「13:42 Pm」
「Goto Shojiro」
Había empezado a llover, acabo de notarlo.
Los relámpagos que invocamos durante la batalla debieron hacer que lloviera.
Aunque creo haber visto lluvia desde antes.
Hace tiempo que no luchaba, pero parece que no he perdido la practica.
Esta pelea me trajo recuerdos.
Ryoma, Yamauchi, Takasugi.
Era realmente divertido luchar junto a ellos.
El maestro Kanao.
Ha pasado mucho tiempo.
Aveces dicen que la nostalgia nubla la memoria.
Pero no creo que lo haya hecho tanto como para que Zaygo Murumo haya cambiado de manera tan drástica.
Lo recuerdo como un enemigo tan poderoso como para derrotar a todas razas el solo.
Recuerdo verlo atravesar el pecho de Yamauchi.
Yamauchi era el mas fuerte de nosotros.
El maestro del relámpago negro, estilo rojo.
Zaygo Murumo era mas fuerte que los cuatro juntos.
Lo que significa que si alguien lo derrotara tendría que ser al menos cinco veces mas fuerte que yo.
Y eso siendo generoso.
La Hiro Hitagi con la que acabo de pelear no es mas que un tercio de mi poder.
E incluso menos.
Souki Aiko desarrollo un 200% del poder de Hiro Hitagi.
Lo que llevaría a poco mas de la mitad de mi poder.
Una persona con ese poder sería asesinado por Zaygo Murumo sin mayor esfuerzo.
Souki Aiko no podría asesinar a Zaygo Murumo ni con su mayor esfuerzo.
¿Con quien pelearon entonces?
Zaygo Murumo no es un nombre muy común.
Solo hay una respuesta coherente a esto.
-¿Te estuviste conteniendo? -Le pregunté a Hiro.
-¿Disculpe, maestro? -Me respondió, mientras se levantaba del suelo.
-Te contuviste ¿Verdad? -Volví a preguntar.
Esto era preocupante.
Pero mas que todo, me sacaba de la calma que acababa de crear al pensar que Zaygo Murumo estaba muerto.
Y esto era porque en la cara de Hiro claramente había confusión.
-Para nada -Me dijo- No me he contenido para nada.
-Entonces nunca hemos estado hablando del mismo Zaygo Murumo -Le dije sin enredarme más.
-¿Que esta diciendo, maestro? -Me respondió Hiro con una voz un poco temblorosa.
-¿Podrías describirme el aspecto del Zaygo Murumo con el que lucharon? -Le pregunté.
Hiro estaba algo nerviosa, estaba haciendo movimientos extraños.
-Claro -Me dijo tartamudeando un poco- Era un poco bajo, tenía el cabello negro, peinado por la mitad, le caía en el rostro, llevaba un parche que cubría una cicatriz en forma de X.
Un parche que cubría una cicatriz en forma de X...
「30 años antes, durante la guerra demoníaca」
Habían pasado ya cinco años desde el inicio de la guerra.
Todo el continente era un enorme campo de guerra, todo estaba destrozado.
Todas las facciones estábamos en contra de un enemigo en común.
Zaygo Murumo, el extraño ser omnipotente que decía haber planeado todo lo que sucedía a nuestro alrededor.
En el centro del campo de batalla el se encontraba, sentado en el trono de un enorme castillo destruido.
Lejos de allí, estaba la base de la alianza.
El rey sombra se encontraba allí.
Al igual que el rey demonio, y el Kave supremo.
Las bestias eran controladas por un monstruo enorme.
Y el ejercito humano, comandado por nosotros, los 4 maestros del relámpago negro.
Aquel día llegamos a un acuerdo.
Seguir la estrategia de Yamauchi Yodo, el cerebro del ejercito humano.
El cielo era gris, lo ha estado desde que inicio la guerra.
Fue debajo de ese cielo que decidimos realizar el contraataque.
Intentar derrotar a Zaygo Murumo.
Un hombre joven, pálido, de ojos rojos y cabello negro.
Muy hábil con la espada.
Con un poder abismal.
Lo suficiente para derrotar a todos los ejércitos juntos.
En una formación, como si de una cruz alrededor del castillo de Zaygo se tratara.
Alrededor de este castillo se encontraba un ejercito, todos cadáveres, controlados por Zaygo Murumo, quien de alguna forma los había poseído.
Frente al castillo se encontraba el ejercito demoníaco.
