Jian Yi Chen era un hombre de casi ochenta años, su cabello blanco y las arrugas en su rostro le daban aires de sabiduría, sus ojos tenían un vigor casi juvenil y sus movimientos no parecían estar condicionados por su edad. Era un alquimista grado verde, los alquimistas se clasificaban según su capacidad en rangos rojo, naranja, amarillo, verde, cian, azul, cerúleo y violeta, siendo rojo el más bajo y violeta el de mayor prestigio, aún así el rango violeta era considerado una leyenda en las tierras del cielo, no había ningún experto que hubiera alcanzado ese rango, el alquimista más reconocido tan solo había alcanzado el rango azúl.
Mientras Jian Yi Chen estaba sentado en su silla tejida de bambú mientras contemplaba la cercana montaña con brillo astuto en sus ojos de repente un guardia se acercó corriendo para decirle jadeante:
- ¡Gran Anciano Jian!
- ¿Qué sucede? - las cejas del anciano se fruncieron levemente ya que jamás había tolerado el escándalo.
- El Segundo Joven Maestro Yang desea verlo con urgencia - la voz del guardia aún tenía rastros de jadeo.
Jian Yi Chen se levantó rápidamente y empezó a caminar en dirección a la puerta principal.
Yang Qian Yuan estaba parado ahí con el rostro levemente pálido, llevaba en sus brazos a Tang Yuri todavía inconsciente, el cuerpo de la niña temblaba de vez en cuando y su piel todavía tenía heridas sangrantes, se veía terrible.
- Abuelo...
- Yuan'er ¿qué sucede? - la mirada de Jian Yi Chen reparó en el pálido rostro de Yang Qian Yuan antes de desviarse al demacrado cuerpo de la niña, su corazón se saltó un latido al ver la forma protectora en que su nieto abrazaba a la niña.
- Abuelo, ayúdame por favor...
Yang Qian Yuan le miró con esperanza, Jian Yi Chen asintió y señaló una habitación en donde inmediatamente se adentraron. Yang Qian Yuan puso a la niña suavemente en la cama y le observó fijamente por bastante tiempo, observó cómo su pecho levemente abultado se alzaba cuando ella respiraba débilmente, reparó en ese rostro pálido y lleno de heridas sangrantes, observó las llagas en sus delgadas y frías manos, el corazón de Yang Qian Yuan tembló intensamente con cada detalle que sus ojos captaban de la niña.
- ¿Qué le pasó a esta hermosa jovencita? - se escuchó la voz ronca y envejecida de Jian Yi Chen que se acercaba para revisar el pulso de la niña.
- Le... le cayó... fue atacada por un rayo de tribulación... - la voz de Yang Qian Yuan apenas era audible y entrecortada.
Jian Yi Chen se congeló de repente al escuchar la explicación de su nieto, pero siguió revisando de cerca las heridas de la niña, antes de incorporarse y suspirar pesadamente.
- Es grave, también tiene heridas internas... pero, por extraño que parezca, su dantian está ileso...
- ¿Qué? Pero ella no puede cultivar... - Yang Qian Yuan abrió en grande sus ojos color miel.
- Mocoso ingenuo... ella logró engañarte, en realidad es una cultivadora de Refinamiento espiritual en la etapa inicial del reino Xinzhi... y además parece tener un talento relacionado con los maestros de conexión celestial...
- Eso explicaría la tormenta de tribulación... - Yang Qian Yuan habló por lo bajo mientras miraba fijamente el herido rostro de Tang Yuri - ¿Puedes curarle, Abuelo?
- Probablemente, pero... no estoy cien por ciento seguro... Yuan'er ¿qué significa esta jovencita para ti?
- Ella... es mi prometida... la hija mayor del Emperador Yao Ming del Reino Nanjing, Tang Yuri... - Yang Qian Yuan respondió sin desviar la mirada de la niña inconsciente.
- ¿Tang Yuri? ¿Su nombre no era Yao Yuri? - Jian Yi Chen comentó mientras usaba Píldoras de Media Luna en las heridas externas de Tang Yuri.
- También tengo curiosidad por ese... detalle... - Yang Qian Yuan sonrió con intriga en sus ojos.
- Mocoso, una mujer con historia es intrigante de cualquier forma... pero hay historias demasiado fuertes para tolerarlas... ¿estás preparado para afrontarlas?
Yang Qian Yuan lo pensó por un momento, dándose cuenta del débil revoloteo de las rizadas y largas pestañas de Tang Yuri, después de un momento sonrió y sus ojos color miel se llenaron de determinación.
- No dejaré que nada le pase, soy su prometido y ese es mi deber... pero también es mi elección...
Jian Yi Chen sonrió levemente, poniendo más Píldoras de Media Luna en las heridas del rostro de Tang Yuri que poco a poco se cerraron dejando su clara y suave piel sin cicatrices. Jian Yi Chen sacó de su anillo interespacial una píldora que irradiaba una luz color cian, está era una Píldora de Rocío Nocturno, una píldora de rango verde capaz de acelerar la capacidad de curación del cuerpo, colocó la píldora en la boca de la niña y se apartó para observar su efecto en ella.
Tang Yuri podía escuchar lo que pasaba a su alrededor, aunque no podía procesar rápidamente los hechos en su mente, aún así no era del todo ajena a su entorno, sintió el dulce sabor de la Píldora de Rocío Nocturno deslizarse por su garganta, una corriente de energía abrumadora corrió por sus vasos sanguíneos provocándole una sensación placentera, sus heridas internas sanaron lentamente y tuvo la energía suficiente para abrir lentamente sus ojos, su nublada mirada color azul marino se encontró de frente con los ojos color miel de Yang Qian Yuan, su corazón empezó a latir con fuerza.
Y por ese segundo el tiempo pareció detenerse...