Gokú se despertó en la madrugada, como siempre acostumbraba, con el sueño encima, Gokú se levantó bostezando, hizo algunos ejercicios mañaneros y se colocó una ropa nuevecita y salió de la casa, notando que las luces de la casa de Bulma estaban apagadas, Gokú desapareció de su posición.
Al cabo de un rato, los primeros rayos del sol aparecieron y con ellos, Gokú con dos coyotes en su mano izquierda, los cuales desolló y tostó en un palo, agradeció por la comida y luego procedió a comérselos con alegría, '¡ siento con más energía!", pensó alegre, las sobras y tripas las tiró a un bote el cual encendió para quemar.
Gokú caminó al altar e hizo una reverencia.
"Buenos días, abuelito", saludó Gokú, "Decidí tomar el viaje, pegreniraje, o algo así, que me dijiste", Gokú miró a la esfera del dragón por un segundo, "Espero me protejas en éste viaje, abuelito", Gokú hizo una reverencia y tomó la esfera y el bastón con funda que estaba recargado al lado. Gokú se amarró la funda alrededor del torso, teniendo el bastón en acceso a su espalda, caminó hacia su casa y tomó un pedazo de cuero con el cual envolvió la esfera y la amarró a su cinto blanco, Gokú sonrió y se posicionó frente a la casa de Bulma, donde escuchó unos sonidos extraños, pero más allá de eso, silencio.
Gokú sacó el bastón y cerró sus ojos, sintiendo en completitud su cuerpo.
"Hoh~", Gokú suspiró guturalmente, y en su mente aparecieron diferentes posiciones, y en cuanto éstas aparecieron, él comenzó a imitarlas, y Gokú comenzó a pelear con el aire, haciendo movimientos precisos de Jo-do, golpeando con versatilidad, usando el bastón principalmente, haciendo golpes y amplificando el golpe acompañándolo de un alarido marcial. Así, pasaron varios minutos.
Clic.
El sonido de una puerta sorprendió a Gokú, haciéndolo apuntar con su bastón instintivamente.
Bulma alzó ambos brazos asustada.
"¡Ah!, ¡Bulma!", Gokú saludó sorprendido, "Me sorprendiste".
"Bueno, ¡a mí casi me matas del susto!", dijo Bulma suspirando. "Buenos días, ¿qué hacías?", esa mañana Bulma vestía un vestido parecido al de ayer de color rosa, y en vez de los shorts llevaba unos pantalones ajustados de color negro, sus botas seguían ahí y el peinado era diferente, consistiendo en un bollo en la parte inferior de su cabeza, también llevaba unos guantes de un material diferente y también eran de color negro.
"Ah, practicaba Jo-do", Respondió Gokú volviendo a su práctica, pero finalizando rápidamente con una reverencia natural de artista marcial.
"¿Jo-do?", preguntó Bulma clicando en el botón al lado de la puerta.
"Sí, es una de las artes marciales que más me gusta practicar, hace uso del bastón como arma principal"
Cabo.
La casa se convirtió en una cápsula y Bulma lo recogió, guardándolo en su cajita.
"¡Qué genial!", dijo genuinamente, "¿Qué otras artes marciales sabes?", preguntó mientras sacaba otra cápsula.
Clic.
Tup.
Boom.
Una moto apareció ante ambos.
"Pues, Kung Fu, Jo-do, Ken-do, Karate-do, Nunchaku-do, Bastón de combate y… Creo que ya, mi abuelito no me llegó a enseñar más artes marciales", dijo Gokú recordando, "¿Qué es eso?", preguntó mirando a la peculiar motocicleta.
"Es un modelo de Motocicleta, puede alcanzar grandes velocidades y es bastante útil para el transporte, como alguien, destruyó mi camioneta, éste será nuestro transporte", dijo Bulma sin ocultar su tono acusatorio. Gokú no lo captó, sin embargo. Bulma se subió, "Ven, súbete", Gokú asintió y se puso en la extensión del asiento de la moto y notó que era un colchoncito bastante cómodo.
