Todos estaban sorprendidos, excepto el Señor Edward, miraban a Adela como si no la conocieran, con una voz temblorosa la Duquesa Hunt preguntó:
- Si Adela es una bruja, ¿por qué no nos enteramos antes?
- Para que los poderes de una bruja despierten, debe suceder algo que la marque profundamente, debe haber una gota que colme el vaso.
Cuando la sacerdotisa Elena dijo esto, toda la familia Hunt se miraron entre sí, comprendían que la gota que colmo el vaso era la muerte de los padres de Adela, se sentían mal y tristes por ella. Con sus ojos fijos en su sobrina, Milo Hunt preguntó:
- ¿Ella podrá controlar sus poderes de bruja?
- Es probable, a menos que sea una bruja clarividente, ella podrá controlarlos con algo de entrenamiento.
- ¿Usted puede entrenarla? - preguntó Vanessa tímidamente.
- Sólo ella puede decidirlo.
- Pero es una niña, ¿cómo decidiría ella?
- Duque Hunt, la mente de una bruja es diferente a la de un vampiro de pura sangre, la bruja madura más rápido que un vampiro, su inteligencia crece antes que sus poderes para que cuando estos despierten, ella pueda controlarlos sin ocasionar daño a las personas cercanas o a ella misma.
- Adela siempre fue sensata, pero jamás creímos que su inteligencia se debiera a eso... - hablo la Señora Hunt viendo a su sobrina dormir incómodamente.
- Como puede entender, Duquesa Hunt, su sobrina está lista para sus dones de bruja, mental y físicamente. Ya no puede retrasar su aprendizaje, cuando ella vuelva a despertar, cambiará totalmente, la Adelaida que conocieron cambiara casi hasta volverse otra persona...
Los Diques y sus hijas pálidecieron varios tonos más, mientras que el Señor Edward seguía con su expresión tranquila. Mientras la familia Hunt se paralizaba ante el veredicto de la sacerdotisa Elena, Edward se acercó a la habitación, todos abrieron los ojos con sorpresa, Edward camino hacia la cama y se paró para ver el reflejo en el espejo, era completamente normal, después caminó hacia el armario y lo abrió, al instante encontró lo que buscaba, el libro de portada negra y páginas amarillentas, cuando abrió el libro, de repente se escuchó la voz de Adela gritar:
- ¡Yo no haría eso sí fuera tú! No es bueno rebuscar en las posesiones ajenas. Esperaba más de usted, Señor Edward.
Sin previo aviso, el libro se soltó de las manos de Edward, aterrizó directamente en las manos de Adelaida, que miraba al Señor con una expresión fría y cortante.
- La brujita saca las garras ¿eh? Siempre supe que no eras una humana normal, no a cualquiera se le lanzan gatos salvajes en los brazos. Sería ridículo ocultar que es extraño que evites los espejos en luna llena. Además no cualquiera revienta los ventanales de una habitación tan fácilmente y sin sufrir ni un rasguño.
- Lo sabes ahora, te felicito, no eres idiota después de todo. Sufriste tu merecido al tocar mi collar, dime ¿cómo se siente quemarse por dentro?
- Imagino que tan bien como despertar en tu estado. No puedes ocultar que el collar también te quemó a ti, se nota en tu mano irritada.
Adelaida abrió los ojos con sorpresa, bajo la mirada hacia su mano y se dio cuenta de que el Señor tenía razón, pero no podía creer que él se hubiera dado cuenta tan fácilmente, estaba sorprendida de la habilidad de observación del vampiro.
- Los poderes de las brujas mestizas son misteriosos, ¿sabe, Lady Twain? Sólo he conocido a una bruja mestiza en mi vida de vampiro, esa bruja era demasiado poderosa, pero los problemas la perseguían y ella desapareció hace trece años, ¿desea saber quién era, Lady Twain?
Adelaida asintió mientras que apretaba el libro en sus manos.
- Su nombre era Alexandra Snowy, era la Señora del Imperio Luna Roja, una mujer muy sensata e inteligente, llevo a su imperio a la cúspide del desarrollo. Que lástima que su lugar fuera tomado por una inútil, su sucesora arruinó el trabajo de la bruja mestiza, ahora el Imperio Luna Roja es casi invisible a los ojos de todos.
Adelaida abrió los ojos con sorpresa, de repente recordó su visión: "... - Felicitaciones. Alexandra Snowy, Señora del Imperio Luna Roja, porte su título con honor y distinción. ... "
Adelaida apretó su agarre en el libro y bajo la mirada, después preguntó:
- ¿Qué... qué le pasó?
- Nadie lo sabe, las investigaciones del Concejo Luna Azul no llegaron a una conclusión y dejaron de investigar. Pero algunos rumores dicen que alguien intento matarla y que ella huyó después de eso, aunque no hay manera de comprobarlo.
- ...Alexandra Snowy...
De repente una luz brilló en los ojos de Adela, por supuesto después de tocar el collar...
"
Alexandra caminaba con algunas personas detrás de ella.
- Quiero que encuentren al responsable, quién quiera que halla sido deberá ser castigado ejemplarmente, ¿entienden?
- Señora, ¿qué haremos con el asesinato de la concejal Samara?
- Delegaré a alguien para la investigación, basándonos en la escena del crimen, los primeros sospechosos son los cambiaformas.
- Señora, el Señor Edward Storm ha venido para firmar el acuerdo comercial. Esta en la sala de estudio.
- Bien, busquele una mucama para que se alimente, entre más joven mejor, pero no traigan a una niña cómo la última vez.
- Si, Señora.
Alexandra Snowy entró en una sala de estudio, allí había un vampiro de ojos rojo oscuro y cabello negro, parecía no tener más de veinte años, aunque Alexandra sabía que tenía una edad diferente a la que aparentaba, después de todo era un vampiro de sangre pura y ella era una bruja mestiza, con el mismo don de la juventud duradera...
"
Adelaida regreso en si, cuando volvió a ver claro, se encontró de frente con las miradas atónitas y preocupadas de su familia, lo siguiente que vio fue a la sacerdotisa ofrecerle un vaso de agua fría, después vio la mirada tranquila del Señor Edward, Adelaida lo miró por un segundo, pensando que no había cambiado mucho desde que visitó a la Señora Alexandra Snowy. Desvió la mirada y tomó el vaso de agua, bebió algunos sorbos antes de sentirse extrañamente relajada.
- Es agua bendita, tiene la capacidad de tranquilizar a una bruja pura de corazón, pero también hace sufrir a una bruja negra si la ingiere por error - dijo la sacerdotisa mientras analizaba el estado de la niña después del repentino brote de poder de la niña.