—Déjanos a solas. — le dijo Shu a Koshuo.
—Te estaré vigilando, no creas que me olvido de que eran buenos amigos y de que eras empleado de Shiro. No trates ninguna estúpidez, o el jefe te va hacer pagar muy caro. — Koshuo salió junto a los demás hombres.
—¡Eres un cabrón!— le grité.
—¿No estás feliz de verme? — Shu caminó hacia mí y se arrodilló.
—¿Cómo pudiste dar esa orden? Qué mierda te pasa, infeliz.
—Tranquila. Primero dime de qué estás hablando. ¿Qué orden?
—Violaron y mataron a mi amiga por tu culpa.
—¿Esa era tu amiga? ¿De dónde salió? Que yo recuerde no tenías amigas. ¿Cómo iba a saber que era conocida tuya? Di la orden de que la matarán, pero no de que la jodiera como hicieron. Si no la hubieran matado ahora, lo hubieran hecho cuando viniera el jefe de todas formas.
—Eres de lo peor, Shu. ¿En esto te convertiste?
—No, de verdad no sabía. Lo siento.
—¿Lo sientes? No sientes nada. ¿Todo este fue tu plan? ¿Fuiste tú quien mandó a llevarse a Shiro también?
—¿Por que te preocupa tanto ese tipo? Te dije que te sacaría de sus manos, ¿Lo olvidas? Cumplí mi palabra. Para eso te tengo aquí. Escápate conmigo, Rui. Ya ese tipo no será una molestia.
—¿Dónde esta, Shiro?
—¿Seguirás preocupada por él? ¿Qué sucede, Rui? ¿Te enamoraste de Shiro?
—Responde.
—Lo entregué a la policía.
—¿Lo vendiste? Qué plan tan bajo.
—Lo estás defendiendo mucho. Te diré algo. Ese hombre no va a poder salir de ahí. En este momento deben estar haciendo los trámites para mañana llevarlo a una cárcel de máxima seguridad. ¿Sabés cuantos enemigos tiene en el bote? ¿Sabes lo que harán cuando llegue ahí?
—Eres hijo de puta, Shu. Te voy a matar.
—Pasó lo inevitable. ¿Cómo pudiste enamorarte de ese tipo, Rui? Te hizo vivir una pesadilla y querías huir de sus manos. ¿Qué mierdas pasó?
—No es tu maldito problema. ¿Estás trabajando para su tío, cierto?
���Si, Todo lo hice por ti. Necesitaba regresar y sacarte de ahí. Aún tienes tiempo, Rui. Tengo todo preparado para que escapemos juntos. Si me dices que quieres salir de aquí y huir conmigo, te juro que te saco. Si llega mi jefe no podrás irte y lo más probable te matará. Toma una decisión ahora.
—No voy a irme con un traidor.
—¿Estás embarazada?— Shu trató de tocar mi barriga, pero lo evite.
—No pendejo, estoy llena de aire. ¿Qué no ves?
—Ya veo. Te dejaste embarazar de ese tipo, es por eso que estás así. No importa, aún así si me dices que te saqué de aquí y huyes conmigo podemos criarlo los dos.
—Estás enfermo. ¿Dónde está ese Shu que conocí?
—Hice todo esto por ti, ¿y así agradeces?
—Prefiero que me maten antes de aceptar irme contigo. Te desconozco, Shu. Si logro salir de aquí voy a matarte. Por haber matado a mi amiga y por haber encerrado a Shiro.
—Te vas del lado de ese pendejo. Que bajo has caído. ¿Estás segura que ese bebé es de el?
—¿Qué estás tratando de decir, hijo de puta?
—Te recuerdo que estuvimos juntos también. ¿No será mío?
—Has perdido la cabeza. Lárgate y déjame morir aquí. No quiero ver tu cara.— Shu sacó una cuchilla y cortó las cintas de mis pies para luego cortar la de mis manos.
— Si quieres ayudar a Shiro debes salir de aquí primero.
—¿Y ese cambio a que se debe?
—Cállate y toma. Te ayudaré.— me dió un arma.
Recuerdos:
A veces se tienen que hacer sacrificios y más si son para tu propio beneficio.— voz de Shiro.
Tienes razón mi cielo…
Me levanté del suelo y miré por última vez el cuerpo de mi amiga que no se la habían terminado de llevar.
—Descansa en paz, Yuriko. Prometo que voy a vengar lo que te hicieron, así sea lo último que haga.
—Vámonos.
Nos acercamos lentamente a la puerta del almacén y Shu se asomó primero.
— Tenemos menos de 15 minutos para salir de aquí antes de que el jefe llegue.
—¿Y qué esperamos para salir?
—Quédate detrás de mí. No quiero que te vayan hacer algo.
—Si eso sucede recuerda que es tu culpa.
—No vuelvas a repetirlo.
—¿Cuál es tu auto?
—El blanco.
—Bien.
