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Chapter 10 - El anterior girasol no era lo que parecía

El ambiente estaba tenso Alba decidió acomodarse más de una vez en la silla, su padre la observaba.

Tenían una charla más tarde con el director, sobre el examen y sobre las trampas, ella no había copiado pero parecía que las explicaciones que daba no servían de nada.

La puerta se abrió, apareció el director y la subdirectora por ella, el padre se levantó de la silla y le tocó el hombro a su hija para que imitara el movimiento, mas su hija hizo caso sumiso y se quedó en su asiento.

Su padre aplicó presión en la mirada y Alba tembló, era realmente aterrador.

-Esta ya es la enésima vez que lo digo, YO NO HE HECHO TRAMPA, NO HE COPIADO.-Dijo gritando enfadada.

-¿Tienes pruebas acaso?-Le refutó su padre.

-No, pero vosotros no tenéis pruebas tampoco, así que no me culpéis injustificadamente.

-Alba, la señorita Lancaster nos notificó sobre el hecho de que habías sido deshonesta, que la amenazaste para que no se supiese y que encima la pusiste nerviosa en el examen. Además hay un testigo, Martina Gondomar.

-Eso es una calumnia hacia mi ser.

-Alba, se que no eres lo suficiente madura como para saber aceptar una verdad que te inculque -Le encaró su padre.

Alba ardía en ira, y su boca que debía permanecer sellada habló, y soltó muchas cosas que debían estar ocultas.

-¿Hablas de aceptar la culpa? Déjame reírme de lo hipócrita que eres. Todavía no aceptas que fue tu culpa que madre se suicidara.-Estaba tan enfadada que no se dio cuenta que lo pronunció.

Su padre parecía profundamente herido.

-Alba, tenemos que hablar, tal vez todo esto es un malentendido.

-¿Crees que te voy a creer? Mamá me lo afirmó.

-Hay mucho más detrás de eso, no te quedes solo con lo exterior.

El director le hizo un gesto a la subdirectora para dejarles a solas

Un silencio cubrió el salón pero Alba pasaba de hablar o preguntar.

-Tu bien sabes que la unión de tu madre y yo fue más bien por conveniencia.-Empezó a explicarse su padre.

-¿Eso te da razones para hacerle lo que le hiciste?

Pasaba de escucharle y cualquier cosa que le dijese sería ignorada y tomada como una sucia mentira a su favor.

-Yo no estaba en contra del matrimonio concertado, entendía que era una necesidad. Tu madre no estaba de acuerdo con esto pues amaba a alguien, esa persona era su amante.

Alba se sorprendió ante lo escuchado.

-Pero algo debió salir mal, por lo que ella quedó embarazada de él. Yo no podía dar crédito a lo sucedido y me sentí traicionado. En ese momento por el miedo a que su familia le amenazara con abortar, me amenazó para que aceptase que eras hija legítima mía.

-¿Estás diciendo que soy una hija bastarda?-Alba estaba a punto de llorar, pero se dio cuenta que podía ser una sucia mentira de su padre.

-Alba, déjame terminar de hablar. Todo iba correcto hasta que cuando cumpliste 3 años nos hicieron un análisis genético a todos los miembros de la familia y notaron que tu presentabas una anomalía, no correspondían nuestros ADN. Mis suegros, armaron en cólera y presionaron a su hija para que dejase a su amante. Lo mejor que se le ocurrió era decir a todo el mundo que yo le pegaba y que debería estar con un amor que no fuera doloroso.

Alba seguía escuchando, estaba a punto de llorar pero se negaba a ello.

-Como nadie le creía y le separaron de su amor, empezó a volverse loca hasta que decidió atentar contra su vida en ese campo de girasoles, donde había conocido a su amante.

Ya no pudo contener mas las lágrimas y ríos cayeron de sus ojos, podrían llenar océanos. Cuando se calmó.

-¿Entonces me abandonaste por no ser verdaderamente tu hija?- Dijo sonando como un débil cachorrito.

-Eso si es mi culpa, cuando naciste, estaba profundamente herido por la traición así que trataba de no acercarme demasiado y cuando tu madre nos dejó, tu quedaste, y parecías odiarme, temía que fuese peor, así que tus abuelos se decidieron hacer cargo de ti y te criaron lo mejor que pudieron para darte ese amor maternal y paternal que te faltaba. Pero sabía que las cosas no serían así para siempre y supe que debía traerte a la ciudad.

-...-Estaba básicamente sin palabras, pero todo lo decía mientras lloraba.

-Siento que a veces soy demasiado frío contigo y lo siento, ¿Podrías perdonarme?

Al final acabaron los dos llorando a lágrima tendida, pues un puente que estaba roto fue reparado, y no gracias a una magia divina, sino gracias a la sinceridad.

Continuará...

Nota de las autoras:

-Juramos que en 2 capítulos el problema se solucionará.

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