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Chapter 13 - cap. 11

El lunes lo pasé en las nubes. Fui de clase en clase esperando que sonara la última campana del día. Antes de ir a la escuela llamé al hospital y me dijeron que el brazo izquierdo de Vee fue roto durante el ataque y como el hueso no se había alineado, necesitaba cirugía. Quería verla pero no pude hasta más tarde, cuando la anestesia cedió y los empleados del hospital la movieron hasta su habitación. Era especialmente importante el que yo escuchara su versión del ataque antes de que ella olvidara los detalles o los exagerara. Cualquier cosa que ella recordara podría ayudarme a descubrir quién hizo esto.

Mientras las horas se alargaban hasta llegar la tarde, dejé de pensar en Vee y comencé a pensar en la chica afuera del Victoria's Secret. ¿Quién era ella? ¿Qué quería? Quizá se trataba de una perturbadora casualidad el que Vee fuera atacada minutos después de que viera a la chica seguirla, pero mis instintos no estaban de acuerdo. Deseé poder haber tenido una imagen más clara de cómo era ella. La ancha sudadera, los jeans y la lluvia hicieron un buen trabajo disfrazándola. Por lo poco que sabía, bien pudo haber sido Marcie Millar. Pero muy en mi interior sabía que no podía ser ella.

Abrí la puerta de mi casillero para tomar mi libro de biología y luego me dirigí hacia mi última clase. Entré y encontré vacía la silla de Patch. Típicamente, él llevaba al último momento junto con la campana tardía, pero la campana sonó y el entrenador tomó su lugar ante la pizarra y comenzó a leer.

Comencé a reflexionarsobre la silla vacía de Patch. En el fondo de mi cabeza, una diminuta voz especulaba que su ausencia podría estar relacionada con el ataque hacia Vee. Era un poco extraño que él estuviera desaparecido en la mañana después y no podía olvidar el escalofrío que sentí momentos antes de mirar a las afueras del Victoria's Secret y descubriera que estaba siendo vigilada. Todas las otras veces que me había sentido de esa manera, era porque Patch estaba cerca.

La voz de la razón extinguió rápidamente la implicación de Patch. Él pudo haberse contagiado de algún resfriado. O se pudo haber quedado sin gasolina de camino a la escuela y estaba varado a millas de distancia. O tal ves había una gran apuesta en el billar de Bo's Arcade y él pensó que eso era más provechoso que pasar una tarde aprendiendo las complejidades del cuerpo humano.

Al final de la clase, el entrenador me detuvo mientras salía por la puerta.

-"Espera un minuto, Nora."-

Me regresé y subí mi mochila a mi hombro. -"¿Sí?"-

Él me ofreció un pedazo de papel doblado. -"La Srta. Greene pasó por aquí antes de la clase y me pidió que te diera esto"- Dijo.

Yo acepté el papel. -"¿La Srta. Greene?"- No tenía ninguna maestra con ese apellido.

-"La nueva psicóloga estudiantil. Ella acaba de reemplazar al Dr. Hendrickson."-

Yo desdoblé la hoja y leí el mensaje garabateado.

Querida Nora,

Yo estaré reemplazando al Dr. Hendrickson y seré tu nueva psicóloga escolar. He visto que has faltado a las últimas dos sesiones con el DR. H. Por favor, ven ahora mismo parapoder ponernos al día. He enviado una carta a tu madre para informarle del cambio. Todo lo mejor, Srta. Greene

-"Gracias"- Le dije al entrenador mientras doblaba la nota hasta volverla lo suficientemente pequeña para caber en mi bolsillo.

Afuera en el pasillo seguí a la corriente de personas. Ahora no lo estaba evitando. Tenía que ir. Me abrí camino por los pasillos hasta que pude ver la puerta cerrada de la oficina del Dr. Hendrickson. Como era de esperar, en la puerta había una placa con un nombre nuevo. El latón pulido resplandecía contra la fea puerta de roble: Srta. D. Greene, Psicóloga Escolar.

Toqué a la puerta y un momento después se abrió. La Srta. Green tenía una piel pálida y sin defectos. Sus ojos eran azules y tenía una boca exuberante. Su pelo era fino, lacio y rubio; le llegaba más allá de los codos y estaba dividido en la coronilla de su ovalado rostro. Unas gafas puntiagudas color turquesa descansaban en la punta de su nariz y estaba vestida formalmente con una falda a la rodilla gris y ajustada, y una blusa de seda rosa. Su figura era esbelta, pero femenina. Ella parecía ser mayor que yo por no más de cinco años.

