Dentro de esa extraña cueva oscura todo se encontraba sereno y calmo, no se avistaba ninguna clase de Bestia Mortal alrededor ni ningún signo de vida. El joven Baltazar estaba muy sorprendido porque desde que ingresó dentro de la misma sus sentidos se intensificaron varias veces de una forma muy extraña.
El podía sentir toda clase de olores que lo rodeaban y escuchar hasta el ruido de las gotas de agua que caían entre las grietas de las paredes, pero cuando se puso a observar fijamente se dio cuenta que no era agua y si eran gotas de sangre. Mientras avanzaba hacia el fondo de la cueva cuidadosamente comenzó a observar las imágenes y los diagramas detallados en las paredes hasta darse cuenta que en el lado derecho mostraban una extraña historia.
Un hombre muy joven se encontraba parado en un campo de batalla y tomaba una espada en la mano con la que mataba a sus enemigos sin piedad, pero a medida que iba avanzando en la esa historia ese hombre fue creciendo y ya no usaba solo una espada. Tambien tenia arco y flecha, un escudo, lanza y muchas armas más.
En algunas imágenes se enfrentaba a bestias salvajes que se notaba que algunas eran mortales o de un nivel superior, mientras que en otras imágenes se enfrentaba a otros cultivadores que eran sus enemigos. Tras recorrer las imágenes de una gran guerra sangrienta, una de ellas mostraba cómo el hombre ya maduro se encontraba parado en la cima de los cadáveres de bestias y cultivadores por igual. Y las siguientes imágenes mostraban cómo ese hombre tenía un largo periodo de paz hasta que parecía que habían pasado unos cuantos años hasta que en un momento descendían de los cielos unos dioses quienes querían razonar con él.
Con su mirada feroz se abalanzó contra ellos y las imágenes mostraban los días y las noches de los enfrentamientos hasta que se veía como hasta los dioses caían a sus pies. Mientras el seguía su camino sin parar como si el mundo estuviera a sus pies, y en una de las últimas imágenes de la cueva el joven Baltazar se dio cuenta que este hombre ya se encontraba en la vejez y vivía en una pequeña casa en un pequeño campo y fuera de la misma se encontraba rodeada de enemigos y él sonreía sentado en una pequeña silla.
El joven Baltazar se sorprendió mucho de lo que miraba ya que era la historia de un gran guerrero del que él nunca había escuchado y las imágenes no contaban la historia entera, eran el reflejo de un gran cultivador que había quedado en el olvido. A medida que el joven Baltazar comenzó a observar el lado izquierdo de la cueva se dio cuenta que eran los diagramas de las habilidades mostradas por el hombre de las imágenes, y al darse cuenta de esto el joven Baltazar se sorprendió mucho y cuando comenzó a tocarlos mientras quería estudiarlos haber si podía comprender algo.
Pero ene ese instante esas imágenes comenzaron a arremolinarse hacia su cuerpo y comenzaron a unirse con su cuerpo y formaban todo un extraño tatuaje a lo largo de toda su piel. Pero a medida que este largo proceso sucedía el joven baltzar sentía que se quemaba duramente y gritaba mientras estaba medio arrodillado en el suelo, ya que además de que estas impresiones quedaban en su cuerpo a la vez en su mente se llenaba de imágenes de los diagramas por igual.
El tiempo fue pasando y el joven Baltazar ni siquiera sabía exactamente cuánto había pasado pero una amarga sonrisa se reflejaba en su rostro mientras el joven Baltazar pensaba que esto no era otro simple remanente, esto era hasta por demás que eso se dio cuenta que este lugar tenía una conexión con su Arte de la Guerra.
- Estas imágenes complementan el Arte de la Guerra y me permitirán comprenderlos, ya no será tan difícil progresar. Aunque una cosa me quedó claro, esto no es 'Ella' y debe de encontrarse en el fondo de la cueva.
En ese momento el joven Baltazar miró hacia el final oscuro de la cueva y el sudor caía por su rostro cuando se dio cuenta de lo agotado que se encontraba al haber absorbido estos diagramas en su cuerpo, y él mismo observaba cómo su cuerpo había quedado todo tatuado por estos extraños tribales y cuando comenzó a observar uno de los diagramas en su mente él mismo causó que su piel comenzara a quemar, y los tribales se convirtieron en sangre alzándose frente al joven Baltazar quien podía observar ese diagrama de frente y así se dio cuenta que podía estudiarlos cuando y donde quisiera, aunque esto sería muy agotador.
