Los pensamientos pueden llegar a dividir tu alma... ¡Ten cuidado!
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—¡¡¡AAAAHHH!!!
Un gran grito que fue lanzado por un chico que se despertó muy violentamente y quedo sentado sobre su cama.
—Ha.… ha ...ha. ¡Haaaa!
—¡¿Que?! ¡¿Qué paso?!
Estaba alterado, asustado e inquieto.
—¡¿Pero qué mierda paso?!
Se agarro con fuerza el pecho y comenzó a mirar hacia todas las direcciones.
Todo mientras jadeo.
Se relajo un poco.
—Si.... solo es eso. Tuvo que ser un mal sueño. ¡Solo fue eso!
—¡Tranquilízate de una vez!
La luna entraba discretamente por las cortinas...
Mire hacia la ventana que mantenía las cortinas cerradas... y podía ver un poco de aquella gran figura luminiscente.
El cielo también se veía algo despejado. Distinto de los días anteriores donde hubo fuertes lluvias.
Ya estaba mucho más tranquilo. Pero estaba sudando y pegajoso, por lo que decidí ir al baño.
Pero antes de poder moverme para levantarme o básicamente antes de pensar cualquier otra cosa, tuve la necesidad de levantarme la polera y mirar... mi estómago.
Como era obvio, no tenía nada y eso me tranquilizo por alguna razón.
—¿Que estoy haciendo?
La solté y me quedé mirando un punto fijo...
Luego mire hacia el velador e intente moverme para alcanzar mi teléfono, pero cuando hice aquello sentí un fuerte dolor en...
—¡Aaagghh! Mi cabeza...
Con rapidez me lleve las manos a la cabeza, una acción que fue influenciada por un tremendo dolo en ese lugar.
Sentía que palpitaba con fuerza.
<¿Porque me duele tan...?>.
—¡Aaah!
Cada movimiento dolía.
Vestido de sus ropas para dormir y con su sabana tirado por ahí, Alex poco a poco se fue moviendo y soportando el dolor que retumba su cabeza, para poder alcanzar su teléfono.
Apartando el hecho de que contiene muchos mensajes no leídos, el aparato marca las 4:15 de la madrugada.
—No puede ser... ¿No puede ser más terrible?
Puse los pies en el suelo, sentado me agarraba la cabeza y la movía a la vez que suspiraba abatido...
Se podría decir que estaba en blanco por estar despierto tan tarde, es un fastidio para mí.
—Fue una pesadilla ¿No?
—Fuuuu...
Lo pensaba quizás con un poco de preocupación.
—Otra más. Otra noche donde despierto así. ¿Sera algo problema mental?
Aunque es extraño... porque esta vez fue diferente.
—Quizás si debería ir a un médico... es preocupante después de todo.
—Y cada vez.... ¡Haaaaa! Cada vez ocurre más seguido.
Me estaba resignando un poco, pensando en que nada podía hacer que solo ir al baño y secarme.
Fui levantándome poco a poco, porque aún me dolía.
—Mañana tengo que levantarme temprano... Esto apesta.
Con bastante dificultad fue moviéndome por la pieza hasta poder llegar a la puerta. Apoyándome en la misma la abrir y básicamente quede tirado sobre el marco de esta.
Con fuerza de brazos me reponía.
—Vamos... ¿Cómo puedo estar tan cagado?
Un gran paso y me apoye en la pared de la casa que esta frente a la puerta. Y así... apoyado de esa muralla fui caminando hasta la escalera.
Me esforcé un poco más y fui bajando la escalera hasta el baño. Entre la oscuridad cada paso era difícil para no golpearme y no tener que agregar otra dolencia más.
Para lo poco que me queda de suerte, no me di con nada más y logré llegar a ese cuarto.
Ya estaba ahí, frente al espejo y mirando atentamente cada parte de mi cuerpo.
No tenía nada extraño...
—Ya estoy un poco harto de estas "pesadillas". Y lo peor es que nunca soy capaz de recordar nada de lo que paso.
—Saber qué es lo que me espanta tanto.
