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Chapter 3 - Capítulo 1 Parte 2: Expectativas y desconocimiento.

Volteo a mirar el interior.

Camino hacia el escritorio al fondo de la sala. Me interesa el monitor y la pila de documentos sobre este.

Mientras espero, no habrá problema en que registre el inmueble. Ya que no limitaron mi movimiento, es casi como si me invitaran a hacerlo.

De pie frente al escritorio hojeo los documentos uno por uno.

— Parecen solo simples documentos médicos. En verdad se esmeraron en hacer parecer esto una simple enfermería en su totalidad.

Datos típicos de registros médicos. Nombre, edad, número de identificación, entre otros. Curioso. El rango de edades oscila entre los 11 - 18 años.

Ninguno de los papeles contiene datos relevantes.

¿Por qué dejar estos documentos falsos a la mano?

Suspirando dejó todo en donde estaba.

Al momento en que mi atención se desviaba al monitor, escucho pasos acercándose.

Así que al fin vienen.

Camino hacia la camilla en la que me encontraba. Tomó asiento sobre esta y decido esperar.

El sonido de los pasos se acentúa.

Al contrario de mis expectativas, parece ser solo un individuo.

Finalmente la puerta se abre.

Un común de mediana edad ingresa a la sala.

Trae puesto un delantal blanco sobre su ropa. Unas gafas de lente cuadriforme. Ojos pardos notoriamente cansados por los círculos oscuros bajo estos. Cabello corto grisáceo.

No mide más de un metro setenta de altura. Bastante delgado. Da un aspecto desaliñado.

Lleva observando una tabla de madera, sostenida en su mano izquierda, con varias hojas sujetas por un clip, mientras juguetea con un bolígrafo en su mano derecha.

Pasado unas pocos segundos se percata de mi.

Sus ojos se encuentran con los míos. El contacto visual perdura una respiración.

— Veo que ya estas despierto. ¿Te sientes mejor?

Que comienzo tan casual.

Ignorando el hecho de que saben perfectamente mi estado desde que ellos me curaron y me dejaron aquí, supongo que es simplemente algún tipo de saludo que marca el inicio de las negociaciones.

Por ahora responderé con una tonalidad similar.

— Comparado con mi estado anterior, efectivamente, mi cuerpo se encuentra mejor.

— Es bueno saberlo. Cuando te desmayaste tan de repente en medio del enfrentamiento,todos se preocuparon por ti.

¿Desmayado? ¿Enfrentamiento?

Que cosas incomprensibles está diciendo este común.

¿Se referirá a cómo perdí la conciencia en aquel callejón?

En serio, para resumir todo con el término enfrentamiento.

¿Y qué quiere decir con todos se preocuparon por ti?

Eso es una absoluta mentira. Que descaro en mostrarse no hostiles.

Tanto su postura corporal como sus gestos están perfectamente calculados. Ningún de sus movimientos pareciera ocultar nada y no revela nerviosismos. Su mirada tampoco se desvía o flaquea. Se ve que este común sabe mentir un poco. No muestra a primera vista nada que dé señales de engaño. Mentir es sencillo, pero cubrir una mentira no lo es. Incluso con entrenamiento es imposible para un común esconder por completo los reflejos e instintos subyacentes al mentir. En verdad se confían demasiado.

Sus manos se mueven sospechosamente cerca de su cuerpo. Debe estar ocultando un arma bajo su delantal. Su acto es casi perfecto. Aún no puedo discernir la ubicación exacta de esta.

— Por ahora déjame revisarte antes de dejarte salir.

¿Que planean?

Dejarme salir. ¿Significa que me trasladará a otro sitio? No puedo confiarme en eso.

Fuera de lo que esperaba, este común se acerca por sí mismo.

Esto es bastante conveniente para mi. Tanto, que parece como si quisieran que caiga desprevenido en alguna clase de trampa tras morder el anzuelo.

El común de mediana edad se detiene a menos de un metro frente a mi y estira sus manos hacia a mi cabeza. Observó lentamente como estas se acercan. El tiempo parece dilatarse mientras analizo cada particularidad.

Ninguna navaja oculta dentro de sus mangas.

Nada entre sus dedos.

Nada de agujas ni protuberancias extrañas.

Sus ojos parecen solo enfocarse en mi frente.

Vamos muestrame.

¡¿Dónde está la trampa?!

Sus manos están suficientemente cerca.

