Tras reencarnar en un goblin, fui a cazar por primera vez. Más que nada, porque aquí los que no trabajaban, no comían. Los goblins neonatos solo podían comer orugas rechon- chas para nutrirse no, no es que no me gustasen, eran inesperadamente deliciosas, pero no teníamos un suministro ilimitado de ellas; la caza era inevitable puesto que ya no podíamos racionar la comida según el líder de los goblins.
Al parecer ,los goblins tenían que empezar a cazar a partir de los cuatro días desde su nacimiento.
Eso le enseñaba a uno la estricta ley de la naturaleza. Como esperaba, hubiera sido de- masiado difícil hacerlo solo. Hice un compañero/peón sacrificable, llamado Gobukichi, usando unas cuantas mentiras y halagos mientras andábamos por el bosque.
Los goblins de este mundo parecían ser simples idiotas. Bueno, por lo menos ea fácil engañarles.
Oh, es verdad. La procreación de goblins podía hacerse entre miembros de la misma raza, pero la probabilidad de concepción parecía ser baja. Para combatirlo, solían se- cuestrar a mujeres y violarlas hasta dejarlas embarazadas.
Sí, ayer encontré una espada oxidada por la parte de atrás de la cueva. Cuando fui a cogerla, encontré una habitación con varias mujeres. Muchas de ellas llevaban puestos solamente unos trapos, aunque sus niveles fueran superiores a los de los goblins.
Había una chica preciosa en un estado extremadamente cruel. Su cuerpo entero estaba manchado de un líquido turbio, y su vitalidad, la cual parecía debilitarse con cada res- piro, parecía todavía más fugaz. Seguro que estaba al borde de la muerte un incidente severo a tener en cuenta.
Era fácil adivinar de dónde las raptaban. Con mi fuerza actual, conocía demasiado bien el punto hasta donde podía llegar, así que solo pude rezar juntando las manos con un Namu Amida Butsu6. Aunque eso solo fuera una mera consolación.
¡Quizás alguien de aquí es la madre de mi yo reencarnado!
Pero era demasiado deprimente pensar eso, así que lo dejé estar por el momento...
En serio, era mejor que dos trabajasen juntos a que uno cazara en solitario, pero fue desagradable que Gobukichi-kun tratara de comerse la presa sin mi consentimiento, así que lo pegué con una rama de árbol para enseñarle las jerarquías. Finalmente se dio la
6 Este es el Mantra de la Tierra Pura de los Budistas. En japonés namu significa confío en o hago una reverencia o devoción hacia, Amida es Buda y butsu es renacer. Entonces Namu Amida Butsu significa: confío en Buda para renacer en tierra pura.
vuelta, así que me limité a acabarme los restos.
El resultado de nuestra primera caza gloriosa fue un pequeño conejo marrón que tenía un cuerno de 20 centímetros saliéndole de la frente, por lo que decidí llamarlo Conejo Cuernudo. A pesar de que el cuerno era afilado, era demasiado pequeño para que lo usara un humano, pero tenía el tamaño perfecto para un goblin. No cortaba como una espada, por lo que perforar y clavarlo como una estaca iba a ser la manera más apropia- da de usarlo.
¡Goburou ha obtenido un [Cuerno pequeño de animal]!
En el momento en que cogí el cuerno, un aviso resonó en algún sitio, pero probablemen- te era solo mi imaginación.
Oh, claro, se me había olvidado. Aparentemente mi nombre actual era Goburou. El go- blin Mayor me dio ese nombre cuando abrí los ojos por primera vez.
Aunque no fuera exactamente de mi gusto, decidí que lo toleraría, ya que no quería usar el nombre que tenía antes.
Básicamente, me rendí.
A pesar de que adquirí el cuerno del conejo a modo de arma letal, todavía tuve dificulta- des para quitarle el pellejo. En esa situación, era incluso más difícil ignorar las miradas asesinas de Gobukichi-kun mientras babeaba, ya que le hacía una cara más fea de lo normal. Buscando algo de paz, decidí partir el conejo por la mitad y compartirlo con él. Intenté pelar mi parte lo mejor que pude, pero se me hizo demasiado complicado, así que me lo comí masticando la carne junto con la piel.
Fui capaz de conseguir un arma y comer carne fresca, eso fue realmente un primer día
significante.
La carne estaba deliciosa; mientras que los insectos misteriosos no estaban mal, pero realmente no ganaban a la carne de verdad.