-"Tú debes ser Nora Grey. Luces igual que en la foto de tu expediente"- Dijo ella, dándome un firme apretón de mano. Su voz era abrupta, pero no ruda. Una voz de negocios.

Echándose para atrás, ella me indicó que entrara a la oficina.

-"¿Te traigo jugo o agua?"- Preguntó ella.

-"¿Qué le pasó al Dr. Hendrickson?"-

-"Se retiró antes de tiempo. He estado pendiente a este trabajo desde hace tiempo, así que me lancé en cuanto estuvo abierta la plaza. Fui al Estado de Florida, pero crecí en Portland y mis padres todavía viven allí. Es bueno estar otra vez cerca de la familia."-

Yo contemplé la pequeña oficina. Había cambiado drásticamente desee la última vez quen la vi unas cuantas semanas atrás. El librero que cubría la pared ahora estaba lleno de libros académicos de carpeta dura y apariencia genérica; todos encuadernados en colores neutrales y con letras doradas. El Dr. Hendrickson usaba las estanterías para colocar marcos de fotos familiares, pero allí no habían instantáneas de la vida personal de la Srta. Greene. El mismo helecho colgaba en la ventana, pero bajo el cuidado del Dr. Hendrickson, había sido más marrón que verde. Unos cuantos días con la Srta. Greene y ya parecía coqueto y vivo. Había una silla de estampado rosa al otro lado del escritorio y varias cajas estaban amontonadas en la esquina más lejana.

-"El viernes fue mi primer día"- Explicó ella al ver que mis ojos caían sobre las cajas. -

-"Todavía estoy desempacando. Siéntate."-

Bajé mi mochila hasta mi brazo y me senté en la silla estampada. Nada en ese pequeño cuarto me daban claves de la personalidad de la Srta. Greene. En su escritorio tenía una pila de expedientes -no muy ordenados, pero tampoco muy desordenados- y una taza blanca con lo que parecía té. No había rastros de perfume ni de refrescadores de aire. El

monitor de su computadora estaba negro.

La Srta. Greene se inclinó sobre un archivero detrás de su escritorio y sacó una carpeta manila. Con un marcador negro escribió mi nombre en la lengüeta y lo puso en su escritorio, junto a mi expediente viejo, el cual tenía varias manchas de la taza de café del Dr. Henrickson.

"Pasé todo el fin de semana leyendo los expedientes del Dr. Henrickson," ella dijo. "Aquí entre nos, su letra me da migraña, así que estoy copiando todos su expedientes. Me sorprendí al ver que él no usaba una computadora para escribir sus apuntes. ¿Quién escribe grandes textos a mano en esta época?"

Ella se acomodó en su silla giratoria, cruzando sus piernas y sonriéndome cortésmente. - "Bueno ¿por qué no me cuentas un poco sobre la historia de tus sesiones con el Dr. Henrickson? A penas pude descifrar sus apuntes. Parece que ustedes dos estaban discutiendo cómo te sentías acerca del nuevo empleo de tu mamá."-

-"No es tan nuevo. Ha estado trabajando allí por un año."-

-"Ella solía ser ama de casa ¿correcto? Y luego de que tu papá murió, ella tomó un empleo a tiempo completo."- Ella se quedó mirando una hoja de papel que había en mi expediente. -"Ella trabaja para una compañía de subastas ¿cierto? Parece que coordina subastas estatales por toda la costa."- Ella me observó por encima de sus gafas. -"Eso

debe requerir mucho tiempo lejos de casa."-

-"Nos quisimos quedar en nuestra granja"- Dije con una voz que casi sonaba a la defensiva. -"No hubiésemos podido pagar la hipoteca si ella hubiese tomado un empleo local."- No es que yo amara mis sesiones con el Dr. Henrickson, pero me encontré guardándole rencor por haberse retirado y por haberme abandonado con la Srta. Greene. Estaba comenzando a sentir algo sobre ella. Parecía atenta a detalles. Podía sentir como se moría de ganas por meterse en cada esquina oscura de mi vida.

