El alba barre con la oscuridad desde el horizonte. Luz cegadora y tangible calidez, indistinguible a pesar origen innatural de la misma. Corrientes de aire se forman entre los espacios de las numerosas residencias, resultante en un alivio al calor ascendente.
Como es característico de este período del año, a mediados de mayo, las temperaturas cada vez más altas marcan el pronto inicio del verano. La sincronización del DSA es perfecta como siempre.
El sistema DSA, Dynamic Simulation Atmosphere (Atmósfera de Simulación Dinámica), simula el clima superficial prácticamente a tiempo real. El sol, el nivel de humedad en el aire, el viento y las nubes que surcan el cielo.
Bajo la luz de este sol artificial, mantengo un trote con un ritmo bastante acelerado. Gotas de sudor caen por mi frente.
Me encuentro recorriendo la vía principal del sector. Una vasta avenida que se extiende cientos de kilómetros. Un espacio de 20 metros de ancho, adornado por una fila interminable de álamos y jardines cuidadosamente dispuestos, separa ambos sentidos del tránsito. La acera es principalmente de hormigón pulido en un diseño hexagonal.Tiene una tonalidad gris similar al de las rocas.
Innumerables calles y pasos de nivel dan salida a los distintos puntos del sector y otros comunican directamente con la carretera que conecta a los otros sectores del distrito.
Vehículos pueden ser vistos circulando en un tranquilo flujo a pesar de la gran cantidad de estos.
Los motores de combustión interna se mantuvieron como el principal motriz hasta el año 2.025. En un período de 10 años fueron reemplazados progresivamente, primero por la corta predominancia de las transmisiones híbridas y finalmente decantando en las transmisiones eléctricas. Factores como la gran diferencia en la eficiencia, la transición en las fuentes energéticas primarias, las nuevas políticas medio ambientales y las necesidades de la población detonaron este enorme cambio.
El casi inexistente ruido generado por los vehículos, casi como un silbido, era prueba de ello.
Debido a la cercanía de una de las estaciones del tren de velocidad supersónica, versión mejorada del "tren bala", numerosos transeúntes se desplazaban por la acera.
Solo unos pocos me miraban con curiosidad, antes de continuar su camino. La mayoría, en cambio, daba a pensar que ni me habían visto.
Con sólo mirar alrededor uno podría percatarse que la mayoría de los transeúntes eran estudiantes.
Varios de ellos caminan agrupados, conversando entre sí.
En la dirección contraria a la mía, observó a un estudiante, no mayor a catorce años. Mi único interés es su uniforme, específicamente el logotipo de EM y SL sobrepuestas en este. Pertenece a la misma escuela que desperté por primera vez. Concentro mis ojos en este por menos de un segundo mientras pasa mi costado izquierdo.
Inmediatamente, tras un pitido, de la nada una interfaz se despliega en el aire como si se tratase de una ventana emergente de una computadora, pero sin obstruir la vista, como si se ajustase a sí misma para evitarlo. Un recuadro grisáceo levemente translúcido. Dentro de este, caracteres aparecieron en una ráfaga Incesante, constituyendo una columna de texto organizada.
La interfaz flotante, mostraba una descripción completa con la información más relevante de la escuela. Nombre de institución, dirección, nivel, campus, administración, coordenadas geográficas y más datos.
Lo mismo sucedía al guiar mi vista entre los distintos uniformes de quienes pasaban a mi alrededor. La información mostrada cambiaba de manera dinámica, prácticamente al instante, acorde a quien sea que observara.
No se trataba de ningún holograma ni menos de simples luces reflejadas en el aire generando una ilusión.
— Demian, antes que se me olvide, te devuelvo esto.
Hace tres cuartos de hora, aquella chica me abordó con esas palabras.
Amy, la común menor por un año y con quien ahora comparto relación sanguínea, se paró frente a mí con una expresión incómoda, extendiendo el brazo izquierdo hacia mi. Sobre la palma de su mano completamente abierta sostenía una pequeña caja blanca
— ¿Dices que eso me pertenece?
— Por supuesto, es tu SmartEye.
— ¿SmartEye?
Definitivamente se trata de algún tipo de dispositivo, pero desconozco ese nombre. Tomó la pequeña caja blanca. El símbolo impreso, un ojo representado por una circunferencia atravesado por una línea quebrada vertical como un rayo.
— Si, ya sabes, el "lente computador". ¿Tampoco lo recuerdas?
¿Lente computador? Espera ¿No me digas que es…?
— ¿Te refieres al dispositivo ocular de enlace neuronal?
— E-emm si. Creo que en algún momento se le llamó así hace varios años.
Debí pensarlo desde el inicio. SmartEye. Un nombre sencillo de recordar, fácil de pronunciar. Por objetivos comerciales, evidentemente.
Pero algo no cuadra. Hace quince años, tal tecnología si bien ya estaba en desarrollo, era para uso militar, no civil.
— Bueno de todos modos eso confirma entonces que si lo recuerdas. T-Tengo que ir a prepararme para la escuela, así que hablaremos más tarde. Adiós.