¿Es en serio? ¿Eso es todo?

Nada.

cuando está a punto de tocar mi cabeza decido no esperar más.

Vertiginosamente muevo mis manos para sujetar fuertemente las muñecas de ambos brazos. Lo siguiente es simple. Inmovilizar al enemigo.

Sin soltarlo, me deslizo hacia la derecha. Giro rápidamente mi cuerpo, haciendo uso de la fuerza de mis piernas y la combinación de el peso de mi enemigo. Levantandolo sobre mi hombro izquierdo y azotando su espalda fuertemente contra el piso.

Sin esperar respuesta y aún sosteniendo sus brazos, pateó sus costillas del costado izquierdo y volteo su cuerpo hacia abajo. Presiono la rodilla de mi pierna izquierda sobre su espalda y brazo izquierdo. Mis manos sostienen su brazo derecho manteniéndolo hacia arriba y ejerciendo fuerza en su articulación. Mi pierna libre se mantiene flexionada como punto de apoyo permitiendo usar todo mi peso y la fuerza de mis brazos.

La maniobra en sí no duró más de 1 segundo. Hasta el final el común no pudo reaccionar a mi arremetida. Su rostro se retuerce del dolor y expresa emociones como el miedo e incomprensión.

— ¡¿Pero que diablos estas haciendo?!

El dolor parece haberle hecho perder la compostura. Excelente. Tomar acciones agresivas puede ser perjudicial pero es necesario recordarles con quien están tratando.

— ¡Mantén silencio maldito común! ¡Si no quieres que tu brazo termine completamente roto hablarás cuando yo lo estime! ¡Si comprendes lo que digo limitate a asentir con la cabeza!

— ¡¿Qué rayos dices?!

Presionó su su brazo con mayor fuerza. El común grita del dolor.

— ¡A la próxima romperé tu brazo! ¡Si insistes lo siguiente será mucho peor! ¡Tu decides! ¡¿Comprendes lo que digo?!

Con eso lo miro fríamente.

El Común abre la boca queriendo replicar, pero al fijarse en mi mirada el miedo parece cortarle el aire. Finalmente asiente.

Eso fue rápido. Pensé que tendría que romperle el brazo antes que respondiera. No esperaba que usar este acto violento y lenguaje fuera tan eficaz, no al primer intento al menos. ¿No está entrenado?.

Se que la mayoría de los comunes no pueden manejar sus emociones en situaciones de estrés, pero esto está fuera de mis expectativas.

Aún no suenan alarmas ni escucho pasos corriendo desde fuera.

Debo aprovechar esta brecha al máximo.

Veamos si este tipo me es útil.

Registró su cuerpo con una mano.

Para mi sorpresa no lleva ningún arma y solo encuentro un smartphone en el bolsillo interno de su delantal. Lo guardo en el bolsillo delantero izquierdo de mi pantalón corto y continúo.

— Escúchame con atención. Te haré algunas preguntas. Si veo algún atisbo de mentira o si decides no contestar sufriras. ¡¿Comprendes?!

Nuevamente el común asiente.

— ¿Qué es este lugar?

Con dificultad debido al dolor el común responde.

— La sala de enfermería escolar.

¿Escolar? ¿Una escuela? Que sin sentido. ¿Será algún nombre código?

— ¿Qué quieres decir con "escolar"? ¿Qué significado tiene?

— ¿Cómo que quiero decir?

Presionó la articulación de su brazo.Si bien me extraña que tengo que usar más fuerza de lo que acostumbro, en este momento no puedo distraerme con ello. Se escucha sus huesos crujir.

— ¡Ahhhhhhh!

— ¡Responde solo a lo que te pregunte, última advertencia! ¡¿Qué quieres decir con "escolar"?

— E-e-esta sala es parte de la escuela. Por lo tanto eso convierte a esta enfermería en una enfermería escolar.

No veo señales de que esté mintiendo. Continuaré con el interrogatorio.

— ¿Qué nivel y distrito se encuentran estas instalaciones?

— Nivel Subterra, distrito Sigma.

Así que es el nivel inferior. Y uno de los distritos periféricos del sureste además.

— ¿Por qué estas instalaciones llevan el nombre de "escuela"? ¿A qué organización corresponde?

— El principal objetivo de estas instalaciones es proporcionar una buena educación.

— ¡¿A quienes?!

— ¡A los estudiantes por su supuesto!