-"Sí, pero tú debes sentirte muy solitaria estando sola en esa granja"-

-"Tenemos una ama de llaves que se queda conmigo todas las tardes hasta las nueve o diez de la noche."-

-"Pero una ama de llaves no es lo mismo que una mamá."- 

Yo miré a la puerta. Ni siquiera intenté ser discreta.

-"¿Tienes una mejor amiga? ¿Un novio? ¿Alguien con quién hablar cuando tu ama de llaves no... esta disponible?"- Ella echó una bolsita de té en la taza y luego la levantó para beber de ella.

-"Tengo una mejor amiga."- Me propuse decir lo menos posible. Mientras menos dijera, más corta sería la sesión. Mientras más corta la sesión, más pronto podría visitar a Vee.

Sus cejas se arquearon. -"¿Novio?"-

-"No."-

-"Eres una chica atractiva. Me imagino que alguien del sexo opuesto debe tener algún interés en ti."-

-"Este es el asunto"- Dije lo más paciente posible. -"De verdad aprecio que estés tratando de ayudarme, pero hace un año tuve exactamente esta misma conversación con el Dr. Henrickson cuando mi papá murió. Es como regresar en el tiempo y revivirlo todo otra vez. Sí, fue trágico y horrible y aún sigo lidiando con eso todos los días, pero lo que en realidad necesito es seguir adelante."-

El reloj en la pared hizo tic tac entre nosotras.

-"Bueno"- Dijo finalmente la Srta. Greene, forzando una sonrisa. -"Me ayuda mucho conocer tu punto de vista, Nora. Lo cual era lo que estaba tratando de entender. Escribiré sobre tus sentimientos en tu expediente. ¿Hay alguna otra cosa de la que quieras hablar?"-

-"No."- Sonreí para confirmar que, de verdad, estaba bien.

Ella hojeó unas cuantas páginas más de mi expediente. No tenía idea de qué observaciones el Dr. Henrickson habrá inmortalizado allí, y no quería esperar lo suficiente para saberlo.

Levanté mi mochila del suelo y me moví hasta el borde de la silla. -"No es que quiera acortar esto, pero tengo que estar en otro lugar a las cuatro."-

-"¿Ah sí?"-

No tenía ningún deseo de contarle a la Srta. Greene sobre el ataque a Vee. -"Tengo que buscar información en la biblioteca"- Mentí.

-"¿Para qué clase?"-

Dije la primera respuesta que me vino a la mente. -"Biología."-

-"Hablando de clases ¿cómo te va en ellas? ¿Algún problema en esa área?"-

-"No."-

Ella pasó unas cuantas páginas más de mi expediente. -"Excelentes calificaciones"-

Observó ella. -"Dice aquí que eres tutora de tu compañero de biología, Patch Cipriano."-

Ella me miró, aparentemente queriendo mi confirmación.

Estaba sorprendida de que mi tarea como tutora era lo suficientemente importante para que llegara hasta el expediente del psicólogo escolar. -"Hasta ahora no hemos podido reunirnos. Conflicto de horarios."- Me encogí de hombros como queriendo decir, qué se le puede hacer.

Ella le dio golpecitos a mi expediente, luego recogió todas las hojas sueltas y las guardó en el nuevo expediente que había identificado a mano. -"Para darte una advertencia justa, voy a hablar con el Sr. McConaughy para establecer ciertos parámetros en tus sesiones de tutoría. Me gustaría que todas las reuniones se hagan aquí en la escuela, bajo la supervisión directa de un maestro o cualquier otro miembro de la facultad. No quiero que le des tutorías a Patch fuera de la propiedad escolar. Especialmente no quiero que ustedes dos se reúnan a solas."-

Un escalofrío recorrió mi piel. -"¿Por qué? ¿Qué pasa?"-

-"No puedo discutirlo."-

La única razón que se me ocurría para explicar el por qué ella no me quería sola con Patch era que él era peligroso. Mi pasado podría asustarte, él me había dicho en la plataforma de desembarque del Arcángel.

-"Gracias por su tiempo. No te retrasaré más"- Dijo la Srta. Greene. Ella caminó a grandes pasos hasta la puerta, la mantuvo abierta con su delgada cadera y se despidió con una sonrisa que pareció mecánica.