Miraba mis propios ojos, cansados de tanto jugar y de estar frente a las pantallas.
—Aunque... lo que importa es que se detenga este dolor de cabeza infernal.
De apoco fue a una caja con un símbolo rojo y de ahí saco una pastilla para el dolor de cabeza. Junto a un poco de agua de la llave, se tomó con prisa aquella medicina que ojalá pueda aliviar su dolor.
Eso es lo que necesita.
Luego tomo algo de papel y comenzó a secarse el sudor de su frente, cara en general y cuello.
—¡Bien! Mas no puedo hacer.
—Se me pasara si vuelvo a la cama.
Decidido por volver y mientras lo hizo, observo que las piezas de sus familiares no estuviera prendidas o si alguno había salido de su cuarto.
Agachado en la escalera, miraba y escuchaba con atención.
Aquello fue muy vergonzoso, pues ella con mucha insistencia, entro a mi pieza para saber si estaba bien y pese a que le dije de mil maneras que solo fue un mal sueño, ella igual llamo a mis padres y fue un fastidio mucho mayor pues no pude volver a dormir hasta calmar a mis padres.
Ese es un recuerdo no muy grato de todo este problema con las pesadillas.
Pero en el camino de vuelta no los sentí y no divise luz.
—¡Bien! No los desperté.
Hablaba bajo.
Llegue hasta mi cuarto y rápidamente entre. Pareciera que me estaba reponiendo y podía moverme con más facilidad.
Por eso me dirigí rápido a mi cama, pero antes algo llamo mi atención pues...
—Está muy oscuro.
Me encaminé hacia las cortinas y las abrí completamente.
—Así está mucho mejor.
Luego me acosté...
Me tape e intente dormir.
Pero...
...
5:00 AM.
...
Pese a ser tan tarde o temprano para muchos.
El caso es que hay un chico tendido en su cama, justo en medio y mirando hacia el techo con los ojos completamente abiertos y con ojeras en símbolo de su enorme cansancio.
Dejando salir una lagrimas que se podría decir que tenían un toque cómico y trágico, dijo...
—Ya van cuarenta minutos... ¡Y aun no puedo quedar dormir!
—¡¡Por favor!! Que alguien acabe con mi sufrimiento.
Un nuevo vistazo sobre su celular, le hacía saber que ese número seguía creciendo y el seguía despierto.
Agregando más miseria a su condición.
...
Junio 22/14:05 PM
...
Junio es un mes que donde nos encontramos, se le considera época invernal, con lluvias y fuertes vientos que azotan la ciudad.
Pero esto sería una descripción muy ligera que calzaría en el antiguo mundo.
Hoy en día lo que sucede en épocas invernales son literalmente las tormentas bestiales que cada poco tiempo van chocando contra la tierra dejando una cantidad absurda de agua y sus vientos son tan feroces que podrían llevarte lejos.
Y esta no ha sido la excepción. La semana pasada se registró un fuerte tifón que afecto casi todo el pacífico y por poco colapsa los sistemas de la capital del Distrito 3.
Por suerte llegaron a estar casi críticos y pudieron soportar. Los demás días solo fueron muy fríos y algo lluviosos.
Pero...
Hoy era diferente.
Era uno de esos días hermosos y parcialmente despejado donde la simple brisa te transmite tranquilidad. Un viento típico después de la luvia y que trae el aroma de la misma.
Un día de vientos que son capaces de purificar con sus frescas sensaciones.
Y era un ambiente de mañana que con cada rayo de sol que me tocaba, me invitaba a seguir durmiendo, pero había un problema.
Un golpe.
—¡Hermano!
Otro golpe.
—Vamos, despierta... ¡Ey!
Un último golpe... Que, a juzgar por sus daños, era propiciado con una almohada.
—¡¡¡Hermanoooo!!!
Poco a poco, debido a las incesantes molestias fui abriendo los ojos.
—Vamos, vamos, vamos... ¡Tienes que levantarte!
—¿¿Eeeeh??
Apenas podía decir algo pues mis ojos y mi cuerpo en sí, se siente muy cansado.
Quien me estaba golpeando con una almohada era Mia.
