vaso de vuelta en la mesa; cada que hacía algo así de interesante, me resultaba de lo más emocionante, quisiera plasmar todas mis aventuras, pero repasando minuciosamente cada una de ellas, todas se parecían, claro algunas eran mejores que otras, pero ya era repetitivo estar escribiendo lo mismo. Por mi mente cruzaban tantas ideas, entre una de ellas, la que más emoción me daba, era la idea de ser una súper heroína y salvar al mundo de las injusticias, quería usar mis poderes para el bien, de que me servía tenerlos, si no podía aprovecharlos. En más de una ocasión ya había diseñado mi traje, pero de cierta manera, pensar en todo ello me resultaba un poco vergonzoso, claro para eso era el disfraz, pero, aun así, no me atrevía a crearlo, ya había hecho muchos intentos de ayudar a la gente, en muchas ocasiones lo había conseguido, pero nadie nunca me veía, ese fue el motivo principal que hizo que no hubiera insistido con mi disfraz. Además, me daba miedo mostrarme ante el mundo y que todos me consideraran un fenómeno, como lo que paso dos horas después de lo del vaso. Estaba en el jardín como de costumbre, estaba experimentando con mis cubos del tiempo, y entonces decidí detener el tiempo, a pesar que recién lo había hecho, pero era algo de lo que no me cansaba, todo se congelo como lo esperaba, y mientras observaba todo en la calle, cada uno de los objetos y personas que se encontraban, alguien se me hizo muy familiar, se trataba de Israel, el detective, la última vez que lo vi, fue cuando lo rete, toda la escuela lo conocía, era bastante popular, todos lo conocían como el detective, algunos creían que era un farsante, decían que se creía superior a todos, más por su tonto juego que había inventado, pero a pesar que era un juego tonto como le llamaban, nadie le había ganado, era un juego de lógica y destreza, recién me entere de sus habilidades, quería retarlo, a mí también me gustaba mucho la lógica, el juego consistía en esconder un objeto, preferentemente uno que siempre se usara, era su primer regla, la segunda consistía en que tenía que ser dentro de la escuela, su tercer regla consistía en que lo que se escondiera no se tenía que enterrar u ocultar bajo algo, tenía que estar a la vista, aunque sin saber que buscar era difícil adivinar que se tenía que encontrar, y como ultima regla, se le tenía que dar tres pistas significativas, el reto consistía en encontrarlo, pero no solo era encontrarlo, existía una apuesta, que consistía en pagar la misma cantidad de dinero que hubiera apostado el ganador, por ejemplo si Israel tenía 15 y el otro 20, Israel si perdía tenía que darle veinte pesos, aunque podían llegar a un acuerdo si no se completaba la misma cantidad, claro nunca se sabía con cuanto se jugaba, Israel no apostaba mucho, siempre entre 15 y 20 pesos, sabía que nunca perdería y no quería afectar a sus compañeros, y así fue, nunca nadie le gano, lo máximo que había llegado a ganar eran 100 pesos, cuando hizo esa apuesta, sabía que el otro apostaría con mas, quizás con 200, pero eso no le espantaba, las apuestas siempre se colocaban en un sobre en un lugar donde estuvieran siempre a la vista de todos, cuando concluía el juego, se determinaba el ganador, y este abría su sobre, mostrando cuanto había apostado, y el perdedor tenía que pagar la misma cantidad, en más de una ocasión, los perdedores le habían quedado a deber a Israel, pero él nunca les cobraba, era como si la satisfacción por ganar fuera suficiente, entonces bajo todo esos conocimientos, lo reté, aun sabiendo su reputación de no haber perdido en ninguna ocasión, le dije que ya había escondido el objeto, y entonces él me pidió las pistas, sabía que tenía muchas oportunidades de ganar, el objeto lo había escondido dos semanas atrás, procure que nadie me hubiera visto, y entonces lo escondí en el mejor lugar que se me ocurrió, un lugar muy concurrido, donde no se le ocurriría buscar, la primera pista fue, "Es algo que he usado toda mi vida", "Su tamaño es como la de una piedra", y la última fue, "tiene un color muy peculiar", estaba hablando de la piedra de mi collar por supuesto, era la primera vez que me separaba de ella. Esas dos semanas antes del reto, habían sido muy agotadoras, a cada momento sentía que perdía la piedra, pero cada que pasaba cerca del escondite y la veía, me tranquilizaba, siempre tratando de no levantar ningún tipo de sospechas. Israel no sabía que era lo que tenía que buscar, de ser así, sería más fácil para él, y su juego sería una estafa. Y entonces, comenzó el juego, su mirada me decía que no tenía ni la menor idea de que era lo que había escondido, o por lómenos estaba fingiendo como lo supuse después, sabía que él era un muy buen observador, y fácilmente se pudo haber dado cuenta que mi collar estaba incompleto, mi punto a favor, era que nadie nunca había visto la piedra, siempre lo guardaba bajo mi ropa, y lo único que dejaba ver, era la cadena dorada bañada en oro, parecía autentico oro, pero apenas estaba cubierta por una fina capa. El reto estaba complicado por donde se viera, sabía que le ganaría, en cuanto le estaba diciendo las pistas, el no paraba de mirarme, de cierta forma sabía que le gustaba, su mirada me decía todo, lo que él no sabía, era que él también me gustaba, después de su mirada expresiva, paso su vista por todo mi cuerpo, examinándome tan detalladamente y después de unos segundos de forma sínica dijo: "Lo tengo, espera que en cinco minutos traigo la piedra de tu collar", no sabía cómo lo había descubierto, por lo general él nunca decía que era lo que estaba buscando, siempre nos sorprendía hasta el final, pero esta vez, me