"Mantené la calma."
Fue la salida, la subida, la bajada, la estampida, la escupida, la hablada. Acciones accidentales para acceder al ático de ser ajeno.
Hasta de como pensar se perdió el idiota conocimiento.
El mono estaba por dormir empachado de guineo celestial, que lo llevó a ver estrellas de mes de abril.
La mirada era fija. La otra era perdida en alrededores inciertos, alrededores sin sentido. El resto estaba mensamente en sus menesteres mundanos, ignorantes y negligentes de lo que ocurre entre estas últimas tres entidades en los espacios terrenales.
Ese momento era de luna asomada en el día soleado.
La luna vió al sol volverse dos soles, y el otro sol solo sonrió para salirse del campo de visión. Quedando con la idea de un sol encendido y otro apagado siendo lo único que notaría en el firmamento que ya mismo metamorfaría a ocaso sin caso alguno, ocasionando la eminente noche donde solo se viese la luna.
"Las drogas debo dejar."
Era puro impulso nervioso que hizo que quedase boquiabierto y una mosca haya entrado a su sistema. Ahora la mosca debe estar en los últimos tres procesos de digestión.
- ¿Estás bien? - preguntó la mina haciendo un gesto manifestante de que está siendo perturbada.
-Debería estar, pero ante los tres últimos pasos de manifestación solar, con ansias de vivir me no me puedo quedar...
-No te entendí nada pero he de intentar. Pues no debo dudar.
Literalmente, de manera perturbadora- a lo Dross- empezaron a charlar en modo de género dramático clásico... Esperen... no...
Nunca pasó...
La mina lo miró a los ojos, y él imaginó que ella dijo: "Chale, estás re- ogro. Feo de..."
Pero los húmedos y colorados labios compusieron:
-Ché, sos gracioso.
Luego se despidió sin decir adiós, ni chao, ni en inglés, ruso, portugués, lenguaje mudo.
Y el chamo quedó boquiabierto sin la boca abierta. Con la mirada embobada y las mejillas rosadas en su trigueña faz, solo la vió partir a su casa por la acera quebrada en la Calle Tenaz.
La mente conectó los puntos mal. Esta se llenó de helio y echó a volar. Encontró el sol. Era el principio de las tres últimas fases del ascenso, donde revienta y empieza caer.
"L.P.M."