Parecía molesta.
Lentamente intente levantar por lo menos la cabeza y dejarla arriba mientras me apoyaba en mis codos.
Mia observa con mala cara a su hermano mientras que el pareciera no tener energías ni para vivir.
Ella era la chica de cabello castaño que ahora peculiarmente tiene una mecha rubia a un costado de su cara. Lleva un polerón de un color azul con líneas moradas y una falda negra con algunas decoraciones blancas.
La joven se fijó más que nada en los ojos de su hermano.
—Buen... Di...
No podía saludar debido a su cansancio.
—¿Qué te paso? Pareces estar muerto.
—¿Eso... parezco?
Con cara de estar a punto de desmayarse, bostezaba...
—¿No dormiste bien?
—¡Ah!... Eso parece... Ahora mismo quiero... morir.
Alex se volvió a tirar sobre la cama.
—¡¡Ey!! ¡No dejare que vuelvas a dormir!
Mia comenzó a tironear la manga larga del chico, pero no ayudaba despertarlo por completo.
—No me tires... Déjame... morir aquí.
Le rogaba.
—¡¡No lo hare!! Tienes que ir a comprar el juego ¿Recuerdas? Me lo dijiste el otro día.
Mia daba todo su esfuerzo por intentar sacarlo de la cama, más lo que lograba era arrastrarlo hasta el punto de estar cerca de tirarlo al piso.
—Cinco minutos más... No creo que sea un problema estar acostado cinco minutos más.
Finalmente, Alex cayó al suelo debido al tironeo de su hermana, pero lejos de pararse, se quedó quieto debido a que cualquier lugar le servía para dormir.
—¡¡Claro que si es un problema!! ¡¡Son las dos de la tarde!!
Mia lo seguía tironeando para levantarlo.
Pero automáticamente sintió como el brazo que intenta levantar, le da un fuerte agarre. Pues Alex de la nada se levantó del suelo para quedar de rodillas y agarro la muñeca de la joven.
—¡¿Hi?!
Mia se sorprendió.
Por otro lado, con los ojos bien abiertos y rojos por no haber dormido como corresponde, Alex miraba a la joven con mucha preocupación.
—¿Qué fue... lo que dijiste?
—¿¿Q-Q-Que?? ¿Y-Y-Yo? E-Este...
Por instantes Mia quedo un poco impactada, teniendo bastante vergüenza y hasta un sonrojo en la cara.
Pero luego se dio cuenta de aquello y sacudió con fuerza su cabeza.
—¡¡Que son las dos de la tarde!! ¡¡Te quedaste dormido idiota!!
—N-No puede ser.
Rápidamente soltó a la chica y miro el velador donde tenía su celular. Observando que efectivamente... son las 14:10 PM.
La cara de Alex tomo un tono azul con mucho sudor.
—Voy a tener que comprar el juego con los gordos...
—¡¡Así es!! ¡¡Así que ahora mismo, cámbiate y corre hasta la tienda!!
Brazos cruzados y expresión severa, ella quería parecer mandona. Pero no hubo respuesta de un Alex que se paró y poco a poco se fue dando vuelta para quedarse mirándola.
Con un solo ojo, la chica lo observa con duda.
—¿Qué pasa? Ya te lo dije... ¡¡Apúrate!!
Mas de manera muy rápida, Mia fue arrastrada casi volando desde la habitación hasta el pasillo.
Prácticamente la tiro fuera.
Cerrando la puerta muy fuerte, la joven quedo en blanco estando de pie.
—¡¡Oye!! ¡¡Al menos dame las gracias por darme la molestia de venir a despertarte!!
Golpeaba la puerta, enojada y sonrojada.
Adentro de la habitación Alex llegaba a volar de un lado a otro como un completo demonio.
Pensaba en las filas y en la cantidad de personas que tendrá que toparse por llegar tarde y eso hacía que su alma se llenara de disgustos por la flojera que le causaba.
Lo cual incitaba que fuera mucho más rápido.
—¡Bien! Ya casi estoy.