lo había dicho, yo me quede muda, sabía que ya había perdido, aunque todavía quedaba una pequeña posibilidad de ganar, confiaba en el lugar en donde lo había escondido, sabía que le costaría mucho trabajo, y así fue como paso, faltaban 5 minutos para que terminara el receso, yo comenzaba a alegrarme, y entonces apareció enfrente de mí, con unas cuantas gotas de sudor en su frente, y me dijo "te lo dije, me tarde un poquito más, pero aquí está", no dejaba de jadear fuertemente, entonces comprendí que había buscado por todos lados, y con su mano derecha me mostro la piedra, "que bonita piedra –dijo mientras me la entregaba y abría su sobre", yo estaba muy nerviosa, solo había apostado 20 pesos, no me había preocupado cuanto apostaría, después de todo, yo sabía que ganaría, y entonces abrió su sobre, dejando a la vista su apuesta, una apuesta bastante absurda, había apostado 50 centavos, no sabía porque lo había hecho, pero de cierta forma él sabía que me ganaría, pero no quería que perdiera mi dinero, yo felizmente le page los 50 centavos, y después me dijo "El reto más complicado que he tenido, no te puedo mentir, estuve a punto de pensar, que había perdido, pero entonces se me ocurrió un lugar, en el que no había buscado y lo demás ya te imaginaras", yo estaba feliz por no haber perdido mi dinero, pero al mismo tiempo, no podía creer que me había ganado, la piedra la había escondido en la tabla de madera que estaba en la entrada de la escuela, en la que colocaban a los mejores promedios, desde primer año había aparecido en esa lista, había desplazado a la mejor estudiante de ese entonces, en esa tabla también colocaban anuncios referentes a la escuela en general, y en una esquina muy a la vista coloque la piedra, justo por encima de un cartel que tenía escrito: "Lee 20 minutos al día", ese cartel que casi todos ignoraban, lo que me había hecho colocarla ahí, es porque tenía un color similar a la piedra, y entonces se camuflaba muy bien, dos días después de haberlo retado, me encontraba en el receso, y fue entonces que paso lo del balón que detuve, cuando había logrado regresar el tiempo por primera vez, lo recuerdo todo muy bien, y de cierto modo Israel fue la razón por la que había querido regresar en el tiempo. Israel estaba volteando hacia donde me encontraba, ya estaba acostumbrada a que la gente me volteara a ver, era algo que no me importaba, más bien siempre estaba tan ocupada con los cubos que no me daba cuenta cuando alguien me quedaba observando, y entonces lo vi, estaba a escasos metros de mi jardín, me observaba con mucha atención, y entonces, decidí hacer la mayor estupidez que antes se me hubiera ocurrido, quería llamar su atención, él me había visto en el lugar en el que me encontraba, sabía que si cambiaba de lugar, al dejar fluir el tiempo, el notaria como si me hubiera tele transportado a otro lugar, y sin pensar mucho en lo que hacía, lo hice, y después de unos segundos volví a detener el tiempo, y fue cuando vi que su mirada se había transformado, era una mirada muy expresiva, todos sus gestos denotaban asombro, estaba emocionada, por fin alguien conocía mis poderes, pero al mismo tiempo me dio una vergüenza increíble, sin darme cuenta en lo que estaba haciendo, me metí a mi casa, pero no me di cuenta que el tiempo lo había dejado congelado. Cuando entre, regrese el tiempo a la normalidad, pero rápidamente pensé, en que Israel me estaba observando y con lo que había hecho, el abría notado que simplemente desaparecí, entonces detuve el tiempo nuevamente y regrese al jardín; trate de regresar al mismo lugar en el que me encontraba, y después deje el tiempo, en ese instante mis emociones me invadieron que ya no sabía que era lo que hacía, y simplemente voltee a verlo, sus expresiones seguían siendo de asombro, sin esperar más, regrese a mi casa, después de entrar y cerrar la puerta, me quede observándolo desde el cristal de la puerta, él se esperó un momento más y después se alejó, pero en todo momento no dejaba de mostrar inquietud…
9 meses dc
Mis poderes comenzaron a ser aún más sorprendentes, ya podía hacer completamente lo que quisiera, fuera detenerlo, lentificarlo, acelerarlo y hasta regresarlo, pero estos últimos solo los había intentado en los cubos, tenía miedo que despertara 20 años después o 20 años antes, lo único que m…
<
Sé que es difícil creer en algo como lo que voy a escribir, pero la palabra que está encima de este párrafo no la escribí, solo apareció de la nada, mi libro se cerró por un fuerte viento y cuando lo abrí en esta hoja, ya estaba esa palabra, lo más curiosos de todo, es que estoy en mi cuarto, donde las ventanas están cerradas y no hay manera que el viento se halla colado, el clima afuera est…
<<¡¡PUES CLARO QUE NO FUISTE TU!!>>
Nuevamente había aparecido otro texto, traté de preguntar al viento, para ver qu…
<
<<¿Entonces tengo que escribirte?>>
<
<<¿Quién eres, o mejor dicho que eres? >>
<
<<¿Normal?, pero yo si existo >>
<
<<¿Tienes mis poderes?>>
Después de esta última pregunta ya no contesto, cada que lo hacia las hojas se movían frenéticamente para una sola dirección, como si una ráfaga de viento las hubiera movido, sé que no puedo convencer a nadie para que me crea, pero tengo la prueba, cualquiera que vea la conversación, se dará cuenta que no fueron escritas por un ser humano, o por lo menos alguien normal, su letra era perfecta, tan perfecta que me asustaba, es como si alguien hubiera marcado tantas veces las líneas, más bien como si cientos de líneas las conformaran, eran letras extraordinarias, si no era un fantasma, me preguntaba coléricamente que era, y por qué no lo podía ver.