Al llegar al final de la cueva encontró un pequeño altar de piedra y en el centro del mismo un círculo de piedras que desprendían un fuerte olor a sangre y el joven Baltazar se sorprendió al darse cuenta que una de ellas era roja como la sangre y brillaba mientra lo atraía hacia ella. El joven se acercó lentamente hasta que observó la imagen que se encontraba sobre el altar y ella era la imagen de un hombre gigante que lo rodeaban innumerables armas y en su muñeca tenía una extraña pulsera de hierro y colgado en su cuello una pequeña piedra. El joven Baltazar se sentía emocionado ya que su sangre reaccionaba totalmente a la imagen que tenía enfrente a y siguió su instinto que lo llevó a sentarse en el centro de este círculo de piedras para absorber la energía sangrienta de las mismas.
Cuando se sentó en ese lugar dividió sus tres conciencias, mientras un absorbía la Energía Sangrienta que se arremolinaba duramente hacia su cuerpo. Otra de ellas se encontraba refinando el Polvo de Hierro Puro para cultivar su Cultivo Corporal, mientras que la tercera se dedicaba a estudiar un diagrama que se alzó frente a él y mostraba la imagen de un hombre con una espada en la mano realiza un corte vertical y una onda de energía sangrienta era desprendida por ella destrozando toda Bestia y Cultivador que se encontrara en su camino.
El tiempo fue pasando lentamente mientras el joven Baltazar se encontraba totalmente perdido en la cultivación y ni siquiera sabía el paso del tiempo, y se dio cuenta que los progresos de su cultivo aumentaban de una manera totalmente desenfrenada ya que había comenzado a formar el Segundo Pétalo de Hierro y ya se encontraba en la Etapa Inicial del mismo. Mientras que la comprensión de la Habilidad del Diagrama que se complementa con el Arte de la Guerra también progresaba a pasos agigantados ya que había logrado comprender la Etapa Inicial del mismo.
Pero mientras había decidido comenzar con su tercer conciencia aprender en nuevo movimiento de la Palma de Hierro que obtuvo al completar el cultivo del Primer Pétalo de Hierro, sintió como su cuerpo comenzaba a desprender una potente Energía Sangrienta y al darse cuenta dentro de su Campo de Cultivo se había aparecido una nueva alma. Mientras que a la vez la alma que se encontraba en su clímax comenzó a rotar sobre su propio eje mientras comenzaba a tomar una forma humanoide y brillaba muchas veces más fuerte que antes. Y en ese momento el joven Baltazar se encontraba en el Primer Nivel del Alma de Energía lo que causó que sintiera una felicidad incomparable pero sin tener tiempo a distraerse comenzó a consolidar su cultivo para que no fuera inestable en ningún momento.
Tras pasar varias horas más que el joven Baltazar se encontraba afirmando su cultivo decidió levantarse conforme, ya que en ese lugar había progresado mucho más que lo que había logrado en él tantos días en el exterior pero su mente estaba preocupada por el paso del tiempo ya que no tenía noción de cuántos días habían pasado desde que había salido a cultivar.
Pero cuando decidió retirarse de la cueva noto que en un rincón detrás del pequeño altar se encontraba un pequeño hongo que desprendía un olor a sangre leve y eso lo sorprendió ya que este podría ser un recurso de cultivo muy útil por lo que decidió llevarlo junto a él. Y tras ingresar en su Zona Espacial decidió plantarlo a una corta distancia de la casa y se dio cuenta que el mismo se arraigo a esta zona sin problema, y al recorrer con su mirada en su Zona Espacial noto que los alces corrían por el área y se alimentaban del pasto del lugar ya sin nerviosismo.
Y cuando salió de su Zona Espacial y decidió abandonar la cueva una voz muy aguda sonó en su mente y se encontraba molesta.
- Eres el Heredero del Arte de la Guerra y ni siquiera eres capaz de darte cuenta que puedes llevarme contigo,.Hump, eres un idiota y un ignorante.
Eso sorprendió mucho al joven Baltazar ya que no había visto a nadie desde que entró en la cueva pero de repente se dio cuenta que la imagen que se encontraba en la cima de la cueva del hombre que estaba conectado con el Arte de la Guerra llevaba como uno de sus instrumentos valiosos una roca y posó su mirada en la roca sangrienta mientra decía con una mirada incrédula.
- Eres tu quien me hablaba, una roca me estaba hablando.
Y en ese momento se dio cuenta que la roca levito hasta su cuello y una extraña cadena sangrienta apareció a través de su cuello colgándose ahí y la voz femenina claramente ofendida le decía.
- Creo que es bien claro que soy yo quien está hablando, no entendiste la historia que contaban las paredes del muro.
Y tras darse cuenta que esta piedra era 'Ella' el joven Baltazar comenzó a caminar fuera de la cueva mientras discutía con la piedra de camino a la Aldea de las Nubes Tormentosas, y en ese instante la cueva donde encontró la Roca de la Guerra Sangrienta comenzó a desaparecer sin dejar ningún rastro. Y en ese momento el joven Baltazar nunca se hubiera imaginado que nunca el haber comenzado a cultivar el Arte de la Guerra y tomar esta roca de esa cueva cambiaría totalmente el rumbo de su vida a partir de ese momento.