Tang Yuri se sintió abrumada y rompió el contacto visual desviando su mirada hacia el anciano que le miraba desde un costado, sus labios temblaron antes de poder murmurar entrecortadamente:
- Gracias...
Jian Yi Chen asintió seriamente, preguntándose internamente por qué la píldora surtió efecto tan rápido, normalmente debían pasar dos horas para que toda la esencia de la píldora fuera absorbida por el cuerpo.
- Joven Señorita Tang... - Xiao Kong abrió la puerta y entró dando sacadas en dirección a la cama, al ver la suave mirada de Tang Yuri y la débil sonrisa que pintaba sus labios suspiró suavemente y se detuvo a contemplar el estado de la niña.
- ¿Lo preocupe, Maestro Xiao? - Tang Yuri habló casi en un susurro, su mirada tenía un brillo de calidez.
- Mocosa... ¿desde cuándo eres experta en meterte en problemas? - Xiao Kong sonrió suavemente mientras pretendía regañar a la niña.
- No era planeado se lo aseguro... Supongo que soy un imán para los problemas - Tang Yuri rió suavemente mientras se mordía el labio inferior.
- Estaba preocupado por usted... si algo le hubiera pasado, el peso que se habría quedado sobre mi... y el castigo que su padre me habría impuesto...
Tang Yuri frunció el ceño y una frialdad evidente cruzó sus ojos color azul marino, pero al siguiente segundo sus ojos se tornaron indiferentes y tranquilos, suspiró suavemente y dijo suavemente:
- Por favor no lo mencioné... porque sé que el Emperador Yao me está ocultando algo... y usted también lo sabe.
El rostro de Xiao Kong palideció de repente y sus labios temblaron. Tang Yuri no se detuvo y continuó:
- Ning Xue era su concubina preferida ¿no es así?... La familia Ning reprime al Clan Tang por ella y el Emperador Yao lo permite... No soy tonta, Maestro Xiao, yo se lo que ese anciano, Ning Li quiere en realidad... Quiere quitarme de en medio para hacer que Yao Yize tome el trono... Yize no sabe que su madre biológica fue Ning Xue, pero cuando lo sepa le guardará rencor al Clan Tang...
Xiao Kong desvió su mirada hacia el suelo sin poder mantener la fría mirada de la niña.
- Maestro Xiao Kong, elija... está conmigo o está en mi contra... Debe saber que no permitiré que la familia Ning se salga con la suya, todo el que me ofende recibirá su merecido...
Xiao Kong parecía haber recibido un rayo cuando escuchó las imponentes palabras de la niña. Pero pocos segundos despues su rostro se tornó serio y sonrió suavemente.
- Joven Señorita Tang, ni siquiera debe preguntar, por supuesto estoy con usted... su abuelo materno Tang Xieren me salvó la vida cuando era un niño, todavía estoy en deuda con él...
- Está bien... Gracias, Maestro Xiao Kong... - Tang Yuri asintió y miró sus manos ya libres de heridas, suspiró suavemente y volvió a cerrar suavemente sus ojos, sus heridas se estaban curando pero al hablar tanto sintió que el agotamiento la abrumada.
- ¿Estas bien? - Yang Qian Yuan salió de su estupefacción cuando vió lo agotada que se veía Tang Yuri, tomó su mano y se inclinó levemente hacia ella para preguntarle.
- Estaré bien, solo estoy algo cansada - Tang Yuri se sonrojó con el contacto de sus manos, su corazón se saltó un par de latidos y ella desvió la mirada sin poder evitarlo.
- Está bien, descansa - Yang Qian Yuan sonrió y acarició la mano de Tang Yuri antes de levantarse y empezar a caminar fuera de la habitación, Xiao Kong se adelantó y salió antes que él, Jian Yi Chen le dió un último vistazo a la niña y también salió de la habitación, Yang Qian Yuan le miró por última vez antes de cerrar la puerta.
Tang Yuri suspiró, no es que deseara seguir el concejo de Estrella Tímida bajo la Luna pero las palabras que el joven había dicho mientras el anciano la revisaba la conmovieron, él y ella no se conocían pero él ya había decidido tomarla como su esposa sin oponerse, quizá no podía confiar todavía del todo en él pero solo el tiempo diría si debían estar juntos o no. Aún cuando no confiaba del todo en Yang Qian Yuan, Tang Yuri desconocía por qué su cuerpo reaccionó tan naturalmente a su caricia, se abofeteó mentalmente por no poder controlar la reacción de su propio cuerpo. Sus ojos se cerraron gradualmente por el agotamiento y en poco tiempo se quedó dormida.
Por otro lado, Yang Qian Yuan se había quedado apoyado en la puerta un momento mientras organizaba sus confusos pensamientos, no se arrepentiría nunca de su desición pero le sorprendía lo asombrosa que era su prometida, una sonrisa radiante se formó en sus labios al recordar ese lindo rostro sonrojado, pensó que ver más seguido ese hermoso rostro enrojecido sería desde ese momento en adelante su razón de ser, también deseaba ser conocedor de los secretos de su hermosa prometida, sólo quería protegerla incluso de su pasado y de las cosas que ella le ocultaba, también sabía que debía esforzarse para atarla a su lado ya que había visto a través de su desconfianza hacia él, pero era algo que sin duda estaba dispuesto a pasar si al final ella sería su esposa.