Después de aquella conversación, trate de tranquilizarme, no podía explicar que era lo que había pasado; durante toda la noche no deje de pensar en el diario, no dejaba de preguntarme que era lo que había pasado, ¿quién era?, y otras preguntas más que no pude contestar en ese momento.
Ya había pasado una semana y no había tenido noticia alguna de aquel tipo del diario, sin embargo esta mañana, estaba aún durmiendo, cuando escuche que mi diario se había caído del escritorio de donde lo había dejado, desperté tan emocionada, que rápidamente recogí el diario, sabía que era el, me emocionaba hablar con él, porque sabía que era alguien como yo, alguien con poderes, aunque al decir verdad, me espantaba su actitud; busque la última página en la que había escrito y no encontré ninguna marca, entonces…
<<¿ESTAS LISTA?>>
<<¿Lista para qué?>>
<
<>
<
<<¿En dónde estás?>>
<
<<¿Qué quieres decir?>>
<
<
<
<
<
<
<
<
Y de nuevo, ya no contesto, estuve esperando un rato más, pero fue inútil.
El clima estaba espeluznantemente horrible, aun no amanecía, el cielo estaba grotescamente gris, un viento hacia rezumbar las ventanas de la casa, los árboles se movían frenéticamente por todos lados, no recuerdo haber visto nunca un clima así, todo se veía espeluznante, los perros ladraban eufóricamente a cada trueno que se escuchaba, el viento no cesaba, el clima en vez de mejorar, anunciaba un fuerte aguacero, estaba muy asustada, pero aun así quería salir de casa, espere un momento más a que se tranquilizara el clima, pero cada que veía hacia el cielo me resignaba, sabía que el clima no se calmaría sino hasta dentro de unas horas, me coloque mis botas, mi abrigo azul y salí de casa. Quería seguir experimentando, de cierta manera era la primera vez que detendría el tiempo -o lo reduciría como dice Drunel-, con un clima de esa forma, estaba emocionada y temerosa al mismo tiempo, mi madre no me había escuchado salir, me dirigí hacia el patio y me senté en una mesa de jardín que teníamos en el centro del patio, estaba hecha de acero en su mayoría, con pedazos de cristal que tapizaban la parte superior de la mesa con adornos florales, tenía cuatro sillas de madera que se transformaban en mecedoras y en el medio una sombrilla cerrada, la sombrilla tintineaba agresivamente en la cavidad de la mesa de donde se encontraba, a pesar que no estaba lloviendo aun, unas finas gotas de agua se estampaban en mi rostro, sabía que me mojaría si no abría la sombrilla, le quite el seguro de velcro que evitaba que se abriera y la extendí a lo más que se pudo, el viento trato de llevársela en más de una ocasión, pero estaba muy bien sujeta a la mesa y solo se movía eufóricamente. Me senté y comencé a contemplar cómo se veía todo, de cierta manera estaba feliz, no por el clima en sí, si no por lo que me había sucedido, no dejaba de imaginarme quien era ese sujeto, porque me estaba buscando, que sabía de mí, cada pregunta que me formulaba me inquietaba aún más, pero sabía que no estaba sola, sabía que había alguien como yo y eso era lo que más me alegraba. El viento comenzó a volverse más violento, todo se movía con tanta agresividad, las nubes estaban densas y grises, de vez en cuando se escuchaban truenos, pero todos se escuchaban muy lejos. Estaba tan perdida en la belleza de la naturaleza, que sin darme cuenta, un trueno había impactado bastante cerca de la calle, el sonido había erizado toda mi piel, y la luminiscencia que produjo el rayo había iluminado casi toda la calle, no pude deducir que tan cerca había caído de la casa, pero fue lo suficiente como para alertar a todos los vecinos, primero vino la luz y a continuación el sonido, siempre era así, no se hizo esperar y de la nada un grotesco aguacero surgió de la nada, los árboles se movían de tal manera que parecía que en cualquier momento iban a salirse de la tierra, las gotas de agua chocaban violentamente por doquier: en mi rostro, en la sombrilla, en las ventanas, en todo lo que estuviera a su alcance. El viento rugía con tanta intensidad que se escuchaba como si cientos de monstruos estuvieran acercándose, incluso a lo lejos se escuchaban algunos ventanas y puertas de madera azotándose, no era común que una lluvia tan majestuosa se asomara por estos lugares, nadie estaba acostumbrado a tal cosa, y por ende todos estaban desprevenidos. Un relámpago surgió de la nada, iluminando el cielo en su totalidad, seguido por un ruido ensordecedor, la