Detrás de este, se posicionó el ejercito de las sombras.
A la derecha estaba en formación el ejercito de los Kave en conjunto con las bestias.
Y en la izquierda, el ejercito humano.
Yamauchi notó que era en la parte derecha donde menos defensas tenía, por lo tanto sera mas fácil entrar por allí.
Luego de una fuerte discusión, el rey sombra accedió a servir como distracción en la vanguardia, al igual que las sombras, que aceptaron estar en la parte trasera.
Las dos partes donde mas defensas había.
El ejercito de los Kave y las bestias iría a la parte con menos protección.
Aunque todo era parte del plan de Yamauchi, quien quería el mismo derrotar a Zaygo.
A pesar de que sea el lado derecho el que tenga menos defensas, es un señuelo.
Zaygo Murumo no era una persona común, era muy inteligente.
Por lo que el lugar mas desprotegido no sería mas que una fachada.
Así que el lugar mas fácil para entrar sería el que pasa mas desapercibido.
El lugar que no esta ni muy protegido ni muy poco protegido.
El lado izquierdo.
El lado donde cruzaría la humanidad.
Y así se hizo.
Los otros bandos hicieron de distracción.
Mientras que nosotros entrabamos al castillo.
Entramos en silencio.
Nosotros cuatro estábamos al frente, comandando cuatro distintos escuadrones.
Takasugi Shinsaku.
Yamauchi Yodo.
Sakamoto Ryoma.
Y yo, Goto Shojiro.
Los cuatro nos vimos separados de nuestros respectivos escuadrones.
Una enorme pared de oscuridad nos separó.
-Los cuatro maestros del relámpago negro -Dijo una voz desde adentro del castillo.
De inmediato activamos nuestra aura de relámpago, y atacamos hacía la voz.
Takasugi era el maestro del relámpago rojo.
Sakamoto el del relámpago azul.
Yamauchi manejaba el relámpago blanco.
Y yo manipulaba el relámpago amarillo, aunque utilizaba mas el relámpago verde.
El relámpago impuro.
Nuestra luz ilumino un aura oscura, que permanecía a pesar de la luz.
Era Zaygo Murumo, esperando por nosotros.
¿Esta habrá sido su plan todo el tiempo?
Estaba sonriéndonos.
Se veía su satisfacción, tanto en su cuerpo, como en su mirada.
Cuando nos acercamos a el, la gravedad empezó a aumentar, nuestra vista empezó a nublarse.
-Que divertido -Dijo Zaygo- Al final han venido, los cuatro responsables de impulsarlo todo, la verdad me ahorraron un montón de trabajo.
De la nada la presión que sentíamos desapareció, y pudimos volver a caminar.
Era aterrador, demasiado aterrador.
Su aura era demasiado aterradora.
-Ahora terminen el trabajo -Dijo Zaygo- Asesinándome.
Seguido desenfundo dos espadas de acero oscuro.
Un material muy extraño y resistente.
A una velocidad increíble nos ataco directamente.
Dirigiendo sus espadas a Takasugi, quien logro bloquear el ataque, pero parecía tener dificultades.
Zaygo se balanceaba sobre el, sus espadas estaban chocando, y ellos forcejeaban entre ellos.
Ante esto corté rápidamente hacia la cabeza de Zaygo.
Quien desapareció de nuevo.
Sentí como apareció detrás de mí.
Así que me agache, haciendo un pequeño agujero entre la espada de Takasugi y la mía.
Ryoma aprovecho la abertura entre nuestras espadas, y atacó a Zaygo.
Enterrando su espada en el cráneo de Zaygo.
Solo pudo entrar un poco, pero lo suficiente para hacerle un daño considerable, e inmovilizarlo por unos segundos.
Durante esos segundos, Yamauchi atacó a un inmovilizado Zaygo.
Yamauchi tenía su aura activa.
Lo que aseguraba un corte limpio y fuerte.
Pero al ejecutarlo, Zaygo desapareció.
En la cara de Yamauchi se podía ver la decepción.
Nosotros tres nos separamos rápidamente, ondeando nuestras espadas en caso de que estuviera cerca.
Pero Zaygo no se mostró.
Los cuatro nos pusimos espaldas con espalda.
Pendientes del próximo movimiento de Zaygo.
Fue entonces que un extraño proyectil cayó detrás de nosotros.
Un proyectil negro.
