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Chapter 28 - 26-{Último}

Y ese fue el último beso, la última vez que ambos se acercaron tanto, para declarar su amor.

La fiesta no acabó tan bien.

Daphne, ha sido maltratada por sus padres psicológicamente y también físicamente. Alexander después de enterarse las cosas que hacía su hija con Jason en secreto, no pudo evitar regañarla violentamente.

Ahora nada volvería a ser lo mismo. Daphne y Jason, decidieron dejar todo atrás y seguir con su vida en caminos separados.

Por más que doliera...

♥♥♥

El mes de mayo, no entró con buen pié.

El sol ya saludaba a la ajetreada ciudad. La gente ya se movía con rapidez entre tanta multitud de personas, los metros a rebozar de gente y sobretodo ya comenzaba a hacer demasiada calor.

Jason, movía el lápiz nervioso, pensando en la respuesta del examen, ya que era muy complicada la pregunta. Sin embargo no pudo evitar pensar en la discusión que tuvo con su padre el día antes. Y la tortura que estaba pasando por no poder tocar, ni besar a Daphne. Alejarse de ella, es igual que alejarse de una droga realmente adictiva.

Ya faltaba semanas para terminar, el curso, los exámenes finales ya habían comenzado y todos debían de centrarse en lo suyo. Nuestra dulce protagonista, no dejaba de estudiar. Y los resultados después eran buenos.

Pero anhelaba mucho a Jason, demasiado... Esas tardes, que él entraba por su ventana, esos besos, esa forma de hacerla delirar como loca cuando frotaban sus caderas.

Pero ya debía de olvidarlo. Y eso le estaba comenzando a costar demasiado.

El timbre sonó, era hora del recreo. Daphne agarró su mochila e salió de clase pitando, no hablaba con casi nadie y Lucy ya no la molestaba tanto.

Jason, sonreía amargado, sus amigos lo comprendían. Tal vez deberían de llevar a este de fiesta para conocer gente nueva.

Extrañaba tanto a su Daphne... Extrañaba tener sus pequeños senos en sus grandes manos, su dulce piel, su aroma, su cabello, su dulzura, su tranquilidad, la forma de moverse cuando hacía el amor. Incluso sus melodiosos gemidos.

Maldición la extrañaba demasiado...

♥♥♥

El resto de la semana fue

normal y aburrido. Jason faltaba a algunas clases por la borrachera. Su padre, ya pasaba vergüenza y ya estaba planeando todo para que Jason se alejara de él. Y así no hacer pasar vergüenza a la familia.

El rumor llegó a los oídos de Daphne, unas muchachas conversaban, mientras guardaban materiales en la taquilla.

-¿Es en serio? - preguntó la pelirroja. - sí, ay amiga, que triste que Jason se marche. - contestó la otra muchacha.

-¿Pero, se va a Canadá? - preguntó la otra. La joven asintió.

Daphne, sintió su corazón romperse. Esto iba muy en serio.

Más rumores llegaron a sus oídos, Jason se iba a Canadá en Junio, después de terminar la preparatoria y faltaba pocas semanas.

Ya por fin eran las tres en punto de la tarde, Daphne recogió todo e salió de su aula. A lo lejos vio a Jason sonriendo muy amable a una muchacha y justamente tenía que pasar al lado de él así para poder salir.

La joven se colocó los audífonos e siguió con su camino, pasando al lado de Jason sin importarle, el motivo de porqué hablaba de forma tan cercana a esa estudiante.

Jason sintió su piel erizarse por su presencia dulce, pasar al lado. Ella estaba tan distante, tan solitaria... Necesitaba abrazarla.

Al salir de la preparatoria, nuestra Daphne limpió sus lágrimas, no soportaba evitarlo. Quería estar cerca de él y abrazarlo, sentir sus musculosos brazos abrazándola fuerte, haciéndola elevar lentamente.

El chófer ya la esperaba, ella entró saludando al hombre, pero él no tenía buena cara y malas noticias.

-señorita Daphne, ahora nos vamos a dirigir al hospital, su padre, está ingresado. - el chófer habló con calma, ella abrió sus ojos como platos e salió otra lágrima. Desesperada le preguntó al hombre que sucedía con su padre, pero este no tenía buenas noticias.

-ha tenido un accidente automovilístico y... Bueno, el estado no es muy bueno. - después de eso, puso en marcha el coche.

Daphne, se sintió vacía por dentro, empezó a llorar desesperada, muy desesperada.

Ella corrió, para poder llegar a la sala de cuidados intensivos. Las lágrimas salían. La escena era conmovedora, la muchacha estaba roja de tanto llorar.

Un pedazo de su corazón no estaba, ella no podía ocultar la tristeza. Su padre no se había portado bien, pero no le iba a dar la espalda. Él la necesitaba y Daphne en ese momento quería darle todo, todo su amor y fuerza para que su padre pudiera levantarse de la camilla y seguir caminando con firmeza.

Al llegar a la habitación, con el corazón realmente acelerado al igual que su respiración, abrazó a su hermana mayor. Todos estaban allí.

-todo esto es tu culpa ¡Eres una desgracia en la familia! ¡Largate de aquí! Es increíble, eres igual de pecadora que tu hermana Adrienne. Hijas de Satán, diabólicas y ....

-¡Ya basta mamá ! Este no es un sitio para discutir - Daphne se defendió.

- Haz la maleta y vete de casa, no te soporto. Pequeña mocosa - Adrienne no pudo contenerse.

-¿Sabes que mamá? Daphne, vendrá a vivir conmigo. - abrazó a su hermana pequeña que ya estaba sufriendo.

- te vas a quedar sola mamá, porque yo también me voy. Estoy harto de vivir en ese infierno de casa. - Damian contestó.

Los hermanos se pusieron de parte de Daphne. Denisa observó a su otro hijo Adonis.

-¿Tú también te vas? - preguntó la mujer desquiciada, el muchacho se levantó del asiento e decidió contestar a su madre.

-mamá, después de lo que te voy a decir, no me vas a querer en casa - Todos fruncieron el ceño.

-¿A que te refieres ?

Adonis, suspiró pesadamente.

-mamá, soy homosexual y tengo novio - Adonis confesó. Daphne e Adrienne no pudieron evitar abrazar a su hermano.

Tantas confesiones, la iban a volver loca en un día sin duda.

-Ya podéis hacer las maletas, porque no quiero a nadie en mi casa - contestó la mujer.

- perfecto mamá, nos vamos todos, pero te vas a quedar sola. Te estás volviendo loca - dijo Damian para consiguiente abandonar la triste habitación, dónde ahí estaba un hombre enfermo.

Daphne besó la frente de su padre, e después se juntó con sus hermanos. Ahora tenía libertad, pero aún se sentía atrapada en la oscuridad.