gente comenzó a prender las luces de sus casas y muy asustados miraban por sus ventanas. No sé qué era lo que me había pasado, pero no quería entrar a casa, era la primera vez que disfrutaba de mojarme de tal manera, me gustaba el frio, el agua y el viento, que en vez de asustarme, cerraba los ojos para sentir y disfrutar la lluvia chocar en mi rostro, "Cintia metete a la casa", gritaba mi madre que se encontraba en la ventana de la sala que asomaba al jardín, sin hacerle caso continúe disfrutando, "Cintia, acaso estás loca", continuaba gritándome, "No me hagas ir por ti hasta allá señorita", yo quería estar afuera, porque no me dejaba disfrutar de la naturaleza, y después de todo, la comprendí, ella solo quería lo mejor para mí, y decidí entrar, pero antes de hacerlo decidí detener el tiempo, del cielo estaba surgiendo un relámpago, cada gota de agua quedo suspendía en el cielo, las miradas de las personas quedaron vacías y todo se quedó inmóvil, incluso el relámpago se había quedado en el cielo, pero este no estaba congelado, no podía creer lo que estaba mirando, el relámpago continuaba moviéndose, estaba surgiendo aun con el tiempo detenido, quede observándolo, del relámpago salían muchas ramas azules que se apagaban al instante, se veía que tenía mucha energía acumulada, y entonces recordé lo que me dijo Drunel, "No has detenido el tiempo, es imposible", y entonces comprendí lo que me había dicho. Ya estaba más convencida que él sabía quién era yo, "tengo que detener el relámpago por completo" –pensé-, pero también recordé lo otro que me había dicho, "no debes reducir el tiempo a más de la velocidad de la luz", que eran esas cosas horribles de las que mencionaba, sabía que no quería averiguarlo, al fin, el sabia de lo que hablaba, decidí hacerle caso, y comencé a reducir el tiempo, me estaba agotando demasiado, apretaba mis manos con tanta fuerza que comenzaron a dolerme, mientras me concentraba no dejaba de ver el relámpago, que a cada momento surgía más del cielo, y entonces con tanto esfuerzo comencé a ver como lentamente se detenía, trate de ir un poco más, hasta que cada ramificación que salía del relámpago se movía de forma delicada y suave, después de tanto esfuerzo, descanse, pero no lo suficiente como para regresar el tiempo a la normalidad. Me gustaba como se sentían las gotas de agua, era como si me encontrara dentro de una gran tina de esferas de juguete, podía moverlas a mi antojo. Mientras observaba todo, algo llamo mi atención, cerca de la fuente vi a alguien que se movía, "eso es imposible" –pensé-, como era posible que alguien se estuviera moviendo, si incluso el relámpago estaba casi congelado; era un hombre vestido de negro, su ropa era extremadamente extraña, nunca había visto nada parecido, su ropa estaba tan opaca que no se reflejaba nada de luz, parecía que llevaba un traje especial. Se movía con tanta naturalidad como si el tiempo no estuviera congelado, me miro un par de veces y después se sentó en la fuente de agua, su piel era muy blanca, y tenía unas gafas grises que le cubrían medio rostro.
-Delirante no lo crees –dijo aquel sujeto que tenía sus manos entre sus muslos y sus pies entrecruzados-
-Quien eres-pregunte casi gritando-
-ya te lo dije, no es importante
-¿eres Drunel?
-me deslumbra tu sabiduría –dijo mientras hacia un ademan de sorpresa y se quitaba los lentes, tenía unos ojos cafés-
-porque me hablas de esa forma tan sarcástica
-disculpa, pensé que eras especial, mejor tranquilízate y disfruta la maravillosa vista- dijo mientras expandía sus brazos como abarcando todo-
Todo era especialmente maravilloso, las gotas de agua, el viento, todo, se sentía como si fuera una densa masa de nada, no se sentía ni frio ni calor, no se sentía nada, era etéreo, mágico, era algo especial.
-ven, siéntate a mi lado-continuo hablando, su voz se escuchaba muy irónica- no tengas miedo (con su mano derecha me alentaba a sentarme a su lado, estaba muy asustada, pero decidí aceptar, había algo en él que me cautivaba) sabes, de cierta manera somos iguales, pero hay algo que nos separa, es tu habilidad, tu eres especial, yo soy un simple mortal, te propondré una cosa, si accedes, te contare todo lo que quieras saber, incluso hasta llegues a comprenderme, (comenzaba a hablar de una forma paranoica, volvió todo su cuerpo hacia a mí, y continuo hablando, yo comencé a espantarme) pero si no, me temo mucho que tendré que convencerte.