Llamé al hospital después de dejar la oficina de la Srta. Greene. La cirugía de Vee había terminado, pero ella seguía en la habitación de recuperación y no podía tener visitas hasta las siete de la noche. Consulté el reloj de mi teléfono. Tres horas. Encontré el Fiat en el estacionamiento de estudiantes y me metí en él esperando que pasar una tarde haciendo mis tareas en la biblioteca haría que la espera fuera más corta.

Me quedé en la biblioteca toda la tarde y antes de que me diera cuenta, el reloj en la pared había pasado calladamente al anochecer. Mi estómago rugió contra el silencio de la biblioteca y mis pensamientos fueron hacia la máquina expendedora que estaba en la entrada.

Lo último de mi tarea podía esperar hasta más tarde, pero aún quedaba un proyecto que requería la ayuda de los recursos de la biblioteca. En casa tenía una anticuada computadora IBM con conexión de Internet dial-up y normalmente evitaba bastantes gritos y tirones de cabello innecesarios utilizando el laboratorio de computadoras de la librería. A las nueve de la noche tenía que entregar una reseña de Othello al editor del eZin y me había propuesto ir a comer tan pronto lo terminara.

Guardando todas mis pertenencias, caminé hasta los elevadores. Ya adentro, presioné el botón para cerrar las puertas, pero no presioné el número del piso de inmediato. Saqué mi celular y llamé otra vez al hospital.

-"Hola"- Le dije a la enfermera que contestó. -"Mi amiga esta en recuperación por una cirugía y cuando verifiqué temprano en la tarde, me dijeron que saldría de recuperación esta noche. Su nombre es Vee Sky."-

Hubo una pausa en donde solo se escuchaba el clic del teclado de la computadora. -

"Parece que dentro de una hora la van a llevar a un cuarto privado."-

-"¿Cuándo termina las horas de visita?"-

-"A las ocho."-

-"Gracias."- Me desconecté, presioné el botón del tercer piso y comencé a ascender.

En el tercer piso, seguí los letreros hacia la sección de colecciones esperando que si leía varias reseñas de teatro en el periódico local, iluminaría mi musa.

-"Disculpe"- Le dije a la bibliotecaria detrás del escritorio de colecciones. -"Intento encontrar copias de crónicas o el Portland Press Herald del año pasado. Particularmente la sección de teatro."-

-"No tenemos cosas tan recientes en la sección de colecciones"- Dijo ella -"Pero si buscas online, creo que el Portland Press Herald tiene archivos en su página. Sigue directo por el pasillo que esta tras de ti y verás a tu izquierda el laboratorio de computadoras."- Dentro del laboratorio firmé para usar una computadora. Estaba apunto de sumergirme en mi tarea cuando una idea se me cruzó. No podía creer que no se me hubiera ocurrido antes.

Luego de confirmar que nadie estaba mirando sobre mi hombro, busqué "Patch Cipriano" en Google. Tal vez encontraría algún artículo que arrojara luz sobre su pasado.

Tal vez tenía un blog. Fruncí el ceño al ver los resultados de mi búsqueda. Nada. Ningún Facebook, ningún MySpace, ningún blog. Era como si él no existiera.

-"¿Cuál es tu historia, Patch?"- Murmuré. -"¿Quién eres realmente?"-

Media hora después había leído varias reseñas y mis ojos estaban vidriosos. Extendí mi búsqueda online a todos los periódicos en Maine. Un enlace al periódico de la Preparatoria Kinghorn llamó mi atención y pasaron unos segundos antes de que reconociera el nombre. Elliot se había transferido de la Preparatoria Kinghorn. Por puro capricho, decidí leerlo. Si la escuela era tan elite como Elliot decía, probablemente tendría un periódico respetable.

Pinché el enlace, busqué en la página de archivo y al azar escogí febrero 10 de este año.

Luego de un momento tuve un encabezado.

ESTUDIANTE INTERROGADO POR ASESINATO EN LA PREPARATORIA KINGHORN

Moví mi silla para acercarme más, atraída por la idea de leer algo más emocionante que las reseñas de teatro. 

El estudiante de dieciséis años de edad que asiste a la Preparatoria Kinghorn y fue interrogado por la policía en relación a lo que ha sido bautizado como "El Colgado de Kinghorn", ha sido liberado sin ningún cargo. Después de que el cuerpo de Kjirsten Halverson, de dieciocho años de edad, fuera encontrado colgado de un árbol del campus de la Preparatoria Kinghorn, la policía interrogó al estudiante de segundo curso Elliot Saunders, quién fue visto con la víctima en la noche de su muerte.