Se puso un buzo con una pinta de militar, con un polerón negro que le dio su hermana y sus zapatillas deportivas azules... porque tendrá que correr bastante.
—¡Vamos!
De un salto salió de la habitación, llevando consigo su celular y unas tarjetas.
Corrió...
Bajo la mitad de las escaleras y el resto de un buen salto paso, cayendo con fuerza y moviéndose hábilmente hacia el baño que estaba a su derecha.
—¡¡Oh!! ¿Qué le pasa a ese chico? Por poco rompe la puerta.
—Nunca lo veo tan enérgico. ¡Que milagro!
En la sala de esta casa estaba toda su familia y quien hablo era su padre quien estaba en la mesa con un vaso de agua y leyendo unos manuales.
Un hombre de cabello negro como su hijo y con barba negra también. Lleva una polera azul y pantalones grises.
—Se quedó dormido para ir por un juego y ahora el idiota está corriendo como un loco para poder llegar a la hora de venta.
Respondió Mia mientras miraba la televisión.
—Seguramente tuvo una mala noche... Alex por lo general es capaz de despertarse si de un juego se trata.
Ahora es su madre la que comenta... Ella estaba lavando unos platos del desayuno.
Una mujer de rasgos finos con el cabello castaño claro y ojos medios amarillos, lleva un vestido rojo encima de una camisa blanca.
—¡¡Ah!! Ese chico estaría mucho mejor si le pusiera ese empeño a la vida diaria.
—Ya quisiera verlo corriendo a un trabajo...
Comentaba su padre.
—Gracias a dios que Alex ahora si sale de su pieza querido. Ya falta menos para que se recupere por completo y comience a vivir la vida.
Decía la madre.
Entre ellos conversaban el tema y por otra parte Mia solo miraba aquel programa de historia.
"Las fuertes erupciones de los años ochenta, obligaron a la comunidad científica a explorar la capacidad del Elemento Fuego de influir en estos acontecimientos y este fue un motivo clave que retraso el plan de "Fortalezas Elementales" haciendo ver que no solo debería soportar tormentas…"
Pero la chica pareciera ya no escuchar con atención y solo piensa...
< "Comenzar a vivir la vida" Mi hermano... ¿Podrá volver a vivir esa "vida"? Yo...>
El pensamiento de la chica fue interrumpido pues se sintió un nuevo gran golpe...
La puerta de la sala se abrió con rapidez y se asomaba Alex muy alterado e incluso desesperado.
Y más rápido fueron sus palabras pues...
—¡¡Estoy atrasado!! ¡¡Voy al centro!! ¡¡Adiós!!
Dándose la vuelta y cerrando nuevamente la puerta, todos quedaron como estaban pues no alcanzaron ni a decir "adiós".
El chico ya estaba en la entrada de su casa.
Aquella puerta posee un sensor que se activa cuando alguien de la familia coloca su mano en ella. Pero este estuvo a punto de explotar cuando Alex con toda prisa y fuerza coloco su mano.
La puerta se abrió y agarrando vuelo, el chico salto hasta prácticamente la reja de su jardín, pero no midió correctamente la fuerza y termino estampando la cara contra aquella reja de fierro.
—¡¿A-Alex?! ¿Estás bien, muchacho?
Un hombre adulto que vive al lado justo sintió y miro el golpe.
—¡S-Si! T-Todo bien.
Sin devolverle la vista, abrió como corresponde la puerta mientras se sobaba la nariz que por suerte no le sangro.
Pero sí que le dolió.
Cerrando con fuerza la reja y volteando hacia su derecha, comenzó su corrida y travesía por esta gran ciudad en este bello día.
Mientras corre podemos ver que se dirige al norte y justamente en esa visión se ven varios edificios grandes.
En aquella gran concentración de estructuras monumentales, deber estar su destino.
Por lo general le tomaría algo de tiempo llegar al centro, pero ahora está desesperado y lo demuestra con su ritmo acelerado que hace que muchos de sus vecinos se fijen en él.
Personas que viven en esta villa y están haciendo las cosas que normalmente harían los sábados.
Viviendo la vida, como le es posible vivirla.