Ante esto nos volteamos rápidamente, de esa forma bloqueando un ataque circular de Zaygo.
Su espada desprendía oscuridad.
Así que nuestro relámpago fue bastante efectivo contra el.
De la nada desapareció de nuevo.
Pero esta vez podíamos escuchar muchas pisadas, viniendo de ambas direcciones del pasillo en el que nos encontrábamos.
Por el lado del castillo venían un ejercito de cadáveres.
Y por el lado de las salida, venía nuestro ejercito.
-¡En la formación inicial! -Gritó Yamauchi.
Nosotros corrimos de vuelta con nuestro ejercito.
Todos exceptuando a Takasugi.
Quien estaba en el centro de todo, quieto, viendo al suelo.
Estaba temblando.
Completamente petrificado.
Los cadáveres se acercaban cada vez mas rápido.
A la misma velocidad que los cadáveres, yo empece a correr hacia Takasugi.
Agarrándolo del estómago.
Luego de eso me voltee, corriendo de vuelta a nuestro ejercito, mientras cargaba a Takasugi.
En mis talones podía sentir las pisadas de los cadáveres.
Así que cargue relámpago en mis piernas, y salte, pasando por encima de nuestro ejercito.
Estando en el terreno mas tranquilo de la batalla solté a Takasugi, y empece a sacudirlo.
-¡Takasugi! -Le grite- ¡Takasugi!
El parecía estar en otro lugar, a pesar de que sus ojos estuvieran abiertos.
Empece a darle pequeños golpes en el rostro, esperando a que reaccionara.
Sus ojos estaban nublados, no podía ver la forma usual de estos.
Su respiración era muy lenta.
Empece a preocuparme genuinamente, así que puse mi mano sobre su pecho, e hice una pequeña descarga eléctrica.
Takasugi tomo una enorme bocanada de aire de repente, como si hubiera vuelto a respirar.
Sus ojos recuperaron su color habitual, mientras que Takasugi respiraba agresivamente.
-¡Goto! -Me gritó.
-Levántate -Le dije mientras lo soltaba- Zaygo Murumo ha liberado al ejercito de cadáveres.
-Es imposible -Me dijo, su voz sonaba bastante lúgubre- No hay manera de que podamos vencerlo.
-¿De que estas hablando? -Le pregunté.
-Tu sentiste el aura que había cuando nos acercamos a el -Me respondió- Su velocidad era mas de lo que podemos manejar, ademas de que claramente sabe que no tenemos oportunidad, solo esta jugando con nosotros.
-No tenemos otra opción -Le dije- No podemos detenernos ahora.
Takasugi sostenía su espada con fuerza, pero sus manos no paraban de temblar.
Sus ojos reflejaban miedo, arrepentimiento, tristeza, muerte.
El miedo a la muerte.
Aun así se levanto, con sus piernas temblando.
-Vamos -Me dijo tartamudeando.
Inmediato a esto nos adentramos en la batalla central.
Los cadáveres no eran especialmente resistentes, pero un golpe de ellos era mortal.
Por eso lo mas factible siempre era decapitarlos, o apuñalar su pecho, de otra forma podrían seguir luchando.
A lo lejos veía como Yamauchi derrotaba a casi la mitad de un cumulo completo de cadáveres.
Al igual que Ryoma en otro extremo de la batalla.
Los cadáveres no dejaban de aparecer, el ejercito se duplicaba una y otra vez.
Takasugi se encargaba el con su escuadrón de una buena parte también.
Y yo también ayudaba en lo que podía.
Usar el relámpago o cualquier elemento en aglomeraciones o espacios pequeños siempre resulta contraproducente.
Pero no teníamos mas opción.
Yamauchi nos indico, levantando una mano, que debíamos usar el relámpago.
Fue entonces que activamos nuestras auras.
Naturalmente se hizo mas fácil luchar, con solo ondear mi espada podía derrotar a un pelotón completo de cadáveres.
De esa forma derrotamos a todos los cadáveres.
Pero estábamos preparados para la realidad mas fuerte de nuestro poder.
Nunca hemos tenido un buen control sobre el.
Así que junto a la pila de cadáveres enemigos, también estaban los cadáveres de nuestros aliados.
Al utilizar elementos en aglomeraciones o en espacios cerrados, no se puede visualizar a quien se ataca.
Por lo tanto es muy común que al hacer esto muchos aliados se vean envueltos en el ataque, y resulten heridos, o que incluso mueran.