-que quieres de mi –le dije apartándome de su lado de un arrebato-
-que quiero de ti, -soltó una leve sonrisa y continuo-, que quiero de ti, lo que he querido siempre-entonando su voz aún más-, antes no lo sabía, pero ahora estoy seguro, la piedra, la piedra del tiempo –cuando menciono esas palabras, sus ojos le brillaron, yo estaba aterrada que no podía moverme, al escuchar la piedra, sabía que hablaba de la piedra de mi collar.
-p pe pero no, t tengo la piedra –dije al ver que me veía de una forma casi monstruosa-
-pero de que estas hablando-comenzó a gritar- quieres decir que me he esforzado tanto para nada
Comencé a retroceder lentamente, observaba su mirada que estaba perdida, sus ojos le brillaban, él comenzó a seguirme, la locura salía de su mirada, primero camino lento y luego más rápido, casi me alcanzaba, entonces me eche a correr, por un momento creí que lo perdía, hasta que por fin, me alcanzo, y con una de sus manos tomo uno de mis brazos, haciéndome girar bruscamente hacia donde se encontraba "tú me entregaras la piedra"-dijo de una forma perversa, la rabia le salía por la boca- me sujetaba con su mano derecha, mientras que con la izquierda sacaba un cilindro amarillo de una de sus bolsas de su pantalón, con su pulgar hizo botar la tapa del cilindro y a continuación saco astutamente una jeringa de su interior, con un líquido verdoso, con su boca le quito la protección de la aguja y con gran esfuerzo me lo inyecto en el cuello, no podía moverme, su fuerza era increíble, que solo podía ver sus gestos de locura.
Después de inyectarme ese líquido, con la mano que me sujetaba, me arrojo al piso.
-Tienes dos semanas para entregarme la piedra, antes que el líquido reaccione, no querrás que eso pase, explotaras, como cunado inflas de más a un globo-su voz seguía escuchándose sarcástica-, tu cuerpo se volverá inestable y entonces reventaras, como los globos, por cierto, hay una cosa más, no intentes usar nuevamente tus poderes, la solución es altamente inesta ...….
Sus palabras se habían transformado en un zumbido, y en menos de lo que reaccioné, el relámpago había terminado de formarse, su resplandor y sonido, habían hecho que soltara un pequeño grito, mi madre continuaba gritándome, no quise hacerla enojar y me metí corriendo a la casa.
-Pero que estabas haciendo afuera, estás loca -dijo mi madre eufórica-
-no mamá, solo quería sentir la lluvia –le conteste de una forma más humilde-
-ve a tu cuarto a cambiarte que estas toda mojada
-si mamá
Subí a mi cuarto y me cambie de ropa, asome por la ventana y el clima seguía igual, pero en mí, había algo diferente, me sentía muy cansada, me dolía la cabeza y tenía mucho sueño, "regresare al coma", mi mente estaba vagando con ideas absurdas, "Despertare cuando tenga 50", no quería dormir, estaba asustada. Sin hacerle caso a esos pensamientos que me atormentaban, me acosté y trate de dormir, aunque me dolía el cuello, no dejaba de pensar que era lo que me había inyectado, ¿porque quería la piedra?, estaba tan asustada, pero el sueño me había vencido, al despertar creí que sería en un hospital, pero increíblemente no era así, estaba en mi cuarto, creí haber dormido por mucho tiempo, pero tan solo habían pasado 3 horas, el dolor de aquella inyección se había desaparecido, era como si no me hubieran inyectado nada, comencé a creer que lo había soñado, pero al observarme en el espejo, tenía una singular marca en el cuello, y fue cuando me di cuenta que todo había sido real. Eran las 9 de la mañana, sin esperar más, me fui al patio y contemplé una escena extraordinaria, el cielo estaba completamente azul, todo estaba húmedo, pero el sol que apenas calentaba, estaba secando lentamente toda la calle, el clima prometía un día muy soleado, apenas y un par de nubes se divisaban en el horizonte.
Cada que quería liberar mi mente, me recostaba en el pasto, y observaba por horas las hojas que colgaban de las ramas del árbol que teníamos en el patio, era un árbol muy grande, mi mamá me dijo que el árbol se le conocía como llorón, su majestuosa sombra era delicadamente bella, más cuando el sol estaba radiante por encima, apenas y unos rallos de sol traspasaban la densa maraña de hojas y ramas, estaba contemplando aquella bella escena, mientras pensaba en Drunel, en todo lo que me había dicho, y entonces decidí entregarle la piedra, aunque no sabía porque la quería, pero para ello primero tenía que saber quién lo había tomado, tenía dos semanas, no lograba entender como en algún momento me llegue a emocionar cuando me escribía, quizás porque quería creer que alguien compartía mi talento.
Después de tanto pensar, recordé un sueño grotesco y aterrador que había tenido justo después de haberme dormido esta mañana, después de conocer a Drunel.
