Alba seguía cabizbaja, aquellas palabras, "padres", eran horribles, quemaban en su interior como si de un dragón infernal se tratara, no sabía cómo reaccionar, su madre ya no estaba, se había marchado dejando solo a una niña con su padre, la niña sumida en un abismo del que trataba de salir sola. Su padre estaba intranquilo en cualquier momento podría ser delatado, pero si algo sabía es que aquello no sucedería hasta después de que muchas cosas se arreglaran.
Iba tan sumida en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando una figura se le apareció delante haciendo que está chocara con Alba.
-Perdón, yo... - Miró hacia su frente para toparse con la persona que había tropezado, era Jhonatan.
- Lo siento, no quería...
- No pasa nada - La cortó Jhonatan, lo siguiente que sucedió fue que este le ofreció su mano al tiempo que se levantaba del suelo.
Alba observó la mano extendido de Jhonatan quedándose observándola.
-Vamos, que no muerdo - Dijo Jonathan al tiempo que se reía y seguía con su mano extendida.
-Eso espero- Dijo Alba mientras que le agarraba la mano al chico.
Y en ese pasillo en ese momento todo comenzó...
- Oye- Dijo el chico llamando la atención de Alba.
-Al final te llamaron por algo importante o... - Dejó la respuesta al aire esperando que la completaran.
-No lo sé, me dieron una charla sobre el honor y que llamarían a mis padres pero todavía no sé el porqué.
-¿Hiciste algo mal?
-Si hacer algo mal significa correr por los pasillos...Me declaro culpable - Ambos volvieron a reír.
-Una última cosa antes de que vayas a clases, a veces mis amigos y yo vamos a una cafetería cercana y pues quería saber si querías venir.
Alba estaba emocionada en su interior pero no lo demostraría
- Claro.
-Bien pues espérame en la salida y ya te llevamos.
-Vale- Dijo con entusiasmo disimulado.
Miró la hora, faltaban solo 5 minutos para acabar la clase de matemáticas y después comenzaría la de lengua, no compensaba ir allí, decidió buscar su taquilla y cojer el libro de lengua y esperó paciente a que el timbre sonara para entrar a la clase de lengua.
Por fin aquel dichoso sonido retumbó por los pasillos haciendo que bastante gente se sumiese en un bullicio, Alba solo miró la hoja en la que decía a cual aula debería de entrar, allí estaba la A-1 de lengua, abrió la puerta, ya había alumnos adentro pero el profesor todavía no estaba el profesor, observó la clase, atrás de esta estaban los diccionarios, delante una enorme pizarra normal y otra digital, 3 ventanas daban luz natural al lugar, las paredes estaban pintadas de blanco y la puerta era amarilla muy clarito.
Miró a las personas, observándolas una a una, hasta que su mirada se detuvo en Martín, decidió hablar con él hasta que el profesor hizo acto de presencia.
La clase comenzó y así continuó toda la mañana.
Llegó la hora de la salida, guardó sus cosas en su taquilla y bajó emocionada las escaleras, esperó en la entrada como le había mandado Jhonatan, de allí a 5 minutos alguien le tocó el hombro.
-Vamos -Era Jhonatan, Alba le hizo caso, seguida de otro chico más que no conocía, Martín y Marcos
-Bien ¿alguna vez has montado en moto?
- ¿Bromeas? - Todos hicieron un gesto con la cabeza marcando un no y ella respondió .
-No, nunca he montado en una.- Negó rotundamente.
- Deberías, las de mi padre son las mejores - Dijo Martín con una risa.
Alba sonrió.
- Bien ¿Con quién quieres ir en la moto? - Preguntó Jhonathan.
Alba iba a contestar cuando un hombre apareció detrás de ella.
-No montará en nada de eso, montará en mi coche - Alba no podía creer la voz que oía tras de sí, deseando que no fuera él.
- ¿Quién es usted para decidir eso? - dijo Marcos, sacándose el casco y dejando ver su castaño pelo rizo, el cual se apartó con una mano.
- Soy su padre -Aquellas palabras las que ella no quería oír eran pronunciadas.
Continuará....
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