Tan rápido como llegó, se retiró.
La veo alejarse por el comedor hacia el pasillo y las escaleras hacia el segundo piso.
De los 3 comunes, ella es la que más se muestra desconfiada. Tengo que mantener un ojo sobre ella.
Respecto a la pequeña caja en mi mano. Después de examinar esta por todos lados, deslizó superior hacia arriba. Dentro, encajado perfectamente entre un espacio acolchado se encuentra un pequeño estuche semi transparente. Cuadrado por el frente y de medio centímetro de espesor. Protegiendo en su interior un lente de contacto.
La fusión entre un ordenador personal y la tecnología de realidad aumentada ocular ¿Eh?
Volviendo al presente, la interfaz flotante frente a mis ojos es una de las capacidades del dispositivo ocular de enlace neuronal, el SmartEye.
Similar en apariencia a un lente de contacto, pero lejos de cumplir la antigua función de corrección visual.
Una increíblemente delgada lente que se coloca en el ojo derecho. En el cual se encuentran incrustados nanochips y conductos eléctricos seudo-nerviosos. Con aplicaciones derivadas de la realidad virtual, permite visualizar el contenido a través de los ojos y solo por el propietario. Una de sus capacidades es tener acceso ilimitado a información y contenido a través de la red.
Mediante la interacción de la vista y el cerebro, el dispositivo detecta la respuesta entre ambos como base para su funcionamiento, denominado "comando de voluntad". Básicamente, es la diferencia entre pensar en realizar cierta acción y llevarla a cabo, siendo esta última en que el SmartEye trabaja. Fijas un punto con la mirada y concentras tus pensamientos en obtener cierta respuesta específica.
Así, al momento de dirigir mi vista hacia los distintos uniformes con la voluntad de "obtener toda la información", el SmartEye mostró el resultado deseado en consecuencia.
Siguiendo por una esquina poco pronunciada, tomó un desvío hacia una de las cientos de calles secundarias. Decido acelerar más el ritmo.
El sector se compone principalmente de zonas residenciales. A la vista, pareciese que ninguna de las construcciones supere las cuatro plantas. De hecho, la mayoría de viviendas corresponde a enormes casas de dos plantas.
Destacando en contraste, cientos de edificaciones de gran altura podían observarse a lo lejos. Reconozco uno de esos. Un edificio blanquecino y repleto de grandes ventanales que reflejan la luz del sol.
Siguiendo mi pensamiento, nuevamente la interfaz se activa.
Hospital General Florence Nightingale
Distancia: 10,3 km.
Es el hospital en el que desperté. Aún a esta distancia, debido a sus dimensiones, es fácilmente reconocible.
Superficie: 850.000 metros cuadrados.
Bajo la información anterior, el área del hospital hace aparición.
Necesito apresurarme en seguir el siguiente paso en el plan. Si quiero sacar el máximo provecho a esto tendré que cambiar ciertos aspectos del dispositivo. Además, tengo cierta sospecha, una idea que no sale de mi cabeza.
Tras concentrarse, la interfaz desaparece en un instante.
Aceleremos por última vez. Corriendo a la máxima velocidad que mis piernas me permiten, coordino mi respiración en una sucesión de cortas inspiraciones y espiraciones.
Cuando finalmente mi cuerpo no puede más, bajo la velocidad a un trote suave. Poco después me detengo, mientras me inclino apoyando mis manos sobre mis rodillas. El agua cae por mi frente a grandes cantidades.
No puedo evitar exhalar con pesadez, debido a mantener tal esfuerzo físico por tanto tiempo. Pensar que ahora me cansaría a este nivel con algo como esto.
Ha pasado mucho tiempo desde que tuve esta sensación.
Altos muros formando un enorme estructura en forma de anillo. Luz incandescente irradiaba desde donde debería estar el techo. A gran altura, paneles de vidrio negro formaban la parte superior. La luz no podía pasar a través de ellos. El reflejo era un indicio del escenario carmesí.
Las paredes y el piso de blanco manchadas de sangre.
La imagen de nueve niños ensangrentados frente a mi, separados entre sí, manteniendo sus distancias. Cinco chicas y cuatro chicos. Todos de la misma edad, unos 10 años, con heridas visibles por todo el cuerpo. A pesar de la cantidad de cortes y perforaciones, tan profundos como para ver dentro de la carne, ninguno de los niños lloraba y nadie se quejaba del dolor. La sangre goteaba y los pequeños charcos de sangre se formaban bajo sus pies. A pesar de la gravedad de las mismas, nadie caía. Solo la pesada respiración de todos haciendo eco por las paredes podía ser escuchado.
Absolutamente vigilantes, sin ningún movimiento. Podía sentir su mirada sobre mi, pero ninguna emoción en especial hacia aparición. La frialdad en los ojos de los demás me decía que para todos era la misma situación. Las pequeñas manos de todos empuñaban distintos tipos de armas blancas.