Abrí la puerta rápidamente y disparé en dirección a dónde estaban los hombres, quienes comenzaron a disparar sin pensarlo. Me escude detrás de uno de los autos que estaba estacionado. Todo lo que tengo que hacer es llamar su atención. No voy a seguir perdiendo tiempo. No puedo gastar mucha munición tampoco. Apareció alguien por mi costado y le disparé. Shu corrió a escudarse en otro de los autos y comenzó a disparar. Mató a dos hombres. Solamente nos quedaban unos tres más y Koshuo. Ellos se estaban escudando en otro auto.
—Pero que gallina me saliste, Koshuo. ¿Qué esperas para salir de tu escondite?— le grité sarcástica.
—¿Por qué no sales tú primero, pendeja?
Shu y yo nos quedamos agachados al lado del auto. Me hizo seña desde el otro lado como que trataría de acercarse más a ellos. Caminé agachada tratando de mirar por el otro costado a ver si veía a Koshuo, pero ya no lo veía. Mierda lo perdí de vista.
—¿Me buscabas? — se había subido en el bonete del auto y me estaba apuntando.
Shu le disparó a otro de los hombres y Koshuo al escuchar el disparo miró en esa dirección y aproveché su descuido para dispararle en la mano. Dejó caer el arma y seguía chillando de dolor. Me acerqué para darle una patada al arma, pero Koshuo me dió una patada en la cara. Retrocedí para tocarme y él se bajó.
—¿Qué pasa? ¿No vas a pelear ahora, puta?— agarraba su mano y la sangre caía al suelo.
Shu se encargó del último hombre que faltaba y caminó hacia nosotros apuntándole a Koshuo.
—No lo mates, Shu.— No quería matarlo fácilmente. Tenía que sacarme esa rabia que sentía dentro de mi.
Recuerdos:
Si algún día falto, quiero que protejas a nuestro hijo.
Mierda, ¿Qué estoy haciendo? ¿Porque te metes en mi cabeza en un momento como este, Shiro?
Le apunté con el arma. No puedo pelear con el. Estoy embarazada y si me da un golpe puedo perder a mí bebé. Por más rabia que tenga debo controlarme. No puedo dejar que me controle la ira.
—Hubiera querido jugar contigo un poco más, así como si divirtieron con mi amiga, pero no puedo.—cuando fui a disparar Koshuo me dió una patada en la mano que hizo que mi arma cayera en otra parte y Shu le disparó sin pensarlo.
—Lo siento, pero no tenemos tiempo, Rui.— dijo Shu y me moleste.
—¡Tch!— Koshuo estaba en el suelo sujetando su hombro. No puedo dejarlo vivo o será un problema más adelante. Los problemas se tienen que arrancar de raíz.
—Dame tu cuchilla, Shu. Seré breve, lo prometo.
—Termina.— me pasó la cuchilla.
—No sabes cómo moría por este momento. No pensé que tendría el placer de atenderte como se debe. — puse mis rodillas en ambos de sus hombros justo como me enseñó Shiro.— ¿Querías divertirte? Vamos a divertirnos ahora.
—No pudiste salvar a tu amiga, me voy satisfecho. No fui el único que perdí. — sonrió burlón.
—Es cierto. Ni tu tampoco pudiste salvar a tu puto padre. Ambos perdimos.
—¡Maldita perra!
—¿A dónde se fue tu risa?— llevé la cuchilla a su boca y la metí a la fuerza. Puse el filo de el cuchillo en su lengua y ejercí algo de presión. Hacía ruidos de dolor ya que la voz no le iba a poder salir. Sentí las patadas que estaba tirando, pero era imposible levantarse ya que mi peso estaba sobre él y tampoco dejaría que se soltará fácilmente. La sangre salía de su boca y el mordía con fuerza la cuchilla. La saqué de su boca y con la base de la cuchilla le di un golpe con todas mis fuerzas en su boca.— Esto pasa por hablar tanta mierda.— lo hice en repetidas ocasiones. Entre más sangre veía más ganas de seguirlo haciendo tenía. Rompi cada diente que pude. Quise sacar toda esa rabia en cada golpe.
—Tenemos que irnos, Rui.
—Quería divertirme un poco más contigo, pero tengo que irme.— puse la cuchilla en su boca. Ya el no tenía como evitarlo. —No te gusta recibir órdenes, pero está vez te va a tocar hacerlo. ¡Muérete! — enterré la cuchilla en su garganta lo más profundo que pude. La mantuve así hasta asegurarme de que estuviera bien muerto.
—¿Aun quieres la cuchilla, Shu?— le pregunté.
—No, déjala ahí. Vámonos.
Me levanté de encima de el y recogí el arma. Me fui en el auto con Shu.
—¿Tienes tu teléfono?
—Si, ¿Para que lo quieres?
—Tengo que usarlo. Tenemos que buscar la forma de evitar ese traslado.
—¿No se te ha ido eso de la cabeza?
—Ni se me va a ir. Dámelo.
—No hay remedio. — me pasó el teléfono.
Tengo que llamar a su madre. Tengo que saber dónde está y si regresó a la casa, ella podría ayudarme a sacar a Shiro de dónde está.