Me encontraba en casa, el clima estaba absurdamente alucinante, por la ventana podía ver como el cielo se encontraba repleto de nubes, cada una de diferente color, habían verdes, azules, amarillas, rojas y muchos otros colores que no conocía, corrían por todo el largo del cielo, en todas direcciones, unas más rápidas que otras, no hacía frio, pero si se sentía un agradable calor, mire por la ventana hacia enfrente, por donde estaba la carretera principal, y algo llamo mi atención, un cuarto de tabique se encontraba en el medio de la carretera, un cuarto que nunca antes había visto, una construcción cuadrada, con una ventana que asomaba hacia la casa, el cuarto estaba pintado de un rojo intenso. Las ventanas no tenían cortinas ni protecciones, a pesar que todo estaba muy bien iluminado por un sol inexistente, el cuarto estaba en una penumbra absoluta, de las ventanas no entraba ni un solo rayo de sol, mi curiosidad me había gobernado y entonces decidí ir a investigar, estaba a unos cuantos metros de la ventana, y no podía ver nada en esa oscuridad atemorizante, de la casa salían unos gritos aterradores, pero no me espantaron en su momento. En el frente del cuarto, se encontraba una puerta de madera barnizada, se encontraba entre abierta, pero al igual que la ventana, no dejaba entrar nada de luz, abrí la puerta lo más lento que pude, y adentro estaba oscuro, una oscuridad que aterraba, una oscuridad que jamás antes había visto, ni con la puerta abierta entraba nada de luz. Decidí entrar, no tenía miedo, pero si una curiosidad increíble, y una vez adentro, la puerta se cerró de golpe atrás de mí, soltando un ruido opaco y fuerte, no podía ver nada, lo primero que pude notar, era ese olor, un olor muy penetrante, un olor asqueroso, ese olor era muy parecido al hierro, un olor muy pesado y desagradable, me encontraba descalza, el piso estaba cubierta por una sustancia viscosa y desagradable, comencé a espantarme, no quería seguir adentro del cuarto, y gire de golpe mi cuerpo en dirección a la puerta, pero al buscar el picaporte, pude notar que la puerta al igual que el piso, estaba repleta de esa sustancia viscosa, el olor seguía siendo desagradable. Continúe buscando el picaporte hasta que por fin lo había encontrado, comenzaba a desesperarme, trate de girarlo lo más rápido que pude, pero este se encontraba atascado y estaba repleto de esa sustancia viscosa, entre más fuerza aplicaba, más rápido se resbalaban mis manos, estaba a punto de abrir la puerta, cuando sentí que alguien había rosado mi mano, tan sutilmente que hizo que mi piel se erizara, su piel se sentía muy áspera, casi como la de un reptil, aparte mi mano y de un brinco retrocedí hacia dentro del cuarto, comencé a caminar por dentro del cuarto en busca de alguna fuente de luz, en todos los lugares en donde pisaba podía sentir cosas extrañas, pedazos de cosas de formas irregulares, se sentían frías y repulsivas, no dude ni en un momento, sabía que esos trozos no podían ser otra cosa más que carne, ¿pero carne de qué?, posiblemente de animal –pensé- la oscuridad reinaba en todo su esplendor, mi desesperación iba en aumento así como también el horror que sentía, del techo se escuchaba que caían gotas pesadas, que al chocar con el piso y los muebles, producían un sonido enloquecedor, de vez en cuando, sentía las gotas caerme en mi cabeza, en mis hombros, esa sustancia comenzó a escurrirme por mi rostro, el olor se intensifico aún más, con mis manos trataba de limpiar aquella sustancia extraña, se sentía muy desagradable, era de cierto modo viscoso, pero tenía una textura especial, una textura que ya antes había sentido, era sangre, estaba segura que era sangre, mi corazón comenzó a acelerarse aún más, trataba de registrar todo con mis manos, con esperanza de encontrar el interruptor del cuarto, no sabía para que quería ver los horrores del cuarto, quizás mi curiosidad me estaba invadiendo más que mi miedo, después de registrar por todos lados, pude imaginar lo que había en el cuarto, pude registrar unos sillones, posiblemente de piel, una mesa justo enfrente de los sillones, en una esquina había un esquinero, la mesa y el esquinero contenían varias cosas, no pude distinguir que eran, pero no quería imaginarme, algunos se sentían filosos, otros puntiagudos y además, habían varios que parecían pinzas como las que usaban los médicos, en todos los lugares que registre, se encontraban repletos de sangre, y en casi todo el piso y en la mesa habían trozos irregulares de carne, trate de pensar lógicamente, y trate de deducir en donde estaría un interruptor, y pensé "claro, el interruptor tiene que estar a un lado de la puerta", entonces trate de recordar todo mi recorrido y fui directamente a la puerta, no me costó trabajo, después de todo, tengo una buena memoria, cuando iba en dirección a la puerta, iba usando mis manos como localizadores para evitar chocar con objetos, aunque ya me imaginaba por donde pisar, continúe caminando hasta que por fin llegue a algo firme, inspeccione un poco y encontré el picaporte, ya estaba en la puerta, ahora tenía que adivinar si comenzar a buscar por la izquierda o por la derecha, y decidí comenzar por la izquierda, pero en el