En mis manos, sostengo unas dagas gemelas, apuntando hacia abajo en posición defensiva. Las hojas de doble filo de 20 cms. de largo. Dos hendiduras semicirculares se encuentran a ambos lados del filo, a cinco cms. de la empuñadura. Seguido a estas hendiduras, el ancho de la hoja aumenta en 1,2 cm. de ancho para luego extender el resto la daga en punta. El acero de damasco relucía a pesar de la sangre que recorría el filo de las dagas.
La empuñadura era de zamak con un diseño gris simple pero que facilitaba la manipulación del arma, permitiéndome manejarlas con cierta comodidad.
Manchas de sangre seca cubren por completo mis dedos. Ya era difícil saber si pertenecía a alguno de los otros 9 niños o era mía.
Armas de fuego como revólveres y pistolas se encontraban tiradas por el piso. Cientos de cartuchos y cargadores vacíos. Y una total inexistencia de agujeros, signo de daño en las paredes o el suelo a pesar de la cantidad de balas que debieron dispararse. En cambio, muchas de estas se encontraban repartidas por el suelo, aplastadas como si se hubiesen estrellado con un material impenetrable.
[Límite de tiempo de regeneración alcanzado]
Una voz computarizada pudo escucharse desde todas partes.
[Mismos parámetros anteriores. Reanuden el entrenamiento]
Tan súbito como inicio, la voz dio por terminado el mensaje tras ese breve comunicado.
Las heridas de los todos ya habían sanado por completo. Ni un solo rastro de estas podía visualizarse. Sin embargo, el sonido de las respiraciones cansadas permaneció.
Ya es hora. Preparándome para lo siguiente, ajusto mi postura con claras intenciones ofensivas. Los demás hacen lo mismo en su propia forma. Las exhalaciones de detuvieron. Solo un largo y profundo respiro resonó.
El tiempo pareció congelarse y el sonido desapareció.
El metal reluciente destello una última vez, antes de que todo se tiñera de rojo nuevamente.
— Bien, es hora de seguir.
Corrijo mi postura y continúo adelante.
***
Situada a la mitad de la cuadra. La casa de los Derricks, al igual que todas las casas del barrio, está rodeada por muros de más de 2 metros y medio de alto. Un cerco eléctrico se extiende un metro sobre los mismos.
Por el frente de la casa parte de los muros es reemplazado por una reja. Una puerta y un gran portón madera y metal permiten el acceso. La puerta posee una especie de cerradura electrónica. Una pantalla en negro.
Apenas me acerque, la pantalla se enciende con una leve luz azul. Al mismo tiempo en la esquina inferior derecha de mi visión un mensaje emerge, "Vinculación a la red local completada". El SmartEye se sincronizó con la red de la casa.
Ahora la pantalla en la puerta comenzó a mostrar una serie de mensajes.
Dispositivo conocido detectado. Propietario registrado.
Comprobación de identidad adicional necesario.
Coloque su mano sobre el lector.
El mismo texto se mostró en la esquina de mi visión a través del SmartEye.
Rápidamente coloque mi mano sobre la pantalla.
Una luz desde la pantalla recorrió mi mano como un barrido. Pasado un segundo, escuche el sonido de la cerradura al deslizarse.
Escaneo completado.
Bienvenido Demian Derricks
Los mensajes flotantes en mi visión se desvanecen luego de ingresar.
Un sendero de piedras, pasto y matorrales componen el antejardín.
Como si detectará mi presencia. La entrada de la casa se abrió sin mi intervención.
Finalmente, entre a la casa.
Sentado sobre la silla del escritorio en mi habitación, miraba hacia el techo.
Después de haber tomado una ducha, cambie la ropa ligera que llegaba puesta por unos pantalones marrones y una camiseta verde.
No hay nadie en casa aparte de mi. Aparentemente estare solo por varias horas.
El doctor del hospital había señalado que estaría en control por un mes. Ello implica nuevamente la molestia de chequeos médicos y muchas preguntas en cada visita. Una total pérdida de tiempo.
Aún así, este mes me da el tiempo suficiente para los primeros objetivos.
En los próximos días me centraré en mejorar mi resistencia. También tengo que acostumbrar este cuerpo al combate.
Por otro lado, en vista de las circunstancias, ya no puedo ser receloso ni ser tan ingenuo como para creer que podré hacer todo por mi mismo. Mis recursos son limitados y mi cuerpo actual está lejos de cumplir con los requisitos para siquiera ser considerado un obstáculo. Sin duda llegará el momento en que me cruzaré con uno de ellos.
Si quiero obtener la mínima oportunidad de hacerles frente, necesito eso. No hay mejor opción.
Hace falta mucho efectivo si quiero una. No es algo que puedas conseguir en cualquier parte.
Por lo tanto, primero tendré que dirigirme al distrito Ípsilon en el nivel central. Todo se reduce de si soy capaz de recuperar lo que deje almacenado.
Si tengo éxito, será la diferencia de avanzar un paso a dar un gran salto.
Los preparativos del conflicto inician.