— ¿Estos estudiantes son algún tipo de soldados en entrenamiento?

— ¡Por supuesto que no!

— ¿Cuál es el objetivo de traerme aquí!

— Te desmayaste, es claro que para revisar tu estado de salud después de aplicar primeros auxilios. Afortunadamente no resultó en nada grave y solo tuviste un leve golpe en la cabeza.

— ¿Esos primeros auxilios se refieren a que regeneraron mis heridas?

— ¡NO! Como dije, simplemente te desmayaste y te trajimos aquí.

— ¿Quieres decir que no estaba herido antes de eso?

— ¡Si!

— Dijiste trajimos. ¿A quienes te refieres?

— A tus compañeros y el profesor encargado por supuesto.

— ¿Por compañeros y profesor a que te refieres?

— A otros estudiantes y el encargado de la clase de deportes.

Sigo sin entender nada de lo que dice. Ninguna de las respuestas ha sido mentira. La situación parece peor de lo que imagine.

— ¿Manipularon mi memoria por algún medio?

— ¡Es imposible algo como eso!

— ¿Te refieres a que es imposible para esta organización?

— ¡Yo que se! ¡¿Algo como eso siquiera existe?!

— ¡Yo soy quien hace las preguntas aquí!

— ¡Ahhhhhh!

— ¿Desde cuando me encuentro en esta organización llamada "escuela"?

— Supongo que desde que te inscribieron como estudiante.

— ¿Supones?

— ¡Eso deberías preguntarselo a tus padres!

— ¿Padres? ¿Que son ellos,tus superiores? ¿Fueron ellos quienes me trajeron aquí?

— ¡Tus padres son quienes te engendraron o cuidan de ti! ¡Mi superior es el rector de la escuela! ¡ Y si, imagino que tus padres fueron quienes te trajeron!

Esto no está siendo de utilidad.

— Última pregunta. ¿Qué fecha es hoy?

— Es el 16 de mayo.

Eso significa que han pasado 4 meses desde mi último recuerdo. Si bien esto podría interpretarlo como un dato positivo mi instinto me decía que debía asegurarme de una cosa más.

— ¡¿Qué año es?!

— Es el año 2.056 por supuesto.

Siento como si mi mente estuviera fuera de mi. Sus gestos, su mirada, su tono de voz. Nada parece indicar que este mintiendo. Pero eso es imposible. Totalmente imposible. Esto claramente es un mentira.

— ¡Te advertí que no quería mentiras!

En consecuencia, se escucha el ruido de los huesos cuando destroce la articulación del hombro y el codo.

— ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡Ahhhhh!

Se escuchan varios pasos corriendo hacia aquí.

— Al menos tus alaridos sirvieron para atraer a más comunes. Espero me sean más de utilidad que un desperdicio como tu.

Incapaz de responder debido al dolor. El común solo se retuerce en agonía.

Ignorando sus lamentos lo levanto y me coloco detrás de él. Posicionando mis manos cruzadas en su cabeza de manera que pueda manipular fácilmente su cuello. Lo sostengo con fuerza.

La puerta se abre.

— ¡¿Qué está pasando?!

Veo a varios comunes.

En primera fila, dos adultos. Hombre y mujer. Cercanos en edad, superando la mitad de los treinta.

La mujer tiene el cabello castaño liso que cae más allá de sus hombros. Tez es levemente morena y no mayor a un metro sesenta de altura.

El hombre es casi veinte centímetros más alto. Cabello crespo negro azabache medianamente corto. Su tez es levemente más clara comparado con la mujer.

Por detrás de ambos se ven varios comunes adolescentes. No mayores de 16 - 17 años de edad.

Todos se detuvieron al pasar la puerta, quedando impactados al verme situado detrás del común "médico" sosteniendo su cabeza.

Continuaré usando un tono amenazante.

— ¡Ningún movimiento más! Como ya pueden evidenciar tengo de rehén a su camarada. Si no quieren un viejo pedazo de carne con el cuello roto, harán exactamente lo que les diga ¡No toleraré nada de acciones adicionales! ¡¿Comprende lo que les digo?!

Rostros estupefactos. Pasa un segundo en que nadie responde.

— ¡Demian, que diablos estas haciendo!

Ambos, hombre y mujer adultos gritan exactamente lo mismo.

Los demás comunes se mantienen sorprendidos.

— ¡Dije nada de acciones adicionales! ¡Ultima advertencia!