momento que di la vuelta para seguir la pared, choque con algo que se encontraba colgado, era algo muy duro, el impacto había hecho que me cayera, caí de espaldas apoyándome con mis manos, el golpe no me había resultado doloroso. Me incorpore y trate de evitar ese objeto que colgaba, y con cuidado comencé a tocar por todos lados de la pared, y allí estaba, el interruptor, pensé por un momento, lo acciono o mejor trato de buscar una salida, pero involuntariamente mi mano acciono el interruptor, dejando que la luz iluminara por completo la habitación. Qué imagen tan mas grotesca la que se encontraba frente a mis ojos, era espantoso, horrible, todo el cuarto estaba cubierto de sangre, del techo colgaban cuerpos sin miembros, y por donde se miraba había restos de humanos, entonces asome en busca del objeto con lo que había chocado y se trataba de una cabeza humana, de su nariz salían unos cables que colgaban del techo, todo era tan esquizofrénico y aterrador, en algunos puntos la sangre ya estaba coagulada, y se miraba como si fuera gelatina, "dulce gelatina-pensé-", entonces mire por las ventanas y no pude ver nada, es como si afuera fuera de noche, no quería seguir allí adentro, comencé a desesperarme a un nivel aterrador, de todos lados escuchaba gritos aterradores y una que otra riza agresiva, los cuerpos comenzaron a tomar vida, aunque ni uno estaba completo, pero todos se movían como si quisieran caminar, la cabeza que estaba colgada comenzó a decirme "por favor, dale la piedra", en cuanto escuche eso, corrí tan fuerte hacia la puerta, que no supe cómo había logrado abrirla, en cuanto salí, la puerta se cerró fuertemente tras de mí. Me encontraba afuera, trataba de tranquilizarme, no podía dejar de pensar en lo que había visto, mi miedo me estaba gobernando más de lo que nunca me imaginé, de un momento a otro el clima comenzó a transformarse, las nubes estaban tiñéndose de rojo, no tardo ni un momento en lo que comenzó a llover sangre, de las casas del rededor salían personas deformes, caminaban de formas extrañas, todos se dirigían hacia donde me encontraba, yo no sabía qué hacer, estaba tan asustada que me cubría los ojos con esperanza de no ver nada, y entonces un pensamiento fugas nació en mi cabeza, "un sueño, por supuesto debería tratarse de un sueño, más bien de una pesadilla-pensé-", comencé a repasar todos los hechos con mucho detalle, que me pareció que todo era ridículamente falso, el cielo comenzó a limpiarse, mi desesperación comenzó a desvanecerse, el cielo mostraba un sol muy radiante, no podía sentir el sol, pero se veía espectacular, nunca había logrado dominar mis sueños, la gente los llamaba, sueños lucidos, siempre quise hacerlo, y este había sido la primera vez que lo había logrado, todo era fenomenal, podía hacer cualquier cosa que me imaginara, no se comparaba a detener el tiempo, era cien veces mejor, por un rato me perdí en alucinaciones, comencé a transfórmame en animales, hasta había volado, todo era maravilloso, y entonces otro pensamiento cruzo por mi cabeza "El cuarto", regrese mi vista hacia el cuarto, "quizás mi mente me había querido decir algo, y no lo vi por el temor y miedo que sentí al ver toda esa sangre"-pensé-, y nuevamente quise ir a investigarlo, pero esta vez sabiendo que era un sueño. Comencé a caminar en dirección al cuarto, pero antes de llegar, de todos lados salieron personas vestidas como soldados, y se colocaron alrededor del cuarto, la estaban protegiendo, sin darle mucha importancia comencé a luchar con cada soldado que ahí se encontraba, no sabía luchar, pero en mi sueño era como un ninja excepcional, daba patadas en los vientos, tumbaba a varios en un solo golpe, cuando creí que estaba terminando, salieron aún más y más y cada vez, había más, hasta que desperté.
<
<
<
<
<
<
Sin respuesta nuevamente, estaba muy asustada, si era verdad lo que él decía, tenía dos semanas para entregarle la piedra, pero quien podría tenerla, y si me la robaron, como iba a saber quién había sido, entonces se me ocurrió la mejor idea, por lo menos la que tenía más sentido, quien más si no mi madre, sabía todo acerca de mí, yo me encontraba aun en el patio, estaba escribiendo.
Más tarde escuché la cortina de metal cerrándose del local de mi madre, me había perdido tanto en mis pensamientos que el tiempo se me había pasado volando, "ya llegué Cintia" –grito mi madre que apenas iba entrando en el patio-
-si mamá –le dije mientras me incorporaba e iba en su encuentro-
Su rostro reflejaba signos de agotamiento, se veía muy fatigada por la cocina, pero, aun así, me había recibido con una gran sonrisa, aunque su miraba denotaba intriga. Nunca antes había ido en su encuentro cuando llegaba del trabajo, solo la saludaba desde lejos, si es que no estaba concentrada en mis cosas.
Entramos y nos dirigimos a la sala.
-mamá quiero hablar contigo-le dije de una forma seria-
-qué te pasa hija, te sientes mal –dijo de una forma preocupada-
-estoy bien mamá, pero quiero hablarte acerca de mi collar, ¿sabes en donde esta?
-Lo siento mucho hija, se lo mucho que te gustaba, por más que lo estuve vigilando, logro escabullirse con tu collar, no sé el por qué, pero después de aquel día, desapareció.