"¿Todo lo moderno usa colchoncitos cómodos?"; Gokú no pudo evitar preguntar, a lo que Bulma, riéndose respondió.
"Claro, la comodidad es una de las cosas por la que se vela en los productos modernos".
Bulma accionó la moto y el motor respondió soltando el clásico sonido de maquinaria.
"¡Allá vamos!", Bulma aceleró, a lo que Gokú se agarró fuerte de ella y salieron por el camino por el que vinieron, sin embargo, debido a la falta de experiencia de Bulma en manejarse en bajadas, terminó saliéndose de camino y… "Nonononononono", Bulma comenzó a trabarse la lengua al notar que estaban cayendo de una gran altitud, "¡No quiero morir!".
Y Gokú, notando la exasperación de Bulma, sacó el bastón rojo.
"¡Alárgate, Nyoi-bo!", Gokú exclamó, apuntando la punta superior hacia abajo, y haciendo caso a su orden, el bastón se extendió hacia abajo rápidamente tocando y enterrándose en el suelo inmediato, "¡Agárrate bien, Bulma!, dijo Gokú tomando la motocicleta con su otro brazo.
"Q-q-q-q-q-q", Bulma estaba sorprendida y verdaderamente confundida, las palabras ni siquiera podían salir de su boca, estaba abrazando la moto con todas sus fuerzas, que, si bien no eran pocas, apenas le evitaban caerse de la motocicleta.
"¡Acórtate, Nyoi-bo!", dijo Gokú, y rápidamente, el bastón se comenzó a encoger, llevando a los dos a la superficie a buena velocidad, cuando estaban ya a un metro del suelo, Gokú se soltó y con su cola agarró el bastón, desencajándolo del suelo, Gokú aterrizó ligeramente y dejó la moto con Bulma en el suelo con gentileza.
Bulma estaba temblando violentamente.
"Creo que voy a tener pesadillas", dijo Bulma soltando la moto y cayendo al suelo.
"Vamos, no seas exagerada, ¡estás en perfectas condiciones!", dijo Gokú con una sonrisa.
"Dímelo a mí, tengo una Acrofobia muy grande, y tú… tú, ¡estás loco!", se expresó Bulma con las manos al cielo, "Déjame… déjame recuperarme un momento, casi, casi...". Bulma no terminó su oración, pero se podía ver una gran cantidad de emociones complejas en sus ojos.
"Bueno, me avisas", Gokú guardó su bastón en la funda y caminó por el bosque de jóvenes árboles en el que habían aterrizado. También había varias rocas grandes en el entorno, "Me sirve", dijo Gokú tomando una de las piedras, alzó una de las piedras, –aproximadamente unos 2 metros de longitud y de altura–, con las dos manos y focalizó su fuerza en sus palmas, "Hngh", y al instante, la roca recibió una gran presión lo que hizo que incontables grietas se esparcieran por su superficie, y naturalmente, en su interior, y después de que las grietas envolvieran toda la roca, ésta se pulverizó.
"Hmm", Gokú miró el polvo resultante, romper rocas era un buen ejercicio para el control de la fuerza ejercida, según su abuelo le contaba, cuando era más pequeño su fuerza innata era tan grande como para romper los huesos de toros enfurecidos.
Gokú cambió su atención a una roca más pequeña del mismo tamaño que él, y de un color marrón, también tenía un patrón peculiar, pero a Gokú realmente no le importó, así que la levantó y cuando estaba por focalizar su fuerza.
"Ayayayaya, ¿qué? ¿qué?", una voz peculiar salió de la roca, lo cual, sí que sorprendió a Gokú quien soltó la "piedra".
"¿¡Eh!? ¿Una piedra que habla?"
"¡Eh! Eso es ofensivo niño, no soy una piedra", la 'piedra' se giró y se reveló su apariencia, se trataba de una gran tortuga marrón con aletas. El patrón extraño en cuestión era su caparazón. "Soy una tortuga de mar", dijo colocando su aleta en su "pecho" de forma cortés.
"Oh, ¡oh!, Yo soy Son Gokú, un gusto conocerte", Gokú hizo una leve reverencia, "¿Qué hace una tortuga de mar tan adentro en los montes Paozu?", preguntó Gokú con curiosidad.