Es aterrador.
Takasugi se quedo mirando una pila de cadáveres aliados, mientras sostenía su espada con su mano izquierda, y cerraba un fuerte punto con su mano derecha.
Un puño tan fuerte que hacía que las uñas atravesaran su propia mano, haciéndola sangrar.
Ryoma se dirigió a la pila de cadáveres enemigos, y empezó a atravesar cada uno de los corazones.
De esta forma se aseguraba de que los cadáveres no se levantaran de nuevo.
Yamauchi reagrupaba las tropas.
Yo me limite a sentarme y recuperar mi aliento.
Takasugi se acerco a Yamauchi mientras dirigían las tropas, de esta forma comunicándole algo.
Zaygo Murumo seguía sin mostrarse de nuevo, pero su aura seguía encerrándonos.
Empezaba a sentirlo, era verdaderamente aterrador.
De repente todas la tropas se retiraron.
-¿Que esta sucediendo? -Le pregunte a Yamauchi a la distancia.
-Irán a encontrarse con el ejercito demoníaco -Me respondió- Van a informar que Zaygo Murumo se encuentra por aquí.
-¡¿Que dices?! -Le pregunté enojado.
Era increíble, que el mismo tipo que quería enfrentar a Zaygo Murumo solo, este diciendo esto.
-Takasugi tiene razón -Me dijo- Tu lo estas sintiendo también, Zaygo Murumo no es algo que podamos controlar solos.
-Claro que podemos -Le dije- Si utilizamos el relámpago impuro podremos vencerlo.
-No podemos arriesgarnos a eso -Me dijo- Terminaremos muriendo si vamos con el ejercito.
-Nosotros cuatro solos podríamos hacerlo -Le reclamé- Con el ejercito lo hubiéramos tenido asegurado, si no pregúntale a Sakamoto.
Ryoma estaba en una esquina apuñalando cadáveres.
-Creo que Goto tiene razón -Dijo Ryoma- Aun así, no podemos arriesgar al ejercito humano.
-¡¿Que estas diciendo?! -Le grité.
Fue entonces que Takasugi se acerco a mí, y me agarro del cuello de mi armadura de manera violenta.
-¡¿Como puedes ser tan idiota?! -Me gritó Takasugi- ¡No podemos darnos el lujo de perder a mas hombres, ya que acabamos de asesinar a muchos de ellos! ¡No voy a permitir que mandes a mas soldados a morir por nada de nuevo!
Estaba enojandome, estaba a punto de desenfundar mi espada.
Pero entonces Yamauchi nos separó.
-No tenemos tiempo para pelear entre nosotros -Dijo Yamauchi- Podemos discutirlo tranquilamente.
-¡No sacrificare la libertad del mundo porque tienes miedo! -Le grité a Takasugi.
-¡Si tuvieras algo de humanidad entenderías porque eso es tan inmoral y ridículo! -Me respondió Takasugi.
-¡Suficiente! -Grito Ryoma mientras se acercaba a nosotros.
Ryoma me golpeo entonces, dejándome en el suelo.
-¡Es suficiente, de los dos! -Grito Ryoma de nuevo- ¡No hay tiempo para pelear! ¡¿No sienten que el aura de Zaygo se esta acercando?!
Fue entonces que todos nos quedamos callados, escuchando como todo se volvía igual de sombrío que al principio.
-Es verdad -Dijo Yamauchi- Viene hacía nosotros.
Los cuatro nos quedamos callados esperando.
-Hay un punto medio -Dijo Ryoma- Podemos proteger la libertad, sin sacrificar a nadie, complaciendo tanto a Shojiro como a Shinsaku.
Cuando se refirió a Takasugi y a mí como "Shojiro" y "Shinsaku" empece a notar que quizás era una discusión estúpida la que estábamos teniendo.
-Vamos a enfrentarlo solo nosotros cuatro -Dijo Ryoma- De esa forma nadie pierde.
-Estoy de acuerdo -Dijo Takasugi, quien aun parecía estar temblando.
Yo asentí, mientras que Yamauchi se levanto y empezó a caminar hacia el aura de Zaygo Murumo.
De esa forma, los cuatro nos dirigimos a la batalla final contra Zaygo Murumo.
Esa aura es inconfundible.
Un aura que nunca podrá ser igualada.
Tan poderosa como para destrozar el continente entero.