Aumentó la fuerza de mi agarre sobre la cabeza del común que tengo retenido. En cualquier momento romperé su cuello si toman maniobras hostiles.

— ¡Repito! ¡¿Comprenden lo que les digo?!

Dudando si moverse o no en un principio y mirándose entre sí con expresiones que mezclan temor e intranquilidad, finalmente parecen aceptar.

El hombre es el primero en hablar.

— E-e-esta bien Demian, solo… solo no hagas nada con el doctor, por favor.

— ¡Eso dependerá de ustedes!

Tomó un tiempo para respirar.

Tengo la situación bajo control por ahora. No parecen venir armados. Su gestos y postura al igual que el de mi rehén, no aparentan ser la de soldados. ¿En verdad son simple comunes débiles e ignorantes?

— ¡Respondan inmediatamente quien sea capaz! ¡Sin mentiras ni omisiones de información!

Miro a cada uno de los comunes frente de mi fríamente.

— ¿Cuál es la fecha actual? ¿Qué año es?

Tras mi pregunta todos se miran extrañados, luego la mujer responde.

— Demian, hoy es 16 de mayo del año 2.056.

La misma respuesta.

Tampoco parece estar mintiendo.

— ¿Pueden asegurar todos que este es el año 2.056?

Necesito asegurarme una vez más.

— ¡Si!

Todos responden afirmativamente.

¿Cuál es la probabilidad de que cada uno esté mintiendo y no sea capaz de detectar ningún signo de ello?

Cero.

No son soldados ni profesionales.

Saco el smartphone robado del bolsillo de mis pantalones cortos.

— ¿Cuál es la contraseña de desbloqueo de este dispositivo?

Le hablo al común medico que aún sostengo, su mirada se ve apagada.

No responde.

Lo sacudo fuertemente forzandolo a responder.

— ¡¿Cuál es la contraseña de desbloqueo de este dispositivo?!

De su garganta sale una voz débil.

— ...Es.. el... 1.. 6…3.. .4.

Manipulo el smartphone únicamente con mi mano izquierda.

Digito e ingreso la contraseña señalada.

Tras ingresar al menú, deslizo mi dedo por la pantalla buscando el navegador.

Ya comprobe que tiene acceso a internet.

Tras abrir la aplicación de navegador escribo en el buscador.

> Fecha de hoy <

Tal como esperaba, la búsqueda arrojó 16 de mayo. Año 2.056.

Esto es imposible. Pero esta pasando.

¿Cómo sucedió esto?

Suelto al común. Ya no tiene sentido tener un rehén.

Este cae al frente directamente al piso. Los comunes frente de mí reaccionan y corren a levantarlo.

Nuevamente siento un dolor punzante en mi cabeza.

El dolor crece y crece cada vez más.

Frunciendo el ceño me siento en el piso mientras sostengo mi cabeza.

La pareja de adultos se acerca a mi.

— ¿Estas bien Demian?

— Cielos Demian. ¡¿Qué mierda estabas pensando con todo esto?!

— ¡Llamen a una ambulancia! ¡El doctor está gravemente herido! ¡Su brazo está fracturado y su hombro dislocado! ¡Demian, en serio te excediste!

— ¡Oye Demian te estamos hablando!

— ¡Demian responde!

Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian.Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian. Demian.

Las voces cruzándose entre sí con ese nombre.

Desde que llegaron llevan llamándome así.

— No conozco ningún Demian.

Eso es lo único que dije.

Ya mis pensamientos se alejan de todo mi exterior.

Las voces continúan de fondo pero ya no logro entenderlas.

Continuó mirando la pantalla del smartphone.

Año 2.056….

¿Quién creería esta situación posible?

¿Cómo sería esta situación posible?

Ya no se que pensar.

Después de todo, mis últimos recuerdos corresponden al año 2.041.

Si.

Un desfase de 15 años.

Apago la pantalla del smartphone.

Mi rostro se refleja en la pantalla.

Anteriormente las circunstancias no me dejaron apreciar bien mi reflejo.

O más correcto, no tenía porque fijarme en ello.

El dolor en mi cabeza se agudiza y mi conciencia se desvanece mientras las voces de los comunes a mi alrededor se alejan y se alejan de mi.

La oscuridad abraza mi cuerpo.

Lo último en mi vista es el rostro reflejado en la pantalla.

El rostro de un joven adolescente.

Un rostro totalmente desconocido.