"¿Ah? ¿Estoy tan dentro del continente? ¡No puede ser!", La tortuga gimoteó en incredulidad.
"¿Quieres que te lleve? ¡Después de todo estoy en medio de un pegrerinaje de artista marcial!", dijo Gokú con una sonrisa.
"Pegre… ah, peregrinaje, ¿estás viajando? ¡Oh!, por supuesto me gustaría que me ayudaras… sobre todo si me aportaras un poco de agua salada con algas", dijo la tortuga bajando un poco su cabeza.
"Puede que yo no tenga… ¡pero sé de alguien que sí!", Gokú agarró a la tortuga y la llevó con Bulma que… había sacado su casa.
"Oi, ¡Bulma!", Bulma salió de su hogar un poco agitada, pues no se esperaba el grito de Gokú.
"¿Eh? ¿Gokú y una tortuga marina…?"
"Bulma, me encontré ésta tortuga marina y necesita ayuda", Bulma colocó su mano en su barbilla.
"Pero estamos buscando las esferas…", Bulma agitó su cabeza. "Está bien, supongo que un poco de ayuda estaría bien".
Después de que Bulma preparara agua con sal y… lechuga, se la dio en una cubeta a la tortuga, que agradeció profundamente, al escuchar a la tortuga hablar, Bulma se sorprendió se sobremanera, tanto que no pudo evitar comentar sobre el asunto, a lo que, la tortuga se molestó en explicarlo.
"Cuando un animal vive mucho tiempo, naturalmente adquiere la capacidad de hablar", dijo la Tortuga con una sonrisa orgullosa, el dato era contrastante con lo que Bulma sabía de Biología, pero no comentó mucho del asunto, eventualmente se enteró de que la Tortuga quería regresar al mar, lo cual al principio se negó, pero después de pensarlo profundamente, y recordar que de hecho había una esfera del dragón hacia el sur, decidió aceptar, y una vez organizado el plan, Bulma y Gokú se prepararon, Gokú cargó a la tortuga en su espalda y después de que Bulma guardara la casa, los tres se dirigieron al sur.
Mientras la tortuga era cargada notó el bastón con puntas doradas.
"Oye chico, ese bastón me suena familiar, ¿dónde lo conseguiste?", Gokú miró a la tortuga de reojo mientras corría velozmente, la motocicleta de Bulma los seguía de cercas, Bulma se podía ver ligeramente incrédula, pues la motocicleta iba a su máxima velocidad.
"¿El nyoi-bo?", Gokú preguntó, "Es el bastón de mi abuelito, me lo heredó cuando falleció".
"¿Tu abuelito? ¿Oh? ¿De casualidad tu abuelo es Son Gohan?"
"¡Sí sí!, ese es mi abuelito", afirmó Gokú contento, "¿Lo conociste?", La tortuga sonrió.
"Son Gohan fue un discípulo del Ermitaño Tortuga", dijo sonriente, "Claro que lo conocí, lo vi volverse un artista marcial talentoso, pero así que falleció…", La tortuga suspiró, "Mis condolencias, muchacho".
"Sí, gracias, ¿me podrías contar más de mi abuelito?" Preguntó Gokú con una sonrisa, pero en ese instante unos pasos pesados se oyeron claramente, tanto así que hasta Bulma los escuchó.
"¿Hm?", Gokú y la Tortuga miraron en frente, deteniéndose, Bulma también se detuvo justo detrás de ellos, viendo como un gran hombre jabalí de alrededor de tres metros aparecía, portando vestimenta sucia y andrajosa, junto con un gran cuchillo oxidado sobre su hombro, uno de sus ojos estaba perdido y había una gran cicatriz en su rostro pasando el ojo perdido, una sonrisa grotesca y hambrienta se formaba en su feo rostro.
"Jeje, que buenas presas me he conseguido", se burló el Jabalí.
"Ay no", Bulma sintió el miedo alzarse brevemente en su corazón, y Gokú miró al Hombre Jabalí con curiosidad.