Mi mente procesaba la información lentamente. ¿Elliot fue interrogado como parte de una investigación de asesinato?

Halverson trabajaba como mesera en Blind Joe's. La policía confirmó que Halverson y Saunders fueron vistos caminando juntos en el campus, tarde en la noche del sábado. El cuerpo de Halverson fue descubierto en la mañana del domingo y Saunders fue liberado en la tarde del lunes luego de que una nota suicida fuera encontrada en el apartamento de Halverson.

-"¿Encontraste algo interesante?"-

Salté al escuchar la voz de Elliot detrás de mí. Me giré y lo encontré recostado del marco de la puerta. Sus ojos estaban estrechos y su boca parecía una línea recta. Algo frío me recorrió, como un sonrojo, pero al revés.

Moví mi silla un poco a la derecha, intentando ponerme frente al monitor de la computadora. -"Estoy... Estoy terminando mi tarea. ¿Y tú? ¿Qué estas haciendo? No te escuché venir. ¿Desde cuándo estas ahí parado?"- Mi voz se escuchaba por todo el lugar.

Elliot se alejó del marco y entró al laboratorio. Sin mirar, busqué a tientas el botón de apagar.

Dije -"Estoy intentando inspirarme para una reseña de teatro que se supone debo entregar a mi editor más tarde en la noche."- Todavía seguía hablando demasiado rápido. ¿Dónde estaba el botón?

Elliot observó alrededor mío. -"¿Reseñas de teatro?"-

Mis dedos rozaron un botón y escuché el monitor ponerse negro. -"Lo siento, ¿qué dijiste que estabas haciendo?"-

-"Estaba pasando por aquí cuando te vi. ¿Pasa algo? Pareces... nerviosa."-

-"Ah, es un bajón de azúcar."- Puse mis papeles y mis libros en una pila y los metí dentro de mi mochila. -"No he comido desde el almuerzo."-

Elliot agarró una silla y la rodó hasta estar junto a mí. El se sentó con el espaldar de la silla frente a él y se acercó más, invadiendo mi espacio personal. -"Tal ves te pueda ayudar con la reseña."-

Yo me alejé. -"Vaya. Eso es de verdad muy amable de tu parte, pero lo voy a dejar por ahora. Necesito comer algo. Es buen momento para un descanso."-

-"Déjame comprarte comida"- Dijo él. -"¿No hay un restaurante a la vuelta de la esquina?"-

-"Gracias, pero mi mamá me estará esperando. Estuvo fuera del pueblo toda la semana y regresa hoy."- Me paré y traté de pasarle, pero él sacó su celular y me detuvo con él en el ombligo.

-"Llámala."-

Yo miré el teléfono y pensé en una excusa. -"No me permiten salir en noches de escuela."-

-"Se le llama mentir, Nora. Dile que tu tarea te tomó más tiempo del que pensabas. Dile que necesitas otra hora en la biblioteca. Ella no sabrá la diferencia."-

La voz de Elliot había cobrado un tono que nunca antes había escuchado. Sus ojos verdes me abofetearon con una frialdad recién descubierta y su boca se veía más delgada.

-"A mi mamá no le gusta que ande con chicos que no conoce"- Dije.

Elliot sonrió, pero no era una sonrisa cálida. -"Ambos sabemos que no te preocupan mucho las reglas de tu mamá porque la noche del sábado estuviste conmigo en Delphic."-

Tenía mi mochila colgada de un hombro y estaba agarrando el mango. Ni dije nada. Pasé a Elliot y salí rápidamente del laboratorio, dándome cuenta de que si él encendía el monitor, vería el artículo. Pero no había nada que pudiera hacer ahora.

A mitad de camino hacia el escritorio de colecciones, me atreví a mirar sobre mi hombro.

La pared de cristal del laboratorio mostraba que estaba vacío. Elliot no se veía por ninguna parte. Regresé a la computadora, manteniéndome en guardia en caso de que él apareciera. Encendí el monitor; el artículo de la investigación del asesinato aún seguía allí. Envié una copia a la impresora más cercana, la guardé dentro de mi carpeta, cerré la ventana de internet y me apresuré a salir.