-¿Pero de quien estás hablando? -pregunte al no haber comprendido nada de lo que me dijo-
-Hablo de Roberto hija, desde que lo vi, no me dio buena espina, pero era el hermano de Alejandra, te acuerdas hija, esa niña que iba contigo en la escuela, pues ella se convirtió en enfermera y te cuidaba mientras estabas en coma, pero una semana antes que despertaras, se enfermó y mando a su hermano a revisarte, después de aquel día no recuerdo haber visto tu collar, trate de reclamarle, pero con la emoción de que habías despertado del coma, no lo busque, una semana después me enteré que se había cambiado de escuela hacia Elipesa, y desde entonces no lo he visto, a su hermana sí, pero no se me hizo justo reclamarle a ella.
-Si, si me acuerdo de Alejandra, entonces fue su hermano quien me robo mi collar.
-no puedo asegurártelo, pero estoy casi segura que él fue quien lo tomo. Lo que me extraña es que no lo vi hacerlo, desde que entro a la casa, lo vigile muy de cerca, tenía una pinta de ser un vago, y dice que está estudiando medicina, sabrá alguien si termine su escuela, además recuerdo que cuando termino de hacer los quehaceres que le había encomendado su hermana, se retiró muy nervioso, no quiso esperarse a tomar una taza de té que le había invitado por cortesía, después de todo, hizo su trabajo muy bien.
-gracias mamá, me voy a mi cuarto.
-si hija –contesto con una sonrisa agradable-
Trataba de no mostrarme asustada, ya le había hecho pasar por tanto a mi madre, su corazón ya no aguantaría.
Trate de recordar el nombre completo de Alejandra, no me resulto complicado, siempre me he caracterizado por tener una buena memoria, puedo recordar nombres y rostros con gran facilidad, aunque ellos no siempre se acuerden del mío. Después de recordar su nombre completo, la busque en internet, -todo se encuentra allí-, fue un consejo que me dio mi madre después de haberme comprado un celular como regalo de bienvenida al mundo. No me fue difícil encontrarla, aunque tengo que decir que todo ha cambiado desde que tenía 13 años, pero la tecnología es muy fácil de aprender. La encontré en una red social muy famosa, en la foto estaba ella con un perro que tenía abrasando, sabía que era ella, aunque su rostro no era el mismo del que recuerdo, y entonces después de estar segura que se trataba de Alejandra, busque entre sus amistades algo relacionado con su hermano, y allí estaba, Roberto, que presumía estar viviendo en la famosísima ciudad de Elipesa, pero que estaba triste porque en dos semanas se regresaría. No tenía tiempo de esperarlo a que regresara a Ciferia y saber si él había tomado mi collar, pero Drunel me dijo que quería al menos nombres, anote la dirección que mostraba el internet y su nombre completo.
Ya tenía un nombre y una dirección, eso me tranquilizaba, pero que había si estaba condenando a alguien inocente, que tal si él no había tomado mi collar, sé que es difícil creer que Roberto era inocente, pero pudo haber sido una coincidencia. Bajo una esperanza muy baja, decidí buscar en cada rincón de mi cuarto y de mi casa. Después de unas horas no encontré ni rastro de aquella piedra naranja que me había regalado mi abuelo y que ahora me ponía en una situación de peligro, sé que mi abuelo no quiso dañarme, pero él no sabía nada de la piedra, creo que nadie sabe nada de la piedra, más que ese Drunel, ese sujeto perverso y extraño.
Cada día me encontraba más nerviosa y desesperada, mi madre me había notado, pero con gran habilidad había logrado evadir cada una de sus preguntas tan curiosas.
Faltaba un día para que se cumplieran las dos semanas del plazo que me había dado Drunel, no tenía ni la menor idea de donde se encontraba mi collar.
El día que comenzaba, prometía una mañana muy calurosa, eran las siete de la mañana y el sol ya comenzaba a asomarse en el horizonte, el cielo estaba completamente limpio y bello. Esos días siempre me llenaban de alegría, pero en esta ocasión me sentía muy preocupada, que pasaba si explotaba como me había dicho Drunel, faltaba un día, no quería que eso me pasara, pero como evitarlo, la única solución era entregándole la piedra, pero no la tenía. Si fuera cualquier otro día, ya estuviera en el patio realizando mis experimentos, pero hoy no me sentía bien, quise descansar y dejar de preocuparme por lo que estuviera a punto de pasar. Estaba observando hacia la ventana, me gustaba como se veía la escena que se dibujaba, el árbol, el cielo con su luz naciente del nuevo día, pero también podía ver mi pequeño escritorio que se encontraba debajo de la ventana, en donde antes hacia mi tarea, aunque mi cerebro eliminaba aquella imagen, es como si solo estuviera la ventana. Observaba con tanto entretenimiento, quizás quería imaginar que nada me estaba pasando, que todo era un sueño, pero entonces, las páginas de mi diario comenzaron a moverse de una forma aterradora, el movimiento era tan fuerte que el diario se había caído del escritorio, de un salto me levante de la cama, y levante el diario del suelo, abriéndolo en la última hoja en la que había escrito, sabía que había sido Drunel, pero no había nada escrito, entonces pensé, "como quiere que le de la información si no puedo detener el tiempo"